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Capítulo 56 : Final Conditions

“Cálmate, amigo mío, nos estamos acercando. Alcanzo tu mano hasta la línea de meta, esto pronto terminará y lo siguiente será el paraíso. Lo siguiente es nuestro paraíso. Y cariño cantaremos hasta morir. Nunca desperdiciaremos estas lágrimas en miedos y gritos. Y ahora el mundo es nuestro para tomarlo y cada movimiento es nuestro para hacerlo. Me llamarán loco, pero creo que lo hemos logramos. Creo que hemos hecho lo que vinimos a hacer. Está un poco lejos, pero el final está cerca. El pico se acerca para que nos paremos.”

-Until We Die
(GENTLE BONES)




Por extraño que resultase Yoongi y Taehyung no hablaron de la confesión en todo el trayecto de regreso a Daegu, lo cual podría haber sido tremendamente incómodo pero el caso es que no lo fue, porque no necesitaban decir nada al respecto si ya conocían las circunstancias que envolvían su situación. Al base incluso le sorprendió el detalle de que hubieran dormido juntos y casi acurrucados esa noche, después de lo que su entrenador había dicho el día anterior los dos comenzaron a comportarse de un modo más seguro mientras estaban juntos, ya fuera solos o con más gente. Nada de pensamientos pesimistas acerca de lo que pasar demasiado tiempo con una persona que no le correspondía podría provocar, porque por fin sabía que Yoongi había puesto sus ojos sobre él. Así que aquella última noche en la casa de Seokjin se permitió el lujo de abrazar a Min Yoongi sin miedo, de pasar sus manos por la piel de los brazos y espalda de este cuando sus cuerpos se entrelazaron juntos durante la madrugada en busca de calor, también se permitió besarlo y definitivamente disfruto de cada uno de los segundos que pasaron en los que ambos pudieron ser libres de alguna forma, sin que sus conciencias los obligasen a separarse.

Taehyung ya no tenía que culparse a sí mismo por reaccionar de forma demasiado cercana hacia Yoongi y tampoco se quedaba atrapado en la confusión que le provocaba notar las acciones cariñosas de este. Por su parte, el entrenador Min no sentía la obligación de decirse a sí mismo que ese chico no le gustaba cuando sabía que de hecho sí lo hacía.

Ninguno de los dos estaba del todo seguro acerca de cómo avanzarían las cosas, aunque lo cierto era que sencillamente no les importaba en ese instante. No lo hacía porque ahora estaban cómodos y bien sabiendo que se gustaban. Conociendo el detalle de que era mutuo y que ninguno de ellos estaba haciendo el idiota al creer que entre ambos existía al menos una pizca de química.

-¿Quieres que te lleve hasta tu casa? - Yoongi preguntó, notando que Taehyung parecía un poco adormilado.

Los dos se habían despedido de Jin la noche anterior tras la charla que derivó en una confesión que el entrenador Min no había planeado dejar salir de sus labios, pero de la que no se arrepentía de todos modos. Ese cosquilleo de dudas se había marchado al fin después de hacerle doler la cabeza durante varias semanas, ya no tenía que pasarse horas mirando el techo y buscando una respuesta a aquello que sentía por su base mientras se culpaba por haber cometido el error de permitir que este se metiese en su cama. El chico le gustaba incluso si eso implicaba una situación poco estable, bueno, de hecho era una situación tremendamente complicada desde el instante en el que los dos eran entrenador y jugador.

