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Capítulo 34 : WANTED MAN

“Ellos no lo sabían cuando me soltaron, le disparé al sheriff y deslicé la soga. La ley nunca ha sido amiga mía, mataría de nuevo para no cumplir condena. Nunca deberías confiar en los de mi clase.”

-I’m a Wanted Man
(ROYAL DELUXE)


(Recomiendo leer con la canción de multimedia en cuanto Taegi esté en Bellum. )




-Noche de demonios.

Taehyung sonrió cuando escuchó las palabras salir de la boca de su mejor amigo. No todas las noches tenían una temática definida en Bellum pero aquellas en las que los organizadores les dejaban saber a sus clientes habituales que el local se teñiría de un tópico concreto, solían ser las mejores. Lo eran porque las paredes se teñían de nuevos colores, los bailarines portaban trajes relucientemente llamativos y la música estaba cargada de un tono especial que combinaba con los disfraces de la gente que se amontonaba en la pista para liberarse de todos esos problemas que los habían estado persiguiendo durante la semana.

Porque Bellum no solo era el sitio donde Hoseok y él acudían cada fin de semana con el objetivo de sentirse parte de algo, Bellum era ese lugar de Daegu en el que las personas lograban dejar salir sus verdaderas personalidades entre unas paredes que respaldaban cada una de sus preferencias. Allí daba igual a quién decidían amar o besar, sencillamente no importaba nada siempre que los clientes cumpliesen con el requisito de respetarse mutuamente. Y aunque de vez en cuando se colaba algún idiota, Bellum también suponía un punto seguro para todos los miembros del colectivo LGTBI+ que no se atrevían a volar con las alas abiertas en una sociedad tan asfixiante como la suya.

Así que Taehyung solía encontrar un hogar entre la música y luces escandalosas de la pista de baile de aquel local, del mismo modo en que lo hacían su mejor amigos y muchas otras personas a las que jamás podría llegar a reconocer del todo si estas acudían con un disfraz bien pensado. Eran muchos los que se escondían en alter egos que distaban completamente de las personas que eran ante el público en sus rutinas diarias. El celador del centro médico, la conductora del autobús que llevaba a los niños al colegio, el dentista… Cuando Hoseok y Taehyung entraban en Bellum sabían que estaban rodeados de personas tan normales como ellos, seres humanos obligados a esconderse tras maquillaje y pelucas que les permitían buscar aquello que deseaban sin miedo a ser reconocidos o juzgados.

Kim y Jung incluso compartían la idea de que muchos de los asistentes habituales de Bellum eran figuras públicas importantes que jamás podrían salir del armario sin arriesgar sus puestos de trabajo, madres y padres de familia que se vieron obligados a formar ese hogar que sus progenitores de alguna manera le exigieron y en general personas que no podían gritarle al mundo que su amor era correcto porque sabían que el mundo nunca se molestaría en entenderlos. Personas como ellos dos.

-¿No ha habido una temática así en otras ocasiones? Juraría que nos hemos vestido de demonios más veces, quizás en Octubre del año pasado. - era un fin de semana de celebración porque él había regresado al equipo y porque Hoseok le ayudó en casi la mayoría del proceso. A eso se le sumaba que su humor estaba comenzando a crecer después de varios días sumido en la depresiva sensación de que su vida era un completo círculo cerrado de inutilidad. - Pero me da igual, puedo vestirme de lo que sea si con eso disfrutamos de nuestra fiesta personal, espero que hoy sea una noche grandiosa. Estoy en el equipo de baloncesto de nuevo, gracias a tí. ¿Sabes eso, cierto? No sé lo que habría pasado si yo hubiese tenido que enfrentarme al proceso de contarle la verdad al entrenador… No podría haberle dicho a Min lo que realmente pasó, me rescataste Hoseoki. Definitivamente estaba comenzando a hacerme a la idea de que el equipo de baloncesto se quedaría completamente fuera de mis planes.

Hoseok sonrió, sentándose en la cama de Taehyung mientras observaba la forma en la que este rebuscaba algunos lápices de ojos en el maletín de maquillaje que nuevamente les había prestado su hermana.

