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Capítulo 49: "YOUR MOST HONEST SMILE"

"Te conozco en mi corazón, tus palabras reconfortantes voy a repetirlas, a abrazarte y a regresar a cuando en ese entonces eramos cálidos. Donde sea que vaya, donde sea que este no puedo dejar de extrañarte."

-Tell Me
(INFINITE)




Taehyung se dejó caer sobre la cama del hotel y le dedicó una rápida mirada a su mejor amigo. El día anterior había pasado mucho más rápido de lo que él esperó tras lo sucedido durante la mañana, lo cierto es que el entrenador Min se mantuvo con una actitud sorprendentemente amigable mientras los dos recorrían las instalaciones del equipo contra el que jugarían ese fin de semana. Y tras aquello, cuando el viaje de vuelta hacia el hotel les regaló la vista de un par de arcoiris sobre el horizonte de la carretera y la tranquilidad envolvió con calidez el interior del vehículo, los dos se encontraron charlando con una total normalidad.

Sí, Min Yoongi había dicho el día anterior que no quería continuar con la rutina en la que los dos se habían envuelto de forma completamente inesperada, pero por suerte hasta ese instante ninguno había reaccionado de una forma incorrecta. Los dos estaban siendo maduros, y eso era lo adecuado incluso si a Taehyung le resultaba difícil pensar que ya no podría pensar en su entrenador como algo más que tan solo eso.

-Entonces... - Hoseok acababa de llegar al hotel, al igual que el resto de miembros del equipo de la universidad de Daegu. - ¿Estás bien?

Taehyung se limitó a suspirar mientras giraba en la cama hasta apoyar por completo la espalda sobre el mullido colchón. Le tomó al menos un minuto encontrar la respuesta adecuada, aunque ese día había amanecido bastante animado todavía le costaba un poco entender que ahora el entrenador Min ya no podía gustarle. Porque el contrario se había cansado de la rutina que los dos compartieron por el último mes y ya no quería bailar con él hasta la mitad de la madrugada en el medio de la pista de Bellum, porque esa persona que reactivó su corazón tras un tiempo sin encontrarle interés a ninguna de las personas que asomaban la cabeza a su vida... Él, su entrenador, simplemente no compartía esos sentimientos que comenzaban a crecer en su interior.

Y Taehyung tenía que entender, quisiera o no, que la sensación de bienestar que el contrario le proporcionaba a su cuerpo ya no regresaría. Pretender insistir en lo contrario solo sería un error basado en la desesperación, uno que no estaba dispuesto a cometer. Kim conocía más que un par de cosas acerca del sufrimiento temporal y la ansiedad, porque sus días a menudo eran eso en resumen. No iba a ser el responsable de causar que una persona se sintiera acosada, así que si Min Yoongi no lo quería en su vida del mismo modo en el que Taehyung quería a este... Lo aceptaría sin protestas o excusas inapelables.

-Estoy bien, me ha gustado durante algunas semanas. No es como si los dos hubiéramos tenido una relación o estuviéramos enamorados Hoseoki. - mencionó, todavía pensando bien en sus palabras. - Además, sabes la cantidad de personas que hay en el mundo. Puede que todavía tenga oportunidad de encontrar a mi media naranja.

Sí, claro que cuando lograse obtener un trabajo lo suficientemente estable como para huir de la casa en la que residía con su madre de la mano. Era consciente de que ninguno de sus progenitores aceptaría su sexualidad, pero al menos su madre sería un poco más voluble a la hora de perdonarlo por atreverse a ser él mismo.

Hoseok sonrió ante la expresión de Taehyung mientras apoyaba la espalda sobre la mesa tocador del hotel. Podía ver tristeza en los ojos de su mejor amigo, de la misma forma en la que también era capaz de afirmar de que este no estaba tan destrozado como cabía esperar. Aquello era bueno, una persona no debía convertirse jamás en el mundo de otra sin importar la cercanía entre las mismas. Sobre todo en un caso como el de Tae, porque ese chico que ahora estaba acostado en la cama de un hotel con los ojos clavados en el techo era el mismo muchacho que a diario tenía que enfrentarse a un hogar roto.

-Puede que me odies por decirte esto, pero creo que es bueno. - Hoseok caminó hacia la cama del base y se dejó caer a un lado de este. Con la espalda contra el colchón pero los ojos lejos del techo, pues su mirada se encontraba fija sobre el perfil del contrario. - Necesitas a alguien seguro de que te quiere, hay muchas cosas tambaleantes en tu vida. Si inicias una relación creo que lo mejor es que sea con una persona que pueda afirmar lo mucho que te ama en cualquier momento, y el entrenador Min no parece el indicado para esa tarea.

