09
***
Una semana después
Ahora mismo me hago la idea de soportar muy poco el latido de mi corazón cuando nuevamente la veo pasar. Y es que la verdad siento que me estoy volviendo loco con solamente verla.
Es lo mismo cada vez que mi mirada la encuentra en algún lugar de la universidad.
No sé si pueda soportarlo sin sentirme fatigado.
— ¿Tú crees que de verdad puedas estar tranquilo? — Jimin me pregunta al verme hacer sonidos con mi lápiz sobre el escritorio.
Estamos en una clase que compartimos con ella y esta misma está delante de nosotros mientras escribe apuntes en su libreta cuando el profesor explica algo.
— No sé. — contesto simple y él asiente suave mientras mira al frente para simular su falta de atención a la clase.
— Ha pasado una semana desde que prometí ayudarte, y no te ha hablado. — me recuerda y siento rabia nuevamente. ¿Acaso no podía mencionar otra cosa?
HeeSook sí me había hablado. Ese mismo día me dejó un mensaje de voz en nuestro chat diciendo que quería verme, tuve que morderme la lengua para borrar el chat y bloquear el teléfono, en la tarde me volvió a escribir y fue el mismo proceso. Desde ese momento no me escribió de nuevo. Pero eso es algo que Jimin no sabe.
— Lo sé, no es necesario que me lo recuerdes. — le digo y logro ver como rueda los ojos.
— Parece normal cuando te ve ¿desde cuándo te volviste su objeto sexual para el despecho? — me recalca y siento que el aire me estorba nuevamente cuando suelto un suspiro.
— Parece que lo soy desde que me tropecé con ella en aquel baño. — digo en un murmullo y lo veo asentir.
— Mal, muy mal... — murmura él también y miro mi cuaderno en blanco sintiéndome pésimo— HeeSook siempre ha sido una chica muy buena, su actitud de ahora me confunde, pero me jode la paciencia verte como un estúpido por ella... no te merece JungKook, eres un buen muchacho.
No respondo nada y levanto la mirada encontrándome con MinHo llegando apenas a la clase, recibe un reproche del profesor y luego pasa. Cabe destacar que el chico no había estado en la universidad desde ese día que lo vi con ella, y me causa intriga ver que no se inmuta al pasar a un lado de HeeSook. Mi pensamiento se confunde cuando al pasar a nuestro lado su mirada se clava en mí y se encuentra muy serio.
Simplemente confuso.
La clase continúa y al salir de ésta voy junto a Jimin a la puerta, por ser casi los últimos no hay nadie, es por eso que cuando escucho mi nombre me volteo y Jimin por consiguiente lo hace también.
HeeSook me mira y se ve un tanto nerviosa cuando se levanta de su asiento. Frunzo el ceño y puedo sentir el aura pesada de Jimin al notar mis ganas de ir a besarla. Lo sé, no lo puedo controlar, no me culpen que hago mi mayor esfuerzo.
— ¿Sí? — eso es lo único que logro pronunciar ante su mirada algo decaída.
— ¿Crees que... — Mira a Jimin y le sonríe leve, pero sé que este no se la devuelve— podamos hablar? — me quedo mudo y siento la mirada de mi amigo en mí.
— Ah... es que... estamos por ir a hacer unas cosas. — tartamudeo un poco y ella borra su sonrisa y asiente levemente. Parpadeo rápido y la veo afectado con su reacción.
— Yo... te espero en el auto ¿Sí? — Jimin me dice y palmea mi hombro. Le frunzo el ceño y ahora él es quien sonríe levemente.
No pasa mucho tiempo cuando lo veo irse, trago fuerte y me giro a ver a HeeSook. Ella me sonríe triste y su mirada denota tristeza. No me gusta verla así, pero también sé que si Jimin me dejó solo con ella es porque quiere probar que tal estoy luego de esa semana evitándola.
— JungKook... — se acerca un poco y abre la boca para hablar pero no consigue hacerlo— Yo... te escribí hace una semana. ¿Por qué no me respondiste?
Relamo mis labios aún afectado por su rostro en este momento, por alguna razón parece triste.
— Estuve ocupado. — respondo directamente y ella asiente a mi respuesta aunque parece afectada con esta.
— Yo necesitaba hablar contigo pero... no se pudo. — se acerca un poco más a mí y su mano toma mi brazo para mirarme a los ojos— Te extrañe todos estos días. — murmura mirando mis labios y yo me tiento a mirar los suyos pero me reprimo y solo veo sus ojos. Desvío la mirada a alguna parte del aula de clases pero puedo discernir como ella frunce el ceño— ¿Kook, qué pasa? — susurra y relamo mis labios armando mi corazón de valentía para soltarme de su agarre suavemente.
— HeeSook yo no puedo seguir con esto. — murmuro sintiendo el crujido de mi corazón al romperse. Ella adopta en su rostro un gesto confundido pero un poco asustado y coloca ambas manos en mis bíceps.
