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Capítulo 51 : WET EYES

“Esta es una tonta y enamorada carrera de amor. Hazme correr más. Por favor hazme correr más, incluso si mis pies están llenos de cicatrices, porque sonrío siempre que te veo.”

-RUN Ballad Mix
(Forever Young - BTS)


Durante lo que restó de partido Min Yoongi solo pudo tener una cosa en la cabeza, quería ganar ese juego por Taehyung. Su base merecía un poco de felicidad y las cosas parecían nunca alinearse a favor de este para que eso sucediese, así que simplemente decidió que esa mañana él y el resto de miembros de su equipo de baloncesto que tendrían que hacerse responsables de poner una sonrisa en el rostro de ese muchacho. Yoongi ya ni siquiera podía dejar caer sobre la mesa la posibilidad de perder cuando le había dicho a Kim que le haría llegar una medalla, una que este pudiese poner alrededor del cuello de su progenitora a pesar de todo lo que había salido mal ese fin de semana.

Aún no sabía si el objetivo que se había marcado era descabellado o no, pero incluso la idea de hacer salir a Jung le pareció buena teniendo en cuenta que a este le importaba Taehyung tanto o más que a él. Los dos eran mejores amigos y lo demostraban constantemente, si había un jugador motivado para derrotar al equipo de la universidad de Gyeonggi ese era Hoseok. Así que quizás esa manía del escolta por tratar de marcar a toda costa podría ser buena en una situación en la que el equipo contrario parecía inmune ante el árbitro, las trampas eran algo constante y eso era algo que no parecía que fuese a cambiar en el transcurso de los últimos minutos de partido.

Min supo que su idea había sido adecuada cuando la llegada de Jung a la cancha supuso el inicio de la remontada para el equipo de Daegu, como él había pensado el mejor amigo de Taehyung no dudó ni por un solo instante en dar todo de sí para lograr que la pelota entrase limpiamente en la canasta una vez tras otra con o sin trampas por parte del equipo contrario. Estaban recuperándose, y era una verdadera pena que su base no se encontrase en la pista para verlo con sus propios ojos.

Hoseok pensaba lo mismo, era una verdadera pena que esa mañana él no pudiese jugar al lado de Taehyung como lo había hecho desde que tenía memoria. Pero al menos la imagen de este continuaba lanzando oleadas de ánimo a cada parte de su cuerpo, como el propio entrenador Min había mencionado tras dejar que el equipo médico se llevase a Tae…

-Vamos a hacerlo por él. Vamos a ganar por Taehyung.

Rotura meniscal.

Taehyung podía sentir las palabras del médico bailando en su cabeza a pesar de que sus ojos todavía se encontrasen repletos de lágrimas y todo a su alrededor se sintiese completamente confuso. Era imposible no pensar en ello cuando la simple mención de lo que tenía provocaba que el oxígeno se atrancase en su garganta.

Rotura meniscal. Rotura meniscal. Rotura meniscal.

¿Cómo iba a realizar su trabajo durante el fin de semana con una rotura meniscal? Podría moverse por la gasolinera con muletas para atender a los clientes habituales, los cuales eran casi siempre los mismos en la zona en la que él trabajaba, pero era prácticamente imposible pedalear en su bicicleta con la pierna hecha un verdadero desastre. Y por supuesto, incluso si ahora su madre se lo permitía ya no podría jugar al baloncesto, ni tan siquiera entrenar. Por no hablar de la posible reacción de esta a la noticia de que se había lesionado, podría tratar de mentirle diciéndole que se había torcido el tobillo pero definitivamente ella no era tonta. Su madre había vivido mucho, podía captar una mentira con la misma facilidad que él le quitaba las cortezas al pan para sandwiches.

Reposo era una palabra que no conocía, una a la que le temía de sobremanera teniendo en cuenta que para poder sobrevivir debía moverse.

