-Oh, Yoon, no sabes cuanto te extrañé... -Hoseok dejó caer su maleta al suelo creando un sonido fuerte que fue opacado por todo el ajetreo del aeropuerto antes de salir despavorido a los brazos del omega mayor- ¡Mira esa panza! es incluso más bonita en persona... ¿puedo tocarla?

-Claro que sí -Yoongi sonrió de lado mientras asentía.

Hoseok no esperó una segunda afirmación y enseguida llevó ambas manos al centro del vientre puntiagudo. No llegaba ni a acaparar un cuarto del espacio, pero viendo que Yoongi rozaba los 7 meses y que no era solo un bebé sino dos, no podría esperarse otra cosa.

Jimin los abrazó a ambos, extrañando el aroma acaramelado del más pequeño. Prácticamente su lobo lo había adoptado como cachorro y ni siquiera supo como aguantó el tenerlo tanto tiempo lejos.

-¿Cómo están ahí dentro? veo que creciendo grandes y fuertes... yo soy Hoseok, pero pueden decirme hermano o tío, como a ustedes más les guste -el rubio se había puesto de rodillas de un momento a otro importándole realmente poco que las personas a su alrededor se lo quedaran viendo al pasar.

Yoongi rio con pequeñas lagrimitas. Malditas hormonas.

-Bien, vayamos a casa, muero por probar un poco de tu pastel de triple chocolate. Los cachorros no dejaron de pedirlo en todo lo que lleva el embarazo -el agente se relamió imaginando como se sentiría el chocolate en su boca.

Una vez en el coche, los temas en general empezaron a fluir. Estaban a aproximadamente 20 minutos del departamento cuando Yoongi se quedó profundamente dormido en los asientos traseros.

-¿Siempre pasa esto? -señaló el chef con una sonrisita de lado mientras acariciaba los finos cabellos.

-Desde que cumplió los seis meses puede dormirse en cualquier lado y a cualquier hora -Jimin rio con ternura a la vez que intercalaba su vista en la carretera y los omegas de detrás- pero Jungkook dijo que es normal, llevar a los cachorros le quita demasiada energía y más aún a su pequeño cuerpo.

-¿Ya saben sus sexos?

-No, decidimos que esperaremos hasta el parto. No creemos que sea algo relevante.

Hoseok tarareó antes de seguir creando formas sin sentido en los cabellos de su amigo. Estaba tan feliz de por fin haber vuelto a casa. No se arrepentía de haber ido a Francia a estudiar, realmente aprendió muchas cosas, incluso su estadía se alargó un par de meses más, pero nunca llegó a sentirse parte. Los pocos franceses que llegó a conocer fueron un tanto fríos y distantes, recordándole que nunca llegaría a ser verdaderamente uno de ellos, por lo que sus días se pasaron en soledad y tachando los número del almanaque.

-Y cuéntame, ¿Cómo estuvo todo por allí?

-Bueno... ni bien ni mal. Fue una linda experiencia, pero no creo regresar. Londres es lo mío, con ustedes y Taehyung.

Tiempo después por fin aparcaron en la entrada del edificio. Yoongi despertó malhumorado y hambriento por lo que rápidamente ingresó. Jimin, en cambio, ayudó con las maletas y un par de cosas más.

Al ingresar al departamento Hoseok inhaló con fuerza llenándose los pulmones del aroma hogareño. Solo se quedaría ahí un par de noches antes de mudarse con Taehyung a un departamento cerca de la universidad de su pareja, a sabiendas lo mucho que necesitaban volver a fortalecer su relación y el que los nuevos cachorros necesitarían la que fue su habitación.

-¿No empezaron con los preparativos de la habitación de los bebés debido a mi regreso? -inquirió mientras reunía los ingredientes que necesitaría para poder cumplirle el antojo al embarazado.

Yoongi se sentó sobre uno de los taburetes altos con un poco de esfuerzo, suspiró y respondió:

-En parte sí, es tu habitación después de todo y no queríamos quitártela sin permiso, pero por otro lado también queríamos que fueras parte del proceso, ya sabes, pintar, elegir las cosas, y eso...

-Eso es muy bonito... ¡Claro que los voy a ayudar! -Hoseok sonrió de lado- ¿quieres que añadamos al pastel Fondue de chocolate? prometo que es delicioso.

-No tengo ni idea de a que te refieres, pero absolutamente sí.