— Kook ¿de qué estás hablando? — susurra sonriendo confundida y puedo notar su voz algo temblorosa.
— Esto me lastima, HeeSook. — le soy sincero y por primera vez muy directo con mis emociones— me duele el hecho de no poder hacer nada para estar contigo porque no tengo ese derecho... tú tienes un novio y lo engañas conmigo, no puedo ser tu calmante para los problemas en tu relación... simplemente no puedo soportar ser tu consuelo cuando yo te sigo amando con locura. — mi voz tiembla al final y trago fuerte para no soltar lágrimas delante de ella y no me vea frágil ante su presencia.
— Pero Kook, no... — susurra pero no termina cuando yo la interrumpo mostrándole mis palmas y negando con mis ojos cerrados. No quiero oírla, me duele demasiado decirle esto y mucho más el ver su rostro.
— No, HeeSook, no intentes convencerme porque sabes cómo soy ante ti... no puedo seguir con... — hago un gesto con mis manos para explicarme pero no lo consigo— con lo que sea que tenemos tu y yo... ya no puedo seguir exponiendo mis sentimientos y mi corazón a una relación que solo me dañará a mí. — continúo y capto como sus ojos se vuelven acuosos mientras mira todo mi rostro buscando un signo de broma en este. Sus manos toman mis bíceps nuevamente e intenta hacer que la vea cuando dice mi nombre en susurros entrecortados, porque desde hace unos segundos que dejé de verla para no perder el valor que había adquirido.
— Kookie... — susurra intentando llamar mi atención mientras aprieta mis brazos, pero yo me suelto suavemente mientras niego.
— No, HeeSook... ya basta de jugar conmigo. — susurro de vuelta, me atrevo a mirar su rostro y me arrepiento de inmediato. Sus ojos están soltando lágrimas poco a poco y quiero pegarme en las bolas por hacerla llorar nuevamente. Me doy la vuelta sin ser capaz de soportar más tiempo viéndola así y empiezo a caminar hacia afuera.
— JungKook. — me llama con su voz quebrada pero aún con el dolor de mi alma no me doy la vuelta y sigo hacia la salida.
Rápidamente llego donde está Jimin recostado del auto y saco mis llaves para tirarlas hacia él que las atrapa de inmediato con su rostro confundido al ver el mío ya lleno de lágrimas.
— Sácame de aquí Jimin. — él asiente de inmediato y ambos nos disponemos a entrar al auto.
Ya dentro del vehículo Jimin me mira mientras estoy con mi brazo recostado de la ventanilla y mi puño está sobre mis labios mientras pienso en lo ocurrido.
— JungKook...
— Solo vamos a otro sitio que no sea este maldito lugar.
***
Estoy acostado en mi cama mientras veo el techo pensativo, aún recordando lo de hace una o dos horas atrás.
— Le dije todo. — hablo por primera vez y percibo como Jimin se remueve. Él está recostado del escritorio de madera que está al lado de la puerta, lleva allí desde que llegamos a mi casa hace como media hora o más.
Escucho su suspiro antes de su voz.
— ¿Qué le dijiste? — pregunta con su tono paciente y suave.
— Que se acabó todo lo que teníamos... que no podía seguir porque la sigo amando. — le cuento y él carraspea incorporándose.
— ¿Cómo te sientes? — pregunta en el mismo tono y yo suspiro soltando más lágrimas.
— Como un maldito condenado... me dolió ver su rostro hecho un mar de lágrimas cuando le dije que no podía seguir viéndola. — Suspiro otra vez e intento calmar mi voz cortada— me prometí a mi mismo hace meses que aquella vez sería la última que la haría llorar... — sigo soltando lágrimas y Jimin se sienta a los pies de la cama donde la mitad de mis piernas están fuera de ésta— Soy un imbécil.
— Oye. — Empuja una de mis piernas y su tono refleja la calma, parece querer calmarme de algún modo pero no lo consigue— Tú no eres un imbécil. No fue tu culpa que llorara, le fuiste sincero con tus sentimientos, y eso era algo que debías hacer para que no siguieras sufriendo. — habla calmado y sorbo mi nariz.
— ¿Entonces porqué mi corazón sigue doliendo? — pregunto cubriendo mis ojos con mi brazo derecho e inmediatamente él lo quita.
— Eso se cura con una buena borrachera. — Dice riendo suavemente y vuelve a empujar mi pierna— anda vamos a beber que hace tiempo no lo hacemos por culpa de alguien. — Se levanta tomando mi muñeca y me tira de esta para intentar levantarme— JungKook anda levántate y ayúdame que eres pesado.
A pesar de mis lágrimas suelto una risita por su comentario, y a duras penas me levanto de la cama para ir con él hacia la sala mientras su brazo está sobre mi hombro.
— Tomemos aquí que no quiero hacer un ridículo en público.
— ¿Y lo quieres hacer en casa? — Pregunta asombrado— ¿Tu padres?
