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"Nuestro lugar Secreto"

Capítulo 5.

Hoy me levanté está mañana un poco más nervioso y emocionado que otros días, no sé el motivo (sí claro, estás preocupado de la respuesta de Scarlett) odió que mí conciencia tenga razón, me siento estúpido reaccionando como un niño, jamás había invitado a venir a mi casa excepto...es mejor no hablar de el tema eso es parte de mí pasado, además tengo que vestirme para ir a la escuela.

Llegó a la escuela y busco discretamente a Scarlett, después de buscarla un rato la encuentro en la biblioteca hablando otra vez con el "estúpido" de Charles, me acerque sigilosamente para escuchar lo que decían.

- ¡Es un orangután! - gritó Charles <<¡Ése vocabulario!>>, Sabía que no era muy "erudito" -. Ese Marco, no tiene nada de elegante, ni de clase - ¡Tengo ganas de romperle toda esa cara, junto con sus gafas! - ¿¡Y él es el hijo de "Él Gran empresario Héctor Marino y de La Hermosa Modelo Brina De Simone"!? - habló de forma dramática, <<¡Se está ganando un boleto gratis rumbo a la morgue!>> - ¿¡Cómo puedes ser amiga de un "iletrado" como el!? - gritó y Scarlett sólo se soltó a reír, yo estaba "hecho una furia" - ¿¡De qué te ríes!? - yo también quisiera saber.

- Pe-perdón - trató de calmarse -. Es sólo que es muy gracioso, verte expresarte así de él.

- Es un ser malvado y grosero - dijo Charles acomodando sus gafas.

- No es tan malo, incluso al igual que tú y yo, tiene sus virtudes y defectos - habló Scarlett, no sé por qué me sentí bien con sus palabras.

- ¿Así? - dijo de forma incrédula Charles -. ¿Ya has visto una de sus "virtudes"? - le preguntó.

- Sí - respondió Scarlett, que hizo sorprender a Charles y a mí -. Cuando estuve en problemas, él me ayudó, olvidando todo lo malo que le dije - sonrió y continuando lo que decía -: él no es malo o un idiota, sólo necesita una mano firme y expresarse cuando él pueda.

- Scarlett...nunca te he oído hablar así de alguien - habló Charles un poco más serio -. Espero que no te defraude - la miró a los ojos.

- Yo también - dijo Scarlett -. Pero una gran parte de mí dice que no lo hará - sonrió.

- Necesito dejar, estos papeles - habló Charles sonrojado y nervioso - ¡Nos vemos! - dijo corriendo.

- ¡Ya sal de ahí Marco! - gritó Scarlett, yo di un saltó sorprendido.

- ¿Cómo sabías que estaba escondido? - le pregunté.

- Lo supe desde que Charles empezó hablar mal de ti - dijo en un tono de burla -. Te describió muy bien - empezó a reír.

- Yo tenía ganas de matarlo - dije cerrando mí puño.

- Apuesto que serían amigos - ¿¡Espero que no hable en serio!? Ese tipo es muy chocante -. Los dos se insultan y amenazan a espaldas de él otro, tienen eso en común - no me gusta que me comparen y mucho menos con un estúpido como Charles, me giré de manera brusca -. ¿Qué te ocurre? - preguntó en un tono más preocupada.

- Iré a expresarle lo que pienso de él - le mostré mí puño cerrado y listo para golpear al cuatro ojos.

Ella se abalanzó sobre mí, tratando de impedir que no diera un pasó más - ¡No lo hagas Marco! - yo trataba de avanzar haciendo caso omiso a lo que me decía - ¡Ya no los volveré a compararlos, pero no cometas una locura! - gritó.

- No sabes las ganas que tengo de darle un buen puñetazo en la cara - dije como si estuviera decidido, en realidad solo estoy jugando con ella.

Me soltó pero, en cuestión de minutos me dio una patada en la pierna y sólo eso me bastó para detenerme.

- ¡Marco! - se acercó a mí pierna para sobarme -. No encontré otra manera de detenerte (eres un poco salvaje) - dijo de manera preocupada y arrepentida.

- N-no duele - mentí, ("¡Me duele hasta el alma!") -, pero creó que fue algo excesivo, ¿No crees? Además solo estaba jugando - traté de ocultar mi dolor.

