3. El mundo justo frente a ti
—Pedí italiana ¿te gusta?
En un principio, Bucky creyó que lo recibiría en el taller, pero agradecía que lo hubiera hecho en el comedor, había una atmosfera mucho más agradable y tranquila ahí arriba.
—No sabía que la charla también incluía una cena— le sonrió a medias —Muy amable de tu parte.
—Mamá decía que una buena comida es esencial cuando vas a hablar de cosas importantes.
La mención de su madre los puso tensos a ambos, a Natasha porque sabía que estaba a punto de hablar del asunto de sus padres y traerla a la conversación de aquella manera tan natural específicamente en ese momento le causó un escalofrío. A Bucky porque él recordaba a su madre, recordaba perfectamente el rostro de la mujer y sus suplicas de auxilio; conocer un aspecto personal de ella, aunque fuera mínimo, le recordaba que las personas a las que había asesinado tenían vidas y gente que los amaba.
—No sé cómo hacer esto— admitió la castaña, dejando los platos en la mesa antes de sentarse en una de las sillas —Sé que tú tampoco debes estar muy contento con esto, pero sé que lo necesitamos y... sé que soy mala con las palabras, pero si sirve de algo, no se suponía que solo fuéramos tú y yo en esta conversación
—Si sirve de algo, yo también esperaba que... él estuviera.
Natasha asintió suavemente y le hizo un gesto para que se sentara en la silla frente a la suya.
—Bien, entonces hagamos esto lo mejor que podamos, probemos que no necesitamos una niñera para sobrellevarlo.
Bucky se sentó y la miró por un par de segundos, tratando de buscar las palabras correctas para iniciar; usualmente empezaba por anunciar lo que él había hecho, era una manera cruda de anunciar la verdad, pero creía lo mejor. Con Natasha era diferente porque ella estaba enterada de lo que había sucedido, sabía que él había matado a sus padres.
—No te odio— la voz de Natasha resonó en el lugar, sacándolo de sus pensamientos.
Aquella simple frase parecía haber tomado todo el coraje que Natasha tenía, le costó decirlo y eso él pudo notarlo por la manera en que sus labios temblaban.
—Me costó un poco ¿sabes? El aceptar que eres a quien menos deberían de culpar— para distraerse y no sentir que perdía el rumbo de sus pensamientos, Natasha tomó la botella de vino de la mesa y comenzó a destaparla —Debió ser difícil.
Vaciló un poco antes de verter el vino en las copas, el sonido del líquido interrumpió el breve silencio incomodo que se instaló entre ellos.
—No sé si alguna vez entenderé todo lo que sucedió... —dijo mientras dejaba la botella de nuevo en la mesa, su voz suave pero firme—. Pero eso no significa que te vea como... Ya no eres el Soldado del Invierno, estoy segura.
—¿Cómo puedes estarlo?
—Confío en mi tecnología— se encogió de hombros —Sé que la B.R.E.A funciona, porque la usé en mí misma para trabajar en esto— dijo señalándolos a ambos, Bucky la miró frunciendo el ceño ligeramente —Ayudó en gran parte a cambiar la percepción que tenía de ti... Aunque, si te soy sincera, no lo habría hecho si Thor no me hubiera dado una sesión de terapia antes.
—¿Y cómo lo alteraste? — preguntó bastante curioso —El recuerdo.
—Borre la imagen de la grabación para empezar— admitió, finalmente tomando su copa de vino y llevándosela a los labios —Lo veía cada vez que cerraba los ojos así que... Quería tener el conocimiento de su existencia, pero no quería verlo.
—¿Y a mí? ¿De qué manera alteraste tu recuerdo sobre mí en tu mente?
Natasha se quedó en silencio por un momento, la copa de vino aún en sus manos, como si la pregunta de Bucky le hubiera hecho detenerse en su propio proceso. Finalmente, levantó la mirada, encontrándose con los ojos de él, una chispa de vulnerabilidad cruzando por su rostro.
—Cuando todo lo de Siberia sucedió... Solo había una cosa que deseé por un par de meses después; que Steve me hubiera dicho lo que te habían hecho antes de enterarme de esa forma tan... abrupta. Deseé estar consciente de que eras una víctima más en todo esto así que... hice eso.
—¿Steve lo sabía?