No recordaba la última vez que se había fijado en un chico por las características reales de este y no por el detalle de que pudiera gustarle a sus padres. Y si se paraba a pensarlo Kim Taehyung era en realidad lo contrario a lo que sus progenitores podrían llegar a aceptar algún día. No tenía ni planeaba tener una importante carrera que pusiese su nombre en lo alto, todo lo que Tae planeaba era poder ser un buen profesor de gimnasia y obtener algo estable y sencillo para sacar a su madre de la casa en la que vivían, al menos hasta donde Yoongi sabía. Tampoco provenía de una familia prestigiosa o adinerada y estaba ese importante dato sobre lo poco que su base se avergonzaba de ser lo que era. Kim Taehyung no estaba encerrado en un armario de la misma manera en la que sus anteriores parejas lo estaban, porque si bien no iba por la calle gritando su condición, tampoco se negaba a ser lo que era y mucho menos a amar a quién elegía querer. Tae le había enseñado de alguna manera lo que significaba la libertad después de muchos años encerrado en el miedo y la confusión de poder ser dañado si abría su corazón, incluso si solo era un par de días a la semana en un local LGTBI+ que gran parte de los habitantes de Daegu deseaban tirar abajo. Allí, en ese sitio y junto a su jugador, el entrenador había hallado de nuevo un sentimiento de juventud que por desgracia abandonó su cuerpo durante demasiados años por culpa de personas que ni siquiera merecían permanecer en sus recuerdos lastimándolo a diario. Ni siquiera había cumplido los treinta, y sin embargo no fue hasta que ese chico llegó a su vida que pudo recordar que él también tenía el derecho de bailar, cantar y divertirse como muchas otras personas lo hacían. Podía ser un hombre  responsable sin olvidarse de sí mismo en el proceso, por mucho que quisiera obtener el beneplácito de unos padres que jamás parecían conformes con sus decisiones.

Además Kim Taehyung era el hijo de un matrimonio anciano en el que uno de los miembros había dejado de ser persona para convertirse en un monstruo, adicción a la bebida y una casa destartalada con una madre sobreprotectora. Nada de eso realmente podría lograr que los padres de Yoongi aceptasen a su nueva pareja, si es que en algún momento las cosas entre su base y él seguían avanzando hasta ese punto.

No le importaría, lo cierto es que a Min Yoongi le gustaba la sensación de estar con ese chico normal después de haber probado suerte con muchos hombres que se sentían y mostraban muy superiores a lo que él era. Confiar era más sencillo cuando a su lado se encontraba una persona que podía hacer el esfuerzo de comprenderlo en lugar de juzgarlo desde las alturas del sentimiento de egocentrismo. Tae no tenía unos padres por los que responder más allá del cariño que probablemente les profesaba, no se encontraba en una posición donde salir del armario pudiese lastimar algo más que a su madre y quizás a él mismo debido a la sociedad tradicional en la que por desgracia vivían. No había una carrera de cirugía que pudiese verse afectada, tampoco un apellido al que no quería añadirse el factor homosexual o una mente encerrada en la idea de casarse con una bonita chica a pesar de que los hombres fuesen más de su gusto para el romance y el sexo. Con su jugador era todo mucho más sencillo, y en ese hecho residían muchas de sus dudas porque a esas alturas ya no sabía si lo que le gustaba de este era la libertad y la facilidad de poder ser él mismo a su lado, o aquello que sentía y lograba que su corazón se desbocase cuando se besaban.

Pero… ¿Por qué no podría ser una mezcla de las dos cosas? Taehyung podía gustarle debido al hecho de que lo notaba mucho más cerca que sus anteriores parejas, en la misma línea y lugar que él. Con gustos similares, un deporte que ambos disfrutaban, conversaciones que fluían, secretos compartidos y la importante sensación de que este escuchaba sin señalarlo cuando le hablaba. Era un chico sincero, lleno de buenas intenciones y casi tonto en su empeño por defender cada una de las injusticias que presenciaba. Pero eso lo hacía precioso y francamente diferente a otros ante su mirada, más allá de ese físico que lograba que la piel de su cuerpo se erizase cuando estaban juntos y se rozaban.

Y también podría gustarle porque sus ojos eran brillantes, su mandíbula afilada estilizaba su rostro atractivo, su cuerpo era suave a la par que acogedor cuando abría sus piernas para recibirlo con gusto, sus manos grandes parecían encajar con cada parte de él cuando lo tocaba y le generaba placer cada vez que lo necesitaba. Mucho placer. El placer que pocos antes le habían dado, porque Yoongi había estado con muchos hombres buenos en la cama pero la mayoría exigían obtener cosas que nunca daban a cambio. No era de esa forma con su base.

-Ajá, pero recuerda mantener tu coche lejos de la entrada. -Taehyung tardó en contestar a su pregunta, y cuando lo hizo Yoongi estaba tan perdido en sus pensamientos sobre el chico que por un instante casi olvidó la cuestión en sí.