-Es una lesión de rodilla bastante común, la gran parte de actividades en las que se genera fuerza al girar la rodilla de manera repetitiva pueden derivar en una rotura de menisco o incluso el simple hecho de usar movimientos forzosos sobre ella… - el doctor caminó hacía la pantalla del ordenador en la que se encontraba aumentada la resonancia. - Es relativamente sencillo pero eso no significa que no sea grave o doloroso, por supuesto que un profesional que suele trabajar con deportistas podrá darte muchos consejos buenos sobre cómo facilitar la curación de… - un montón más de palabras que Taehyung ni siquiera pudo escuchar por completo, o al menos no procesarlas. Sus oídos captaban lo que el hombre trataba de decirle sin ningún problema, era su mente la que parecía negarse a aceptar que se había roto el menisco y necesitaría seguir una serie de pausas entre las que muy probablemente se encontrasen el reposo y la imposibilidad de jugar por un tiempo. - Como decía…

Su mente continuaba dando vueltas cuando el sonido de los nudillos de alguien sobre la puerta interrumpió las palabras del doctor, e incluso a través de las lágrimas que continuaban resbalando de sus ojos pudo percibir la figura preocupada de su entrenador acercándose con algo en las manos.

-¿Qué es? ¿Qué tiene? - Min se dirigió al doctor con cierta calma antes de llegar hasta Taehyung, pero fue su propio jugador el que respondió a su pregunta.

-Rotura de menisco. - a Taehyung le dolió la pierna con el simple intento de incorporarse en la camilla para apartar las lágrimas de sus ojos con un pañuelo de papel que la enfermera le había ofrecido en silencio minutos atrás, probablemente consciente de que su dolor interior era casi tan grave como el exterior. Agradecía aquello, el que alguien hubiese percibido lo roto que se encontraba después de haber sufrido una lesión como aquella en su primer partido de verdad.

Yoongi solo pudo abrir los ojos con sorpresa después de escuchar la respuesta de su jugador, sabía lo que una rotura de menisco suponía pero aún así se acercó al chico y puso la mirada sobre el doctor para escuchar todo lo que este tuviese que decirles. Su mano no tardó más que un segundo en sostener la de Taehyung para ayudarle a acomodarse sobre la camilla de la consulta, quién ahora se encontraba medianamente sentado y con la espalda encorvada en una muestra de dolor que no le pasó desapercibida a su entrenador.

No hacía más que mirarse las manos en un intento por evitar la resonancia que el doctor se empeñaba en seguir señalando mientras hablaba, trazando círculos imaginarios en el aire con un bolígrafo de tinta roja en el proceso.

-Como le estaba explicando a su jugador, la rotura de menisco es en realidad común en atletas que practican deportes con una gran carga de giros y fuerza sobre la rodilla. Ya sea debido a pivotes o saltos que hacen recaer todo el peso del cuerpo sobre esta. - el hombre señaló nuevamente la resonancia que mostraba la zona afectada en la pierna de Taehyung. - La rotura puede causar dolor e hinchazón, también puedes sentir que tu rodilla se bloquea o percibir que no logras estirarla por completo. Por el momento recomiendo comenzar con el tratamiento que no implica cirugía, vamos a darle tiempo a la lesión para que sane a través del reposo. Si te duele puedes usar hielo, también te recetaré medicamentos para combatir el dolor y por supuesto debes reposar incluso si sientes que no te molesta demasiado para caminar. Nada de seguir usando tu rodilla porque de repente sientes que te duele un poco menos, quiero que sigas mis recomendaciones durante un mínimo de tres semanas y después de eso debes acudir a un especialista para que analice la evolución de la rotura. Con un poco de suerte ni siquiera tendrás que entrar en un quirófano. ¿Entendido?

