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Capítulo 16 : INVITATION

“Fantasear sobre ver el mundo a través de los ojos de otro, sé que no ayuda. Solo me estoy recuperando, tengo que intentarlo. Tratar de tener en mente que, ¿qué es una mala noche en el paraíso? Solo tengo una vida, así que voy a vivirla.”

-Bright side of the moon ( Christian French )

El fin de semana siguiente a la tormenta que le regaló un par de días libres, Taehyung se permitió disfrutar del paseo en su nueva bicicleta mientras repartía leche en la última de las zonas que le faltaba por cubrir. Iba bien de tiempo e incluso estaba consiguiendo algunas propinas de esos clientes que generalmente se limitaban a colgar el dinero exacto en la puerta de sus casas.

Generalmente sus repartos habituaban a estar llenos de inconvenientes que derivaban en su jefe quitándole un porcentaje del sueldo por entregar la leche demasiado tarde, por suerte esa mañana su mala suerte parecía estar de huelga. Un par de repartos más y podría regresar a su casa para dormir una o dos horas antes de comenzar a ayudar a su madre con la colada y la comida.

El cielo estaba completamente despejado y aunque el ambiente no era del todo caluroso, él agradecía especialmente la suave brisa que acompañaba su camino en bicicleta por cada una de las calles de Daegu. Nunca había llevado bien el calor, así que a pesar del inicio del frío y los días grises, el otoño probablemente era su época favorita del año. Octubre estaba comenzando y con este llegarían los bonitos colores de los árboles que teñían sus hojas en mil degradados de rojo y amarillo. También empezarían las competiciones de baloncesto por las que Taehyung había estado esperando desde el inicio del curso, motivo que lo llevó a organizar un juego de baloncesto en el parque cercano a su casa con Hoseok y la hermana de este.

Pasar tiempo con sus amigos era un método de escape, así que aprovechaba cada hora libre a pesar de que su madre era excesivamente sobreprotectora y le exigía llegar a casa antes de que anocheciera sin importar que en solo unos meses fuese a cumplir veinte años. El colegio había sido un refugio en su momento, del mismo modo que lo fue el baloncesto y ahora lo eran su trabajo o las salidas con Hoseok en cada ocasión que lograba escabullirse del yugo que su progenitora parecía poner siempre sobre él.

Sencillamente odiaba estar encerrado en una casa donde los gritos eran constantes cada uno de sus días. La sensación de ansiedad y depresión se pegaba a su pecho como un pegamento imposible de arrancar.

-Su leche de plátano. - Taehyung depositó un pack de botellas de cristal en el alféizar de la ventana de la señora Lee y sonrió enormemente cuando esta no solo le proporcionó una generosa propina sino también dos fracciones de bizcocho de chocolate con nutella.

-Tienes que alimentarte niño, cada día estás más delgado. - la señora Lee tenía la misma edad que su madre y estas habían convivido en el mismo vecindario durante toda la vida. Era por eso que a menudo le cedía agradables desayunos a Taehyung. - Dile a tu madre que la tía Lee te dará la receta si te gusta, es una nueva creación.

Taehyung volvió a mostrar su sonrisa mientras llenaba sus mejillas con el delicioso bizcocho, uno que sabía tan bien como todos los que había probado de la mano de aquella mujer. La señora Lee tenía una tienda de pasteles cerca de su casa, a solo un par de minutos en realidad, y a menudo le compraba a su madre la fruta necesaria para la decoración de sus sabrosas tartas. Cuando era solo un niño él solía llevarle las bolsas de papel repletas de frutillas hasta la tienda, su propina favorita por aquel pequeño servicio eran los pasteles y desde entonces se había convertido casi en una rutina.

Ya fuesen bizcochos, tartas, pan dulce recién horneado o simplemente hojaldre con chocolate. Los dulces de la señora Lee eran algo que a menudo llenaba de felicidad a Kim Taehyung, quien generalmente no lograba controlarse ante el estímulo de una comida deliciosa.

Podría desear dinero de cualquier otro cliente, sin embargo estaba completamente feliz con un par de pasteles cuando se trataba de la señora Lee.