Su viaje desde Seúl hasta Daegu comenzó a una hora lo suficientemente temprana como para que la casa de Seokjin estuviese sumida en el silencio y la oscuridad de un amanecer que todavía no llegaba cuando se despertaron. Taehyung se había quedado dormido después de tomar su medicación para el dolor de la lesión de su rodilla y desde ese instante el entrenador Min decidió que no quería despertarlo. Ahora estaban solo a unos minutos de llegar hasta la casa del chico y todo lo que quería hacer era aparcar ese maldito coche para mirarlo y recordarle que lo que le había confesado la noche anterior era tremendamente cierto pero eso no significaba que pudiese abrirle su alma tan pronto. Él sabía el dolor que ocasionaba un corazón roto, no deseaba que ese chico lo experimentase nunca.

Yoongi necesitaría tiempo incluso si ahora estaba completamente seguro de que a quién quería era a ese muchacho. Enamorado, en cierta manera lo estaba incluso cuando el amor implicaba mucho tiempo. Más de lo que ellos dos habían compartido.

-¿No necesitas ayuda con tu mochila? - Yoongi giró su rostro hacia Taehyung, quién mantenía todavía una expresión adormilada y adorable en sus ojos. - ¿Podrás con las muletas y la mochila?

-No te preocupes, estos dos últimos días le he ido pillando el truco a moverme con muletas y de todas formas puedo posar el pie.

-Puedes hacerlo pero es mejor si no lo haces, todavía te duele y eso es sinónimo de que debes seguir descansando. Ese trabajo tuyo… Lo de repartir leche durante los fines de semana. Puedo llevarte a hacer el reparto en mi coche si realmente es un problema para tí perderlo. ¿Okay?

La mirada sorprendida del chico lo derritió un poco. Yoongi ni siquiera sabía porqué se estaba ofreciendo a sacrificar sus fines de semana por Taehyung, pero suponía que tenía que ver con el hecho de que este le gustaba y eso implicaba querer pasar tiempo con él. Solo había pasado un día desde que sus ideas se aclararon por completo y ya estaba recordandose a sí mismo en el pasado, no debería volver a la adolescencia solo porque un chico lindo se metiese en su cabeza.

-¿Harías eso por mí?

-Bueno, supongo que no quiero que mi base se deprima durante el proceso de recuperación de una lesión. Puedo ayudarte pero debes poner todo de tí para que tu rodilla sane, recuerda todas y cada una de las pautas que te indicó el médico. ¿Trato hecho, Taehyung?
-Trato hecho, Yoongi.

Estaba enamorado de la sensación de querer besar a otro chico no por su uniforme sino por su personalidad, enamorado de la idea de que no le importase si sus padres lo aceptaban y enamorado del hecho de que Kim Taehyung era hermoso en infinidad de aspectos.

-Si me necesitas para algo más, lo que sea… Llamame. ¿Está bien? - Yoongi se encontró susurrando cerca de los labios de Taehyung cuando su jugador fue el primero en inclinarse hacia él para hacer chocar sus labios en un profundo beso de despedida.

Las manos sobre el pecho de Kim, su flequillo tropezando contra la frente de este y sus bocas, oh maldita sea, sus bocas uniéndose como si nada más importase era algo de lo que Min Yoongi definitivamente no podría ni querría llegar a cansarse nunca. Taehyung le daba el sentimiento de querer vivir que había extrañado desde su adolescencia sin tan siquiera saberlo.

Por eso quizás, más que por cualquier otra cosa, este le gustaba tantísimo.

-Lo haré, entrenador. No se librará de mí con facilidad.

-No quiero hacerlo de todos modos, supongo que ahora ya lo sabes.

Y Taehyung le regaló una de esas sonrisas tan atractivas que a veces dejaba escapar entre sus labios.

-Me gusta el rumbo que han tomado las cosas, a pesar de mi lesión por supuesto.

-Ajá. - Yoongi trató de enderezarse en su asiento. - Abriré la puerta del coche para tí.

A Kim Taehyung debería haberle alertado la calma de su casa, pero en su nube de felicidad no pudo predecir lo que estaba a punto de suceder. Puede que por eso mismo, por la sensación de bienestar y la ilusión de quizás estar haciendo bien las cosas con su entrenador. O tal fue vez debido a que aunque sabía que su padre no era una persona de horarios estables, generalmente dormía hasta el mediodía para después irse a beber al bar más cercano. Puede, solo puede, que esos fueran los motivos por los que aquella mañana no vio llegar el golpe que su progenitor le lanzó hasta que la estabilidad sobre sus muletas lo hizo caerse al suelo.