-No tienes que agradecermelo, te lo he dicho. Empezaba a cansarme de verte llorando por todas las esquinas de la universidad, así que me limité a tomar la iniciativa de charlar con el entrenador acerca de todo eso que tú deberías haberle dicho desde el inicio. - Hoseok se dejó caer completamente sobre el colchón de la cama, con sus ojos posados ahora sobre el techo de la habitación de su amigo. Él estaba seguro de que lo que hizo no fue demasiado, no si tenía en cuenta las muchas veces que Kim le había guardado las espaldas desde el día en el que se conocieron. Era una cuestión de dar y tomar, ambos se debían muchísimo el uno al otro.  - De todos modos, eso es lo que se supone que hace un buen amigo. Solo nos tenemos el uno al otro ahora, ha sido así desde hace un tiempo y quiero cuidar la amistad que compartimos. Hay muchas personas con grandes grupos de amigos… Ese no es nuestro caso Tae. - Hoseok jugueteó con sus manos por un instante, pensando bien en sus siguientes palabras. - Somos… No lo sé, hemos tenido muchos conocidos e incluso amigos en el equipo de baloncesto del instituto y nos llevamos bien con nuestros compañeros de la universidad pero nunca ha sido como lo que nosotros dos compartimos. Eres la única persona que puede decirme a la cara que no soy heterosexual usando una lista de hechos que te han llevado a pensarlo.

-Incluso si tú sigues insistiendo en que eres solamente un chico hetero que admira el cuerpo de Wonho. - Taehyung bromeó, aún sabiendo que su mejor amigo estaba tratando de iniciar una charla seria. - Y no quiero decir que alguien hetero no pueda admirar el cuerpo de alguien de su mismo sexo, la clave está en que tus ojos brillan cuando lo ves a través de una pantalla.

Taehyung estaba seguro de que de hecho el mundo sería mucho más amable si la gente pudiese admirarse mutuamente sin que la identidad sexual, raza o estilo de cada ser humano importase una mierda. ¿No eran todos homo sapiens después de todo?

-Hablo en serio Taehyung. No tenemos demasiadas personas importantes en nuestra vida, es genial que siempre estemos el uno para el otro o de lo contrario el mundo sería muy solitario.

Taehyung se limitó a asentir, claro que opinaba del mismo modo que Hoseok pero pensarlo hacía que la tristeza se depositase sobre su garganta como un parásito imposible de arrancar. Los dos tuvieron muchos amigos en el instituto, pero ninguno que compartiese la carga que significaba ser homosexual en secreto. Porque incluso si Hoseok todavía lo negaba de vez en cuando, la homosexualidad había ayudado a que su lazo de amistad se hiciese muchísimo más fuerte.

Era… Ellos dos compartían esa sensación de pánico que les generaba el hecho de poder ser descubiertos por sus padres. El miedo a que las personas que formaban su grupo más cercano decidiesen darles la espalda por algo tan absurdo como la persona que decidían amar. Aquello los había unido de forma instantánea, no importaba lo mucho que Jung continuase negando la realidad porque los dos sabían que si se entendían el uno al otro en parte se debía a que sus sentimientos se parecían.

-Lo es Hoseok, siempre me rescatas cuando decido encerrarme en mi cabezonería.

Los dos amigos sonrieron, en cierta forma Taehyung estaba seguro de que su vida hubiese sido mucho más difícil sin la figura razonable que Hoseok suponía para él. Porque mientras que su amigo pensaba varias veces las cosas antes de actuar y ponía sobre una balanza imaginaria todos los pros y contras, Tae estaba acostumbrado a dejarse llevar por la cruda emoción del momento.

Min Yoongi no sabía porqué había cedido ante la curiosidad cuando la pantalla de su teléfono se iluminó con un mensaje entrante de los organizadores de las noches temáticas del local al que se había prometido a sí mismo no acudir de nuevo. Sin embargo ahí se encontraba, haciendo fila una vez más en el exterior de Bellum y vestido completamente de negro, con una pésima sombra de ojos que había logrado pintar más o menos sobre sus párpados después de que el pincel entrase en contacto con su globo ocular unas tres veces debido a su enorme torpeza para aquello que envolvía el maquillaje. Rodeado de personas que portaban los más llamativos o curiosos atuendos, ese era el ambiente que había logrado captar su atención desde la primera vez. El sitio desprendía un aura de libertad que era casi imposible de encontrar en cualquier otro lugar de Daegu.

