Capítulo 57 : A little broken
“Mis alas están rotas y lastimadas, estoy asustado. Estoy harto y cansado, sigue alejándose de mí. Cuando el mundo me mira desde arriba, me asusta. Un viaje buscando la respuesta a la pregunta de la juventud. Está cayendo, como una cascada. Por el fuerte viento. Por el dañado corazón. Es como si el mundo sólo me pidiera que caiga. Sólo hay oscuridad sin fin.”
-Ateez (Turbulence)
-¿Estás seguro de que tu padre no está en casa?
Taehyung asintió. Yoongi y él se encontraban a solo un par de metros de su casa, el plan era alcanzar algunas prendas de ropa, su equipación de baloncesto, documentación y por supuesto los libros que necesitaba para seguir tomando sus clases con normalidad en la universidad.
-A esta hora suele salir para emborracharse hasta que deja de recordar su nombre. - Tae todavía sentía el dolor sobre su cara y estómago cuando se movía, pero al menos no había acabado en coma y eso era algo que sin duda estaba teniendo en cuenta al aceptar mudarse con su entrenador de baloncesto. Yoongi tenía razón, si se encontraba de nuevo con su progenitor las cosas podrían derivar en algo bastante más grave. Esa vez había tenido ayuda pero en el futuro quizás se encontrase solo ante este y con su pierna lastimada ni siquiera podría escabullirse por la ventana de su habitación o correr hasta la casa de Hoseok en busca de refugio. - Mamá se ha asegurado y estará cerca del bar en el que suele beber para llamarnos si sale, no quiere que nos pille desprevenidos. Ahora también te conoce a tí, lo frenaste y apuesto a que eso lo ha enfadado.
Yoongi solo asintió mientras llevaba una de sus manos hasta la de Taehyung para apretar levemente alrededor de los dedos de este en un intento por darle el apoyo necesario para iniciar esa nueva etapa que sin duda marcaría un importante cambio en su rutina.
-Sigo sin entender cómo es posible que lo hayan soltado tan pronto. Una multa y la amenaza de que la próxima vez obtendrá una orden de alejamiento, eso es todo lo que ha recibido después de darte una paliza. No tiene sentido, Taehyung. - Yoongi suspiró, dejando escapar una nube de aliento debido al frío y humedad que el atardecer proporcionaba en conjunto con la llovizna. - Este mundo está jodido, es todo una mierda.
-Lo es. Y mucho más cuando no tengo dinero para contratar a un abogado al que realmente le importe la tarea de ayudarme. - Taehyung se limitó a poner la mirada sobre su casa de nuevo, estaba realmente a punto de marcharse. Ese sitio que había sido una prisión para él durante tantos años casi lograba causarle nostalgia, probablemente sin Yoongi nunca se habría atrevido a irse. - Quiero pasar por la casa de Hoseok cuando acabemos, ¿te importa esperar un poco más de lo planeado?
No podría quedarse con su mejor amigo aunque quisiera, porque aunque estaba seguro de que los señores Jung se mostrarían comprensibles antes situación todavía eran sus vecinos y eso suponía que podría toparse con su padre por la calle con enorme facilidad. No quería causarles problemas de ningún tipo, siempre se habían portado bien con su madre y él. Pero eso no significaba que pudiese irse sin contarle con detalles a Hoseok todo lo ocurrido, su amigo necesitaba más explicación que la llamada de cinco minutos que logró hacerle desde el hospital.
-No hay problema, supongo que es normal que necesites a un amigo después de lo que ha pasado. Hoseok puede… Bueno, siempre que no tenga mucho trabajo puedes decirle que tiene la puerta de mi casa abierta para visitarte. Será un buen apoyo mental para tí ahora que has decidido denunciar a tu padre y mudarte para seguir con tu vida. Puede que incluso sea la clave para que no te eches atrás, si se lo dices tendrás a otra persona asegurándose de que no vuelvas atrás sobre tus propios pasos. Se trata de comenzar a avanzar.
