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Definitivamente soy un estúpido.

Así me siento cuando despierto y noto que HeeSook se ha ido antes. Veo las dos botellas de vodka que tomamos anoche antes y durante nuestro encuentro en las sábanas que ahora me cubren el regazo cuando me siento sobre el colchón.

Meto los dedos en mi cabello y rasco mi cabeza confundido. Me dolía solo un poco la cabeza pero no era algo tan grave como la resaca de hace más de cuatro meses.

Reviso la hora en mi teléfono y me doy cuenta que es súper tarde, si acaso alcanzaré dos clases en la universidad, pero me siento tan grave físicamente que no doy para levantarme.

Anoche había sido salvaje, mucho más que las otras veces, y es que hasta perdí la cuenta de cuantas veces lo hicimos, estábamos imparables.

Lagunas mentales llegan al momento de masajear mis ojos.

Recuerdo como HeeSook estaba en cuatro sobre la cama mientras yo le daba embestidas fuertes. Dios... me corrí en su espalda, en su abdomen y en sus senos magullados.

Que noche tan salvaje.

Recuerdo el rostro de HeeSook mientras me miraba cuando hacía eso con su boca mientras estaba acostado en la cama, luego ella se auto penetró al sentarse en mi regazo.

No tuve piedad con ella.

Sacudo mi cabeza cuando más imágenes fuertes llegaron a mi mente y decido levantarme para irme a duchar y cepillar mis dientes. Ya luego de regresar limpio la habitación, quito las sábanas de la cama y bajo al lavadero, allí las coloco en las lavadoras y dejo que se laven por varios minutos.

Al subir a la habitación veo que mi teléfono está vibrando en la mesa de noche con una llamada entrante de un número desconocido.

— Diga. — hablo con mi voz ronca.

— Soy yo... — su murmullo me llama la atención cuando me habla suavemente. Obviamente que conozco su voz. Le quiero preguntar dónde está pero no quiero ser posesivo, es así como espero que continúe— Ah... me fui temprano porque recordé que ayer no tomé la píldora. — susurra como si no quisiese que alguien la escuchara. Sonrío con mis ojos adormilados.

— ¿Estás en la farmacia? — Le pregunto y ella hace un sonido afirmativo— menos mal porque estoy seguro que después de anoche ya tendrías un guisante en tu vientre. — le comento con tono suave y ella hace un sonido como de alivio para luego reír un poco por el nombre que le puse.

— Sí, salí en cuanto recordé...

— ¿Cómo es que obtuviste mi número? — le pregunto con una sonrisita confundida y escucho un sonido pensativo.

— Tu contraseña no es muy difícil. — me contesta y yo suelto una risita— bananamilk ¿Quién coloca ese tipo de contraseña?

— Ya te dije que no razono como los demás. — Le comento al recordar lo de anoche— ¿Cómo supiste cual era?

— Es tu bebida favorita desde que... desde siempre la verdad. — menciona y me hace reír suave.

— Aún lo recuerdas. — destaco lo más importante y ella se queda un rato muda.

— Así como tu recuerdas lo de anoche. — menciona con un tono más pícaro que solo yo puedo captar.

— Mm~ posiblemente... pero haré como que no para que tú me recuerdes con acciones todo lo que pasó ayer.

— Estás loco. — Dice riendo suavemente y luego se queda muda otro rato— Espero que no te moleste pero desayuné en tu casa y te dejé el desayuno hecho.

Y aunque no quiero, aunque lo reprima lo más que pueda, un cálido sentimiento crece en mi pecho y también una sonrisa en mi rostro al oír eso.

— ¿Cómo me va a molestar eso? si es más, muero de hambre pero no tengo ganas de nada. — digo con tono cansado y escucho un bostezo de su parte.

— ¿Lo dices tú? Yo casi que quedo en silla de ruedas, tonto. — y entonces suelto una carcajada que escucho como imita.

— No soy el único que está loco por lo que veo. — menciono entre risas.

— Bueno, bueno... no tenemos arreglo ¿ya? Además tú me dañaste a mí. — menciona culpándome de su locura.

— Bueno tal vez si tuve algo de culpa. — me río y la línea luego queda unos segundos en silencio. Me encantaría saber qué es lo que ella está pensando en estos momentos.