-Un maricón. - su padre parecía más que simplemente alterado, y aunque olía a alcohol era la primera vez que Taehyung lo observaba medianamente sobrio en años. - Nuestro hijo es un maldito maricón y lo he tenido que averiguar por boca de mis amigos.

Taehyung sintió la presión y el miedo recorriendo todo su cuerpo, lo sintió mucho antes que el sabor a sangre en su boca producto del golpe que había recibido directamente sobre su mandíbula. Podría haber sido un momento de felicidad, porque ese hombre que ahora lanzaba un segundo golpe sobre él mientras el base se colocaba los brazos frente a la cara en un nulo intento por impedir que los puñetazos lo alcanzaran, ese era su progenitor. El mismo que no recordaba haber visto bien desde que era un niño, quien vivía pegado a una botella a cada instante y se enfadaba si esta estaba vacía.

Su padre estaba medianamente sobrio, pero no era por una buena causa sino por el odio que lo mantenía despierto. Un odio hacia aquello que era su hijo, no por cariño o tan siquiera por tomar conciencia de que era adicto a esa asquerosa sustancia que le había arrebatado la vida tanto a él como a su familia. Y Taehyung ni siquiera podía saber cómo era que este se había enterado de su secreto, su padre no tenía ningún amigo por mucho que siguiese presumiendo de ello de vez en cuando. Nadie que hubiese formado parte de la vida de este seguía en ella, porque nadie en su sano juicio querría juntarse con un hombre alcohólico y tremendamente violento. Tae ni siquiera podía recordar las caras de sus tíos y primos por culpa de eso, la poca familia que tenían los habían acabado abandonando. Todos se rindieron cuando entendieron que su padre realmente no planeaba dejar nunca la adicción que el alcohol le suponía. Así que no, este no tenía a nadie sin importar lo que dijese.

Nadie a excepción de otros alcohólicos…

-Para. - su voz sonó rota cuando trató de hablar. - Para. Papá, por favor. Detente.

Taehyung no recordaba la última vez que había llamado a ese hombre de aquella manera pero sin importar el ruego en su voz o el tono que usase los golpes no pararon, no lo hicieron ni siquiera cuando la voz de su madre lo hizo apartar los brazos de su cara para buscarla en el medio del desastre borroso en el que su vista se estaba tornando debido a las lágrimas. Tampoco lo hicieron cuando de alguna manera ella se acercó a él para intentar separarlo, mucho menos paró cuando Tae decidió mentir señalando que no era lo que su padre había mencionado a pesar de estar plenamente orgulloso de serlo.

Tenía miedo, el suficiente como para negar en voz alta aquello que era y aquello que lo formaba como ser humano. Prefería mentir a seguir recibiendo golpes de forma indiscriminada por parte de esa persona que se supone que debería protegerlo del dolor.

-¡Vas a matarlo! - los gritos de su madre hacían de la situación algo mucho más doloroso. Kim Taehyung había recibido golpes de muchos tipos durante toda su vida, pero aquellos que más le afectaban eran esos que terminaban con su madre triste. No el saber que nunca podría convertirse en un jugador de baloncesto reconocido, tampoco el estar seguro de que tendría que pasar por mucho antes de lograr apartarse de ese sitio que odiaba pero todavía era su casa y ni siquiera el hecho de entender que él como muchos otros tendría que enfrentar a la sociedad cerrada en la que vivía en algún momento de su vida. Ningún golpe de esos dolía más que el de ver a su madre sufriendo. - ¡Ayuda, que alguien nos ayude!

-Deja de gritar mujer, te juro que si no te callas mataré a tu engendro.

Dolía. Maldita sea, era insoportable la forma en la que lo hacía. Taehyung ansiaba encontrar las fuerzas para levantarse, para empujar al hombre que ahora se cernía sobre él con la intención de alcanzar sus muletas con quién sabe qué intenciones. Quizás lo hubiese conseguido, tal vez si su rodilla no doliese tanto o puede que si sus ojos pudieran ver con claridad. Pero el caso es que no lo logró, porque su mirada era una lupa borrosa y su pierna parecía completamente inservible tras un par de patadas duras.

-¡Ayuda! - entonces gritó, lo hizo con todas sus fuerzas y no paró incluso cuando su garganta comenzó a quemar en consecuencia. Tampoco lo hizo cuando los golpes llegaron hasta su torso y mordió cuando una mano intentó taparle la boca, mordió tan duro que pudo sentir la piel de su progenitor entre sus dientes comenzando a sangrar.

