10
Bastó con ese mensaje de mamá diciendo que llegarían en dos días por un problema que surgió en la sucursal de Busan para que Jimin y yo cometiésemos una locura. Es por eso que ahora mismo unos cuantos estudiantes y amigos de la universidad estaban por todo el jardín y dentro de la casa disfrutando de una buena música.
Sonrío de lado viendo a Jimin bailar en la sala, está tan ebrio que parece que se va a caer en cualquier momento y para eso estoy yo aquí, no para ayudarlo sino para reírme.
Estoy un poco mareado pero no es que esté totalmente ebrio, no lo estoy porque estoy arriesgando mi pellejo si algo sale mal en la casa.
Camino hasta pasar por un lado de Jimin y lo tomo del brazo para bajarlo de la mesa de centro en donde se había subido hace cinco segundos.
— No soy yo quien está haciendo el ridículo — me río sentándolo en el sofá y él ríe.
— ¡JungKookie! — exclama abriendo sus brazos en grande.
— Por favor no bailes en la mesa que sabes que mamá se enoja. — le digo y este se ríe.
Me siento a un lado de él y este me entrega su vaso.
— Toma, bebe que estás muy sobrio. — comenta con burla y yo niego.
— No, tengo una casa que cuidar. — empujo el vaso nuevamente hacia él, y de nuevo su risa.
— Anda solo un poco. — me coloca el vaso frente al rostro como si fuese un bebé y yo ruedo los ojos, le quito el vaso y tomo un trago de su bebida.
Error.
Eso fue un grave error de mi parte, puesto que un trago llevó al otro y otro, hasta que me encuentro casi que en las mismas circunstancias que Jimin. Con la excepción que yo no me puse a bailar sobre la mesa de centro.
— ¡JungKookie!... te presento a mi amiga. — me sonríe abrazando de lado a una chica rubia muy bonita y yo le sonrío amable, ella parece nerviosa por la actitud de Jimin y yo sonrío amplio entendiéndola, puesto que el pobre se está tropezando a cada rato.
— Hola JungKook, un gusto soy Hyori. — me levanto al ver su linda sonrisa y la imito.
— Un placer Hyori. — le sonrío y tomo a Jimin del brazo para sentarlo en el sofá, aunque me doy cuenta de lo mareado que estoy con la fuerza que hice para tirarlo. Parpadeo varias veces y miro a Jimin— No te levantes que estás muy borracho, mejor quédate allí.
— Esta bien, papá. — ríe y ruedo los ojos, pero eso me marea un poco más.
— Tuve que decirle que sí aceptaba venir a conocer a su amigo para que pudiera venir y así te encargabas de él. — Se acerca un poco a mí y prosigue en mi oído— se estaba subiendo a la isla de la cocina. — abro los ojos en grande y miro a mi amigo que tiene su cabeza recostada al espaldar. ¿Acaso trabaja como stripper?
— Gracias, Hyori. — le agradezco y ella me sonríe para después guiñarme un ojo. Resoplo en una risita y vuelvo la mirada a mi amigo.
Al poco tiempo me encuentro bailando con ella, me había convencido de hacerlo como agradecimiento por haberme traído sano y salvo a mi amigo, este mismo se encuentra ahora durmiendo en el sofá.
Hyori coloca sus brazos en mis hombros y sigue hablándome un poco sobre su vida, una muy interesante la verdad.
Sus brazos se acomodan y termina abrazando mi cuello mientras yo sigo con mis manos en su cintura. Cabe resaltar que sigo mareado y no he parado de tomar, por alguna razón quiero despejar mi mente y desgraciadamente no puedo borrarla ni con el alcohol. Hyori se acerca a mi oído y comienza a murmurar.
— Te mueves muy bien. — su voz se vuelve sensual y mis manos divagan por su espalda baja hasta abrazarla— me encantaría saber si es igual bailando solos...
No soy un estúpido ni ingenuo, puedo tener mil copas encima pero sé que está haciendo una referencia sexual, y lo confirmo cuando me da un beso en la comisura de mis labios. Cierro mis ojos dejándome llevar con el momento y cuando siento sus labios rozar los míos la música se detiene.
Ambos fruncimos el ceño y volteamos a donde está el Dj que también es un compañero universitario. Me llevo la sorpresa de ver a HeeSook a un lado de este muy seria mientras le quita el micrófono.
— Se terminó la fiesta. ¡Largo todos! — exclama y veo como uno por uno salen los estudiantes al jardín, soltando quejas sobre lo inoportuno que era que se apareciera. No puedo estar más de acuerdo.
— ¿Nos vemos luego, JungKook? — Hyori murmura acariciando mi pecho y cuando la observo nuevamente noto que todo me da vueltas.
Simplemente asiento y coloco mi mano en el rostro para masajearlo y calmar un poco mi mareo, cosa inútil por cierto.
