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☕️ 1O

Pidió un trago más, o tal vez cinco, no lo recuerda pero ¿qué importancia tenía? lo único que quería era quitar de su mente la idea de que todo estaba arruinado. No solo había tirado por la borda cada pequeño avance que había tenido con JiMin sino que también ahora corría el riesgo de que la verdad fuera desenmascarada.

—Deme otro —gruñó en torno al barista.

—Creo que ya bebiste demasiado, amigo —el joven, quien limpiaba un vaso con un paño, murmuró.

—Soy un maldito agente del FBI, ¿crees que no sé cuándo ya bebí demasiado? —el beta asintió suavemente— entonces tráeme lo que te pedí.

Un vaso de whisky fue depositado sobre la barra. Yoongi lo bebió de un sorbo y todo dentro suyo pareció apagarse un poco más. Estaba mareado y exhausto pero no podía enfrentar sus pensamientos. No hoy.

—¡Yoongi! —alguien llegó hasta él y arrebato su vaso.

—Oye, ¿qué mierda sucede contigo? —giró en su silla y todo a su alrededor dio vueltas.

—Ya es suficiente, vamos a casa.

¿Acaso estaban intentando secuestrarlo?

—Déjame... puedo usar mi arma contra ti —Yoongi lo señaló con la punta de su dedo índice temblando.

—Sí, lo que digas... —Hoseok, quien había llegado a su rescate, rodó los ojos.

Enseguida pagó lo que el ojiazul había consumido, pasó un brazo contrario por sus hombros y permitió que se apoyara sobre él. El maldito pesaba más de lo que aparentaba.

—Ayúdame, Yoon.

—No voy a ayudarte a secuestrarme... —balbuceó en medio de risas.

Hoseok trastabilló un poco cuando el fuerte aroma de la vainilla, que nunca antes había olido pese a que le había rogado a Yoongi para que se lo permitiera, le llegó de lleno. Era dulce y atrayente, no entendía porque su amigo no lo utilizaba a su favor.

En realidad en parte sí comprendía que era lo que pasaba por la mente de Yoongi cuando tomó la decisión que lo mantendría encadenado a una identidad falsa pero lo que le había intentado hacer entender, de forma poco exitosa, era que los tiempos habían cambiado y que ahora los omegas hombres tenían más derechos y oportunidades.

Había tardado más tiempo del que le hubiese gustado encontrar a Yoongi pero cuando una llamada por parte de Jimin contándole lo ocurrido y que ya estaba en busca de Yoongi sin saber muy bien por donde empezar, se alertó de inmediato. Hace tiempo que el hombre de cabellos castaños le había comentado que ese bar era su favorito, por lo que algo dentro de su cabeza se iluminó y tomó el primer taxi que se le apareció.

Como había imaginado, Yoongi sí estaba en el bar pero demasiado borracho y todavía con un atisbo de aroma de celo presente.

—Ese alfa de rizos y ojos muy verdes ahora sabe mi secreto —,Yoongi le susurró de cerca— pero no me importa porque es muy lindo.

Hoseok frenó un taxi y lo ayudó a subir al asiento trasero, luego se montó a su lado. Le dio la dirección al beta que conducía y cuando estuvieron en movimiento le permitió a Yoongi que apoyara su cabeza en su hombro.

—Él fue muy bueno conmigo y yo solo salí huyendo... —Yoongi, sollozó preso de los sentimientos que salían a flote cuando uno se perdía entre las manos del alcohol.

—Tranquilo, Yoon, él entenderá —acarició con suavidad sus cabellos.

—¡No lo sabes! tal vez me odie ahora que sabe que soy un omega.

Hoseok solo rodó los ojos. Era imposible que Jimin odiara a Yoongi, desde hace tiempo que eso le había quedado claro y lo ratificó con la llamada desbordante de ansiedad que había recibido tiempo antes.

—No lo hará.

—No quiero ser un omega —balbuceó con su lengua enredándose.

—Yo tampoco lo quería pero aquí me tienes... —Hoseok susurró más para sí mismo que para Yoongi— duerme un poco, pronto estaremos en casa.

—Llama a Jimin —fue lo último que el omega de ojos celestes dijo antes de caer dormido.

Sacarlo del taxi fue incluso más complicado pero cuando lograron llegar al departamento, Hoseok le quitó la ropa, lo metió en la bañera, lo lavó y luego lo recostó. Yoongi ya estaba un poco mejor pero era necesario que descansara después de tantas vivencias.

Yoongi despertó tiempo después por una llamada que Hoseok estaba haciendo en el salón. Su cuerpo dolía y su cabeza estaba a punto de estallar pero caminó con los ojos entrecerrados hasta donde la conversación lo guiaba.

—Ya está bien... sí, lo encontré en el bar. Me pidió que te llamara... tranquilo, no fue tu culpa. Hiciste lo que pudiste.

