A veces el amor no es para siempre, a veces no es la solución y eso a veces lo aprenderás de la peor manera.

Amarlo fue como ver las estrellas, era algo maravilloso, algo precioso que solo se ve pocas veces. No dudé de su capacidad de amar, nunca lo hice, sé que él me amó con cada fibra de su ser.

Sabía que él haría hasta lo imposible por verme bien, al igual que yo lo haría por él. Regulus me amó incondicionalmente, me amó a pesar de mis defectos, él me hizo ver que era perfecta a mi manera. Él se enfrentó a todos por mí y no dejó que nadie me pusiera la mano encima.

Regulus fue lo mejor que me había pasado en la vida. Aún recuerdo cuando nos conocimos por primera vez.

Él estaba en la biblioteca al igual que yo, yo andaba haciendo un trabajo y él andaba leyendo. Sabía que necesitaba ese libro para mi trabajo, pero no quería molestarlo.

No estábamos muy alejados el uno al otro. Su cabello negro, que le tapaba un poco esos hermosos ojos grises. Pude ver como se estresaba por tener el pelo en sus ojos, podía ver disimuladamente las muecas que hacía cuando no le parecía algo bien.

—¿Necesitas algo? —me dijo él sin mirarme.

—El libro, pero puedo esperar —mis mejillas habían tomado un tono demasiado rojo, al igual que mi pelo.

—Ohh... —me miró con una sonrisa— Debiste decírmelo.

—No quería estropear tu lectura —estaba demasiado apenada con esta situación.

—No te preocupes —se levantó y se acercó hacia mí extendiendo el libro— Toma.

—Gracias —susurré mientras agarraba el libro y lo dejaba al lado de mi trabajo.

—Espero que nos volvamos a ver pronto... —me dijo con una sonrisa, aunque sabía que quería saber mi nombre.

—Grace Robinson —sonreí.

—Un placer Grace, yo soy Regulus Black —nos dimos la mano en forma de saludo—. Bueno, debo irme.

—Si —susurré.

—Nos vemos —se fue de ahí para dejarme más roja de lo que ya estaba.

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—Sé que estás con James, pero yo...

—No puedes hacerme esto, Regulus pudiste decírmelo, pudiste decirme que estabas enamorado de mí antes de todo. No puedes venir a decirme esto cuando yo estoy bien con James, no es justo para mí, no cuando estuve desde primer año enamorada de ti... No es justo —rompí en llanto.

—Lo sé y lo siento mucho Grace —susurró él mientras me estrechaba entre sus brazos, protegiéndome de todo.

—No puedes hacerme esto —le murmuré con la voz entrecortada.

—Lo sé mi pequeña princesa de Gryffindor, lo sé y juro que no busco romper tu felicidad. En mi maldita vida me perdonaría hacerte daño... Lo eres todo para mí Grace, te amo y si tú eres feliz, yo también lo soy.

Ninguno de los dos dijo nada después de esto, solo nos abrazamos como si tuviéramos miedo de perder al otro.

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—Reg.... —lágrimas amenazaban con salir, no podía creer que él lo hubiera hecho.

—Lo siento Grace —susurró y cayó de rodillas mientras rompía en llanto.

Lo miré con lágrimas en los ojos, él se estaba rompiendo, el chico que había conocido y me había alegrado los días se estaba rompiendo delante de mí. Él que odiaba que lo vieran de esa forma, me estaba dando la parte que nadie conocía.

—Reg... —me arrodillé a su lado y agarré su cara delicadamente con mis manos— Buscaremos la manera...

—No la hay Grace —susurró.

—Pero...

—No hay una maldita manera de dejar ser alguien que no quiero, no hay modo de poder quitar esta marca Grace. Lo mejor es alejarte de mí y... —me negaba a dejarlo solo, me negaba a todo eso.

—No voy a alejarme de ti, no vas a impedir que siga a tu lado. Reg te amo y me niego a perderte por esto.

—¿Estarás conmigo aunque haga cosas horribles? Grace no me lo perdonaría.

—Juntos Regulus Arcturus Black —los dos nos miramos.

—Juntos Grace Renee Robinson, aunque pronto serás Grace Renee Black. Lo prometo —le regalé una pequeña sonrisa.

—¿Sí?

—Te lo juro Grace, gracias por salvarme. Eres la luz que necesitaba mi oscuridad —agarró delicadamente de mi cara y me besó.

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—James... Él se fue... —volví a romper en llanto mientras James me abrazaba fuerte.

—Grace, por favor... Necesito que te calmes. No quiero que te pase algo —las lágrimas no dejaban de brotar de mis ojos— Grace, no voy a dejarte sola.

—Él lo hizo —susurré mientras lo abrazaba más fuerte.

—Pero no lo hizo porque quisiera hacerte daño Grace... —murmuró James.

—Pero lo hizo y tú harás lo mismo...

—Nunca, no voy a dejarte sola jamás Grace Renee Robinson. Voy a estar a tu lado aunque tú no me quieras. Voy a protegerte de todo sin importar nada, me importas demasiado Grace para verte así de mal. Juro que estarás bien y yo te ayudaré.

—¿Me lo prometes? —lo miré.

—Te lo prometo —me dio un beso en la frente mientras me volvía a abrazar.

—Te quiero James Potter — susurré.

—Yo también te quiero pelirroja —murmuró él.

NOTA DE LA AUTORA

¿Qué os ha parecido el prólogo?

Espero que os haya gustado.

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