Taehyung frunció los labios en un puchero antes de girarse para mirar directamente a los ojos a Hoseok.

-Eso es un poco egoísta. Ninguno de los dos parecéis tener en cuenta mi opinión en vuestra idea de lo justo o injusto. - suspiró. - Además, hay muchas personas que aman desesperadamente pero no logran demostrarlo a través de las palabras. Tú adoras a tu hermana pero nunca te he escuchado decírselo.

Hoseok asintió.

-Pero ella sabe que lo hago porque se lo demuestro a diario. Lo que intento decir es que si el entrenador no está seguro de sentir o tan siquiera querer algo más... Entonces lo mejor es que te lo haya dicho antes de que tus sentimientos tuvieran oportunidad de hacerse más profundos. Te gusta desde hace unas semanas y ese es el motivo por el que te encuentras bien a pesar de que te ha dicho que desea terminar con vuestra rutina de sexo amistoso y encuentros en un bar clándestino de Daegu que la mayoría de gente detesta.- explicó Jung. - Si por causalidad llevase gustandote cuatro o cinco meses sería un poco más duro, ¿y qué me dices si llevase gustandote por años? ¿No sería eso terrible?

Taehyung observó con curiosidad a Hoseok, viendo en los ojos de este un brillo al que no lograba darle un motivo concreto. Así que aún con un poco de confusión en su mente, decidió que solo quería disfrutar de su mejor amigo mientras sus ideas comenzaban a tomar un orden razonable.

-Vamos a jugar, he escuchado que hay una cancha en el hotel. - Taehyung observó el feo uniforme de trabajo que había estirado sobre su maleta de mano, probablemente se verían como cinco personas mucho menos afortunadas que sus adversarios. Pero como el entrenador le había dicho, muchos de los mejores jugadores de baloncesto tuvieron la calle como única y principal enseñanza. - Todavía quedan horas hasta que tengamos que movernos hacia la cancha del equipo contrario para el entrenamiento y la prueba de material. Así que por favor, comamos algo y juguemos como siempre lo hemos hecho Hoseoki.

Hoseok se limitó a sonreír en grande, un asentimiento fluyendo de su boca antes de tan siquiera darse cuenta. Hacía un tiempo que no jugaban al baloncesto por el simple hecho de hacerlo, ambos extrañaban estar en una cancha juntos sin nada más a parte de ellos y un balón. Con la diversión como único y más que perfecto objetivo.

La tarde llegó en un abrir y cerrar de ojos, y con esta el último entrenamiento antes de que el partido se llevase a cabo. Taehyung podía sentir el modo en el que las luces de los fluorescentes azules de la cancha de Gyeonggi lo cegaban, estaba acostumbrado a las grandes bombillas amarillentas de la cancha de su universidad. De alguna manera sentía que el nuevo lugar parecía frío, vacío del extraño sentimiento de calidez y confianza que le proporcionaban las viejas paredes conocidas de su polideportivo. Cualquier persona podría pensar que era absurdo, pero él había encontrado un hogar en las mañanas y tardes de entrenamiento con sus compañeros. La universidad de Daegu nunca fue su sueño, no al menos esa a la que acudía, pero ahora apreciaba el hecho de poder pasar sus días estudiando para forjarse un futuro.

La decoración, pintura de las paredes o incluso el propio suelo de esa cancha eran bastante mejores de lo que él ocasionaba a ver, por no hablar del importante detalle de que el equipo contrario no estaba patrocinado por un par de políticos de extrema derecha que buscaban votos fáciles. Sus compañeros parecían ajenos a todos esos sentimientos de desapego que él se encontraba experimentando, el entrenamiento parecía fluir con tanta normalidad como de costumbre mientras él se movía por acto reflejo y la voz de Min Yoongi sonaba de fondo dando consejos o expresando peticiones acerca del juego de cada uno de ellos.

Jay no tuvo problema alguno en sostener el balón cuando Minho, el principal escolta de su equipo teniendo en cuenta que el entrenador Min pensaba que Hoseok era demasiado egocéntrico a la hora de tomar decisiones en la cancha, se lo hizo llegar a través de un pase elevado con una estupenda potencia, y tras eso la pelota se coló en la canasta de forma completamente limpia a pesar de la distancia.