Siento una mano tomar mi brazo y frunzo el ceño mirándola mal.
— ¿Qué quieres? — le pregunto amargamente e intento soltarme de su agarre.
— ¡Al diablo con qué quiero! — me regaña— Por un demonio, JungKook, mira cómo estás. — murmura colocando sus manos en mi rostro y quitando los cabellos que se interponen en este— Estás demasiado ebrio. — murmura algo molesta y yo resoplo.
— ¿Ah sí? No me digas... — respondo nuevamente con tono amargo y ahora es ella quien resopla.
— Te comportas como un infantil. — me regaña y yo me río nuevamente con tono amargo.
— ¿Yo? — Me apunto mientras río— ¿Quién es la que juega con las personas como si fuesen juguetes? — pregunto risueño y ella niega.
— Ven, vamos a tu cuarto. — me dice mientras tira de mi antebrazo y yo me quejo suavemente.
— ¿Mi cuarto? ¿Contigo? ¡No! ¡Me rehúso! — exclamo con la voz un tanto tartamuda. Ella se voltea y me tapa la boca con su mano.
— Deja de gritar. — Me sisea y frunzo el ceño para hacer un puchero cuando quita su mano— iremos allí y te daré un vaso con agua para que luego te duermas.
— ¿Mamá, eres tú? — pregunto en un tartamudeo y ella inevitablemente se ríe un poco.
— No seas tonto. — dice entre risas y sigue tirando de mi brazo hasta entrar en la habitación. Me hace sentarme en la cama y prosigue— Espera a que te traiga agua antes de dormirte ¿bien?
— Mm~ — hago un sonido de afirmación y escucho sus pasos de salida cuando cierro mis ojos.
Me dejo caer de espaldas en la cama y tomo aire profundamente sintiéndome más relajado. Y antes de caer totalmente en la inconsciencia me remueven.
— JungKook, no, despierta. Toma. — Me llama y su mano aprieta suave mi muñeca para tirarme e intentar levantarme— Ayúdame ¿quieres? — Me río con los ojos cerrados y hago el esfuerzo sobrehumano para levantarme y quedar con mi cabeza gacha y mis ojos cerrados— Hey... — me susurra y su mano toma mi barbilla para levantar mi rostro— JungKook. — Llama y hago un sonido de afirmación— toma un poco de agua antes de dormir. — murmura cerca de mí rostro y abro los ojos lentamente encontrando su mirada en la mía. Me sonríe levemente pero no la imito.
— Te odio. — murmuro seriamente y ella resopla una risita.
— A ver ¿Por qué me odias? — pregunta de vuelta para seguirme el juego y yo hago un leve puchero.
Espera... ¿desde cuándo hay dos HeeSook?
Parpadeo lentamente para enfocar mi vista en una sola y decido responder:
— Te odio porque me haces amarte. — Murmuro y ella sonríe leve— te odio porque me usas y aún así no dejo de pensarte... y me odio por eso. — sigo murmurando y ella ve mis ojos sin borrar su estúpida y hermosa sonrisa. Interpone en medio de ambos rostros el vaso con agua y yo miro este antes de mirarla nuevamente— no quiero. — espeto y ella amplía su sonrisa.
— Pues te la vas a tomar. — me alza una ceja aún sonriendo y veo como su cabello está algo despeinado pero sigue siendo igual de lacio y hermoso que siempre.
— ¿Quién me va a obligar? — le alzo una ceja aún serio y ella rueda los ojos para resoplar.
— Ya JungKook, toma el agua antes de que te quedes dormido. — me pide en una queja suave y yo niego. Me alejo de ella y me recuesto de mis manos sobre la cama.
— Oblígame. — la reto amargamente y ella me mira con un rostro de '¿es en serio?' Para después resoplar.
— A pesar del tiempo sigues siendo necio y terco cuando estás borracho. — Niega mirando hacia arriba y luego se recompone— Mañana tendrás una fuerte resaca sino tomas un poco de agua y te duermes de una vez.
— Me importa una mierda la resaca. — suelto un gruñido por lo bajo y ella sisea colocando su índice en mis labios.
— Al parecer no soy la única grosera cuando se emborracha. — comenta risueña y yo me quedo viendo todo su rostro. Hoy está hermosa con ese top de color negro y su cabello suelto a los lados. Cierro mis ojos para dejar de pensar así y los vuelvo a abrir.
Con una de mis manos masajeo mi rostro y hablo un poco alto:
— No quiero agua, no quiero verte y no quiero dormir... — espeto de nuevo y ella se vuelve un poco seria al escucharme— Solo vete, HeeSook... y déjame solo. — murmuro lo último y la veo negar.