-Siempre me gustan tus recetas tía. - contestó, inclinándose levemente de forma cortés. - ¿Cuándo harás tarta de fresa?

-¿Quieres tarta de fresa? - la señora Lee dejó escapar una pequeña carcajada. - Llevas comiendo mis tartas desde que medías solo un par de centímetros. La haré el próximo fin de semana para tí si prometes conseguirme recipientes de leche más amplios y me traes algunos de los fresones más dulces de la huerta de tu madre. ¿Te parece bien?

-Cuenta con eso. - Taehyung alzó su mano para despedirse tras llenar su boca con el último pedazo de bizcocho. - Hasta luego, tía.

Estaba más contento de lo normal, en cierta forma su día había empezado bien y tenía la esperanza de que este continuase fluyendo de forma tranquila hasta esa misma noche. Porque en general sus rutinas tendían a ser lo suficientemente estresantes como para que los molestos sarpullidos aparecieran en su cuello. Después de trabajar ayudaría a su madre y tras ser libre de cualquier tarea se sumiría en una tarde repleta de baloncesto, además esperaba poder visitar Bellum acompañado por su mejor amigo cuando sus padres se durmieran. Como lo hacían la mayoría de fines de semana.

Esa noche el tema central serían las hadas, así que la hermana de Hoseok tendría que trabajar en la tarea de ayudarles a conseguir algún disfraz o maquillaje que pudiese verse bien en dos muchachos que todavía no sabían muy bien qué era lo que una temática como aquella significaba. A Taehyung le gustaría poder entrar en una de esas llamativas boutiques y comprarse enormes maletines de maquillaje, pero había varios problemas que envolvían su pequeño sueño: no tenía dinero para permitirse tal cantidad de productos de belleza, no podría esconderlos de sus padres y la zona de Daegu en la que residía era lo suficientemente pequeña y cerrada de mente como para que la dueña de la tienda pusiese una cara extraña cuando él se acercase a comprar una cosa así.

Todavía recordaba el modo en el que el dependiente del supermercado los había mirado a Hoseok y a él cuando Dawon les pidió que le comprasen tampones de forma urgente… ¿Acaso un chico no puede simplemente adquirir cualquier producto que quiera sin recibir miradas extrañas?

Con su mente repleta de recuerdos y la incógnita de cómo podría maquillarse esa noche, Tae continuó con su reparto felizmente. La suave llovizna otoñal acompañaba su trayecto hacia la última zona en la que tendría que repartir leche, le sobraban veinte minutos lo que implicaba que ese día no recibiría ninguna amonestación por realizar una entrega tarde.

-Leche de fresa. - sonrió, echando un rápido vistazo a las dos últimas botellas de leche.

Tras girar a la derecha Taehyung pudo observar el edificio en el que el entrenador Min vivía, siguió pedaleando hasta que la fachada completa se situó ante su mirada y alzó la vista. Se trataba de uno de esos lugares en los que los edificios parecían estar completamente pegados unos a otros, con los pequeños balcones sirviendo como tendales de ropa y algunas plantas decorando las barandillas exteriores. Si bien no era la zona más bonita de Daegu, para él tenía cierto encanto observar la gran diversidad de colores o estilos que las personas mostraban a través de la decoración de sus terrazas.

-Número… - Taehyung susurró para sí mismo, dando dos pasos atrás y manteniendo su mano suspendida en el aire antes de hacer sonar el timbre correspondiente a la casa del entrenador.

Podía localizar la ventana de la terraza del piso en el que Yoongi residía con gran facilidad, pues este era el único que mantenía el espacio de forma sobria y elegante. Con poca decoración y muebles útiles, la luz anaranjada de su casa también destacaba sobre las demás de un color blanquecino. Pero sobretodo, él podía saber que aquella era la terraza de su entrenador debido a las tres o cuatro pelotas de baloncesto que se encontraban situadas sobre una de las estanterías del pequeño balconcito.