- Discúlpame, no sabes cuánto lo siento - trató de disculparse.

- ¡Eso es! - me levanté de manera enérgica y ella me miró de manera asustada -. Scarlett, sé que prometí que te protegería pero, si algún día te encuentras en un problemas y yo no me encuentro cerca de ti debes de aprender a defenderte - la tomé de los hombros.

- No te entiendo - dijo.

- No importa, primero dime ¿vendrás hoy a mí casa? - le pregunté

- Sí pero, sólo me quedaré hasta las cinco de la tarde, porque tengo cosas que regresar en mi casa temprano - respondió.

- Entonces te explicaré todo en mí casa, ¿está bien? - sonreí.

- Sí, está bien - me devolvió sonrisa -. No sabía que tenías una linda sonrisa - dijo y volví a poner mí cara serio.

- Si es agradable hacerlo cuando está sonrisa es más sincera - dije girando la cara a otro lado.

- Muy bien, vámonos chico misterioso - se burló de mi y caminamos juntos hacía al salón.

Este día siendo Viernes, es un día que esperan todos con ansias, por el fin de semana, dónde tomas dos días de descanso de la escuela y es que no entiendo cómo es que este día es diferente al Lunes y es que este día se pasa volando, todos se relajan tanto alumnos como maestros. Los días en la escuela ahora que somos amigos Scarlett y yo ya nos llevamos bien, ella casi nunca se voltea hablarme, se concentra en estudiar y contestar, y pesé ser sería, ella no es grosera si le pides ayuda Después de un día agotador y de la clase de tutoría, íbamos rumbo a mí casa en mí auto. Scarlett abre tanto sus ojos y miraba al auto como sí fuera una maravilla.

- ¡Es simplemente sorprendente! - dijo muy sorprendida -. Es muy grande, y se ve que es inteligente. ¡Vaya incluso tiene la marca de una "M" entre dos diamantes en una placa en oro!

- No es para tanto, tengo mejores autos - dije.

- ¿Es tú auto?

- Sí, esto como los demás autos, la casa, la casa de veraneo y todo lo que está a mí nombre - dije, Scarlett me miró con cara como sí fuera un bicho raro.

- No eres modesto, ¿verdad? - habló con algo de ironía en su voz.

Reí un poco y me encogí de hombros - No, no es una de mis virtudes - le dije colocando mis brazos hacía atrás.

- Ya veo. Hablas de este auto como si todos los humanos tuvieran uno asi y fuera de lo más común, no todos vivimos así - me habló con honestidad.

- Tienes razón...- comprendo que no todos tienen lo que yo tengo -. Lo lamento - bajé mí cabeza avergonzado.

Se giró sorprendida a verme, después me sonrió y acarició mí cabeza suavemente.

- Nunca te disculpes si no hiciste nada malo - dijo, ya hacía bastante tiempo, que alguien no me acariciaba mí cabeza de está forma tan cálida, sólo mí tía lo hacía de está manera -. Suave...- dijo en un susurro.

- ¿Qué dijiste? - le pregunté y ella dejó de acariciarme.

- Tú cabello es muy suave - sonrió -. Es que se ve tan enredado tú cabello, que pensé que se sentiría cómo grasoso, hasta pensé que estaría enredado y maltratado - es muy directa y no teme decir lo que pirnsa -. ¿Nunca te cepillas tú cabello verdad?

- No soy fan de arreglarme - contesté, ella mostró una cara de espantó -. No soy un narciso.

- ¿Tampoco te bañas? - dijo y se alejándose de mí -. Que asco - me dijo mostrando una expresión de asco.

- ¡Claro que sí me bañó! - me defendí -. Es sólo que me da "hueva", cepillarme el cabello - dije avergonzado.

- Siendo tan guapo y te descuidas - dijo, <<"¡Guapo!" ¿Eh?!>>. Levanté mí ceja y le di una mirada seductora - ¡Tranquilo Romeo! Que es un cumplido obvio.

- ¿Me considerás atractivo? - me sentía como un gran modelo de marca.