Si había algo que Taehyung podía reconocerle a su entrenador era su habilidad para seleccionar a jugadores. Incluso a pesar de que él siguiese pensando que con Jung Hoseok cerca, su juego y el del equipo al completo mejoraría notablemente. Era cierto que a veces su mejor amigo actuaba de forma egoísta en la cancha al arriesgarlo todo lanzando el balón incluso cuando todo indicaba que podría fallar, pero siempre lo hacía con el objetivo de anotar a cualquier costo. No había un mejor tirador que él, Minho era sin duda bueno pero no mejor que Hoseok. Y estaba seguro de que Yoongi era plenamente consciente de ese detalle porque le dedicaba el suficiente tiempo a Jung, tiempo que le regalaba la esperanza de que en algún momento su mejor amigo pudiese dejar el puesto de suplente para pasar a jugar a su lado en la cancha. Base y escolta, mejores amigos, compañeros de juego y confidentes. Siempre había sido de ese modo para ambos.

-Bien, muy bien. - la voz de Min se escuchó con eco en la enorme cancha del equipo contrario mientras jugaban un partido de prueba entre ellos. - Seguid practicando esa coordinación que me acabáis de mostrar. Base, escolta, alero. La combinación es buena y está funcionando, no os dejéis llevar sin tener en cuenta a los demás.

Taehyung apoyó las manos sobre sus rodillas y respiró mientras sus ojos seguían los movimientos de Hoseok, su mejor amigo estaba actuando como escolta de la parte contraria a la suya en ese entrenamiento. Min no parecía dispuesto a dejarle salir a jugar en el partido de mañana y eso aunque fuese infantil lo hacía sentirse excesivamente nervioso, era su primer juego de verdad lejos de casa y tener una mano conocida cerca le hubiera ayudado de sobremanera.

-Vamos a practicar los pases mano a mano, iniciareis de nuevo a mi señal. - Min Yoongi caminó alrededor de la cancha, con los ojos volando de un jugador a otro pero siempre atento a los movimientos rápidos y certeros de su base. - ¿Alguien quiere decirme qué es lo más importante del baloncesto?

-¿El bote? - Hwan habló con la respiración entrecortada mientras mantenía su defensa infranqueable.

Yoongi no respondió.

-¿Qué me dice del pase, entrenador Min? - la voz de Kim se coló en sus oídos y no le hizo falta cruzar miradas con este para saber que se encontraba en movimiento, haciendo rebotar su balón para a continuación realizar un pase con las dos manos sobre la cabeza, permitiendo que Minho lo alcanzase sin problemas.

-¿Y qué me decís vosotros dos del equipo? - esa vez decidió responder, frenando sus pasos para mirar a su base. - Como base deberías tener al equipo en tu cabeza siempre, Kim. Todos debéis tenerlo. - concretó. - Hay muchas personas en el mundo creando debates acerca de la característica más importante para un jugador, pero un solo jugador bueno no hará nada sin el apoyo de su equipo. Os pido eso, quiero que trabajéis juntos mañana para ganarle al adversario.

Trabajar en equipo. Taehyung le había escuchado decir eso tantas veces al entrenador Min que comenzaba a resultar exageradamente repetitivo.

Pero obedeció, decidió que durante del partido del día siguiente se concentraría en la situación del equipo por encima de la suya propia.

Yoongi apoyó su mano sobre la espalda de Kim a pesar de que sabía que no era el movimiento más inteligente del mundo teniendo en cuenta lo que le había pedido a este hace tan solo dos días. Pero su base parecía sumamente nervioso, y eso derivó en que él mismo se sintiera de esa manera. Tenía que encontrar una forma de tranquilizar a Taehyung antes de que el partido diese comienzo o de lo contrario su base se perdería en sus propios pensamientos durante el juego, era algo común en Taehyung y ni siquiera podía echarle algo en cara teniendo en cuenta la situación que este atravesaba en su casa.

Pero ese día no se trataba de un entrenamiento a puertas abiertas con público o una simple jornada rutinaria de práctica, no era uno de esos días en los que Kim podría tranquilizarse a sí mismo a través de bromas con sus compañeros. No. Esa mañana jugarían contra los jugadores de otra universidad, con las canchas repletas de personas dispuestas a animar a un equipo que conocían bien, pero con casi ninguna presente para darle fuerza a ellos a excepción de tal vez un par de familias de sus jugadores. Y siendo sincero, Yoongi no estaba seguro acerca de si la presencia de padres suponía un alivio o una carga más para aquellos jugadores que se veían casi empujados a demostrarle a sus progenitores que eran buenos en lo que hacían. Él sabía por su experiencia lo que la presión de los familiares lograba ocasionar en las personas.