Una risita amarga se le escapó de los labios ante la pregunta, tomó otro trago de vino y negó con la cabeza.
—No tuve el tiempo de decírselo, además, si lo hubiera dicho él se habría molestado y habría dicho algo como "No quiero que alteres la imagen que tienes de mí en tus recuerdos. Hice lo que tenía que hacer y no puedes cambiarlo, aunque quieras"
Por una fracción de segundo, Bucky sintió un pinchazo en el pecho, algo que solo pudo catalogar como molestia; Steve se habría arriesgado a poner a su propia esposa en contra suya para defenderlo a él ¿y de qué servía? Los había dejado a ambos a la deriva.
—Si... él habría dicho algo como eso— coincidió asintiendo suavemente —Pensé que... harías que me disculpara en tus recuerdos.
—No yo.... Fui un poco más egoísta en ese aspecto, porque...Tenía la esperanza de que en verdad lo hicieras.
Soltó un suspiro y se pasó una mano por el rostro, tomándose un momento para tomar la copa de vino y dar un largo trago.
—Así que supongo que ahora es mi turno ¿no?
Natasha asintió levemente, sin apartar la mirada de él. El ambiente entre los dos se había vuelto denso, pero no incómodo. Era el tipo de tensión que surgía cuando las palabras que no se decían pesaban tanto como las que sí lo hacían.
—Creo que siempre he sido malo con esto... con las disculpas. No me sale bien. Y sé que no me basta solo con decirlo, pero... siento todo esto. Todo lo que hice. Lo que te hice a ti, lo que le hice a tu familia, lo que le hice a tu matrimonio con Steve. Lo siento.
Natasha sintió una opresión en el pecho al escucharlo, no solamente porque su tono era desgarradoramente sincero, sino porque cuando lo escuchó se dio cuenta que hacía muchos años nadie se disculpaba con ella; porque todos los que en algún momento la herían, terminaban encontrando la manera de culparla y hacer que ella buscara redimir una culpa que no le pertenecía del todo.
Se le hizo un nudo en la garganta cuando sus ojos se encontraron con los de él, de pronto todo lo que Natasha pudo ver era el poster de los comandos aulladores que colgaba en su cuarto cuando era una niña. No había oscuridad en su mirada, aunque tampoco estaba la valentía que estaba en la imagen impresa, pero había algo más. Era una mirada sincera, rota por la culpa y la comprensión, pero también llena de humanidad.
—En verdad lo siento, Natka— murmuró una vez más —Y sé que las palabras no son suficientes así que aquí estoy... Sé que tienes personas a tu alrededor que harían lo que fuera por ti, pero sé que no hay muchas que entiendan el dolor que él te causó. Yo te entiendo, mejor que nadie, en esa parte al menos... Así que aquí estoy.
Natasha lo miró fijamente, notando cómo la tensión en su rostro había comenzado a desvanecerse. No tenía que decir nada en ese momento. Las palabras sobraban. Había algo mucho más importante que se estaba construyendo entre ellos, una conexión a través del sufrimiento compartido.
—Gracias... —dijo en voz baja, aunque con la intensidad de una emoción que había estado guardando durante años—. No sé si... alguna vez podré perdonar todo, pero esto... —hizo una pausa, buscando la mejor manera de articular lo que sentía—. Esto es más de lo que imaginaba.
—Entonces ¿te parece si empezamos de nuevo? — preguntó, levantándose de donde estaba
Natasha dejó escapar una leve risa, no burlona, sino con un matiz de sorpresa y alivio. No esperaba que él lo pusiera en palabras tan simples, pero algo en esa propuesta tenía sentido.
—¿Empezar de nuevo? —repitió, ladeando la cabeza mientras lo observaba.
Bucky asintió, extendiendo una mano hacia ella en un gesto simbólico.
—James Buchanan Barnes —se presentó con una pequeña sonrisa, aunque en su mirada todavía había algo de cautela. —Puedes llamarme Bucky.
Natasha bajó la vista a su mano por un momento antes de soltar un suspiro y ponerse de pie también. Miró su mano, luego a él, y finalmente tomó la decisión. Estiró la suya y la estrechó con firmeza.
—Natasha Stark— asintió con una sonrisa —Puedes llamarme Toni— Bucky la miró frunciendo el ceño ligeramente —Mi segundo nombre es Antonia... Así que... decidí que Natasha y...Tasha ya no funcionaban, sobre todo Tasha.