Si algo había aprendido Min Yoongi en ese último mes era que Jung Hoseok y Kim Taehyung eran del tipo de buenos amigos que siempre estaban juntos. Estaba seguro de que Hoseok le ayudaría a su base en todo ese doloroso proceso que suponía tener que denunciar a su propio padre.
-Lo sé. - Taehyung sonrió, bajando la mirada hasta sus manos unidas y entrelazando sus dedos con los de su entrenador. - Vamos, tenemos que hacerlo lo más rápido posible. Generalmente mi padre es predecible pero hoy no es un día normal. No estaba tan borracho como de costumbre, han pasado años desde la última vez que lo vi medianamente sobrio pero la única razón por la que lo estaba era por…
-Lo entiendo, no necesitas explicármelo.
Cuando Taehyung respiró hondo, Yoongi entendió que era el momento para comenzar a caminar. Así que mientras su jugador se apoyaba en una de sus muletas usándola a modo de bastón, él decidió mantenerse unos pasos por delante y tirar levemente del brazo de este para impedirle ir hacia atrás.
Estaban haciéndolo. Iban a entrar en esa casa para recoger las pertenencias de Tae y después se irían, su base ya no tendría que convivir con un padre alcohólico y una madre sobre protectora que a pesar de sus buenas intenciones estaba condenando a su hijo a quedarse encerrado en un bucle interminable. No sabía si podría soportar el hecho de compartir espacio con Taehyung durante mucho tiempo después de años de soledad auto impuesta, pero al menos quería intentarlo.
-¿Qué es eso? - Yoongi dejó sobre la cama de Taehyung la ropa que meterían en la pequeña mochila que la madre del chico les había conseguido y se acercó hasta la zona del armario que su base parecía estar desmontando.
Había comprobado con una rápida mirada que la habitación de Tae continuaba siendo la de un niño a pesar de su edad, con todos esos posters de dibujos animados sobre las paredes y los peluches descoloridos por el paso de los años en las estanterías para libros que se encontraban cerca de su cama. La madera de su escritorio estaba rallada por los años de uso y la mesa era en realidad demasiado baja para el chico alto en el que Kim Taehyung se había convertido. Probablemente sus rodillas chocasen contra la mesa si trataba de sentarse para usarla.
Parecía que el tiempo se había quedado parado en un período donde este probablemente no superaba los diez años, porque hasta la cama y las mantas que usaba simulaban ser demasiado justas en cuestiones de tamaño y medidas.
Sus ojos buscaron, y lo hicieron sabiendo que la habitación siempre era una de las partes más personales de una persona. Esperaba encontrar en ese sitio mucho acerca del chico que desde hace un tiempo siempre estaba en sus pensamientos, pero lo cierto es que de forma intencional o no, no había demasiado a la vista. Taehyung era un poco desorganizado para sus apuntes de la universidad y por supuesto su armario no se encontraba tan impecable como el suyo, sin embargo eso era todo lo que Yoongi estaba logrando obtener de la personalidad de su jugador mientras curioseaba con la mirada alrededor de la estancia.
-Esto es mi compartimento secreto. - Taehyung sonrió un poco, y aún con su labio partido, ojeras y algunos moratones alrededor de su mandíbula, el entrenador Min pensó que se veía de veras atractivo al sonreír con honestidad. - Desde recortes de ídolos bonitos hasta mangas, libros y revistas de carácter homosexual. Cuando empecé a ser consciente de que me gustaban los hombres, estos fueron mis únicos aliados en el proceso de aprendizaje hasta que finalmente me atreví a contárselo a Hoseok. Estaba tan aterrado por tener un libro en el que dos chicos se enamoraban que simplemente decidí esconderlo en un lugar al que mis padres no pudiesen llegar. - Tae sacó todo lo que había mencionado y soltó una carcajada al encontrar la mirada confundida de su entrenador a solo unos centímetros de la suya. Yoongi se había puesto de cuclillas a su lado para ver lo que le estaba mostrando. - Y lo más importante. ¿Ves esto? - el base sacó del interior de uno de los libros un carnet con un arcoiris. - Miembro oficial del colectivo LGTBI+ en Daegu.