Porque en la simple fila que las personas hacían para poder acceder a Bellum, Min Yoongi había sido capaz de ver a hombres usando faldas, tacones, estética colorida, tatuajes e incluso ropa decorada a base de lentejuelas y tachuelas. Esa sencilla cola de espera resumía a la perfección lo que el local era, un lugar para todas las personas que a menudo sentían que debían esconderse ante el mundo en una sociedad tan sumamente cerrada como lo era la suya. Y eso quizás también era la explicación al motivo que seguía provocando que Min Yoongi decidiese ir todos los fines de semana a pesar de que cada uno se prometía en silencio que sería la última vez. Nunca lo era.

Namjoon se encontraba a su izquierda, sosteniendo unas horribles diademas con dos cuernos que se iluminaban en la oscuridad y que un chico le regalaba a cada uno de los asistentes. Ahí estaba su otra razón, una de tantas, su amigo había empezado una rutina al insistir cada viernes sobre su asistencia a Bellum durante el fin de semana. Así que Yoongi aprovechaba la ocasión para fingir que estaba haciéndole un favor, todavía no era capaz de admitir con claridad que lo cierto era que el local atraía toda su atención del mismo modo en el que lo hacía una de las personas que probablemente ya estuviera bailando en la pista en ese preciso instante.

¿Cómo sería ver a Taehyung vestido con temática demoníaca? De algún modo el entrenador estaba imaginándose ropa rasgada y lapiz de ojos negro, quizás un poco de maquillaje rojo y lentillas. No lo sabía, pero viendo al resto de asistentes sus teorías comenzaban a tomar forma de manera completamente inevitable. Era un ser humano y en cierta forma aquello excusaba su inadecuada curiosidad.

-Me ha dicho que funcionan con bluetooth y se iluminarán al ritmo de la música. ¿No es curioso? - Namjoon rompió el ritmo de sus pensamientos, alzando las diademas con luces en forma de cuerno como si se tratase de la mejor cosa del mundo. - Me gusta que hayan pensado en añadir cosas como esta. Parecerá que estamos en un concierto.

Yoongi se limitó a forzar una sonrisa como respuesta a la par que alcanzaba su diadema de demonio con un asentimiento de cabeza desinteresado. Por mucho que estuviese tratando de convencerse acerca de que lo que le había causado curiosidad era la temática, eso distaba de la realidad. Lo cierto es que quería ver de nuevo a su jugador y quizás comprobar hasta dónde llegaba la condición que Taehyung le había mencionado durante su charla de unos días atrás.

Dejarse llevar. Un acto tan sencillo como aquel implicaba el mayor de sus terrores, porque cada vez que se permitía tomar una decisión sin meditarla lo suficiente, algo salía mal. Su vida era el mejor ejemplo de cómo seguir a su corazón en lugar de escuchar a su cerebro no era una opción adecuada para él.

-Venga, anímate Yoongi. Ni siquiera tenía pensado venir esta noche pero cuando me lo pediste no pude evitarlo. Hoy eres tú quién me ha arrastrado a Bellum. - Namjoon pasó un brazo alrededor de sus hombros en un muy cliché intento de lograr que se sintiese mejor.

Tan jodidamente hetero. A veces Yoongi creía lo hacía intencionalmente, Namjoon podía llegar a ser un gigante prototipo de chico hetero que pasaba el brazo sobre los hombros de aquellos amigos a los que apreciaba pero sin sentimentalismos de por medio.

-Si me das un golpe en el brazo o la espalda te juro que me marcharé, sé que ha sido mi idea pero todavía estoy lidiando con el detalle de que lo que me ha atraído hasta aquí es mi base y no el hecho de que vaya a estar rodeado de chicos guapos disfrazados de demonios sexis. - Yoongi se apartó levemente del toque de Namjoon. - Nada de golpes, ya he pasado por eso y lejos de...