-Ven conmigo, vamos a charlar por un minuto. - Min se agachó para susurrar cerca del oído de su jugador mientras su mano subía desde la espalda hasta la nuca de este, ignorando el hecho de que se encontraban en el medio del vestuario con el resto de chicos moviéndose a su alrededor mientras se cambiaban. - Pareces excesivamente nervioso y no quiero que eso te afecte a la hora de jugar.

Taehyung tragó un enorme sorbo de agua de su botellín y asintió, sus pies moviéndose casi por acto reflejo para seguir a su entrenador hacia el túnel de jugadores. Incluso cuando todavía se encontraban en el interior de las instalaciones y ni siquiera habían subido a la cancha desde la que ya se escuchaba el revuelo de la gente, estaba increíblemente nervioso.

-Nunca he jugado tan lejos de casa. - confesó. - Y de hecho eso no deja de afectarme, estaba bien hasta la mitad de esta mañana pero ocurre que mi madre no ha llamado y eso me preocupa tratándose de ella. Como sabe es algo sobreprotectora conmigo, me asusta que le haya podido ocurrir algo.

Yoongi asintió, sus ojos buscando la mirada nerviosa de su base antes de apoyar las dos manos sobre los hombros de este.

-Entiendo, de verás lo hago.- mencionó con calma. Su atención estaba centrada exclusivamente sobre el chico situado frente a él y tuvo que frenar su impulso de querer acariciarle la mejilla para prometerle que todo estaría bien. Porque eso no es lo que haría alguien que tan solo se sentía como un entrenador normal y corriente hacia un jugador que conocía desde hace relativamente poco. Por mucho que la expresión castigada de Taehyung estuviese logrando que sus instintos de protección surgieran desde lo más profundo de su ser. - Tengo su número y ella sabe que juegas esta mañana, es probable que no quiera preocuparte. De todos modos la llamaré y te pasaré el teléfono para que puedas tranquilizarte. ¿Está bien?

Taehyung se limitó a asentir, sumido en un silencio poco común que hacía saltar todas las alarmas del entrenador Min. Prefería mil veces al jugador que no dejaba de protestar, antes que a ese muchacho sumamente callado. Y lo prefería porque después de todo la personalidad de Kim era hiperactiva cuando se sentía bien. Que de sus labios las palabras que salían fuesen contadas… Era una mala señal que Min Yoongi había aprendido a entender sin dificultad alguna.

Si no había bromas absurdas, protestas constantes o sonrisas forzadas, entonces significaba que su base no se encontraba en el mejor de los momentos.

-Bien, siéntate aquí. Voy a llamarla, me tomará solo un minuto.

Yoongi acomodó a Taehyung en uno de los bancos de plástico del pasillo que recorría las instalaciones de los jugadores, tras alcanzar el teléfono de su bolsillo se dejó caer al lado de este y llevó una de sus manos hasta la de su jugador para sostenerla con un resquicio de fuerza. Quería apoyarlo y hacerle saber que estaría ahí para ayudarle, ya fuese como entrenador o ser humano.

El hecho de que resultase contradictorio dejaba de importar si en el proceso podía lograr que Kim Taehyung volviese a parlotear como lo hacía habitualmente.

-Señora Kim. - Yoongi sonrió ante la atenta mirada de su base, quién había modificado las posiciones de sus manos para entrelazar sus largos dedos. - Todo va bien, no tiene que preocuparse por nada. De hecho la llamaba para decirle que el partido comenzará en treinta minutos y su hijo se encuentra un poco nervioso por el detalle de que usted no lo ha llamado. Taehyung quiere asegurarse de que todo va bien en casa, le pasaré el teléfono a él para que puedan charlar.

Taehyung usó la mano libre para tomar el teléfono que su entrenador le estaba cediendo, no queriendo deshacerse del agarre que le proporcionaba un poco de tranquilidad. Si había malas noticias tras la línea, probablemente necesitaría apoyarse en alguna persona y su entrenador parecía más que una opción correcta. Min Yoongi era la elección adecuada porque mientras que Hoseok sabía comprenderlo, su entrenador no dudaba en darle opiniones sinceras y realistas. La mezcla de su mejor amigo y el hombre que ahora sostenía su mano era aquello que Taehyung necesitaba en los malos momentos, las palabras dulces de alguien que trataba lograr que mantuviese la esperanza bien alta y las frases sinceras de una persona que lo empujaba a luchar por el control de su propia vida.