-Lo más importante. - Yoongi habló con una sonrisa sobre los labios, tomando el carnet para revisarlo. - Quizás sea de ayuda en realidad, deberías hablar con el presidente del colectivo en Daegu para que te ayuden con el proceso de denuncia. Puede que ellos puedan proporcionarte algún abogado especializado en estos temas, no hay mucha gente que quiera saber de las personas homosexuales en Corea. Somos como una peste para esta sociedad, si hay un sitio en el que te puedan guiar ese es el colectivo o las asociaciones ligadas a este. Definitivamente es buena idea que te guardes ese carnet.
Taehyung asintió con la cabeza y abrió una bolsa de plástico para meter todo ese material que durante años había estado escondiendo por miedo a ser descubierto. Todavía no tenía claro quiénes eran esos supuestos amigos que le habían dicho a su padre acerca de su sexualidad pero ahora le parecía inútil haber estado tanto tiempo tratando de ocultar la verdad. En realidad su madre no se lo había tomado tan mal y ella era la única que le importaba, aunque por supuesto podría ser debido al shock que a los dos les supuso la paliza que su progenitor le proporcionó esa misma mañana. A pesar de que comenzaba a anochecer en el exterior, solo habían pasado unas seis o siete horas desde aquello.
Para Tae se sentía como una semana completa a juzgar por lo muy cansado que se encontraba.
-Gracias de nuevo, Yoons.
Taehyung se encontró a sí mismo sintiendo sus ojos cristalizados, esa casa había sido una prisión para él pero seguía siendo el único resquicio que le quedaba de lo que un día fue una familia de verdad. En esos años en los que su progenitor no vivía pegado a una botella y su madre siempre tenía una canción entre sus labios para cantarle, cuando él podía acostarse en la alfombra de la sala de estar para ver dibujos animados durante horas mientras esperaba a que su padre regresase del trabajo y lo alzase en brazos para llevarlo por toda la estancia mientras le preguntaba acerca de lo que había aprendido ese día en el colegio.
-Odio el alcohol. - suspiró, estaba intentando guardarse todas esas lágrimas pero sencillamente no lo lograba. El mismo padre que cuando era pequeño le había enseñado a montar en bicicleta, era ese que horas atrás podría haberlo matado si su entrenador no hubiese llegado para separarlo. - Mi padre… Tengo algunos recuerdos de mi niñez en los que él era un buen hombre. La bebida lo ha convertido en un monstruo y no te haces una idea de lo mucho que me duele eso, no puedo dejar de imaginar el cómo serían las cosas si el alcohol no estuviese de por medio. El cómo sería él sin la bebida embriagando su mente.
Yoongi extendió su mano para acariciar el cabello de Taehyung, las suaves ondas marrones estaban creciendo a pasos agigantados y eso le aportaba un aspecto diferente al chico que había conocido con el cabello completamente corto. Todavía recordaba esa historia que Hoseok le había contado sobre el modo en el que el padre de su base le había tirado tan fuerte del cabello que este se negaba a dejarlo crecer de nuevo. Le gustaría pedirle que no se lo rapase de nuevo, pero eso no era asunto suyo y de todos modos Taehyung le gustaba sin importar que llevase un peinado u otro.
-Es algo que no podemos saber Tae, incluso si hoy estaba casi sobrio él decidió atacarte. Tal vez hubiese hecho lo mismo en otra circunstancia, a lo largo de los años he aprendido que la homofobia no desaparece ni aparece de un día para otro.
El jugador asintió.
-Lo sé, sé eso. - Taehyung tragó aire. - Esto es todo, mi vida en una mochila.
-Bueno, podemos tratar de volver en otra ocasión para recoger más cosas. De momento, un par de cambios de ropa y tus documentos son suficientes. Es lo más importante.
-Y los libros de la universidad, casi se me olvida eso.
Yoongi se limitó a asentir con una pequeña sonrisa repleta de amabilidad, él también estaba un poco cansado después de todo lo que había sucedido ese día. Taehyung todavía parecía agitado y exhausto, si no fuese porque no tenían tiempo le hubiese dicho que se lo tomase con calma pero ninguno de ellos podía saber con exactitud cuándo ese hombre decidiría regresar a casa y mucho menos las circunstancias en las que lo haría.