-Tienes que empezar a sincerarte contigo mismo amigo. - Namjoon definitivamente dió ese golpecito sobre el brazo de Min creyendo que era la mejor forma de animarlo. - Vamos, es solo curiosidad. No te van a considerar el peor entrenador del mundo por admitir que uno de los jugadores te parece atractivo, eres humano y además de tener ojos te gustan los hombres. Sería un enorme problema si fueses su profesor pero eres su entrenador, no hay demasiada diferencia entre vuestras edades y los dos sois lo suficientemente grandes como para poder decidir sin que entre en juego el detalle de la influencia. No estás empujandolo a nada y él tampoco está empujandote a tí. Lo único que hay entre vosotros es química en funcionamiento.

-Parece muy simple cuando tú lo dices, Taehyung solo tiene diecinueve años y según la ficha que me cedió tras unirse al equipo, hasta diciembre no cumplirá los veinte. - Yoongi suspiró. - No hace demasiado tiempo desde que la mayoría de edad en Corea eran los veinte en lugar de los diecinueve, y en efectos humanos la mayoría de la gente sigue considerando a los chicos de diecinueve como menores. Definitivamente hay diferencia entre nuestras edades.

Namjoon rodó los ojos, colocandose la diadema y empujando levemente a Yoongi hacia la entrada del local donde el portero se encontraba colocandole a los asistentes sellos con el logotipo de Bellum sobre la mano.

-Deja de complicarlo todo. En los 2000 la mayoría de edad estaba en los veinte años, ahora lo está en diecinueve pero la edad no es lo que te está haciendo temblar. ¿Acaso no fue ese chico quién de alguna manera te animó a obtener una follada en el baño? Tú no lo obligaste, no le hiciste meter su polla en tu culo. - Namjoon miró a su amigo antes de entrar. - Tampoco te hace temblar el que él sea uno de tus jugadores, lo que te aterra desde aquello es enamorarte y ser lastimado. Tus parejas han sido un desastre porque jamás les has permitido obtener confianza y eso siempre ha terminado en que se acaben cansando  de ti y tus traumas. Si lo que hay es atracción, deja que esta fluya. No tienes porque enamorarte de un chico solo porque te ha dado una buena atención sexual y un par de besos.

Complicado. Namjoon lo había denominado de ese modo pero para Min era más que sencillamente complicado, para él era aterrador. No solo Taehyung sino la combinación de este y el detalle de tener que dejarse llevar dentro de Bellum.

-Dejalo. No podrías entenderlo, Nam.

-Te sorprendería lo bien que puedo entenderlo, ahora mueve tu confuso culo hacia el primer piso. Será más fácil encontrar a tu lindo jugador con menos gente en la pista, en cuanto esto se llene tendremos un problema si a él no le gusta subirse a las plataformas para bailar.

-Deberíamos sumarle a eso que vendrá disfrazado de demonio… - suspiró. - En serio, quizás esto ha sido mala idea. Todavía podemos irnos.

-Yoongi. - Namjoon apoyó de nuevo su brazo alrededor de los hombros del entrenador Min. - ¿El objetivo de todo no es que él te ha dicho que te ayudará a dejarte llevar?

-Bueno, esa era la condición pero…

-Entonces deberías dar el primer paso. Para que tu jugador pueda ayudarte, debes entrar del todo en Bellum y no quedarte en el segundo piso viendo a las personas divertirse sin tí. Siempre puedes escabullirte si es demasiado o sientes que no te gusta el ambiente, estás pensándolo demasiado.

Taehyung podía sentir la música estallando en los altavoces a su alrededor mientras Hoseok y él caminaban hacia el interior de la pista. Sus ojos habían estado posados en la puerta de entrada por al menos media hora, pero el entrenador no había asomado todavía su cabeza por esta. No lo culpaba, podía entender que quizás cumplir con su condición podría significar perder un poco de profesionalismo en la cancha porque no importaba cuanto los dos se dijesen que Bellum era un mundo aparte, ellos sin duda saldrían de ese sitio recordando cada suceso. No era posible borrar un par de elecciones tras salir del local, si fuese de ese modo él mismo habría tratado de poner a un lado el detalle de que en realidad su entrenador le parecía un poco más cálido de lo debido tras aquella noche en la que los dos se dejaron llevar por completo y cometieron el error de perderse uno en las manos del otro.