— Están en un almuerzo con sus socios. — contesto acomodando mi cabello y él sonríe amplio.
— Hagamos algo mejor, vayamos a un club ¿Qué te parece? — pregunta sonriente y lo miro de mala gana.
— La última vez que te hice caso terminé teniendo sexo con mi ex en un baño. — aclaro y él ríe.
— Sí lo pones así no se ve muy bien mi influencia. — su risita por lo bajo me reconforta un poco pero aún así me sigue doliendo el pecho.
— Jimin los lugares a donde tú vas los conoce toda la universidad. — Le digo desganado y al llegar él se sienta en uno de los taburetes de la cocina— no me quiero tropezar con ella o con MinHo, o con los dos. — digo sintiendo un amargo sabor en la garganta mientras saco una de las botellas de whisky. Papá me matará porque es el más caro, pero quiero algo fuerte hoy.
— Esos son los mejores JungKook, no nos vamos a meter en un sitio de mala muerte. — me recalca y yo suspiro cuando me siento a un lado de él.
— Sería perfecto porque va muy bien con mi estado de ánimo. — siento su puño pegarme en el brazo mientras destapo la botella, él se levanta para buscar vasos en la vitrina.
— Ya cállate, no te eches a morir por un culo. — me regaña y lo miro mal.
— Es que allí es donde te equivocas. — lo apunto luego de destapar la botella y veo como se acerca con los dos vasos en manos. Se sienta a mi lado y prosigo— porque para mí ella no es solamente un culo... ella es el amor de mi vida, Jimin. — es el turno de él de mirarme cansado.
— ¿Y ella te corresponde? — me pregunta y vuelvo a sentirme mal.
— Supongo que no. — murmuro cabizbajo mientras lleno los vasos que él pone sobre la mesa.
— Yo pienso que sí siente algo por ti. — dice tomando su vaso y llevándolo a sus labios.
— Ahora te contradices y ni siquiera has tomado más de un sorbo. — digo amargamente y él separa el vaso de sus labios al querer reír, relame sus labios y asiente.
— No miento, JungKook. — Me mira fijamente y le alzo una ceja— escucha, eso es lo que te quería decir en el auto... cuando vi la mirada de HeeSook en ti me di cuenta de que en verdad ella siente algo por ti ¿Qué es? No sé, ten en claro que esto no es una esperanza ni nada menos, porque si ella en verdad siente algo por ti ¿Por qué no te lo puede decir?
— Hoy la vi muy sincera Jimin, quería decirme algo y no la dejé. — comento serio y doy el primer trago.
— ¿Y por qué no la escuchaste? — pregunta y lo miro confundido.
— Oye apliqué lo que me dijiste. — me muestro un tanto a la defensiva y él asiente.
— Sí pero nunca te dije que te hicieras oídos sordos. — Quiero reprochar y él me interrumpe— JungKook escucha, no debes hacer eso de nuevo, estarías actuando como hace más de cuatro meses cuando terminó contigo, no escuchabas lo que ella te decía y eso está pasando ahora mismo.
— Pero...
— Debiste escucharla, pero bueno ya pasó. — se lleva nuevamente el vaso a los labios y lo miro mal.
— Mi mejor amigo ahora es bipolar. — llevo el vaso a mis labios también y él ríe.
Estuvimos así por varios minutos hasta que mi teléfono suena y nos interrumpe. Lo saco de mi bolsillo y veo el remitente de la llamada entrante. Es ella...
— Contesta. — me dice y frunzo el ceño.
— No quiero... sé que me dirá algo para hacerme volver a ella otra vez y no quiero. — cuelgo la llamada y dejo el teléfono sobre el mesón.
— Necio y terco. — murmura llevando el vaso a sus labios otra vez.
El teléfono vuelve a sonar pero esta vez en un mensaje.
— ¿No lo leerás? — me pregunta y yo niego mirando al frente y llevando mi vaso a los labios, me tomo todo el contenido y escucho el gruñido de mi mejor amigo.
Él toma el teléfono y yo la botella para rellenar. No digo nada cuando lo hace porque sé que él no se sabe la...
Veo cómo desbloquea el teléfono e intento quitárselo pero no me deja. Su rostro cambia cuando lee el texto.
— Jimin dámelo. — frunce el ceño y me entrega el teléfono.
HeeSook♡
Te quiero contar todo, en verdad necesito que hablemos, por favor solo dame la oportunidad de explicarte.
Te quiero, Kook.
Trago fuerte al leer el último mensaje y miro a Jimin sintiendo aún más amargo el sabor del whisky.
— ¿Qué vas a hacer? — pregunta en un murmullo y yo lo miro fijamente.
¿Qué haré?
— Hoy no tengo cabeza para oírla... quiero despejarme un poco. — comento serio y bloqueo el teléfono dejándolo sobre el mesón.
Jimin suspira y asiente respetando mi decisión.
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