Confiar en que la madre de Tae pudiera frenarlo, sería agarrarse a un clavo ardiendo.
-Vigilaré desde la ventana, toma todo lo que puedas. ¿Okay?
Taehyung asintió, viendo a su entrenador ponerse de pie desde su posición.
Obtener su vida en veinte minutos y ponerla en una mochila pequeña había sido difícil, pero saber que tendría que dejar a su madre completamente sola lo era mucho más. Taehyung sentía que su cuerpo se encontraba más débil que dolorido, porque mucho más allá de los golpes que su padre le había dedicado esa mañana, lo que de verdad le estaba afectando era el miedo a que algo peor pudiese llegar a ocurrir cuando terminase con todos los trámites necesarios para hacerle llegar una denuncia.
Al menos tenía el apoyo de un par de personas, Yoongi parecía dispuesto a acompañarlo durante su fase de confusión y miedo. Y no dudaba ni por un solo instante que Hoseok también lo haría, su mejor amigo jamás le había fallado en la importante tarea de darle su apoyo cuando el mundo parecía ponerse patas arriba.
-Entonces… ¿Vas a vivir con el entrenador Min de ahora en adelante? - Hoseok apoyó su espalda contra la puerta de la habitación y posó los ojos sobre su mejor amigo. Ver a Taehyung así de lastimado lo estaba haciendo sentir ansiedad. - ¿Sabes que puedes quedarte aquí si lo necesitas? Mis padres pueden ayudarte.
Tal vez también le dolía un poco el detalle de que Taehyung no hubiese pensado como primera opción en él, estaba seguro de que sus padres no se negarían a ayudar al chico que desde siempre había pasado horas en su casa. Su mejor amigo desde que ambos encontraron la pasión por jugar al baloncesto compartiendo una pelota en un parque que todavía se encontraba situado cerca de sus casas a pesar del paso de los años, esa personas que siempre se preocupaba cuando atravesaba un pequeño problema o mala epoca, el que le curaba las heridas cuando se caía y más, muchísimo más que todo eso en el fondo de su corazón. Pero no podría juzgarlo nunca por tomar las decisiones que tomaba, sabía que no había ni un solo resquicio de maldad en el modo de actuar de su mejor amigo.
Taehyung sabía que los padres de Hoseok le ayudarían sin tan siquiera dudarlo por un instante, de la misma manera en que sabía que no quería pedir la ayuda de estos. Algo así podría derivar en demasiados problemas para personas buenas como lo eran los familiares de su mejor amigo. No quería ser egoísta y tampoco pretendía aprovecharse de la amistad que desde hace años compartía con los Jung. Yoongi vivía a tan solo diez minutos en coche, pero sería más seguro que estar a una acera de distancia de su casa. Era más que consciente de que su padre no podría averiguar dónde estaba si se quedaba con el entrenador Min, porque ni siquiera sabía quién era realmente este. En cambio le resultaría bastante fácil si se decantaba por pedirle ayuda a su mejor amigo. Nadie le aseguraba que ese monstruo no se presentase borracho en la puerta de la casa de los Jung para intentar cazarlo.
Definitivamente no. No planeaba hacerlos pasar por algo así, sus problemas eran solo suyos y se los guardaría si con eso las personas que amaba podían permanecer alegres y seguras. No iba a permitir que nadie se sacrificase para protegerlo.
Nadie… Salvo quizás su entrenador, sabía que los dos estarían seguros en su casa. Su padre no iba a llegar hasta la vivienda de este cuando ni siquiera conocía su nombre. Había demasiados hogares en Daegu como para tener la mala suerte de ser encontrado en un sitio que probablemente nunca se le pasaría por la cabeza a su progenitor.