Así que si Min decidía que no le convenía o simplemente no quería aceptar su condición, entonces él lo aceptaría completamente sin demasiados problemas de por medio. Claro que todavía era temprano, la pista ni siquiera estaba repleta de personas juntándose las unas a los otras más de lo que lo harían en cualquier otro sitio, con el maquillaje corrido por el sudor de horas saltando al ritmo de la música y los disfraces comenzando a convertirse en algo completamente secundario mientras el ser humano real asomaba los ojos por encima de sombras de ojos, máscaras, látex y pelucas. Sin embargo, cada nota que sonaba lograba que sus ganas de empezar la noche se extendiesen por todo su cuerpo, no podía culpar a su mejor amigo por arrastrarlo hasta el medio de la pista por muy vacía que esta se encontrase en ese instante.

Así que Kim Taehyung decidió sonreír en grande, porque tras un tiempo sin haber visitado el paraíso que para él suponía Bellum todo lo que quería era posar sus pies en el medio y medio de la pista de baile para hacer girar su cuerpo sin sentido hasta marearse por completo.

-¿Todo bien? - Hoseok preguntó, sumiéndose en el ambiente que ya comenzaba a inundar la pista poco a poco.

-Todo perfecto. - respondió Taehyung con una enorme sonrisa sobre sus labios rojos.

Un pantalón de falso cuero que se pegaba a él como una segunda piel, la bonita chaqueta oversize que la hermana de Hoseok le había prestado con flecos que seguían los movimientos que su cuerpo realizaba y por supuesto la tostada piel de su torso al aire siendo iluminada por los fluorescentes de neón azulado. Taehyung no tenía una figura física de ensueño, sus abdominales se marcaban levemente mas no tanto como los de su mejor amigo y le gustaba aquello, el aspecto equivocado para muchos y la armonía incomparable para otros. Si bien todos creían que era un muchacho delicado debido a su figura física delgada, las cosas solían cambiar en cuanto sus labios se topaban con una persona que encajaba del modo adecuado con sus intenciones. Porque Kim Taehyung había sufrido y seguía sufriendo lo suficiente en su vida como para querer hincarse de rodillas ante alguien, no era un idiota que se negase a ceder su culo pero sabía lo que le gustaba y marcaba los límites desde el instante en el que alguien parecía interesado. Por muy atractiva que fuese la persona, él prefería ver a otros colocando las piernas contra el suelo.

Respetaba a aquellos que sabían comportarse en las dos situaciones pero sabía que en gran cantidad de ocasiones los chicos tan rotos como él se limitaban a hincarse de rodillas y ejercer un papel sumiso para reclamar esa amor que tanta falta les hacía. También respetaba aquello, con toda su alma, sin embargo él disfrutaba más del sexo cuando era solo eso. Un acto cargado de placer y química con el que en lugar de recordar malos momentos o tratar de huír de ellos, simplemente decidía dejarse llevar con la contundente seguridad de haber encajado bien con el contrario.

Él solo hincaría las rodillas cuando conociese a esa persona adecuada que le diese la seguridad de mostrar más partes de su persona que la que se empeñaba en portar como una máscara. Porque para alguien que siempre había estado en el otro lado de la balanza, hincarse sonaba demasiado profundo como para limitarse a probarlo con cualquier ligue de una sola noche.

-”If you ask me to change I don't know, if I can. I'll always be, who I am.” (Si me pides que cambie no sé si podré. Siempre seré, quien yo soy.)