- Tienes un rostro muy fino, nariz recta, unos ojos realmente peculiares y tienes un cuerpo ni tan delgado ni tan dormida, eres... Podría decirse "perfecto", si...pero al menos a mí logras sacar ni un suspiro.

Que cruel eres Scarlett.

Llegamos a mí casa, Scarlett abrió su boca y sus ojos de manera sorprendida. Bajamos de el auto y Scarlett se acercó a mí chófer.

- Muchas gracias por traernos, ¿señor?...- dijo Scarlett.

- Gumaro, señorita para servirle a Dios y usted - dijo besando la mano de Scarlett de forma "caballerosa".

- Yo soy Scarlett, un gustó en conocerlo - dijo de manera amable -, y muchas gracias, de nuevo - sonrió.

- Fue un placer - arrancó el auto para retirarse -. Nos vemos, señorita y joven Marco - se despidió de Scarlett y de mí.

- ¡Nos vemos! - se despide de él y yo sólo moví mí mano en forma de despedida -. ¿Crees que fui grosera? - me preguntó, yo sólo respondí con un <<¿Mmh!?>>; Para que continúe - ¿Crees que fui grosera, por presentarme hasta ahora con Gumaro? - dijo algo avergonzada.

- ¿Por qué lo dices? - le pregunté.

- Es que me quedé tan ilusionada cuando vi el auto que...- dijo de manera tierna y jugando con sus dedos, (¡Qué manos tan chiquitas! Es muy...muy...) Tierna -. No pude presentarme con él antes - dijo.

- Apuesto que le agradaste, eres muy amable.

- Gracias - respondió -. ¡Wow! Tu casa es Miles de veces más grande que la mía, con un estiló inglés del siglo XIX, aunque tiene una ventanas más modernos y tú jardín es diez veces más grande que tu hogar.

- Si bueno, mi madre quiere darle un estilo moderno, preservando aún su estilo original, creo que también piensa poner una piscina y...- fui interrumpido por dos mujeres, de uniforme.

- Bienvenido joven Marco - dijeron al mismo tiempo Isabel y Soledad, las que hacen el aseo en mi casa, sin sonar grosero Blas sirvientas y después miraron a Scarlett muy sorprendidas.

- Ella es Scarlett Dalia Colomer Dot una amiga de mi escuela - la presente.

- Encantada - dijo con una sonrisa muy "brillante", que incluso las sirvientas se sonrojaron.

- El gustó es nuestro - hablaron al mismo tiempo.

- Scarlett ella es la señora Isabel - señalé a una joven de trenzas -, y ella es la señora Soledad - señalé a la otra joven de cabello corto -. Si necesitas algo, puedes pedírselo a ellas - le dije a Scarlett.

- Y de inmediato iremos a su llamado, señorita - dijeron al mismo tiempo.

- Está bien, muchas gracias - Scarlett les dedicó una sonrisa, y nos despedimos de ellas, para ir a mí habitación pero, Soledad nos interrumpió.

- Joven Marco la comida está lista, deberían comer primero - estuve a punto de decirme que no pero...

- ¿Tienes hambre? - le pregunté a Scarlett.

- Un poco... - se mostró algo nerviosa por sus palabras.

-¿Te gustaría comer conmigo? - le pregunté con amabilidad.

- Claro, ¿sí no es ninguna molestia? - dijo de manera respetuosa.

- Ninguna señorita - habló Soledad con una sonrisa.

- Sabe, no me siento muy cómoda que me digan "señorita" - dijo Scarlett hablando con Soledad -. Me gusta que me digan por mí nombre - dijo algo apenada.

- Entiendo - dijo Soledad -. Ambos nombres son muy bonitos, ¿por cuál quiere que le llamemos? - Scarlett se sonrojo al escuchar el cumplido de Soledad.

- N-no sé, ambos nombres me gustan mucho - dijo aún sonrojada -. Por el que ustedes gusten - dijo con una sonrisa.

- Mmh... Scarlett es un nombre muy bonito, ¿estás de acuerdo? - le preguntó con una sonrisa a Scarlett, ella movió la cabeza y diciendo <<¡Sí!>>.

Llegamos al comedor para comenzar a comer y observé que a Scarlett le gustó mucho la comida, era como una niña en un dulcería, después de terminar de comer, tenía que ir a mi habitación, pero Isabel estaba parada en las escaleras para impedir el paso.