Los golpes parecieron detenerse por un instante antes de que se sintiese a sí mismo siendo jalado hacia alguna zona de la casa. Ni siquiera sabía qué era exactamente lo que ocurría, se sentía tan confuso. Tan adolorido. Tan… Mal. Y entonces un fuerte ruido lo hizo estremecerse a pesar de que nadie volvió a tocarlo o a dañar su adolorido cuerpo.

-¡Llame a la policía! - esa voz, oh, probablemente estaba alucinando como consecuencia del dolor. Era imposible que su entrenador estuviese ahí, ¿acaso no lo era? - No se quede quieta y haga lo que le estoy diciendo. Llame a la maldita policía, no podré con este tipo durante demasiado tiempo. Pida una ambulancia, ¿me está escuchando? Señora Kim, tiene que llamar ya. Si no quiere ver a su hijo peor de lo que este capullo lo ha dejado, siga mis recomendaciones.

Y Taehyung se dejó ir. Solo un instante, necesitaba… Dormir un poco ahora que los golpes parecían haberse terminado.

-Espero que después de esto decidas tomar acciones legales contra tu padre.

Al base le llevó un tiempo situarse cuando la voz de su entrenador sonó entre la confusión de su despertar. Todo lo que recordaba de lo que había sucedido era la sensación de dolor recorriéndolo hasta hacerlo desfallecer, ahora no se sentía del todo mal incluso si algunas partes de su cuerpo se encontraban claramente afectadas en consecuencia de lo que había sucedido.

Percibía cierta calidez en el lugar en el que se encontraba, su mente todavía era un cúmulo de preguntas y dudas pero al menos ya no estaban los incesantes gritos de su madre y los ataques de su padre.

-¿Entrenador? - Taehyung no necesitó acomodarse mejor para ver a Yoongi, pues este se encontraba sentado cerca de él en… - ¿Dónde estamos?

-En el hospital, los médicos dicen que no es grave pero la situación de estrés fue demasiado intensa para tí y eso provocó tu desmayo. Han dicho que te darán el alta en unas horas, pero primero desean que hables con uno de los psicólogos que ponen a disposición de aquellas personas que lo necesitan o han pasado por una situación lo suficientemente complicada como para que pueda derivar en trauma o shock. Tu madre está en la comisaría, ella se encargó de llamar a la ambulancia y tan pronto como te recogieron yo llamé a las autoridades. Así que definitivamente estoy deseando que tomes acciones legales en contra de ese… - Yoongi necesitó tomar aire. Sus padres eran malos, pero al menos nunca le habían puesto las manos encima por el hecho de ser homosexual, bueno no al menos más allá de aquella bofetada que recibió tras la filtración de su vídeo con Kihyun. Aunque por supuesto la presión psicológica que ejercían sobre él a diario no era del todo inofensiva, dolía tanto como los golpes. - Recuerdo lo que me dijiste la primera vez que hablamos de esto, sé que quieres algo estable antes de atreverte a denunciar a tu padre, porque la justicia no es la mejor protegiendo a las mujeres que han sufrido maltratos por parte de sus ex maridos o parejas. Ahora no se trata tan solo de un asunto en contra de tu madre, Tae. Los médicos han redactado un informe, los responsables de la ambulancia servirán de testigos con respecto a la presencia violenta de tu padre cuando llegaron para ayudarte y aunque tu madre se empeña en que ha sido un suceso extraordinario no creo que debas regresar a tu casa mientras ese hombre siga viviendo bajo tu mismo techo.

Yoongi pudo ver la confusión presente en la mirada de Taehyung, y de hecho entendía lo que le sucedía a su jugador de la misma manera que entendía el que quizás le estaba dando demasiada información. Había estado durmiendo por al menos dos horas, verlo despertar logró hacer resurgir la necesidad de decirle eso en lo que había estado pensando mientras estaba sentado a su lado en ese hospital. El entrenador Min no pudo dejarlo de lado, el hecho de que Tae correría peligro si regresaba a casa y el detalle de que este realmente podría haber acabado mucho peor de lo que estaba si él no se hubiera quedado más tiempo del necesario en su coche observando la casa del base mientras rememoraba su confesión del día anterior…

Si se hubiera ido nunca habría escuchado lo que estaba sucediendo, no quería imaginarse dónde habría acabado la situación si la puerta de la casa no hubiese estado mal cerrada cuando él decidió ir en cuanto los gritos cargados de miedo de Taehyung llegaron hasta sus oídos.