Taehyung dejó que su voz escalase hasta su garganta con fuerza, sus pies golpeando el suelo al ritmo de la canción, sus manos fingiendo tocar un riff en una guitarra imaginaria, sintiéndose completamente renovado mientras estiraba los brazos y movía su cabeza sin vergüenza alguna. Sin prisa ni preocupaciones, porque en Bellum lograba sentirse el dueño del mundo. En Bellum no había normas acerca de quién ser o cómo ser. En Bellum él no tenía un padre alcoholico o una madre tan tradicional que podría desear quemarlo en la hoguera si confesaba amar a otros hombres y disfrutar del sexo libre de tabues cada fin de semana. Sexo duro, sexo vainilla, siempre sano, con uno o dos hombres y mucha protección, pero liberal al fin y al cabo. Una madre que podría repudiarlo por el simple detalle de tener condones en su cartera y un carnet que lo identificaba como miembro activo del movimiento LGTBI+ en Daegu.

-”I'm a wanted man. I got blood on my hands, do you understand? I'm a wanted man.” (Soy un hombre buscado. Tengo sangre en mis manos, ¿lo entiendes? Soy un hombre buscado.)

Un miembro de Bellum, del paraíso oculto que Daegu albergaba en una calle secundaria de un pequeño barrio no preparado para ver con buenos ojos la forma en la que las personas decidían divertirse sin juzgar a quien bailaba a su derecha o izquierda.

-¿Kim?

Una mano sobre su espalda, el lento roce de inseguridad de una persona tratando de averiguar si bajo la purpurina de sus mejillas se encontraba el base de un equipo de baloncesto que había temido tener que dejar. Y la abertura de un par de ojos cuando el entendimiento deja paso al conocimiento.

-Te estaba esperando. ¿Vienes a cumplir mi condición, Min?

Yoongi bufó levemente cuando su jugador posó una mano sobre su espalda para animarlo a caminar hacia una de las mesas de la primera planta de Bellum, a sus lados la gente ya comenzaba a amontonarse en la pista de baile coloreada de arcoiris y eso inevitablemente lo hizo observar. Él realmente se había saltado de lleno la etapa en la que supuestamente debería haber salido con sus amigos para divertirse, así que a su joven edad se sentía tan de piedra como el Baco de Miguel Angel.

-Pensé que no vendrías. - Taehyung amplió su sonrisa, la purpurina de sus mejillas brillando cada vez que las luces de neón parpadeaban.

-Eh… - Min dudó. - En realidad no quería venir pero mi mejor amigo estaba decidido a ver qué era lo que supuestamente Bellum ofrecía durante la noche de demonios. Es una temática un poco curiosa, supongo…

Taehyung asintió, manteniendo su boca cerrada a pesar de la sonrisa mientras se inclinaba para posar la espalda en el respaldo de su silla. Había algo en el modo en el que su entrenador le apartaba la mirada y observaba a las distintas personas que se movían por Bellum, que de cierta forma lo convertía en una persona adorable. Un hombre que no se parecía absolutamente en nada a ese frío ser humano que se presentaba cada día ante la cancha de baloncesto y sus compañeros de equipo.

-Bueno, ahora ya estás aquí. A cambio de cumplir las condiciones que me has puesto, tú tendrás que cumplir la mía. La primera parte implica que dentro de Bellum somos iguales, adiós a cualquier vocabulario de respeto más allá del amigable. ¿Hay algún tipo de problema con eso?

Yoongi se limitó a encogerse de hombros.

-Está bien, creo que de ese modo será más sencillo cumplir tu condición. - Yoongi no era idiota, sabía que Taehyung no estaba haciendo aquello por o para sí mismo. Por lo que solo había dos opciones, o bien su jugador pretendía gastarle una broma pesada para reírse de él a sus espaldas o bien este realmente era más solidario de lo debido. Algo que en realidad ya había visto al presenciar la forma en la que este creyó en cada palabra de Hwang sin necesitar nada más que la palabra del muchacho.  - ¿Por qué estás haciendo esto Taehyung? ¿Qué te hace pensar que no puedo entrar en un local por mí mismo y simplemente divertirme un poco?

-¿Olvidas que fui yo quien te rescate de un cercano ataque de fobia social durante la fiesta de la pintura? Vamos Min, te veías realmente pequeño en medio de toda la gente pero cuando cedí mi mano comenzaste a divertirte del modo adecuado. Eso me hizo pensar en que quizás solo necesitas a alguien que…

Yoongi negó, dejando que el aire fluyera de sus pulmones hasta su boca con calma. Forzándose a no responder mal, porque tal vez su jugador estaba siendo sincero y la condición de este estaba basada en buenas intenciones.