-Mi padre sabe cuál es vuestra casa, está a solo un minuto caminando de la mía. Lo he pensado mucho y creo que la oferta de Yoongi es la más adecuada porque está en cierta forma lejos. Es probable que allí no me encuentre con él por la calle y no tendré miedo al tener que abrir la puerta de su apartamento cuando algún repartidor de comida toque el timbre. - murmuró, jugueteando con sus manos mientras el sentimiento de dolor volvía a posarse sobre su pecho haciendo que sus ojos se cristalizasen. Había perdido la cuenta de las veces que sintió la necesidad de llorar durante ese desafortunado día.. - En cambio, nadie me asegura que no pueda llegar a cruzarme con él si me quedo en vuestra casa Hobi. De todos modos, Yoongi ha dicho que puedes venir cuando quieras y necesitaba decirte eso porque odiaría que nos distanciemos por una tontería así. Me gustaría seguir viendo películas contigo, cotilleando sobre ídolos o teniendo maratones de dramas, los fines de semana deberían seguir siendo para nosotros porque me encanta prepararme para Bellum contigo y con tu hermana. Que vaya a vivir con él, no cambiará absolutamente nada. Eres mi mejor amigo y lo vas a ser hasta que ya no quieras saber nada de mí.
-No creo que eso pase. - Hoseok sonrió. - Y será un poco más complicado pero todavía podemos prepararnos para Bellum juntos y cotillear sobre los ídolos que nos gustan. Si al entrenador no le importa que vaya a visitarte puedes estar seguro de que no sacaré mi culo de su sofá cada día que salga un capítulo de nuestro drama favorito. - Hoseok forzó una sonrisa, aunque temía perder a su mejor amigo el sentimiento de preocupación por este era mucho mayor que su tristeza. - Lo único que importa es que estés a salvo, tienes razón al decir que si te quedas aquí nada te asegurará que no vayas a encontrarte con ese monstruo tarde o temprano. Nuestras casas están demasiado cerca, eso es cierto.
Taehyung sonrió.
-Siempre me entiendes, eso es lo que me encanta de tí.
Hoseok se encogió de hombros antes de dejarse caer sobre su cama al lado de Taehyung, sus ojos estaban en el techo de la habitación a pesar de que sabía que su mejor amigo estaba a punto de llorar. Lo encantaba, solo le encantaba que pudiese entenderlo y nada más. Tendría que repetirselo muchas veces para salir de la ensoñación que recibir cariño de Hoseok le causaba.
-Me tienes, sabes eso.
-Lo sé. - Taehyung imitó la posición de Hoseok, dejándose caer sobre el mullido colchón con su espalda pero poniendo su mirada sobre el perfil de esa persona que nunca lo había abandonado. Incluso cuando llegaron a tener las peores peleas del mundo por las cosas más absurdas, Hoseok nunca se fue. Sin importar nada ni nadie más que su bonita amistad. - También me tienes y espero que lo sepas.
La mano de Taehyung buscó la de Hoseok y dejó que sus dedos se entrelazaran mientras ambos permanecían en silencio. A veces no necesitaba nada más que eso, la simple presencia de su mejor amigo era reconfortante cuando sentía que estaba a punto de rozar el límite de su aguante.
-¿Y qué harás? ¿Vas a denunciarlo realmente?
-Eso creo, lo he pensado y puede que tenga que salvarme a mí mismo para lograr sacar a mi madre de esa casa. - Taehyung dejó ir la mano de Hoseok para tocarse el pecho mientras recordaba la charla con su entrenador en el hospital. Le dolía de nuevo, ahí donde sentía tan profundamente la abrasadora ansiedad que lo obligaba a respirar con fuerza al pensar en aquello que llegaría. No iba a ser fácil, ahora lo sabía con más precisión que nunca. - Todo lo que deseo es que las cosas salgan bien, mi mayor miedo es que todo recaiga sobre mi madre cuando él reciba la denuncia. Ni siquiera sé cómo es que lo haré, pero tengo que hacerlo. Ya no puedo esperar más Hoseok.
Hoseok asintió.
-Sí, sálvate a tí mismo por una vez Tae… Antes de que el mundo en el que vives se haga demasiado grande y termine por aplastarte. Sal de esa mierda y vive, te mereces ser feliz. - Hoseok sonrió un poco. - Te ha llevado un tiempo entender que te mereces una vida.