— Bueno me voy a casa, tengo mucho sueño por culpa de alguien. — me dice indirectamente y corta el ambiente junto a mis pensamientos, me río nuevamente asintiendo a pesar de que no me vea.

— Deja de culparme que tú fuiste quien propuso beber... y sabes cómo me pongo cuando estoy ebrio. — le recuerdo con tono pícaro.

— Ya, ya... mejor cuelgo antes de devolverme a tu casa. — ríe y la acompaño.

— No hay problema con eso. — menciono.

— Oye recuerda que hoy regresan tus padres, arregla bien la casa. — menciona riendo y me hace recordar.

— Maldición sí es cierto. — murmuro.

— Adiós Kook... — murmura luego de quedarse la línea muda otra vez.

— Hasta luego nena. — murmuro también y lo siguiente que escucho es el pitido de la llamada ser colgada.

***

— JungKook basta, deja de verlos. — me dice mi amigo cuando ambos salimos del aula y vemos como MinHo va delante de nosotros y detiene el caminar de HeeSook al tomarla del brazo.

— No puedo. Mira como la tomó del brazo. — murmuro respirando profundo para contenerme.

— No hizo nada malo solo la detuvo, no fue algo brusco... ya cálmate hombre. — me regaña suave en un murmullo cuando pasamos al lado de ambos. En una fracción de segundos ella choca mirada conmigo y parece seria pero con un brillo en sus ojos.

Jimin me llevó casi a rastras hasta la puerta del edificio de la facultad y ya caminando en el campus es libre de regañarme.

— Es que no puedo ver que la toque de esa manera. — me giro a verlo un poco exasperado y luego me calmo al tomar un poco de aire— No cuando ayer yo la traté con un toque suave, casi como si fuera una porcelana... no puedo verlo Jimin... y cuando te enamores sabrás a qué me refiero.

Lo dejo mudo y me adelanto hasta llegar al estacionamiento e ir directamente a donde está mi auto estacionado. Quito la alarma y abro la puerta de este para entrar e inmediatamente encenderlo. Jimin viene lentamente hacia mí cuando lo veo a través del retrovisor, entonces evito el salir y solo dejo el auto en neutro hasta que toca la ventanilla de mi lado. La bajo pero no lo miro, mi mirada sigue al frente y él se recuesta con sus brazos cruzados en la puerta.

— Sé que es difícil... te entiendo, eres mi mejor amigo ¿Pero sabes que me duele mucho verte así? — tomo aire profundamente y lo sigo escuchando— Lamentablemente hay que aceptar las cosas como son, y una de ellas es que HeeSook ya no es tu novia... — desvío la mirada hacia el puesto de copiloto y vuelvo a mirar al frente cuando escucho como carraspea— Las cosas serían distintas si no sintieras nada por ella, porque allí te diría libremente "fóllate a tu ex cuando te de la puta gana" es más ni me meto. Pero las cosas no son así y tú estás totalmente entregado a ella a pesar de saber que no es capaz ni siquiera de decirte lo que siente por ti. — siento humedad en mis ojos pero me muerdo la lengua para no llorar delante de él. No de nuevo— mírame. — Me pide y a regañadientes lo miro para que se dé cuenta de mis ojos rojos por aguantar las lágrimas— Ay JungKook... no más mírate. — Murmura— Estás perdido, pero no te voy a dejar caer en la humillación ¿ok? — muerdo mi labio inferior e inevitablemente suelto unas pocas lágrimas— a ver échate para allá, yo voy manejar, necesitas despejarte un poco.

Hago caso a su petición y me lanzo al asiento del copiloto cuando él abre la puerta para sentarse luego de mi acción. Al estar ya asegurados él pone el auto en marcha y nos saca de allí. Automáticamente mis ojos van hacia la entrada de la facultad y estos captan a HeeSook ya afuera caminando con su mirada gacha. Quiero detener el auto pero Jimin acelera al notar mis ojos perdidos en la belleza de quien ahora tiene mi corazón en sus manos.

— Comenzaremos por evitar contacto. — lo miro rápidamente confundido. Él con su mirada al frente suspira— yo me encargaré de que no te vuelvan a romper aún más el corazón.