No podía, ni tampoco quería, imaginarselo.

-Hospital. - Taehyung arrastró sus palabras. - ¿Sabes lo que cuesta esto? Estoy seguro de que los patrocinadores del equipo no pagarán por los golpes que un hombre borracho le ha dado a su hijo homosexual y…

-Es el hospital de mi familia. - Yoongi aclaró. - Déjamelo a mí, todo lo que quiero es que me respondas y me digas que después de lo que ha ocurrido denunciarás a ese hombre. Tu madre ni siquiera parece del todo consciente de lo que podría haber sucedido, no puedo saber si se debe al hecho de que la tomó desprevenida o si por lo contrario le tiene tanto miedo a tu padre que la idea de implicar a las autoridades la hace temblar. Pero me da igual, sinceramente no me importa ella sino tú.

-No puedo hacerlo todavía. - Taehyung pareció dudar un poco, no podía hacerlo pero sabía que tampoco podría regresar a casa. - Si lo hago y me voy… ¿Qué le pasará a mi madre?

-¿Podrías comenzar a pensar en tí por una maldita vez Taehyung? Reconozco que tu personalidad solidaria es realmente atractiva pero ahora debes pensar en cómo salvar tu culo, cuando estés bien quizás puedas ayudar a tu madre. - Yoongi tragó aire antes de llevar su mano hacia la de Tae para entrelazar los dedos con los de su jugador en un intento por proporcionarle animos. - Taehyung, si la quieres ayudar debes ayudarte a tí mismo primero. No podrás hacer nada si tu padre decide darte una paliza peor que esta y termina mal. Por favor, sé que es tu decisión y no pretendo que esto suene como una especie de persuasión pero si tomas acciones legales dejaré que te quedes en mi casa. Si lo que te preocupa es no tener un sitio en el que que refugiarte, puedes quedarte conmigo.

Taehyung dudó.

-¿Qué hay de mi madre?

-Te lo he dicho, primero debes estar bien para poder ayudarla. No parece querer reconocer que debe separarse de su marido, yo… He estado hablando con tu madre antes de que se fuese a la comisaría. Todavía tiene mucho en lo que pensar pero sabe que no es justo pedirte que te quedes bajo el mismo techo que tu padre, comparte mi miedo de que la próxima vez la paliza sea peor. No quiero empujarte a algo que no deseas, pero realmente siento que debes empezar a pensar en tí mismo.

A Kim Taehyung le llevó un tiempo encontrar algún pensamiento claro entre toda la confusión, no sabía lo que debía hacer o qué paso debería tomar para llegar hasta una opción con consecuencias positivas. Pero de alguna manera la voz llena de sinceridad de su entrenador lo ayudó un poco a decidirse.

-Quizás… ¿Podría quedarme contigo unos días y pensarlo bien? Sé que no puedo regresar a casa ahora que mi padre sabe que soy gay, pero todavía quiero ordenar mis ideas y tomar las decisiones con una imágen clara del lugar al que quiero llegar con ellas. Tomaré acciones legales contra mi padre, solo necesito planear una forma de hacerlo en la que ni mi madre ni yo salgamos afectados.

Yoongi suspiró mientras asentía.

-Puedes quedarte conmigo todo lo que necesites siempre que decidas denunciar a ese hombre, toma el tiempo que quieras para decidir el modo adecuado de hacerlo. Taehyung, debes empezar a cuidarte en lugar de dar todo de tí para los demás, estoy seguro de que si Hoseok estuviese en esta situación no dudaría ni por un segundo en pedirle que se alejara de su padre. Eso es lo que intento decirte yo a tí, la justicia debería castigarlo por lo que lleva años haciendote a tí y a tu madre.




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Hii!!

Feliz Navidad 🥳
Ha sido casualidad pero el destino ha querido que el día de actualización del capítulo que marca el final del primer arco de esta historia cuadré en Navidad. A partir de aquí se abrirá un nuevo cuadro de la historia donde podréis ver como Taehyung y Yoongi se hacen pareja y el papel de un nuevo personaje (Jimin) en su ecuación.

Espero de verás que os haya gustado. Es mi humilde regalo para vosotres esta Navidad.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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