-Mamá… - Taehyung fue el primero en hablar, y cuando una risa cálida se coló a través de la línea supo que todo iba bien. - Te encuentras bien, ¿cierto? ¿Has tenido mucho trabajo con la huerta? Sabes que el médico te dijo que bajarás tu nivel de trabajo y…

-He estado bien hijo, tu padre está en el bar pero es probable que vuelva lo suficientemente borracho como para no molestarse en comprobar si estás en casa. He llenado la nevera con sus botellas favoritas, no habrá pregunta alguna por su parte. - un suspiro acompañó las palabras de su progenitora. - Por desgracia solo nos busca cuando no tiene lo que quiere. Me he encargado de todo, no tienes que sentirte preocupado. Has llorado durante años para salir de Daegu, disfruta de tu juego con tus compañeros hijo. No tienes que comportarte como el responsable siempre, ¿okay? Sé que siempre insisto en que mantengas los pies en el suelo pero también me gustaría que obtengas un poco de felicidad, por favor hazlo por mí.

Taehyung volvió a sonreír, la sinceridad asomándose a las arrugas que se formaban con cierta gracia alrededor de su mirada y los hoyuelos clavados sobre sus mejillas mientras asentía a lo que su madre decía. Min Yoongi estaba seguro de que había pocas cosas tan atractivamente bonitas en el mundo que se pudieran comparar a lo que una sonrisa real de su base era.

-¿Todo bien? - susurró, apretando los dedos de su mano alrededor de los de Taehyung. Y a pesar de que se imaginaba la respuesta, el hecho de que su base asintiese felizmente llenó su corazón de calidez.

-Me alegra escuchar eso mamá, prometo que disfrutaré del partido y pondré todo de mi para anotar. - Taehyung relamió sus labios. - Ma… recuerda no trabajar demasiado, no arriesgues tu salud por dinero. Mantendré mis trabajos a pesar de los partidos, el viejo Choi dice que puedo recuperar los días perdidos durante las vacaciones.

Yoongi se mantuvo escuchando, incluso si eso estaba mal en cierta manera. Y precisamente debido a ello se dijo a sí mismo que haría una llamada a la tienda de leche para la que trabajaba Taehyung con el único objetivo de ampliar su pedido, podría tal vez decirle al hombre que su repartidor era realmente eficiente y a su perro le encantaban las galletitas que este siempre le llevaba. Podría ayudarlo un poco, solo hasta que Tae lograse salir de la casa en la que estaba condenado a vivir mientras no pudiese obtener un trabajo lo suficientemente bien remunerado como para encontrar un sitio en el que residir con su progenitora.

Pasaron solo un par de minutos mientras ideaba ideas más propias de un idiota enamorado que de un entrenador que no quería tener nada que ver con sus jugadores más allá de la responsabilidad necesaria que envolvía su trabajo, incluso se planteó acudir a la gasolinera en la que el chico le había mencionado que trabajaba algunas tardes. Tal vez para dejar una buena crítica sobre el universitario que le ponía gasolina…

-Entrenador Min.- Taehyung soltó su mano sin prisa, y Yoongi se obligó a despertar de su pequeña ilusión inconcebible. - Gracias por llamar, mi madre está bien y me ha pedido que disfrute del partido. Dice que quiere verme feliz y le he prometido esforzarme para que eso sea así. Estoy listo para jugar.

Min sonrió, asintiendo mientras se levantaba y guardaba el teléfono en el bolsillo de su pantalón de deporte negro.

-Bien, entonces vamos a enseñarle a estos idiotas snobs lo buenos que pueden a llegar a ser los jugadores de una universidad que hasta hace poco ni siquiera tenía patrocinadores para su equipo.¿Te gusta la idea?

-Me gusta.

Taehyung dió un pequeño salto para levantarse, de nuevo con una preciosa sonrisa en los labios que a Yoongi no se le pudo escapar.




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Hii!!

¿Cómo estáis cositas hermosas? Nuevo sábado y nuevo capítulo que de verás espero que os guste. Solo quería deciros que cada vez falta menos para que el nuevo arco de la fic surja y aparezca Jimin.

¿Tenéis curiosidad?
Pronto. Ya veréis.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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