- ¿A dónde va joven Marco? - preguntó Isabel con los brazos cruzados.

- A mí habitación - dije con una actitud sería.

- ¿A tu habitación? - habló Scarlett.

- Solo iré por una pequeña cosa y volveré en un santiamén.

- Está bien joven Marco, mientras señorita Scarlett, pasé conmigo a la sala del té por favor - habló Isabel dirigiéndose a Scarlett con cortesía.

- ¡Ya dije que... - levanté mí voz, para que supiera quién manda.

- No quiere que llame a la señora Rosa, ¿verdad? - me amenazó, no tuve más remedio que hacer caso a lo que dijo.

- Créanme se divertirán mucho en la sala Scarlett, les llevaré galletas y té además...- hablaba con Scarlett alegré mientras la llevaba a la sala. En verdad les agradó mucho Scarlett.

Subí rápidamente a mí habitación y busqué los guantes de boxeo, cuando los encontré bajé con los guantes de boxeo, abrí la puerta de la sala, me quedé mudo al ver a Scarlett bailando sola como si se encontrará en un baile y después se giró a verme, se quedó en "shock", temblando y con la cara sumamente roja .

- Perdón por interrumpir, por favor continúa con tú pieza - dije, <<¡No te rías!>>Pensé tratando de contener la risa.

- N- no, pe-pero q-que a-a - tartamudeo, yo no pude más y exploté en risa - ¡No te rías!

- Perdón pero, verte ahí parada y tartamudeando - me traté de tranquilizar, ella también río un rato al verme -. Bueno, basta de risas, ponte esto - le entregué los guantes de boxeo.

- ¡Ah! Así con esto te referías con entrenar, ¿verdad? - dijo, le acomode los guantes.

- Sí - respondí -. Dame un golpe - ella miró confundida -. Dame un golpe, en el estómago, fuerte - dije, ella obedeció a la indicación, pero sus golpes no dolían en lo absoluto, <<pobrecita no tiene fuerza en los brazos>> -. Alto - la detuve, quería analizar si podría ayudar a defenderse de otra forma además de los puños -. Dame una patada - dije, ella obedeció a la indicación. Me dio una patada en la pierna y me tiré al suelo << ¡DEMONIOS! ¡ESO DOLIÓ!>>

- ¡Marco! - se tiró al suelo -. ¿Te lastime mucho? - dijo en un tono muy preocupada.

- No te preocupes, estoy bien - le dije -. Deberías usar las patadas cómo tú arma "mortal", deberemos mejorar tus puños, pueden ser clave... oh  mejor aún, algunos movimientos de defensa si...- dije pensativo y emocionado, olvidandome del dolor y ella trató de ayudarme a levantarme. Observé sus piernas, eran simplemente perfectas, agradezco a la escuela porque usen las chicas falda -. ¿Tú falda no está algo corta? - le pregunté.

- Es la misma que usé el año pasado - dijo -. Es por eso que me queda muy corta. El uniforme escolar no entra en los requisitos de la beca, por eso mi mamá confeccionó mi uniforme pero, este año no tuvo dinero para la tela de la falda, así que...- dijo -. Espero confeccionarme una pronto, porque con esta falda tengo que bajarme mí falda a veces, porque siento que se me sube mucho - río, ¡Yo agradezco que la falda sea corta! Si lo sé sueno como un pervertido, pero Scarlett es muy atractiva y sus piernas me gustan mucho, están muy bien formadas. De repente vi que una de sus rodillas estaba con un rasguño, me acerque a su pierna para ver mejor el rasguño.

- ¿Qué fue lo que te ocurrió? - pregunté señalando su rodilla.

- Debe ser cuando me tiré a piso, cuando creí que te lastime con la patada - dijo.

- Eres muy "salvaje" - afirmé, ella se rascó su nuca nerviosa -. Vamos a mí salón de estudio - dije tomando su mano.

- ¿Por qué a tú salón de estudio? - preguntó.

- Ahí tengo un botiquín de primeros auxilios - le dije, entramos al salón de estudio y encontré el botiquín -. Siéntate - le señalé una silla -. Primero te pondré desinfectante y luego te pondré una bendita, ¿Está bien? - le pregunté, ella asintió con la cabeza.