—Toni, entonces —dijo con un pequeño asentimiento, como si probara el nombre en su boca—. Me gusta— después de soltar su mano, tomó su copa de la mesa —Por los nuevos comienzos.
La castaña sonrió y lo imitó, chocando sus copa con la de él.
—Por los nuevos comienzos.
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—¿Sabes? Hay algo que he estado preguntándome— murmuró después de casi una hora en silencio.
Aquella era la tercera vez que Bucky la visitaba en la semana y, a pesar de que no se atrevería a admitirlo en voz alta, la verdad era que la presencia de James era como una bocanada de aire fresco. No parecía tratarla como si fuera una paciente como hacía Bruce, tampoco parecía querer encerrarla en un lugar para que no se hiciera daño como Visión y mucho menos debía cuidar cada cosa que decía frente a él para no preocuparlo como hacía con Rhodey.
—No tienes que responder si no quieres...
—Dispara.
—Tu padre dijo que... habría autos voladores.
Toni tuvo que detener lo que estaba haciendo, pues aquello realmente la tomó por sorpresa, luego simplemente se giró lo suficiente para mirarlo con una ceja alzada.
—Me preguntaba porque no existen ¿no funcionaron?
—En primera...que grosero que dudes de los Stark— dijo apuntándolo con un dedo —En segunda ¿Cómo sabes de los autos voladores?
Bucky sonrió de lado y se acomodó en el sofá
—Yo fui a la expo del mañana— dijo, sonando bastante orgulloso de aquello —Howard presentó un auto volador... No funcionó muy bien, pero dijo que en el futuro los habría.
—Puedo decirte que la segunda versión del auto funcionó a la perfección, había algunos reportes de mi padre de haberlo usado en el 47... De todas formas, el gobierno no aceptó la idea así que Stark Industries nunca los puso a la venta.
—Supongo que tiene sentido— admitió encogiéndose de hombros —Si todos pudieran volar por ahí ¿Cómo controlarían sus fronteras y mantendrían su preciado orden?
—Exacto— Toni volvió su atención a la pequeña pieza en la que estaba trabajando —Además, a Howard le gustaba dar espectáculos, pensaba primero en lo mucho que podría impresionar antes de desarrollar la logística
—Suena bastante a él —murmuró Bucky con una sonrisa ladeada, recordando al hombre carismático y brillante que había conocido décadas atrás. Había algo casi reconfortante en hablar de Howard de esa manera, como si el tiempo no hubiera pasado y el mundo no hubiera cambiado tanto.
—Ese hombre era demasiado, podía venderte hielo en el ártico si se lo proponía— comentó con una risita, luego se quedó en silencio por unos segundos antes de hablar nuevamente —¿Lo conociste bien?
—¿Segura que quieres hablar de eso? — preguntó, su postura se tensó ligeramente —Está en la lista de temas que se llama "Nunca hablar de eso frente a Toni".
Él no mentía, ella en realidad le había hecho una lista y a cambio le había dejado hacer una también. Cosas como el pasado de Bucky en Hydra, Thanos, la relación de Bucky con Howard en los 40s, Steve y lo sucedido en Siberia eran algunas de las que figuraban en la lista.
—Bueno... La lista es más una guía flexible ¿sabes? Además, yo te lo estoy pidiendo. Es solo que....
Se quedó callada por un momento, analizando su propia vulnerabilidad y decidiendo si era buena idea o no decírselo a alguien a quién no conocía del todo bien. Si bien, sentía que sabía demasiado de Barnes y él de ella, no habían llegado hasta ahí porque se tuvieran la suficiente confianza como para compartirse los detalles de su vida.
En realidad, era todo lo contrario.
Por algún breve período de tiempo habían estado enfrentados, lo cual los hizo temerse el uno del otro y buscar información al respecto era lo más lógico de hacer.
—No tienes que decirme nada que no quieras— le recordó —Si no crees que necesito las razones entonces no las digas ¿quieres que te hable de él?
La castaña asintió suavemente.
—Bien.... Uhm, tu padre me sacaba de quicio a veces— admitió con una pequeña sonrisa—No éramos exactamente cercanos, pero me gustaba verlo trabajar y él parecía apreciar la compañía. Era necio, arrogante y un dolor de cabeza.
