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☕️ Final

-¡Pero mira esa panza! -Jungkook abrió los ojos de sobremanera cuando abrió la puerta del consultorio- pasen. Por la luna, Yoongi, debes de estar exhausto...

Tanto omega como alfa rieron ante eso. Por supuesto que Yoongi estaba demasiado cansado, sus pies dolían y su espalda lo estaba matando lentamente. Ni siquiera en sus más duros años de entrenamiento se sintió tan adolorido como en las últimas semanas.

Jimin lo ayudó a tomar asiento en una de las sillas, dado que su pancita apenas le permitía moverse. Incluso había dejado de verse la punta de los pies hace tiempo.

-Bien... si mis cuentas no fallan deberíamos estar rozando los 8 meses de embarazo, ¿no es así? -murmuró Jungkook mientras revisaba detalladamente el expediente que llevaba como encabezado " Min Yoongi-Omega en tratamiento de fertilidad asistida".

-Así es -Yoongi suspiró. Le sonrió de lado a Jimin cuando sintió su mano frotándole la espalda baja, justo sobre el punto que dolía. Bien sabía que el calor que le trasmitía servía para alivianarlo.

-Vayamos a la camilla, por favor, me gustaría hacer un par de chequeos -Jungkook se puso de pie y los dirigió detrás de las cortinas.

Yoongi necesitó de su alfa para prácticamente trepar sobre el mullido mueble. Se recostó con toda la paciencia que pudo, elevó su playera y espero las caricias que sabía que vendrían. A su alfa se le hacía imposible mantener las manos alejadas de su vientre, dado que su lobo interior gruñía y jadeaba por mantener a las tres personas más importantes de su vida protegidas de cualquier peligro aparente.

El beta se colocó un par de guantes de látex con suma concentración como temiendo cualquier error. Durante todo el embarazo tuvo la misma atención y delicadeza, teniendo en cuenta que prácticamente Yoongi estaba sirviendo de forma experimental para comprobar la efectividad de las inyecciones.

Respingó apenas cuando los dedos fríos se posaron sobre su vientre, haciendo un recorrido desde la parte más alta hasta justo sobre la pelvis. Jungkook presionó despacio un par de veces y luego anotó un par de cosas en una libretita.

-¿Sientes presión aquí, Yoongi? -tocó con dos dedos uno de los laterales.

-Sí, demasiada, creo que los bebés ya están demasiado grandes -rio apenas intentando disfrazar la mueca de molestia. Jimin besó su frente varias veces y liberó un poco de sus feromonas.

-¿Y ahora?

-Menos, apenas siento sus dedos.

Jungkook asintió antes de quitarse los guantes y tomar entre sus manos la varita de las ecografías.

Yoongi se preparó para la sacudida que el frío gel le causó mientras apretaba con fuerza la mano de su alfa. La pantallita no tardó en prenderse y las diferentes formas aparecieron, cada vez los bebés eran más reconocibles, haciendo a sus padres derretirse de ternura.

-¿Todo en orden, doc? -Jimin frunció el ceño cuando Jungkook dejó de moverse, incluso sintió como la atmosfera se tornó un tanto más pesada.

-Denme un segundo... -examinó un poco más antes de que sus hombros se pusieran extrañamente rígidos. Soltó todo y se puso de pie de forma vigorosa- Yoongi, debemos sacarlos ahora mismo.

-¿Qué dices? -chilló el omega- ¡Aún no es tiempo!

Las lágrimas no tardaron en correr por el rostro del omega que estaba a punto de convertirse en madre. En cambio, Jimin estaba petrificado a un lado, todavía sostenía la mano de su omega pero los nervios estaban haciendo que no pudiera pensar en otra cosa que no sea que la vida de su alma gemela corría peligro si sus cachorros no nacían ya.

-Yoongi, omega, escúchame- Jungkook lo ayudó a sentarse en la camilla para luego clavar sus ojos amables en los temerosos de su paciente- si no sacamos a los cachorros a más tardar esta noche, podrías sufrir un derrame. Son muy grandes, incluso en úteros completamente sanos sería difícil que llegarán a término. Es por tu bien. Ellos irán a incubadora un tiempo para terminar de desarrollarse, pero créeme que estos casos son altamente positivos.