- Tú salón de estudio tiene muchos libros - miró alrededor muy fascinada -. ¿Te gusta leer? - preguntó muy sonriente.

- No, la mayoría de estos libros no los he tocado ni por equivocación - respondí -. No me gusta leer.

- Es una lástima - dijo en un tono triste -. Hay muchos libros y que no te tomes el tiempo para leerlos es... - hizo una pausa -. Yo en tú lugar, ya los hubiera leído todos - me miró.

- Terminé - dije guardando todo nuevo en el botiquín.

- Muchas gracias - sonrió y luego se dedicó a ver todos los libros.

- Puedes tomarlos, ¿sí tú quieres? - dije rascando mí nuca.

- ¿En serio? - me preguntó y yo asentí -. A ver...- miró el librero -. Esté se ve interesante - miró el libro y sus ojos se iluminaron - ¡Es "Luces de septiembre" de Carlos Ruiz Zafón! - habló muy animada -. Hace mucho que no leo esté libró, cuando lo leí estaba en secundaria y un amigo me lo recomendó - dijo algo nostálgica y luego de repente se quedó viendo al librero.

- ¿Qué ocurre? - le pregunté.

- Hay algo detrás de el librero - dijo, se acercó al librero y yo la miré confundido.

Miró atrás de el librero - ¡Atrás de el librero hay una puerta! - dijo -. Hace un momento que grité percibí mí eco por aquí - nuestra curiosidad es más, movimos el librero para entrar y averiguar qué había adentro. Al abrir la puerta vimos una habitación toda empolvada, con telarañas, y con una gran manta en forma de cama -. ¿Qué será esto? - quitó la manta que cubría una cama, sacudiendo todo el polvo y ambos empezamos a toser -. A-abre la ventana - dijo tosiendo, abrí la ventana y poco a poco entró el aire fresco.

- Nunca había venido por aquí - miré el cuarto.

- Se nota que nadie a estado aquí en años - me miró con una sonrisa y dijo -. ¿Qué tal sí lo usamos como nuestro lugar secreto? - habló con mucho optimismo.

- Suena bien, pero - me acerque a ella -. Hay que prometer que esté lugar será sólo para nosotros dos - dije, ella asintió, me siento como un niño, tal vez porque nunca pude jugar con nadie cuando era niño, mis padres nunca me permitieron jugar con nadie que pasará de su autorización y porque la mayoría de los niños eran inapropiados para jugar conmigo, y solo porque sus padres eran un poco menos millonarios que los míos.

- Pero primero, tenemos que limpiar esté lugar - dijo, (¿¡Limpiar, yo!?) La miré muy confundido -. No podemos usar esté lugar estando sucio - explicó -. Por favor - puso una expresión demasiado tierna.

- Yo no sé limpiar - dije un poco avergonzado -. Nunca eh tenido que limpiar, siempre han hecho todo por mí - (me siento tan inútil).

- No importa, yo te enseñó - dijo tomando mis manos -. "Limpiar" es una de mis especialidades - sonrió -, pero necesito que mí "pupilo" me haga la promesa de que escuchará todas las indicaciones que le diga, ¿sí? - levantó su meñique, yo no entiendo lo que quiere que haga -. También levanta tú meñique, para "sellar" nuestra promesa - dijo.

- Lo prometo - dije, también levanté mí meñique y lo entrelazó con el mío.

Fuimos al cuarto de limpieza para tomar algunos trapos, dos cubetas, un trapeador, una escoba, un recogedor y algunos productos de limpieza. Me explico para que era cada uno pero, no le entendí nada, llenó a la mitad ambas cubetas con agua, a una le hecho jabón y un líquido que olía muy mal; y a la otra cubeta le agrego un producto que olía muy bien, sacó en un bolsillo de su falda una liga para el cabello y se lo amarró todo, se quitó su suéter de la escuela, lo dobló cuidadosamente y lo guardo en su mochila, se arremangó la camisa y se puso un mandil que Soledad le ofreció para que pudiera limpiar sin terminar sucia, a mí también me ofreció uno pero no quería verme ridículo con un mandil puesto, Soledad nos preguntó el <<"¿qué íbamos a limpiar?">>, Scarlett y yo nos miramos << ¡Secreto!>> Respondimos al mismo tiempo, Soledad sólo nos sonrió y no preguntó nada más.

