☕️ 12
Gimió ante la potente luz que daba de lleno en sus ojos. La claridad no hacía más que oscurecer y dilatar el naciente dolor de cabeza. No quería despertar pero cuando el aroma dulzón atacó se sentó de golpe.
Jadeó ante el mareo mientras llevaba ambas manos a sus sienes, presionando allí. Un tirón en su mano derecha lo hizo detenerse y después gruñir.
-Shh... tranquilo -murmuró una voz relajante- te harás daño.
-Yo... mi olor... -apenas titubeó.
-No pasa nada, Gi, está todo bien. Vamos, omega, recuestate.
Yoongi se dejó caer de espalda nuevamente intentando con todas sus fuerzas abrir los ojos pero solo logró que una mínima rendija apareciera. Rizos enmarañados y ojos verdes preocupados se presentaron entre imágenes borrosas.
-¿Quieres agua? -la voz, que ahora reconocía como Jimin, susurró cerca suyo.
-Por favor...
-Bien, primero te ayudaré a acomodarte -sintió las manos de Jimin sobre su cintura y poco después estaba levemente reclinado.
Varios sonidos posteriores y un sorbete se encontraba entre sus labios, con el agua fría deslizándose por su garganta. Gimió ante la satisfacción y poco después se hecho para atrás.
-¿Qué sucedió? -inquirió ahora que sus sentidos estaban un poco más alerta, intentando con todas sus fuerzas contener el aroma a vainilla que empezaba a expandirse por la habitación.
-Digamos que tu prueba de combate cuerpo a cuerpo se salió un poco de control.
-Maldito Changkyun -gruñó con molestia, generando así mayor presión en su nariz.
-No te preocupes por él, el jefe ya lo sancionó.
-Jimin... -Yoongi no sabía por dónde empezar. Habían pasado tantas cosas y sin importar ninguna de ellas el alfa todavía se mantenía a su lado- yo siento tanto todo lo que sucedió...
-No tienes porque -el alfa tomó su mano sin intervenciones suavemente- comprendo tus acciones y entiendo el porque huiste, aunque no puedo negar que mi lobo se sintió herido.
Yoongi tragó con fuerza sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas instantáneamente. Había herido a Jimin, o peor aún, a su lobo.
Sintió los brazos del rizado rodearlo con fuerza pero cuidando de no desconectar nada ni tocar sus heridas. El aroma del café recién hecho lo cubrió como un manto, brindándole la calidez de la que tanto tiempo se había privado.
Se aferró a su salvavidas como si su propia existencia dependiera totalmente del hombre que ahora murmuraba cosas sobre su cabello y se deleitaba con el aroma que tantos años estuvo reprimido.
Yoongi todavía no sabía controlarlo con exactitud por lo que las fuertes feromonas de satisfacción explotaron por todos lados logrando que Jimin gruñera quedito y lo abrazara con mayor fuerza.
-Todo estará bien, Gi -repetía como un mantra- estamos juntos y eso es lo que importa.
-No quiero que sepan que soy un omega- murmuró suavemente sintiendo el cuerpo de Jimin tensarse- me gusta mi empleo.
-Yoonie, mírame -elevó la carita contraria desde la barbilla- en algún momento todo saldrá a la luz y debemos estar preparados. Que yo sepa no hay ningún tipo de reglamento que impida que formes parte de la unidad siempre y cuando los exámenes estén aprobados y los tuyos lo están.
Jimin finalizó con un casto beso en la punta de la respingada nariz. Sintió a Yoongi relajarse un poco más y sus ojitos revolotear por el cansancio pero antes de que pudiera caer dormido un médico ingresó.
-Lamento interrumpir... -murmuró sin quitar la vista de sus papeles- Min Yoongi, ¿no es cierto? bien... lamentablemente te dislocaste un hombro y hay una mínima fractura en tu tabique. Por otro lado, encontramos un pequeño problema en tu rodilla derecha pero todavía no sabemos con certeza que es.
Yoongi asentía a cada palabra sin prestar realmente atención, demasiado concentrado en embriagarse con el aroma de Jimin.
-Siguiendo... los análisis de sangre no salieron tan bien como nos hubiese gustado, ¿Hace cuánto consumes supresores?
El omega se tensó y su aroma se agrió en el momento. Jimin, ante esto, gruñó hacía el médico tomandolo como una amenaza para su omega lastimado.
El hombre de bata blanca elevó una de sus manos en el aire y sonrió de lado. No debió haber tocado ese tema con tan poco tacto.
-Lo lamento pero es necesario saberlo para poder dar con un diagnóstico.
-10 años... -murmuró Yoongi desde el pecho de Jimin.
-¿Cómo dice? -el beta frunció el ceño y se acercó unos pasos creyendo haber oído mal.
-He dicho que 10 años.
Las expresiones tanto del médico como de Jimin cambiaron rotundamente, pasando de una seria a una totalmente preocupada.
-Esto es mayor a lo que pensé... -pasó ambas manos por su cabello canoso y suspiró- debemos hacer pruebas de sangre y algunas psicomotrices.