Toni soltó una risa suave, asintiendo sin interrumpirlo para que pudiera seguir hablando con libertad.
—Estoy seguro que intentaba hacer lo mejor que podía para mejorar, aunque no siempre lo lograba.
—Creo que esa es la definición perfecta de Howard Stark un hombre que siempre intentaba mejorar.
Bucky asintió, sus ojos perdiéndose un instante en los recuerdos.
—Siempre parecía tener una chispa, ¿sabes? Como si su mente estuviera corriendo a mil por hora y el resto del mundo tuviera que alcanzarlo. A veces parecía que le importaba más el siguiente gran invento que las personas a su alrededor, pero luego hacía algo que demostraba lo contrario.
La mirada de Toni se perdió por un momento, usualmente era difícil escuchar hablar de su padre, todos parecían verlo como un hombre increíble que no tenía ningún fallo, un increíble héroe americano.
Para ella era su padre... El hombre que la trató con cariño hasta los seis años y cuando empezó a demostrar que tenía la misma capacidad mental que él la alejó.
Ahora lo entendía, no era envida o resentimiento, era el temor constante de que su preciosa hija se convirtiera en una persona siquiera similar a él y en lugar de mejorar para ella decidió que era mejor si la alejaba lo suficiente de él para que no tomará nada de su personalidad.
El hecho de que Bucky hablara de él como realmente era le daba una sensación de tranquilidad, como que no tenía un hueco que llenar, como sí él no esperara que fuera un hombre ejemplar y que ella viviera para superar sus expectativas sobre cómo debía ser un Stark.
—¿Lo extrañas? — preguntó Barnes al verla tan ensimismada
—Es difícil extrañar a alguien que realmente no estuvo ahí ¿sabes? Se alejó de mi cuando yo tenía seis años así que he pasado treinta años sin que él esté ahí.
—Así que él... Realmente estuvo ausente ¿No?
—Si, solía reprochárselo, pero ahora lo entiendo un poco... Es decir, solo quería construir un mundo mejor y eso lleva mucho tiempo.
Bucky asintió lentamente, su mirada fija en el suelo por un momento antes de regresar a ella.
—A veces, el querer construir un mundo mejor te hace olvidar el que ya tienes justo enfrente —murmuró, su voz cargada con una mezcla de comprensión y amargura que venía de su propia experiencia.
Toni lo observó en silencio, dejando que esas palabras se asentaran. Eran simples, pero golpeaban con precisión quirúrgica, como si hubieran sido arrancadas directamente de la parte más honesta de su propia historia.
Pudo verlo en su mirada, sabía que no solamente estaban hablando de Howard, sabía que esas palabras iban también dirigidas a Steve, pero ninguno de los dos se atrevía a decir su nombre en voz alta. Aún dolía.
—Supongo que sí —respondió finalmente, dejando escapar un suspiro. Se pasó una mano por el cabello, como si eso pudiera despejarle la mente—. Aunque, ¿sabes? A veces pienso que esa es solo una excusa bonita. Que decir "estaba salvando el mundo" suena mejor que admitir que simplemente no sabía cómo ser un buen padre.
Bucky soltó una risa breve, sin humor.
—Sí, la gente suele envolver sus errores en palabras grandiosas para no tener que mirarlos de frente.
Toni sonrió. Por primera vez, hablar sobre su padre no se sentía como una pesada carga en sus hombros, por primera vez alguien estaba de acuerdo con ella y no intentaban corregirla con un "Howard era un hombre grandioso" "Seguramente fue un honor tenerlo de padre"
El hecho de que fuera precisamente el hombre que lo había matado era un tanto aterrador, pero Stark decidió dejarlo pasar porque estaba contenta con el rumbo que había tomado la conversación.
—Tal vez tú y yo pensamos más parecido de lo que creí.
—No sabes lo terrible que suena eso.
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Despertó gritando. Ya era usual y el latir errático de su corazón ya ni siquiera la asustaba.
Peter entró corriendo a la habitación y se apresuró a tomarla por los hombros.
—¡Hey! Todo está bien, todo está bien.
Esa noche había soñado con él, específicamente con el momento en que había desaparecido entre sus brazos luego del chasquido, así que ver su rostro frente a ella le causó un alivio casi inmediato.