No necesitó hablar después de pulsar el botón del timbre de Min, la puerta se abrió con pasmosa rapidez y Taehyung subió las escaleras con cuidado procurando que la leche de fresa que este había encargado no se derramase en lo absoluto. El último cliente del día.

-Cuidado con mi leche, Kim. - la voz de aviso del entrenador llegó hasta sus oídos en el instante en el que el perro de este volvió a escabullirse entre la puerta de la casa. - Holly, vuelve aquí.

-Eso puede tener muchos significados, entrenador Min. - Taehyung no dudó demasiado antes de llevar su mano hasta la cabeza del perro para acariciar cariñosamente los mechones rizados de este. - Su leche está completamente a salvo, ahora soy consciente de que tengo que tener cuidado con esta pequeña bestia y…

-¿Puedes pasar por un mínuto?

Cuando Tae alzó la mirada se encontró con una faceta de Min Yoongi realmente interesante, su entrenador parecía un poco tímido ante la petición que acababa de realizar en voz alta y las mejillas comenzaban a ruborizarsele mientras esperaba de forma impaciente una respuesta.

-Solo necesito hablar contigo de un asunto, será realmente rápido.

-Está bien entrenador, entraré.

Tras avanzar hasta el interior de la casa, el jugador de baloncesto tan solo pudo seguir a su entrenador en silencio. No sabía exactamente cuál era el motivo que había llevado a este a pedirle que entrase pero esperaba de verás que implicase una buena propina, porque si lo entretenía demasiado acabaría con una amonestación por haber realizado un reparto demasiado tarde y eso significaba que a final de mes no tendría demasiado dinero para repartir entre su madre y él.

Por su parte Yoongi podía notar sus manos completamente nerviosas, era absurdo mostrarse tan tímido ante la idea de pedirle una invitación a su jugador. Solo tenía que decirle que un amigo suyo sentía curiosidad por aquel local, de todos modos Namjoon lo acompañaría esa noche.

-Uno de mis mejores amigos me ha contado algo sobre la frase que me dijiste el día que tiraste todo mi pedido de leche por el suelo. - Yoongi caminó hacia la nevera y decidió recolocar algunas cosas innecesarias para evitar mirar a su jugador. - Si vis pacem para bellum, es la contraseña de un local bastante interesante según él me ha dicho. Su prometida es columnista en un periodico y le pidieron que hablase sobre este tema, por lo que sé la gente no está del todo feliz debido a que el sitio permite las muestras de afecto entre personas de cualquier tipo sin importar los géneros. - finalmente colocó las dos botellas de leche en la nevera y procedió a servir la comida de Holly por segunda vez esa mañana, evitando de nuevo la mirada de Kim Taehyung. - Mi amigo quiere ir y me ha pedido como favor que consiga una especie de invitación…

-Bellum es un lugar libre de homofobia, las invitaciones no son para cualquier persona entrenador. - Taehyung sonrió levemente, notando la forma en la que Min parecía estar evitando mirarlo a la cara. - La mayoría se las ganan, no las piden. ¿Cómo sé que puedo confiar en usted y su amigo?

Yoongi se detuvo por un instante, sin saber bien qué decir al respecto. Bien, él realmente no tenía porqué darle explicaciones a su jugador.

-¿Te parezco el tipo de persona que quiere entrar a un local para meterse en una pelea con alguien debido a su orientación sexual? - una respiración profunda le sirvió para pensar en qué decirle a su base. - Puede que mi amigo sea homosexual pero está en una fase de negación. - Yoongi bajó la mirada, dándole la espalda a Taehyung mientras fingía hacer algunas cosas. - Se va a casar pronto y quiere… Bueno, digamos que está intentando arrancarse la duda antes de dañar a su prometida más adelante. Solo faltan unos meses para su boda y no sería justo ir hacia al altar con dudas.

Taehyung observó con curiosidad a su entrenador, confundido de nuevo ante el hecho de que este estuviese mostrándose tan inseguro con cada palabra que salía de su boca.