Yoongi se aferró con ambas manos a su médico, confiaba ciegamente en él pero no podía evitar el terror súbito que le recorrió de pies a cabeza. No estaba listo. Apenas empezaban a decorar la habitación de los cachorritos, no sabía nada sobre ser madre y se sentía a punto de desfallecer.

-Alfa... ¡alfa! -llamó con la voz entrecortada- Jimin...

Recién ese último llamado hizo que Jimin recobrara la compostura. Su omega estaba sufriendo y debía reconfortarlo e intentar que tomaran la decisión más razonable. De dos grandes zancadas ya estaba delante de él, envolviéndolo en sus brazos y besando con desespero su frente y marca.

-Shh... tranquilo, mi amor, todo estará bien -consoló sin dejar de liberar su aroma y permitiendo que su omega se aferrara a él todo lo que necesitara.

-¡No estoy listo! ¡Todavía no puedo ser madre! -chilló a punto de quedarse sin aire.

Jimin, ante esto, tomó su rostro entre sus manos y fijó sus miradas. Mantuvo un semblante tranquilo al igual que su aroma, aunque en el fondo quisiera ponerse a llorar hecho una bolita en una de las esquinas del consultorio.

-Dulce, escúchame, ¿harías eso por mí? -Yoongi asintió entre hipidos, por lo que pudo continuar- sé que esto es algo que no teníamos planeado hasta por lo menos un mes más, pero si tiene que ser de esta manera simplemente dejemos que sea. Nadie nace listo para ser padre, pero somos un equipo y lo haremos juntos.

Lo aferró a su pecho al sentirlo sollozar, sin dejar nunca de acariciar entre sus cabellos o brazos.

-Hagamos la cirugía, doctor.

Jungkook asintió rápidamente antes de ir hasta el teléfono fijo sobre su escritorio, apretó un botón y pronto el quirófano estaba reservado.

-¿Doctor?

-Dime, Yoongi.

-Mi alfa puede entrar conmigo, ¿no es así? no puedo hacer esto sin Jimin a mi lado -Yoongi lo miró con lágrimas en los ojos y aferrado a la mano que rodeaba su cintura.

-Por supuesto que puede, nunca dejaría que te sientas desamparado. Haremos las cosas de la siguiente manera: una enfermera vendrá y los dirigirá a la que será su habitación, allí te cambiarán por una bata quirúrgica y conectará un par de vías necesarias. No tengas miedo, Yoongi, he realizado esta operación siento de veces y nunca dejaría que le sucediera nada a mi paciente favorito -Jungkook le sonrió tan grande como pudo y en el fondo eso sirvió demasiado para la tranquilidad del agente.

-¿Qué sucede luego?

-Luego, Jimin deberá colocarse la ropa adecuada para entrar a quirófano, los llevarán a ambos al lugar en donde estaré esperándolos. Comenzaremos con la cirugía y, si todo va bien, para medianoche sus hijos habrán nacido.

La pareja preguntó por un par de detalles más antes de que una bonita beta ingresara a la oficina. Los dirigió dos pisos más arriba, Jungkook se había encargado de que les tocara una habitación privado, con una ventana al lado de la cama, televisión y baño. Todo para que los siguientes días fueran los más cómodos posible.

Como anticiparon, la muchacha ayudó con la bata y colocó dos vías, una en cada brazo del omega, dejándolo descansar por un par de horas.

-No me dejes solo, por favor, alfa -Yoongi estaba aferrado al pecho de su amor, ambos sobre la pequeña cama hospitalaria.

-Claro que no, dulce, estaré a tu lado en todo momento. Recuerda que eres fuerte y valiente, todo saldrá bien y pronto estaremos en casa con nuestros cachorritos.

-Tengo miedo, pero también estoy emocionado, ¡Conoceremos a nuestros bebés!

-Lo sé, amor. Vamos... descansa un poco.