Taehyung asintió, todavía jugueteando con sus manos y sintiendo el toque de su entrenador como una muestra agradable y cálida sobre su pierna sana. Yoongi estaba trazando líneas de manera lenta con las llemas de sus dedos sobre la piel expuesta de su rodilla derecha, tal vez en un intento por hacerle sentir a Kim que no estaba solo. O incluso buscando su propio alivio al lograr deshacerse de todos los nervios que había obtenido al tener que mantenerse en la cancha mientras su base se encontraba completamente solo con un equipo de médicos.

Él mejor que nadie sabía lo agobiantes que podían llegar a ser las salas de hospital cuando uno se lesionaba, durante su adolescencia había obtenido más de dos o tres lesiones jugando al baloncesto y en cada ocasión el hospital le resultó casi una cárcel. La calefacción siempre resultaba estar demasiado alta, las ventanas habitualmente se mantenían cerradas y los médicos a menudo usaban un lenguaje que los mantenía lejos de la peligrosa situación de sentirse demasiado ligados a un paciente incluso cuando se trataba de una afección completamente sencilla.

Sus padres lo querían ver trabajando en un lugar así, pero si difícilmente lograba soportarlo como paciente o acompañante… ¿Qué le esperaría si finalmente obtenía una carrera y accedía a las oposiciones para lograr un puesto como cirujano en algún hospital de Corea? Solo esperaba que si eso llegase a ocurrir, fuera lejos de Daegu. Tremendamente lejos del lugar que lo había visto nacer y crecer, a la par aislado de esa familia que desde hace un tiempo parecía succionar cada resquicio de ilusión o vida de su cuerpo.

Lejos muy lejos…

-Entrenador. - Yoongi despertó de su pequeño revoltijo de pensamientos cuando la mano de Taehyung buscó la suya. El rostro de su jugador demostraba lo muy asustado que este se encontraba. - No quiero regresar a Daegu este lunes…

Taehyung estaba susurrando, consciente de que a pesar de que el doctor y las enfermeras habían abandonado la sala todavía se encontraban en un hospital.

-¿A qué te refieres con que no quieres volver? No te puedes quedar aquí ingresado por una rotura de menisco, el doctor te ha dado las pautas y …

-Lo sé, sé eso. - Taehyung levantó la mirada lo suficiente como para clavar los ojos sobre su entrenador. Esperaba que la necesidad y súplica pudiese verse sin necesidad de usar una cantidad excesiva de palabras, porque no se sentía con las fuerzas necesarias para comenzar a explicarle los motivos que lo habían llevado a temer una vuelta a Daegu. - Por favor, sé que mi madre confía en usted pero no quiero regresar. Deje que me quede un poco más, yo…

-Taehyung, realmente eso no está en mis manos. - Yoongi se movió, alcanzando la medalla que había olvidado y que se encontraba en el interior de la palma de su mano izquierda. - Mira lo que hemos conseguido para tí, ¿no quieres ponerla alrededor del cuello de tu madre? Tienes tu medalla, como te prometí…

Taehyung negó, rechazando con la mirada y sus manos la medalla que Min le ofrecía.

-No quiero regresar. - susurró. - Porque cuando regrese tendré que explicarle a mi madre que las lesiones son normales en el baloncesto y no sé cómo ella se tomará eso, también tendré que decirle a uno de mis jefes que ya no podré repartir leche en mis zonas durante el fin de semana y al otro que… Seré un poco más lento de lo normal poniendo gasolina porque lo haré sosteniéndome sobre muletas para no cargar demasiado sobre la rodilla. Oh y está eso otro… Yo no puedo pagarme un especialista para que se ocupen de mi pierna, no lo podría hacer con dos trabajos tan siquiera, así que ahora que tendré uno menos… Será imposible. Solo… quiero quedarme por un par de días más así. Aquí no tengo que explicarle a mi madre ciertas cosas o enfrentarme a la posibilidad de que mis jefes quieran prescindir de mí para siempre. Yo…

-Está bien. Entiendo. - Yoongi abrió la palma de la mano izquierda de Taehyung y depositó la medalla sobre esta. - Lo entiendo, pero no podrás escapar de ello para siempre. ¿Solo un par de días?