Igual de terca que yo, me toma de la nuca y me hace enderezar un poco para casi obligarme a beber el agua. Lo hago y me sorprendo al beberme todo el líquido del vaso. Ella que está un poco inclinada sobre mí para poder llevar a cabo la acción, deja el vaso sobre la mesa de noche y me vuelve a mirar.
— Listo ¿Ves que no fue difícil? — me dice suavemente y yo suelto un bufido.
— Difícil se está haciendo el que me dejes en paz. — murmuro por lo bajo y escucho como resopla.
— Ya me voy, tranquilo. — me dice suave pero esta vez sin su sonrisa en el rostro. ¿Será que me estoy pasando?
Como puede levanta el dobladillo de mi camisa bajo mis quejas y sus esfuerzos en luchar contra mí. Igualmente logra quitármela y se pone de cuclillas, la miro con mi ceño fruncido cuando comienza a quitar mis zapatos.
— No, HeeSook, no hagas eso. — le digo un poco tocado con la situación y me inclino hacia ella como puedo para tomar sus muñecas.
— Es para que duermas cómodo, JungKook. — me dice suavemente y veo sus ojitos mirarme. Le suelto las muñecas lentamente y ella prosigue con lo que estaba haciendo.
Veo que todo aún me da vueltas pero está un poco más suave. Ella se levanta para colocar los zapatos acomodados en un rincón y regresa a mí.
No digo nada más y de algún modo me quedo mudo ante ella, ante su presencia que comienza a acomodar la cama para que pueda dormir bien.
— Listo ya te puedes acostar. — murmura al pararse frente a mí y yo me quedo un rato pensativo mientras veo el piso.
¿Por qué demonios tiene que hacer esto justo ahora que decido desprenderme totalmente de ella?
¿Por qué no simplemente deja de jugar conmigo?
Entonces recuerdo su mensaje de esta tarde. Ese 'Te quiero, Kook' que a pesar de todo lo que hablé con Jimin sigue presente en mi memoria al quedarse clavado allí como un Tweet fijado. Trago fuerte y me atrevo a levantar la vista, mirando desde sus pies adornados con unas botas negras que le cubren los tobillos y pasando por esa falda blanca algo corta junto a su crop top que me dejó embobado hace rato cuando me dio vista de sus hermosos pechos.
Sigo sin decir nada y ella se acerca un poco para colocar sus manos en mis hombros y empezar a empujarme suavemente para intentar acostarme. Sigo viendo su rostro con el mío serio y cuando siento que estoy por caer a la cama mis manos le toman las caderas y hago que caiga sobre mí.
— JungKook. — Reprocha suave y busca levantarse pero yo no la dejo, abrazo su cintura y sigo viendo su rostro hermoso aunque sé que estoy cometiendo un grave error— estás muy ebrio. — susurra y eso suena como un Deja Vu para mí.
— Como si estando sobrio no haría lo mismo. — le sigo el juego y ella resopla una risita recordando también aquel día en ese baño de la casa de Jackson. Intenta nuevamente levantarse y mis manos acarician su espalda por dentro de la prenda, y luego acarician su cintura atreviéndome a meter un poco los dedos por el bordillo de la falda.
— JungKook debes dormir. — susurra cerca de mí rostro y cierro los ojos un momento para sentir su piel. Cuando los abro miro sus labios y luego sus ojos.
— Dímelo de nuevo. — pido en un susurro y ella frunce el ceño.
— ¿Qué cosa, JungKook? — pregunta bajito y miro otra vez sus labios.
— Dime que me quieres... pero está vez dímelo de frente. — susurro y ella abre la boca un tanto sorprendida, sus mejillas comienzan a teñirse de rosa y sonrío ebrio.
— Te quiero, Kook. — Susurra y me levanto un poco para robarle un piquito, muerdo mi labio inferior y sigo sonriendo, luego cierro mis ojos suspirando— pero ahora estás muy ebrio y debes dormir.
Logra levantarse de mi cuerpo y suelto un quejido, me acomodo en la cama y coloco mi cabeza en la almohada, sin importarme el que esté aún allí me quito los pantalones y los dejo tirados en el piso, y sin siquiera cubrirme con la sábana abrazo la almohada y la miro desde aquí.
— Acuéstate conmigo. — le pido palmeando la cama frente a mí y ella niega. Desearía tenerla de espaldas y abrazarla toda la noche.
— No, Kook, voy a arreglar un poco la casa. Tus padres llegan mañana. — me dice suavemente y frunzo el ceño.
— Pero me dijeron que venían en dos días. — murmuro entrecerrando los ojos al sentirlos pesados y aún así la veo negar.
— Debes revisar tu teléfono... — me aconseja y respiro hondo para luego bostezar.
— ¿Cómo lo sabías? — murmuro con mis ojos cerrados y antes de quedarme dormido escucho su respuesta.
— Porque mis padres son los socios de los tuyos.
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