-No tengo muchos amigos pero eso no significa que no tenga al menos un par de ellos lo suficientemente buenos como para ser ese alguien que me intenta animar a salir de mi burbuja. Quizás no te has parado a pensar en el importante hecho de que me encanta la tranquilidad, las fiestas no son lo mío del mismo modo que tampoco lo es tener que disfrazarme o cargar con cosas como esta. - Yoongi señaló la diadema de luces que se había colocado tras atravesar la puerta de Bellum.

Y de nuevo Kim Taehyung se mantuvo en silencio, sus ojos brillantes de curiosidad mientras escuchaba el modo en el que el entrenador levantaba un poco la voz para poder hacerse escuchar sobre el sonido de la música y los canturreos de aquellos que se encontraban disfrutando de la noche.

-A mí no me gustan del todo las fiestas pero me gusta Bellum.- Tae se encogió de hombros. - No hay muchos lugares en Daegu donde una persona como nosotros pueda… ser libre. La homosexualidad no está bien vista y mi casa se parece bastante a una mazmorra, así que aunque admito que me encanta la idea de pasar los fines de semana en pijama mientras deboro una palomitas y me veo cada una de las películas de Harry Potter… Bellum se siente mucho más como un hogar que mi propio hogar. No pretendo que lo entiendas, pero deja que te enseñe este sitio. Si no te gusta siempre puedes irte, no voy a pedirte que te quedes. Me estás ayudando con mi padre, lo menos que puedo hacer es darte una mano a cambio.

Bien, eso había sonado sincero por parte de su jugador pero a Yoongi todavía le llevaba más que unas simples palabras abrir la veda de confianza a la que su corazón se había cerrado desde hace años.

-Okay, eso suena razonable Kim. - suspiró. - ¿Cómo se supone que quieres tratar de ayudarme a dejarme llevar? ¿Qué debería hacer yo para… ser como tú aquí?

Taehyung negó de nuevo con la cabeza.

-No tienes que ser como yo. - se levantó de la silla, llevando una mano hacia el frente para animar a su entrenador a aceptar su invitación. - Solo tienes que ser como tú sin que esas piernas tuyas decidan corretear hacia la salida cuando todo comienza a ser divertido. De momento, ¿quieres bailar un poco?

Yoongi tardó varios segundos en analizar las palabras de su base, sus ojos estaban fijos en el detalle de que Kim realmente se había atrevido a asistir a un local repleto de gente sin una camiseta que cubriera la más mínima parte de su torso.

-No soy bueno bailando. - protestó, sin embargo aceptó la mano de su jugador.

-La mayoría de gente que nos rodea no lo es. - admitió Taehyung. - Hoseok lo es, aquellos que deciden subirse a las plataformas en su mayoría son bonitos o bailan mejor que el resto. Lo bueno de Bellum es que nadie va a juzgarte, además, es probable que en el medio de la pista solo puedas ver a las personas que te llaman la atención sin que el baile importe demasiado. Si le interesas a alguien se fijará en tu cara. - el base tiró levemente de la mano de su entrenador, en el instante en el que este estuvo cerca posó la mano libre sobre su pecho y lo empujó hacia la pista. - Mueve las manos y las piernas un poco al ritmo de la música. Es noche de demonios así que todo lo que sonará estará destinado a lograr que las personas se diviertan.

Yoongi tomó una enorme bocanada de aire, sintiendo la mano de Taehyung sobre su pecho antes de que este decidiera llevarla hasta su nuca en un movimiento lento que casi se sintió como una caricia buscada. Cuando la masa de gente comenzó a rodearlos, su base no dudó en hacer que sus cuerpos se estrellaran el uno contra el otro sin fuerza.

-Solo sígueme. Prometo que será divertido, Yoongisi.



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Hii!!!

Al final me ha dado tiempo a añadir la escena de la que os hablé en mi perfil, así que... ¡Nuevo capítulo de I Love U Mr Swag! Espero que os haya gustado baes.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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