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Estaba verdaderamente ansioso, los nervios me carcomían, como la primera vez en mi gran papel a los doce años, sentía que podría vomitar todo lo que había ingerido en el día, no estaba seguro si podría hacerlo me sentía demasiado nervioso, pero ciertamente en el fondo sabía que si podría lógralo.
Mis compañeros estaban haciendo sus actos cada uno más hermoso que el otro, era como ver cisnes de plumas blanquecinas bailando en aquel lago cristalino, era simplemente perfecto; Oh como Felix desearía poder algún día bailar así de hermoso, Felix se sentía un poco abrumado por aquellos actos lo dejaban tan deslumbrado y lleno de emociones.
La música empieza a sonar dando inicio a mi acto, de repente me siento como si mil miradas me carcomieran el cuello, pero en ese momento recuerdo él porque bailo y relajo mi cuerpo, me posiciono en la parte de atrás con pasos firmes y confiados.
En mi acto eran puros giros para luego darles otra vez el protagonismo a los interpretes de Romeo y Julieta, logro ejecutar uno tras otro giro como si fuera una pluma que fácilmente se deja mover con el viento, sentía como la pista de la música se incrustaban en las venas de mi sangre, sentía como aquella pista se mezclaba con mi rojiza sangre y me daba las energías que se me acababan en cada giro, sentía como aquella luz que alumbra el teatro parecía guiarme con una sutil alumbraba, como eliminando cada nervio que yacía en mi pequeño cuerpo y cuando estaba por hacer mi gran y último giro, ahí lo vi aquel joven peli rosa que sin ningún escrúpulo le falto el respeto a los sueños de los bailarines, su mirada sobre mi acto era diferente a la que tenía la última vez, no eran un ojos marrones sin brillo, no, ahora sus ojos parecían brillar como si hubiera encontrado lo que su alma tanto deseaba, sinceramente no puede evitar que mi corazón latiera desenfrenadamente, por aquella mirada llena de pasión, era algo que casi poco se ve esa pasión que parece prender fuego a tus huesos para que no dejes luchar por tus sueños.
Al verlo coger una libreta y dibujar con aquel lápiz que traía en sus orejas, verlo dibujar con tanto fervor como si no hubiera un mañana, lo hizo sentir tan emocionado y eufórico como nunca, por eso hizo un último giro de improvisación dejando todo de sí, para que aquel peli rosa lo grabara en aquella libreta con un lápiz que hervía de la pasión del peli rosa; Luego de aquel giro bajo del escenario pero aun sentía como le quemaban los pies, todavía quería bailar, quería que ver cómo era la fuente de la pasión de aquel peli rosa, porque a Felix le parecía más bonito aquel chico con sus pupilas brillando hasta no dar más y con una fuerte determinación, que atraía a Felix.
Ese peli rosa le gustaba a Felix y sí que le gustaba mucho, Felix en ese momento quería poder hacer que los ojos de aquel chico brillaran de felicidad.
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