Taehyung asintió, percibiendo las lágrimas arrastrarse por la piel de su cara de nuevo.

-Un par de días. No necesito más que eso. - prometió el base.

Yoongi suspiró.

-El tratamiento lo cubrirán los patrocinadores del equipo.- mencionó antes de levantarse para alcanzar las muletas que el doctor les había dejado antes de salir de la sala.- Me encargaré de ello, así que céntrate por completo en tener una recuperación segura.

Yoongi observó a Taehyung por unos instantes antes de quitar las llaves del contacto del coche, su base se veía completamente demacrado y las lágrimas parecían nunca parar de resbalar sobre sus mejillas a medida que sus acristalados y rojizos ojos continuaban humedeciendose. No importaba si este había dormitado durante gran parte del trayecto en coche debido a los calmantes que el doctor le proporcionó antes de dejar el hospital como método para paliar el dolor, porque incluso entre los suspiros de su sueño el entrenador pudo escuchar sollozos.

-No tardaré. - Min se giró hacia Taehyung y llevó una mano hasta la mejilla empapada de este, su voz era un susurro porque era consciente de que el chico todavía necesitaba descansar un poco más. Taehyung en realidad necesitaba una cama sobre la que poder recostarse, no un incómodo asiento de coche como el que ahora ocupaba.

Yoongi había conducido hasta Seúl y estaba dispuesto a pedirle un favor a su mejor amigo solo por ese chico que ahora se negaba a mirarlo a los ojos.

- Tae, vas a estar bien. Te lo he dicho varias veces desde que dejamos Gyeonggi y te lo vuelvo a decir ahora. Incluso Hoseok te lo dijo cuando fuimos al hotel a por tus cosas, esto es algo temporal y si has podido salir adelante todo este tiempo también lograrás vencer una mala circunstancia más. No es acerca de si tu madre decide no dejarte jugar porque te has lesionado y tampoco es acerca de si tu maldito jefe cree que la mejor opción es despedirte porque ya no le sirves para repartir leche. Toda esta cosa, esta mala mierda, es acerca de tí y para recuperarte necesitas centrarte únicamente en eso. Voy a ayudarte, pero debes comprometerte con las pautas que el médico te ha marcado.

-Es fácil decirlo cuando no es usted el que necesita el dinero, al igual que tampoco es usted el que se refugia en el baloncesto a diario. - Taehyung se atrevió a mirar a su entrenador a los ojos, y la mirada que este le dedicó le estaba indicando que en ese instante podían volver a ser ellos mismos sin la necesidad de usar formalismos. Esos que en realidad siempre se sentían extraños después de todo lo que los dos habían compartido a lo largo de varias semanas. - Tú no eres el que se ha roto el menisco en el primer partido de verdad que puedes jugar, ni tampoco eres la persona que tendrá que lidiar con una madre sobreprotectora Yoongs.

-¿Bromeas? Soy responsable de tu persona al completo. - Yoongi golpeó levemente el hombro de Taehyung, tratando de aportar un tono bromista a sus palabras. - Si hay una persona a la que tu madre va a comerse por haber permitido no solo que su hijo se lesione, sino que este regrese a casa más tarde de lo prometido…

-Ese eres tú. - terminó Taehyung, una diminuta sonrisa haciendo destacar sus bonitos labios entre toda esa tristeza que su rostro portaba ese día.

-Exacto. - Yoongi suspiró, regresando la mirada hacia la cafetería que lo esperaba a solo unos pasos del lugar en el que había aparcado el coche. En el exterior la lluvia volvía a caer con fuerza, había sido así desde el preciso instante en el que los dos tomaron el coche para moverse hacia una dirección que el resto de los miembros del equipo no tomarían. - Y también soy el que le tendrá que explicar al rector de la universidad el motivo por el que no acudiré a trabajar mañana. Así que si compartimos esto, debes prometer que vas a preocuparte al menos en un veinte por ciento por tí mismo. ¿Trato?