Cuando los medicamentos hicieron efecto, Yoongi por fin pudo dormir. Ambas manos descansaban sobre su vientre y Jimin no podía creer que dentro de poco ya no lo vería de esa forma. Al igual que su omega, un sin fin de emociones luchaban en su mente por predominar, desde el miedo hasta la felicidad plena, y es que habían luchado tanto por este momento que no entendía como el tiempo había pasado tan rápido.

Suspiró al ver a Yoongi tan relajado, parecía que el único momento donde su mente descansaba genuinamente era cuando dormía. Acarició por última vez su vientre y se puso de pie.

Llamó a Hoseok, Namjoon y SeokJin para contarles que los bebés nacerían esa misma noche. Los tres quisieron ir al hospital enseguida pero las directivas de Jungkook eran claras: nada de visitas hasta por lo menos un par de días. La herida de la operación podía correr peligro y los bebés necesitaban incubadora, por lo que solamente sus padres podrían tocarlos desde fuera y con todas las medidas de seguridad necesarias.

-¿Jimin?

-Aquí estoy, dulce, estaba avisándole a los chicos.

Yoongi se dejó caer contra la almohada otra vez, suspirando en el proceso.

-Estoy algo mareado -murmuró.

-Debe de tratarse del medicamento...

Y justo cuando Jimin iba a agregar otra cosa, una enfermera diferente a la anterior ingresó. Le entregó a Jimin la ropa adecuada y entre los dos trasladaron al omega a una silla de ruedas.

Tanto el pasillo como la sala de operaciones estaban frías, algo oscuras y con una extraña presencia; sin embargo, la sonrisa que Jungkook les dirigió desde detrás de la mascarilla los tranquilizó en gran medida.

-¿Listos para conocer a sus cachorros? -inquirió.

-Estamos listos, doctor.

Jungkook aplaudió una única vez y el proceso se desató. Fue complejo, nadie podía negarlo. Jimin se dedicó a dejar pequeños besos en donde pudiera, desde la mano de Yoongi hasta su frente y pecho. De vez en cuando liberaba feromonas para mantener a su omega tranquilo, incluso le preguntaba pequeñas cosas para asegurarse de que se mantuviera orientado.

Al final, no hubo complicaciones considerables.

El mundo pareció detenerse cuando el primer llanto retumbó entre las paredes. Padre y madre lloraban como si no hubiera fin y todos en la sala estaban sumamente enternecidos con la escena.

-¡Es un pequeño niñito! -elevó la voz Jungkook.

-Es precioso, Yoon... no sabes lo bonito que es -Jimin murmuró con sus labios pegados a la mejilla del más pequeño.

Un segundo llanto acaparó el resto de la atención.

-¡Otro niño! ¡Felicidades, chicos, sus cachorros están aquí!

-Quiero verlos -jadeó Yoongi.

Jungkook no tuvo que esperar un segundo llamado, indicándoles a las enfermeras que posicionaran a los recién nacidos sobre el pecho de su madre.

Ambos bebitos se acurrucaron en busca del calor y aroma del omega, dejando de llorar al instante.

-Mira los pequeños que son, alfa... -sollozó un poco más mientras besaba delicadamente ambas cabezas- son nuestros, mi amor, mis cachorritos.

-Tan hermosos como su madre -Jimin acarició una de las pequeñas manitos y sonrió todavía con lágrimas corriendo por sus mejillas- gracias, dulce.

-Somos un equipo, alfa. Gracias por aparecer ese día en mi oficina y gracias por no dejar de insistir en el que para todos era un caso perdido. Estaría tan perdido sin ti...

Compartieron un fugaz beso, riendo cuando los niños chasquearon sus labios en busca de alimento.

Les quedaba un largo camino por recorrer, lleno de altibajos, logros y fracasos; pero definitivamente la luna los había bendecido. Eran almas gemelas y ahora tenían dos pequeñas criaturitas las cuales criar con todo el amor, respeto y cariño que se merecían.

-Bienvenidos al mundo, Yoonsang y Jongsuk.

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