—Tranquila, todo está bien— repitió, llevando una de sus manos a su cabello.
Toni se aferró a sus brazos con fuerza, como si fuera a desaparecer en el momento en el que lo soltara.
—Pete... Estás aquí— dijo en un susurro, mirándolo como si no pudiera creerlo —Estás aquí.
—Si, no me voy a ir. Aquí estoy— le aseguró
La castaña asintió, pero no lo soltó de inmediato, Peter no se quejó y simplemente siguió acariciando su cabello mientras respiraba de manera notable para que ella pudiera copiar su ritmo.
—Thanos... Él...
—Acabamos con eso. Él ya no está... Estamos los dos— le aseguró, con esa frase que May siempre le decía cuando lo atacaba la ansiedad.
Le tomó un momento acompasar su respiración por completo, su agarre alrededor de los brazos de Peter se aflojó, pero no lo soltó por completo. Necesitaba sentir que estaba ahí y que no lo había perdido.
—¿Estás mejor? — preguntó el chico mirándola con ojos ilusionados.
—Estoy mejor, Pete, gracias— susurró asintiendo, finalmente deshaciendo su agarre —Lo siento, no... No se supone que me veas así.
Peter negó con la cabeza suavemente y la miró con algo que Toni solo pudo describir como ternura.
—No tienes que disculparte por eso, no hay una forma correcta de estar cuando sé está triste... Somos familia ¿no? La familia se apoya....
Toni sonrió, intentando que las lágrimas no le empaparan el rostro. Tomó una de las manos de Peter entre las suyas y con una señal lo hizo sentarse en la orilla de la cama.
Lo miró por unos segundos, como si no pudiera creer el hecho de que estuviera ahí.
Cuando ocurrió lo de Thanos y perdió a Peter, le costó mucho recuperarse de eso, pasó noches llorando ante la mirada curiosa de Nebula, luego unas más en los brazos de Rhodey y cuando las cosas finalmente volvieron a la normalidad entre ella y Steve, lloró muchas noches más en sus brazos.
Luego Peter regresó y el pobre chico regresó a un mundo en el que la única familia que le quedaba ya no estaba. Al parecer una enfermedad se la había llevado, Toni no estaba muy enterada al respecto porque May Parker había decidido cortar relaciones con ella luego del blip, decisión que Stark no le había resentido.
Peter era aún menor de edad y necesitaba estar bajo la tutela de alguien hasta los 18 al menos.
Toni ni siquiera tuvo que pensarlo cuando Peter se lo dejó saber, firmó de inmediato.
—Si, somos familia.
Peter soltó un suspiro de alivio.
—Que bueno que lo dices, comenzaba a creer que había ido muy lejos— admitió, arrancándole una risita —Como la vez que creí que me estabas dando un abrazo ¿te acuerdas? Solo estabas abriendo la puerta...
Toni soltó otra risa y asintió, luego miró a Peter y le dio un apretón a la mano que aún tenía entre las suyas.
—Si era un abrazo, Pete, pero no sabía como hacerlo. No sabía cómo lidiar con eso.
Peter la miró con los ojos brillantes de asombro y de inmediato se inclinó hacia enfrente para rodearla en un abrazo. La castaña no dudó ni vaciló, simplemente se permitió derretirse en ese abrazo, apoyando su cabeza en el hombro de Peter, dejando que el calor del abrazo les recordara que a pesar de todo lo que habían perdido aún se tenían el uno al otro.
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Se había hecho costumbre para ellos el que Peter visitara la habitación de Toni por las madrugadas cuando ninguno de los dos podía dormir.
Peter se acostaba junto a ella y ponían una película hasta que a él le diera sueño, entonces volvía a su cuarto arrastrando los pies para poder dormir.
Aquella noche, luego de ver "El imperio contraataca" Peter aún no tenía sueño así que se quedaron charlando unos minutos.
—Hoy vísalir al Señor Barnes— dijo Peter cambiando drásticamente el tema de física del que estaban hablando —¿Va a venir a visitarte muy seguido?
—Él insiste en... que tenga compañía constantemente. Él sabe lo que se siente que te abandone el Capitán América, así que... Supongo que esto es más por si mismo.
Peter soltó una risita y se giró un poco para quedar de costado, apoyando la cabeza en su brazo mientras la miraba.