Taehyung suspiró, sin saber bien qué decir extendió sus nudillos para chocar su puño contra el del entrenador Min. En momentos como ese recordaba que ellos dos de alguna forma se habían vuelto cercanos, o al menos eso pensaba antes de que un par de días atrás Yoongi decidiera parar lo que sea que ambos habían empezado a forjar.

-Okay. Esperaré aquí y seré un buen chico, solo ve… No hagas esperar a tu amigo.

Yoongi sonrió con ganas, y cuando se inclinó para besar la mejilla de su jugador fue en realidad casi por instinto.

-Duerme un poco más, tus ojos se están cerrando solos. Ha sido un día complicado, por favor descansa hasta que regrese. - Yoongi seguía cerca de su base cuando este cerró los ojos, siguiendo su petición.

Taehyung no dijo nada, no protestó o le echó en cara que había sido él quien pidió que ambos se mantuvieran tras la línea de la profesionalidad. Una línea que en realidad Min creía que podía saltarse en una situación como aquella, era momento de preocuparse por su jugador y tal vez también de ayudarle a recuperarse con todo lo que el proceso conllevaba.

Primer paso, pedirle a Seokjin que los acogiera durante un par de días en su casa de Seúl.

Segundo y jodidamente aterrador paso, hablar con la madre de su base para que esta pudiese entender que las lesiones eran algo común en el deporte. Todos los atletas se lastimaban de vez en cuando, era eso lo que los hacía tan sumamente fuertes a través de los años y la experiencia.

-Me estoy volviendo completamente loco, no tiene sentido. Sencillamente no lo tiene. - Jin suspiró por tercera vez desde que Yoongi se había sentado en aquella mesa dispuesto a pedirle un favor realmente importante. - Es confuso, es difícil de definir y eso hace que me sienta como un adolescente de diecisiete años de nuevo.

-¿Entonces te gusta ese tipo? - Yoongi sonrió mirando hacia su amigo. De todas las cosas que había esperado durante esa conversación, el que Seokjin se encontrase nuevamente ilusionado con una persona era sencillamente inesperada y mucho más teniendo en cuenta todos los fracasos amorosos por los que este había pasado. Al igual que él mismo, Jin había decidido declararle la guerra a la necesidad de encontrar pareja desde mucho tiempo atrás.

Seokjin se mantenía mirando hacia él con aspecto nervioso, las manos de este repiqueteando sobre la madera de la mesa de la cafetería y sus ojos confundidos creando una imagen en cierta forma graciosa si el entrenador Min se paraba a pensar en la ironía que todo aquello suponía. Él también sentía que Taehyung era confuso, difícil de definir y bueno… Sí, ese muchacho lo llevaba hasta los años de adolescencia que el miedo y los escándalos de ser empujado fuera del armario le habían robado.

-Jungkook, se llama Jungkook. No es tan difícil Yoongi. Y no, me atrae, lo cual es peor porque hace mucho que no siento una atracción sexual tan fuerte y no quiero cagarla. No es como si no pudiese controlarme, no soy un maldito conejo pero lo acabará notando.

-Jin, acabas de darme la razón. El chico te gusta, eso es todo. Te conozco y eres lo suficientemente profesional como para que eso no afecte a tu trabajo - Yoongi le quitó importancia al asunto aunque en realidad él no era el más indicado para hablar sobre un tema como aquel. Ni tampoco sobre el hecho de aceptar que la atracción en cierta manera podría implicar que una persona le gustaba a la otra, después de todo sentirse atraído hacía alguien suponía pensar en algo de su agrado. ¿No era acaso de ese modo como la atracción siempre funcionaba?