Se mantuvieron en un cómodo silencio el tiempo que llevó pesar los ingredientes, colocarlos juntos y meter el pastel en el horno. Yoongi sabía que Hoseok tenía ganas de hacerle varias preguntas, por lo que se mantuvo en su lugar jugueteando con todo lo que encontraba a su alrededor.

-¿Es raro? -retumbó la pequeña voz del rubio.

-¿A qué te refieres?

-El estar embarazado.

Yoongi se dejó caer apenas para atrás mientras llevaba una mano a su cintura y con la otra se sostenía de la mesada de granito. Jadeó en alto por el tirón que le recorrió la parte baja de su espalda, definitivamente ya no podía con todo el peso extra.

-No sé si se le puede llamar raro, no es algo malo, pero definitivamente tampoco es tan hermoso como lo pintan. Por supuesto que es grandioso poder crear vida, saber que mis cachorritos tendrán esa conexión tan única con mi lobo, sin embargo, los dolores son demasiados, no puedo hacer muchas de las cosas que antes realizaba con frecuencia y oh... no me hagas hablar del cambio que está sufriendo mi cuerpo. Me enseñaron desde pequeño que no debía ser omega y que todo lo que eso conllevaba no estaba bien, así que fue un golpe duro -se encogió de hombros mientras reanudaba las caricias sobre su vientre.

-Me aterra llegar a quedar embarazado en algún momento -murmuró el más pequeño colocándose los guantes protectores para chequear que todo estuviera cocinándose de forma adecuada- sé que con Taehyung eso es prácticamente imposible que ocurra, en ninguno de nosotros, pero me da miedo que algo como lo que me pasó vuelva a suceder y esta vez no tenga la misma suerte.

Yoongi se estremeció ante la mención del secuestro. Hace tiempo que no tocaban ese tema, más que nada para evitar reabrir heridas ya cicatrizadas, a pesar de que la psicóloga les había dicho que el hablar de vez en cuando de los traumas ayudaba a superarlos.

-Eso no ocurrirá, ¿Qué piensas sobre que te enseñe un poco de defensa personal? ya sabes... una vez que ya no tenga esta panza.

Ambos rieron ante eso.

-¿Harías eso por mí?

-¡Por supuesto que sí! no quiero que nunca más vuelvas a sentir ese tipo de miedo, mereces vivir tranquilo. Solo dame un par de meses más y seré oficialmente tu entrenador personal.

-¡Gracias, gracias, gracias! siempre quise aprender a golpear a alfas imbéciles -saltó emocionado mientras aplaudía.

Tiempo después, un pequeño ronroneo escapó de entre los labios del embarazado cuando las enormes manos de su alfa se posaron sobre su pancita y el calor lo cubrió por la espalda.

-Eso huele delicioso -señaló Jimin cuando el pastel por fin quedó colocado sobre la mesa.

El chef golpeó apenas la mano de Yoongi cuando intentó pellizcar un trozo. Ambos intercambiaron una guerra de miradas antes de que el menor carraspeara.

-Te hará mal, Yoon, debes esperar que se enfrie. No queremos que los bebés salgan rostizados.

-¡No digas eso de mis bebés! -chilló con el ceño fruncido.

-Entonces no intentes robar trozos de comida caliente. Un par de horas serán más que suficientes para que puedas comer todas las porciones que quieras.

Yoongi lloriqueó un poco antes de darse la vuelta y esconderse en el pecho de Jimin. El alfa cruzó ambos brazos por su espalda y lo apretó a la vez que las fuertes feromonas lo cubrieron. Siseó un poco cuando sintió los espasmos de un llanto próximo, pero no fue de suficiente ayuda cuando las lágrimas comenzaron.

-Yoon, lo siento, no era mi intención hacerte llorar -Hoseok intentó acariciar su brazo pero solo consiguió un manotazo que lo dejó con el ceño fruncido.

-No te preocupes, Hobi, las hormonas nos tienen un poco alborotados, ¿no es así? -Jimin sonrió de lado- creo que una siesta es buena opción, ¿Cómo suena eso, dulce?

-Sí, alfa -murmuró con su voz siendo amortiguada por la tela de la camisa contraria.

Luego de la afirmación y de aclararle al menor que para nada tenía que ver con el desbalance, ambos desaparecieron por el pasillo. Hoseok simplemente negó de lado a lado con la cabeza riendo apenas. Yoongi embarazado era todo un caso.