Yoongi tembló visiblemente, no quería agujas y pruebas sobre su cuerpo. Quería su mente tranquila y para nada sentirse una rata de laboratorio.
-No quiero -escondió su cara en el cuello de Jimin.
-Pero... es importante y...
-Mi omega ha dicho que no quiere y se hará lo que él diga -bramó Jimin con un gruñido contenido.
-Está bien pero les aseguro que si no intervienen lo antes posible pueden generarse deficiencias irreparables... si es que ya no lo están -murmuró lo último.
-Alfa, quiero irme a casa.
-Ya nos vamos, Yoonie -Jimin ignoró el golpeteo de su corazón contra su caja torácica por el apodo utilizado- ¿qué debemos hacer?
-En primer lugar el omega debe suspender el uso de supresores en este momento, en segundo apartar una cita para sus exámenes y por último abandonar el ejercicio físico intenso por lo menos hasta que los resultados estén en nuestro poder.
Jimin asintió a todo lo que le dijo el médico, haciendo notas mentales para evitar saltearse algo. Sería complicado convencer a Yoongi pero era por su salud y ahora estaba más que convencido de que debía permanecer a su lado. No le importaba si el omega lo insultaba, lo golpeaba o incluso lo rechazaba; esas serían reacciones normales ante la defensa de una posible amenaza pero era su destinado y lucharía por ellos.
-Está bien, doctor, haremos lo posible.
-Perfecto, llene este formulario y pronto será dado de alta. Recuerde realizar las curaciones necesarias para que las heridas de su nariz no se infecten.
El beta salió de la habitación dejándolos por fin solos. Yoongi se acurrucó mejor sobre el regazo de Jimin, suspirando contento cuando casi imperceptibles caricias llegaban a sus cabellos.
-Gi, el médico tiene razón -llamó sutilmente- es por tu bien.
-No quiero, Jimin, solo abrázame...
Se mantuvieron así por un par de minutos hasta que Jimin tuvo que separarse para llenar los papeles necesarios. Yoongi gimoteó y sintió a su lobo removerse luego de mucho tiempo pero en verdad quería el calor del alfa reconfortandolo.
-Vamos, Gi, podemos ir a casa.
Una enfermera llegó a desconectar todos los aparatos y pronto las manos de Yoongi quedaron libres. Jimin lo ayudó a vestirse con ropa perfumada por si mismo y lo asistió para llegar al auto.
Condujo lo más centrado posible, intentando que el suave aroma de vainilla no lo desconcentrara. La verdad era que Yoongi olía increíble y cada sentido estaba adormecido por las feromonas del omega.
Llegaron al departamento de Yoongi cuando estaba anocheciendo. Era un lugar bonito pero algo peligroso y el alfa interior de Jimin gruñó disconforme al notarlo. Rodeó el auto para luego abrir la puerta del copiloto. Yoongi, sin embargo, se negaba a bajar por su propio pie, por lo que tuvo que cargarlo. Eso para nada fue un esfuerzo adicional.
El sentir el aroma del omega sobre su propia piel y la respingada nariz paseándose por su cuello un escalofrío le recorrió la espina dorsal. Ni siquiera tuvo posibilidad de abrir la puerta del departamento cuando un muy preocupado Hoseok emergió de el. Jimin le había avisado el porque Yoongi no había llegado ese día a casa pero de igual manera el instinto omega del menor salía a flote.
-Tranquilo, todo está bien -aclaró Jimin ante su cara preocupada.
El alfa hizo amago de dejar a Yoongi en el sofá pero sintió sus extremidades aferrarse. El omega gimoteó, cosa que descolocó a las dos personas restantes, y obligó a Jimin a mantenerlo sobre su regazo.
Obedeciendo, se sentó en el mullido mueble y acurrucó a Yoongi en su glándula aromática. Parecía que el omega se había olvidado completamente de su desagrado hacia su casta y permitió que sus sentidos y naturaleza salieran a flote.
Hoseok llegó con tres tazas de té y las depósito sobre la mesa de centro.
Yoongi cayó dormido rápidamente, preso del calor y protección que el alfa le trasmitía. Jimin besó entre sus cabellos y continuo con sus caricias la vez que suspiraba.
-¿Qué harán? -inquirió Hoseok con tono preocupado.
-No lo sé... -Jimin resopló- Yoon está negado a recibir ayuda y yo siento que no puedo... mi lobo se debilita cada vez más por internar proveer aunque sea un poco de energía para su omega y... -las lágrimas se deslizaron libremente por su rostro- no puedo...
Hoseok se sintió afectado por las feromonas tristes del alfa por lo que inconscientemente llevó una de sus manos a la rodilla contraria y dejó un apretón allí.
-No puedes dejar que esto los supere -le dijo- tarde o temprano Yoongi comprenderá todo a su alrededor y las cosas comenzarán a surgir.
Sintieron al omega removerse sobre el regazo de Jimin y rápidamente el rizado llevó una de sus manos a sus mejillas para eliminar cualquier rastro de acuosidad, lo que menos necesitaba ahora era que su omega lo viera en ese estado.