Su labio interior tembló cuando se percató quien estaba del otro lado del teléfono. Sabía que en algún momento iba a tener que enfrentar su pasado pero nunca pensó que lastimaría tanto a otra persona por ese motivo. Nunca fue su intención que Jimin saliera herido.

Hoseok fijó sus ojos en él, volvió a murmurar un par de cosas al teléfono y luego colgó.

—Yoongi, despertaste... ¿cómo te sientes?

—Mejor —tragó saliva al notar su boca seca. Se dirigió al refrigerador y bebió una botella completa de un sorbo.

Recién en ese momento sintió su propio aroma omega cubrirlos. No se había percatado antes. Le disgustaba, era demasiado dulce, y se sentía fatal por hacer que Hoseok tuviera que olerlo.

—Lamento que tengas que oler mi aroma —murmuró con los brazos cruzados sobre su pecho y su espalda encorvada.

—¿Qué dices? —Hoseok frunció el ceño.

—Ya sabes... es demasiado dulce y no lo sé, solo es disgustante.

—Yoon, es el aroma más atrayente que alguna vez sentí. Incluso siento algo de celos por ello —Hoseok le sonrió de lado antes de acercarse y abrazarlo con fuerza— eres un omega, Yoongi. Es hora de enfrentar las cosas. Por supuesto que aún hay gente que nos discrimina pero te aseguro que el porcentaje que nos apoya es mucho mayor.

El nuevo omega sollozó sobre el pecho de su amigo. Su espalda se sacudió con frenéticos gimoteos y pronto el aire empezó a ser poco. Cayó de rodillas al suelo, arrastrando a su amigo consigo.

—Yoon, estás sufriendo un ataque de pánico —le dijo a la vez que conectaba sus miradas— respira conmigo, vamos...

Yoongi lo intentó, realmente lo hizo, pero cuando el fuerte aroma del café recién hecho irrumpió en sus sentidos, el proceso se agravó.

Hoseok fue a abrir la puerta, consciente de que su amigo necesitaba al alfa, y lo dejó entrar.

Jimin rápidamente se arrodilló frente a Yoongi y en poco tiempo lo tuvo aferrado a su pecho e inhalando de su aroma con fuerza. Liberó feromonas tranquilizantes, ignorando que probablemente también afectarían a Hoseok pero lo único que podía pensar ahora era en que debía tranquilizar a su omega.

—Vamos, Yoon... puedes hacerlo —Jimin susurró cerca de su oído.

Pronto el omega de ojos celestes estaba respirando con mayor estabilidad. Se separó tentativamente de Jimin. Debajo de los bellos ojos que tanto lo atraían, dos grandes bolsas se extendían. Los rizos estaban despeinados y las facciones pintadas de preocupación, pero así y todo, Jimin había dejado de lado cada sentimiento suyo para socorrerlo.

—Lo siento, yo... realmente necesito un momento para pensar las cosas y tal vez... no lo sé —Yoongi se puso de pie y regresó a su habitación.

Jimin, en cambio, se sentó mejor sobre el frío suelo de la cocina y apoyó su espalda contra uno de los gabinetes. Sus manos fueron a parar a su frente y cubrieron su rostro por completo.

Al poco tiempo sintió la presencia de Hoseok a su lado. El omega no estaba demasiado cerca pero tampoco lejos, lo cual era un avance.

—Debes darle tiempo, está asustado y no se esperaba este cambio tan repentino —le dijo Hoseok mientras jugueteaba con un hilo suelto de su pantalón.

Jimin quitó las manos de su rostro y clavó sus ojos llorosos en los de Hoseok. El omega se estremeció al ver a un alfa llorar, nunca pensó que eso sucedería.

—Le daría todo le tiempo del mundo, en esta y en todas las vidas, pero él no confía en mí y tal vez nunca lo haga... lo amo, Hoseok, es mi omega, pero no puedo forzar las cosas.

Una lágrima recorrió la mejilla del alfa y eso fue suficiente. Se puso de pie y abandonó el departamento. Lo que no sabía era que Yoongi había estado escuchando toda la conversación del otro lado del pasillo.

Las lágrimas combinadas con los jadeos de dolor estaban rasgando su pecho y pese a que consumió la dosis de supresores diaria, su lobo estaba alterado y luchando con fuerzas. Definitivamente estaba recibiendo la ayuda de su destinado, haciendo que ambos humanos intentaran retenerlos en vano.

Yoongi sabía lo que tenía que hacer, solo necesitaba un poco de tiempo para acomodar sus ideas y la certeza de que Jimin lo esperaría pero, ¿sería así? ¿su alfa aguardaría a que él superara sus traumas y lo acompañaría en el duro camino que le quedaba por recorrer?

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