- ¿Quieres escuchar música mientras limpiamos? - le pregunté sacando mi celular.

- Sí - se acercó a mí -. ¿Puedo escoger una? - me preguntó yo asentí y le di mi celular, para que escogiera una canción, ella se metió a "YouTube" y escogió una canción que nunca había oído -.Te va gustar, bien comencemos - dijo.

Primero escuché como marcaban el ritmo, entonces sonó la guitarra, la música se estaba empezando a sonar bien - Scarlett me enseñó a cómo a sacudir los objetos y luego pasar el trapo, también me enseñó a como exprimir el trapo - La música me absorbía poco a poco, me estaba empezando a divertir, Scarlett cantaba la canción con mucho ánimo, de alguna forma también me sentía así como ella limpiar y escuchar esté tipo de rock en español (nunca en mi en mi vida había escuchado rock en español...me gusta el rock y el día, pero sólo había escuchado música en inglés) me sentía muy bien, feliz por sobretodo. La letra de la canción, me llamó la atención y me quedé analizando detenidamente me pongo a pensar en mis habilidades, también me pongo a pensar en todos los "genios", que hay en el mundo y que aún no han descubierto, las maravillas y talentos que cada uno tiene pero que unos lo desarrollan u otros lo afinan. Observé a Scarlett me indicaba como tenía que barrer y recoger la basura, me dio la escoba, comencé a barrer, creó que no lo hacía tan mal. Comencé a pensar que aún no conozco todas las habilidades que tiene Scarlett, de seguro los talentos ocultos que tiene son maravillosos y estoy dispuesto a conocerlos. Cuando termine de barrer ella trapeo primero de la cubeta que tenía él líquido que olía horrible y luego de la cubeta que olía bien.

- ¡Listo! - gritó muy feliz.

- Sí, por fin acabamos - dije con voz cansada, volvimos a guardar los materiales de limpieza en el cuarto de limpieza, se acomodó su camisa y se puso el suéter escolar -. ¿Cómo se llama la canción?

- Sabía que te gustaría, cuando supe que te gustaba el rock - dijo -. Se llama "En algún lugar" de Duncan Dhu, te haré escuchar más canciones de rock en español - me guiñó un ojo.

- Suena muy bien... Me gustó mucho.

- Veo que también tiene buena música este lugar, hasta música de Mecano... Mujer contra mujer - habló mirando el disco con sorpresa.

- ¿Mujer contra mujer?

- Es la canción de dos mujeres que se aman y que nadie puede opinar lo contrario, es más nadie tiene el derecho de decir a quien debes amar (por eso adoro está canción) - habló en un tono más de motivación -. Aunque escoger a alguien... No creo en eso de cosas de amor.

- Estoy de acuerdo contigo - dije asintiendo con mi cabeza -, y también estoy de acuerdo de que nadie debe juzgar quien te gusta y quién no, y también es muy estúpido las ideas de estereotipos tontos.

- Exacto, yo por ejemplo soy bisexual y no significa que me guste cualquier hombre y mujer que encuentre en la calle.

- ¿Eres bisexual?

- Si, consideró que si amas a alguien te debes de guiar más por los sentimientos, pasión, sin importar el género y o el cuerpo de la persona - está chica es increíble... Me gusta su forma de pensar.

- Tienes razón.

- Oh me debo de ir - dijo cuando vio la hora de su celular.

- ¿Quieres que Gumaro te llevé? - le pregunté.

- No, iré al trabajo de mi mamá, de seguro ya salió, así que puedo volver con ella - sonrió.

- Muy bien - le dije.

- Me tengo que ir - tomó su mochila.

- Te escoltó hasta el portón - dije tratando de ser un caballero.

- Oh gracias, que caballero - dijo dijo riendo.

- Bien pues vamos. - le indique y la guíe al portón

- Mañana quiero vengas también, como a la una de la tarde, me divertí mucho contigo - ella sonrió y asintió con su cabeza, nos despedimos y se fue.

- Te enviaré un mensaje más tarde.

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