-¿De veras estamos hablando de un amigo tuyo o…

-Si me das esa invitación podrás ver a mi amigo esta noche, no te estoy mintiendo. - Yoongi se giró finalmente, tratando de mostrar una inexistente seguridad en su mirada mientras clavaba sus ojos en los de Kim.

Taehyung respiró profundamente, preguntándose en silencio qué debería hacer.

-Tienes la contraseña, puedes obtener la invitación de cualquier otra persona que esté dispuesta a creer en tu historia y la de tu amigo. Estoy seguro de que muchos de los asistentes a Bellum las dan si la persona demuestra ser de fiar. No conozco a tu amigo y no está permitido que una persona ceda más de una invitación por noche, solo puedo darte la invitación a ti… De todos modos… Creo que ni siquiera entiendes lo que implica esa invitación.

-Quiero esa invitación, conseguiré una para mi amigo esta noche. Si realmente es como dices, será más fácil obtenerla para uno de nosotros que para dos. - Yoongi dió un paso hacia adelante. - Entonces…

-Bien. Tú y tu amigo, esperad en la entrada de Bellum esta noche a las doce en punto. - Taehyung se relamió los labios antes de sonreír. - Hoseok puede facilitarle la entrada a ese chico del que me hablas si resulta ser decente y sincero. Por cierto, la temática de este fin de semana son las hadas, espero que podáis encontrar un buen maquillaje o disfraz a tiempo.

Yoongi no detuvo a Taehyung cuando este le señalo el reloj de su muñeca y avanzó hacia la salida. Demasiado perdido en lo último que este le había mencionado, ¿hadas?

Bueno, al menos tenía una invitación asegurada.

Y quizá, también Kim Namjoon.

-¿A qué te refieres con que ya no quieres ir a Bellum? - Hoseok se precipitó hacia el interior de su habitación tras entrar por la ventana.

Taehyung se encogió de hombros y cambió de canal, fingiendo estar completamente interesado en lo que mostraba la pantalla. Ignorando incluso todos esos mensajes que Dawon le había estado enviando con bonitos maquillajes basados en flores o purpurina.

-Hay un maratón de Shrek hoy. Quiero verlo, la manera en la que esa película muestra la realidad de…

-Taehyung, ¿qué ocurre? - Hoseok suspiró, avanzando un par de pasos hasta situarse al lado de su amigo, sobre la cama de este. - Te encanta ir a Bellum los fines de semana, no voy a creerme que se debe a un maratón de Shrek. Busca una excusa con más sentido.

Kim tomó aire antes de estrellar uno de sus cojines contra su cara, evitando que sus mejillas se tiñeran de rojo ante el hecho de recordar la conversación que había tenido esa mañana con el entrenador Min.

-¿Sabes que reparto leche para el entrenador? - Hoseok asintió a su pregunta. - Vale… pues hace unas semanas le dije la contraseña de Bellum como un simple juego, esta mañana me ha contado una absurda historia acerca de que su mejor amigo conectó la frase con un local que ha estado causando revuelo. Me ha pedido una invitación para su amigo y para él porque de alguna manera ahora sabe que yo hablaba de Bellum. Ni siquiera se lo negué, en vez de eso...

-Espera. ¿Min sabe que tipo de invitación se necesita para entrar a Bellum?

Taehyung sonrió con nerviosismo.

-No. Estoy seguro de que piensa que es una simple invitación de palabra o algún papelito. - comentó. - El problema es que… puede que yo le dijese que sí y que le hablase de que si su amigo es decente tú podrías… darle también una invitación…

Los ojos de Jung Hoseok se abrieron de forma automática y su cabeza negó rápidamente.

-¡No voy a darle un jodido beso con lengua a un desconocido Tae! - protestó.

-Y yo no voy a dárselo al entrenador Min. - añadió el base. - Por eso deberíamos simplemente quedarnos aquí viendo el maratón de Shrek.




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Hii!!!

Espero que os haya gustado el capítulo, poquito a poco vamos avanzando en la historia. Ya voy por el capítulo 16 y hasta hoy mismo no había sido consciente de que aún no habéis tenido escenas de beso jeje. Bueno, no lo apuraré pero no tardará.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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