-Hola, amor -murmuró con sonrisa temblorosa- ¿estuvo bien la siesta?
-Mhm -Yoongi hizo apenas un sonidito de afirmación mientras se acurrucaba mejor.
-Yo iré a comprar un par de cosas que necesito para la universidad, vuelvo en un rato -Hoseok se puso de pie, besó la frente de Yoongi y se fue con todas las intenciones de dejar que la pareja conversara.
-Cama... -susurró Yoongi.
Jimin al principio se sintió un poco incómodo de invadir el espacio personal del omega sin que este se encuentre en todos sus sentidos pero su alfa interior exigía complacerlo así que no se negó.
Se puso de pie con cuidado y siguió hasta donde no había olor alguno, teniendo en cuenta que esa sería la habitación del más pequeño gracias al uso de supresores.
Quiso depositarlo en la cama pero Yoongi se negó, por lo que optó por sentarse contra el respaldar y posicionarlo sobre su regazo.
Los tiernos deditos del agente de ojos celestes se pasearon por los rizos de su nuca haciéndolo sentir adormilado. Sin embargo, necesitaba decir todo lo que contenía su pecho antes de que este explotara por tanta información retenida.
-Yoon... omega -llamó recibiendo los bonitos ojitos celestes ahora sobre su rostro- debemos hablar.
-Lo sé -suspiró ahora que el efecto del medicamento había bajado y podía pensar un poco más claro- lamento que tengas que soportar mi espantoso aroma y mis estúpidos comportamientos de omega, yo prometo que...
El discurso de Yoongi fue detenido por los labios de Jimin. El alfa no pudo contenerse, hace tiempo quería hacerlo pero no había encontrado el momento indicado, claro que este no era el mejor pero al menos era algo.
Las manitos del omega se aferraron a sus hombros, y contrario a lo que creía, le siguió el beso con mayor fuerza.
Sus labios danzaban juntos y sus aromas se combinaban creando un deliciosa efecto. Eran solo sus almas reconociendose y sus lobos aullando en su interior por el contacto íntimo. Ahora que habían probado los labios del otro no podrían nunca volver a dejar de hacerlo.
-Nunca más vuelvas a referirte a ti mismo de esa forma -Jimin acarició con una de sus enormes mano la fina mejilla- por favor, Gi, haces que mi lobo duela...
-Lo siento -sollozó- pero todo esto es tan nuevo para mí... las sensaciones que me haces sentir y el querer que mi omega viva para siempre como lo está haciendo. No quiero ser lo que soy pero tú me haces amarlo un poco más.
-Oh... mi dulce omega, ven aquí- lo tomó de detrás de su nuca, besó un par de veces más sus labios y luego dirigió su rostro hacia su cuello para llenarlo de su aroma- necesito que me ayudes a salvarte. Te está autodestruyendo y pronto el tiempo se agotará. No puedes seguir así... Gi, estás enfermo y debemos empezar los estudios lo antes posible. Ya no estás solos, me tienes a mi y a Hobi, y son tiempos diferentes.
La manga de su camisa se empapó de las lágrimas que abandonaban los ojos índigos. Yoongi lloró hasta que no pudo más, siendo contenido en todo momento por los brazos y manos del alfa. Del que ahora tenía más que claro era su alfa.
-Tengo miedo -murmuró.
-Lo sé, no será nada fácil, pero estamos juntos y te apoyaré.
-Lo haré -dijo poco convencido pero sonriendo apenas cuando las feromonas orgullosas lo rodearon- dejaré los supresores, hablaré con el jefe y me haré los estudios y exámenes. Quiero que esto funcione y quiero ser feliz.
Se volvieron a besar por varios minutos más hasta que la puerta de la habitación fue golpeada un par de veces.
-Iba a preparar algo para cenar... Jimin, ¿vas a quedarte? -Hoseok carraspeó del otro lado.
-Sí, Hobi, Minnie se queda -respondió Yoongi sin siquiera darle oportunidad de negarse.
Jimin alzó una ceja de forma interrogativa pero el omega solo rio. De la nada bajó su mirada y volvió a juguetear con sus dedos.
-Tú... ¿podrías marcarme con tu olor? no sé cómo controlar a mi lobo y eso duele un poco.
Yoongi lucía tan apenado frente a los ojos del alfa que Jimin no tuvo corazón para negarle nada. Si en ese momento le pedía que incluso matara a alguien, se lo concedería sin pensarlo dos veces.
Levantó la cabeza de Yoongi por su barbilla para dejar su cuello descubierto y fregó su frente y mejillas allí, empapandolo con su esencia a los segundos.
Yoongi ronroneó satisfecho antes de ponerse de pie y tomar su mano.
Esa noche cenaron los tres juntos, Jimin marcó una de las almohadas de Yoongi con su aroma y volvió a su propio departamento. Ahora en su lugar seguro se permitió llorar todo lo que no había podido hacer horas antes. Tenía miedo y estaba preocupado por su omega pero debía ser fuerte en todo el proceso. Lo más difícil recién comenzaba.
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