¿Alguna vez habéis tenido uno de esos instantes en los que la garganta duele tanto por aguantar el llanto que en el momento en el que tenéis que enfrentaros a vuestro reflejo en el espejo todo lo que podéis hacer es llorar? Bien, para el atleta Park Jimin eso se había convertido en una rutina después de cada entrenamiento.
Sumergirse en la piscina solía ser como volar para el pequeño que amaba la natación, lo fue incluso hasta hace unos años… Pero con el cambio de entrenador las cosas parecieron ir a peor en su mente y a mejor en cuanto a sus tiempos.
Ya no era un niño, pero seguía necesitando un poco de refuerzo positivo después de tantas críticas destructivas.
-Tonto. - susurró. - Eres tan tonto por no entender que si quieres ser un atleta de elite debes sacrificar todo lo demás.
Reprenderse a sí mismo en voz baja era otra de esas rutinas que formaban parte del chico rubio que había captado la atención de los críticos de deporte mucho más por su físico y aspecto amable, que por sus dotes de natación. Su entrenadora no paraba de recordarselo a diario, tenía un rostro bonito y poco talento.
Rostro bonito.
Poco talento.
Swimmers lo quería para sus portadas pero solo le hacían preguntas acerca de otros.
Jimin apoyó las palmas de sus manos sobre la repisa del lavabo y posó de nuevo los ojos sobre sí mismo, se estaba esforzando. Él sabía que sus brazos y piernas dolían después de cada intensa jornada de entrenamiento, sus músculos estaban agarrotados la mayor parte del día y cuando se sentía bien las palabras de su exigente entrenadora volvían a lanzarlo directamente a ese hoyo oscuro de pensamientos horribles de los que nunca lograba escabullirse.
Lágrimas. Desde hace un tiempo tenía más lágrimas que sudor sobre la piel de su cara.
-Eres tan malditamente idiota. - Park se inclinó hacia el espejo, su movimiento lento continuó hasta lograr apoyar su frente en este. - Estúpido. No puedes vivir soñando, si quieres ser alguien debes poner todo tu esfuerzo en el objetivo.
Jimin recordaba la última vez que había salido con una enorme sonrisa de la piscina tras un entrenamiento porque esa también fue la ocasión en la que tuvo que despedirse de su anterior entrenador debido a la insistencia de sus patrocinadores. Había sido un momento difícil porque Kim Seokjin no solo lo entrenó y le enseñó una enorme cantidad de cosas, él fue su amigo en un mundo donde los deportistas no podían tener vida social en absoluto. Fue horrible tener que dejarlo ir cuando su relación era sencillamente perfecta como entrenador y atleta, y como seres humanos en general, sin embargo no creyó que su presente lo sería todavía más. La mujer que ahora se encargaba de marcar sus rutinas de entrenamiento era tan fuerte como un diamante y tan pesada como la mayor roca de la montaña más alta.
Ella lograba que quisiera dejarlo. Estaba empezando a tenerle miedo a esas piscinas que durante gran parte de su vida lo mantuvieron sintiéndose libre.
Si tan solo pudiera… No, claro que no. ¿Quién en su sano juicio querría tener una relación secreta con él? Ansiaba amar a alguien pero ser homosexual e intentar destacar en la natación eran cosas que no podían unirse en su país. Corea nunca aceptaría a un nadador homosexual, de la misma manera que seguían negándose a aceptar el matrimonio entre las personas del mismo sexo.
-Solo… Concéntrate en mejorar. Maldita sea. - y sus lágrimas volvieron a recorrer sus mejillas mientras la imagen que le devolvía el espejo se sentía como un rostro desconocido a pesar de ser el suyo.
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Hiii!!!
Feliz año nuevo cosas preciosas y lindas!! Yo no lo celebro en mi casa pero quería daros el capítulo justo ahora que en mi país se puede decir que ya es uno de enero del 2022.
Os animo mucho a escuchar la canción que he dejado en multimedia ( si Wattpad no hace de las suyas debería estar ahí pero a veces no me adjunta los vídeos). Es actualmente una de las canciones que estoy escuchando todo el día y ha sonado mucho mientras escribía este capítulo.
Espero que os haya gustado.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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