Por supuesto Taehyung había sido y seguía siendo más que simple sexo, ese era el problema. Era el motivo por el cual inevitablemente se había obligado a sí mismo a ponerle un fin a esos extraños resquicios de sentimientos que fueron surgiendo poco a poco. Sentimientos que se crearon a través de pequeños momentos. Con cada una de las noches en las que el muchacho se quedó dormido entre sus sábanas, tomó una ducha apurada en su baño, caminó con el cabello corto húmedo por el pasillo de su casa con alguna de las camisetas que le prestó o se sentó a su lado para desayunar mientras los dos ponían la mirada sobre los dibujos animados de las mañanas de domingo o la predicción meteorológica del sábado.

-Hay formas distintas de verlo. Cuando me gusta una persona no pienso directamente en follarlo y mirar sus gestos para saber cómo reacciona a mí. - Jin le dedicó un gesto incómodo. - Atracción, lo he dicho. No estoy siendo cabezota, sino sincero. Hay una atracción que está ahí desde el momento en que lo vi, tiene el tipo de físico que siempre llama mi atención y no es rudo a todas horas, tiene un punto sensible.

Yoongi solo bufó, cansado de las vueltas que su amigo le daba a algo tan sumamente simple. Era fácil cuando se trataba de otras personas, lo difícil llegaba si estaba ligado a sus propios sentimientos.

-Atracción o romanticismo, no importa. - si tan solo fuese tan fácil de entender cómo le estaba haciendo creer. Sin duda era el tipo de persona que nunca lograba seguir sus propios consejos, hipócrita. Definitivamente lo era. - El caso es que esa persona te gusta para una cosa o la otra.

-En cualquier caso, solo podría saber eso si después de tener relaciones con él empiezo a sentir que quiero más. Jungkook es un buen chico, le tengo cariño pero aún no sabe lo que quiere y tratar de ir más allá de la simple relación entrenador y entrenado con él es inadecuado. Así que si tienes razón y me gusta, no cambiará nada.

-A veces la frontera entre entrenador y entrenado acaba cayendo por su propio peso - susurró Yoongi mirando hacia el exterior. La lluvia empapaba los cristales de la cafetería y el ambiente cálido que la luz amarillenta junto al olor a café recién molido debería proporcionar, se tornaba en algo frío y sin importancia cuando recordaba los ojos tristes de su jugador. Como las gotas de lluvia de ese día, la mirada de Tae no había dejado de mostrarse húmeda ni por un solo instante tras abandonar la clínica médica en la que le habían dicho que tenía el menisco roto.

En la calle, dentro de su coche, un chico de cabello negro levemente ondulado dormía después de días sintiendo dolor. Porque mucho más allá de la lesión de su pierna, el base convivía con dolores mucho más difíciles de curar, el tipo de heridas que la vida se encargaba de ejercer contra las personas que se empeñaban en seguir levantándose a pesar de caerse constantemente. Kim Taehyung no se había separado de él desde lo ocurrido tras la última competición de baloncesto y a Yoongi le había parecido demasiado cruel despertarlo para hacerlo entrar a la cafetería.

—Jin, necesito un favor. ¿Podría quedarme con uno de mis jugadores un par de días en tu casa?

Kim Seokjin observó extrañado a su amigo pero asintió.

Y ese asentimiento se sintió como una enorme sensación de alivio para el entrenador Min cuando regresó al coche y el sonido de la respiración calmada de Taehyung lo recibió. Estaba dormido de nuevo, pronto podría darse una ducha, quitarse la equipación del equipo de baloncesto que todavía portaba y acomodarse en una mullida cama con mantas que cubriesen su piel lo suficiente como para que el frío no lo molestase en ningún momento.









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Hi!!

Nuevo sábado y nuevo capítulo. Cómo siempre os digo, espero que os haya gustado. Realmente me encanta cuando I Love Mr.Swag y I Hate U Mr.Handsome se entrelazan porque me vienen recuerdos de los momentos en los que escribía IHUMH.

Dejadme saber vuestras opiniones  si así lo queréis y en cuanto pueda contestaré comentarios, la semana pasada estuve algo ocupada pero con un poco de suerte esta tendré más tiempo.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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