Abrió los ojos mostrando sus ojos café los cuales miraban a todos lados intentando saber en dónde se encontraba, era una habitación gigante como si fuera un castillo o mansión, las paredes eran de un color azul grisáceo y había muebles del siglo XVII, una cama grande con sábanas elegantes, un gran ventanal que era tapado por una corina roja vino, entre otras cosas de las que ya había olvidado cómo se llamaban.

Se levantó asustado, caminó hasta la cortina la cual retiró fuertemente dejando ver a la vista un bosque oscuro y frondoso del cual no podía llegar a ver más que ramas sobresaliendo junto con sus hojas, miró hacia el cielo para notar que la luna estaba en vista del mundo, no había ninguna estrella por lo que eso ya le parecía extraño. Caminó hasta la puerta de madera blanca la cual estaba cerrada con botón, agitó y jalo la perilla intentando salir lo que fue en vano, caminó por toda la habitación donde tocó todos los muebles rústicos pues admitía que los muebles adapatados a esa epoca le parecías extremadamente hermosos por su elegancia.

Siguió caminando buscando alguna salida pero algo llamó su atención, cuando paseo por la cama observó un sobre allí, se acercó para abrirlo y cuando lo hizo, no había nada, ninguna letra era visible por lo que volteó la hoja intentado encontrar algo hasta que un golpe en la puerta lo alarmó así que volteó a verla casi de inmediato, está estaba abierta como si una fuerza la hubiera aventado, se acercó lentamente hacía ella con el corazón en la boca giró su cabeza hacia la derecha e izquierda donde no había ninguna persona, caminó por el pasillo que era decorado con una alfombra roja, había muchos espejos por donde caminaba pero se detuvo cuando pudo ver su reflejo.

Tenía un vestido color rosa pastel junto con decoracion dorada y encaje blanco, tenía igualmente un broche de una orquídea, no le molestaba tener un vestido pues apesar de ser hombre, le gustaba la vestimenta así que se admiró en el espejo por unos segundos para después seguir caminando por aquel largo pasillo hasta que llegó a unas largas escaleras las cuales bajo con elegancia mientras sujetaba su vestido para no pisarlo.

Cuando llegó abajo, no se había dado cuenta que todo estaba oscuro hasta que una iluminación apuntó hacia él y otro chico que no había notado que estaba allí, esté comenzó a caminar hacia Dipper y lentamente comenzaron a bailar, era como si el castaño lo hiciera por inercia, sin ser capaz de tener una conciencia profunda en esos momentos; el chico con el que bailaba, tenía un cabello rubio que se acomodaba perfectamente como un marco en su rostro, unos profundos ojos azules y de tez morena que no se veía para nada seca, además de que tenía puesto un esmoquin adaptado a esa epoca, un sombrero de copa pequeño estaba ladeado desafiando las leyes de la Física al no caerse.

Debía admitir que aquel chico le resultaba bastante atractivo.

Bailaron como si se conocieran desde hace años, se miraban fijamente como si su vida dependiera de ello hasta que finalmente la música acabo y con ello el castaño se desplomó al suelo como si hubiera perdido la vida, de una forma inerte.

Antes de que el Pines cerrará los ojos de una forma débil, pudo dirigir su mirada hacia aquel chico rubio, notando que tenía una daga de gemas color carmesí y como si unas gotas de un color amarillento se resbalaran del filo de la daga, finalmente, vió su rostro que contenía una sonrisa ladina, perfecta y blanca, pero como si de una ilusión óptica causada por el cansancio que estaba sintiendo, vió que esos dientes se iban alargando y haciéndose casi iguales de filosos que la daga que sostenía.

Hasta que cerró los ojos.

Despertó agitado, estaba asustado, su corazón estaba como loco, volteó hacia su lado para encontrar a su hermana dormida, vió la hora para darse cuenta que aun era demasiado temprano, mas específicos eran las 5:23 AM.

Se levantó de su cama para ir a darse una ducha de agua caliente la cual mojaba y relajaba sus músculos, amaba esa sensación de relajación, aunque su mente aún estaba asustada a causa de ese sueño, nunca había tenido algo parecido pues generalmente el tenía sueños con su familia o con sus agresores de la preparatoria así que eso era algo nuevo.

Salió de la tina para enrollarse una toalla en su cintura y caminar hacía su habitación, gracias a que Mabel estaba dormida podia cambiarse de ropa sin preocupación alguna, su ropa era un pantalon de mezclilla color negro el cual se ajustaba a sus delgadas pero formadas piernas, una camisa negra la cual tenia encima una camisa a cuadros roja que Wendy le habia reagalado años atras pero apenas le quedaba y eso que un poco suelta.

Salió de su cuarto para ir a la cocina donde encontró a su madre tomando una taza de café mientras escribía algunas cosas en su computador.

—Buenos días, mamá. —Saludó Dipper mientras se servia en un plato de porcelana unas tostadas y les untaba jalea.

—Hola, Mason. —La mujer le dió una mirada rápida por encima de sus anteojos de marco dorado.

—Te he dicho que no me llames asi, ese nombre no me gusta, solo dime Dipper- Se quejó infantilmente mientras se sentaba.

La señora de cabello negro sonrió —Me gusta tu nombre Mason, por eso te lo puse, lo pensé durante los 9 meses que estuviste en mi.

Dipper no respondió pues sabia que no podría ganar esa conversación pues después de todo, era una mamá. Todo se mantuvo en silencio hasta que la señora preguntó.

—¿Porqué te has cambiado de ropa?

—Iré a la escuela-

—Pero ya estan en vacaciones de verano, ¿Mason en que planeta estas?— Preguntó mientras se burlaba.

—¿Qué? ¿Ya hemos salido de la escuela? —Estaba descolocado, una mirada muy confusa de poso en su rostro junto con el ceño fruncido, pensando que era una broma.

—Así es, hijo. ¿Te sientes bien? He notado que has estado distraído estos días.

El menor guardo silencio, estaba pensando si comentarle a su madre lo que le había estado pasando, cosas como tener sueños vividos, dormir demasiado pero se despertaba más cansado que cuando había cerrado los ojos, perder de vez en cuando parte de su personalidad para volverse alguien agresivo para después arrepentirse, sentirse observado...

—¿Mason? —Su madre lo llamó al verlo tan perdido en su mirada, había dejado su taza de café en la mesa.

—Sí, no, es decir... Estoy bien, solo he estado un poco estresado por pensar en qué universidad quiero ir. —Mintió desviando su mirada.

—Está bien, hijo, todos tienen sus asuntos, es normal distraerse, más a tu edad, estás en plena pubertad también.

—¿A qué te refieres? - Preguntó con inocencia hasta que se dio cuenta a lo que se refería. —¿Qué? No, a mi no me interesa nadie por el momento.

—Bueno, pero esa persona llegara tarde o temprano.— Dijó para después levantarse de la mesa y guardar su portatil en una maleta negra. —Por cierto, en unos días irán a Gravity Falls en todas las vacaciones ya que tu padre y yo saldremos por un viaje de negocios-

—¡Eso es genial! Ire a decirle a Mabel.— Avisó emocionado mientras corria hacia su cuarto.

La madre rió dulcemente para después caminar hasta la puerta donde la esperaba un hombre de cabello castaño el cual era el padre los gemelos.

—¿Ya le has dicho? - Preguntó el hombre hacia su esposa.

—Claro, estan emocionados.— Respondió con una gran sonrisa, estaba alegre al ver a sus hijos tan emocionados.

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