—Pareces ser muy sarcástica al respecto y arrugas la nariz cuando hablas de él, pero no lo has corrido de aquí.
—Bueno... Supongo que no es tan malo ¿sabes? Hablar con él puede ser... Terapéutico en cierta manera.
—¿De verdad?
—Si supongo que ... Ahora tenemos un grupo de apoyo o algo así.
—¿Un grupo de apoyo para abandonados por Steve Rogers? —bromeó, alzando una ceja con diversión— ¿Tienen reuniones semanales? ¿Tazas personalizadas?
Toni rodó los ojos, aunque una sonrisa se dibujó en su rostro, una que no pudo reprimir del todo. Peter era, en todo el mundo, la única persona a la que le permitía hacer chistes al respecto y ni siquiera sabía por qué.
—Sí, claro. Tenemos un club secreto, con un apretón de manos ridículo y todo —respondió con sarcasmo.
Peter se rió entre dientes, el sonido llenando la habitación. Cuando Peter estaba ahí, la habitación no se sentía fría ni vacía; claro que su presencia no significaba para ella lo mismo que la de Steve, porque los quería a ambos de maneras muy diferentes, pero la energía y las ocurrencias de Parker le daban una nueva vida al lugar.
—Bueno... supongo que está bien tener a alguien que entienda lo que sientes. Aunque no creo que Bucky pueda competir conmigo en eso de ser tu compañía favorita.
Toni lo miró de reojo, fingiendo pensarlo con exageración.
—Mmm... no sé. Él tiene ese encanto de soldado centenario, ya sabes. Muy rudo, muy misterioso.
Peter puso una expresión ofendida, llevándose una mano al pecho.
—¡Oye! Yo también puedo ser misterioso.
—Peter, llevas las emociones en la cara como si fueran anuncios del Time Square. Eres el menos misterioso de todos.
Peter soltó una carcajada, rindiéndose en la discusión, y sacudió la cabeza.
—Bueno, tal vez, pero sigo siendo más divertido que Barnes. Apostaría a que él nunca se quedó despierto contigo a las tres de la mañana hablando de si el espacio huele raro o no.
—Si huele raro ¿Verdad? — preguntó acomodándose sobre su costado para mirarlo.
A veces, cuando tenían conversaciones como esa a Toni la golpeaba la realidad y hacía que un nudo se le formara en la garganta, se daba cuenta que Peter ya no solamente era un adolescente cualquiera al que estaba intentando guiar en el mundo de los superhéroes; ahora Peter era un adolescente que legalmente era su hijo al que tenía que intentar guiar en la vida.
El pensamiento era aterrador, en esa fracción de segundo que aquello pasaba por su mente, entendía tanto a Howard porque solamente quería alejar a Peter para que no fuera como ella.
Y a veces lo hacía, se disculpaba con que tenía mucho trabajo, decía que no se sentía bien.
Y en aquel momento estuvo a punto de hacerlo de nuevo, de enviarlo a dormir y terminar aquella charma tan emocional, pero entonces las palabras de Barnes resonaron en su mente.
A veces, el querer construir un mundo mejor te hace olvidar el que ya tienes justo enfrente.
Peter era su hijo. Si se ponía a pensarlo, lo era en muchos más sentidos que solo el legal y para Toni, después de que el paladio estuvo tanto tiempo en su cuerpo, era imposible tener hijos.
Peter era su hijo, su futuro. No importaba que no fuera realmente suyo, el apellido Stark ya lo llevaba y necesitaba no solo enfocarse en crear un mejor futuro para él sino en crear un mejor mundo actual, con todo lo que aquello implicaba.
Ella no quería ser como Howard. Ella no sería Howard.
—Peter ¿Tienes hambre? — preguntó de pronto.
Sabía que no podía ofrecerle un mejor mundo si no salía de las cuatro paredes de su habitación.
—Un poquis— admitió casualmente —Se me antojan hamburguesas ¿a ti?
—Hamburguesas está bien.
—Genial, voy a pedir un delivery y...
—No, Pete. Vamos por ellas ¿sí?
Los ojos del adolescente brillaron como no lo habían hecho en mucho tiempo, porque Toni no había salido de su casa a no ser que fuera estrictamente necesario y el hecho de que estuviera dispuesta a salir por algo tan sencillo como eso con él lo hizo sentirse afortunado.
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