Trece: Una escapada
Erick.
Ese nombre seguía rondando por su cabeza. No hablaba de Eric Lloyd, aquel actor de "Santa Cláusula", película que veía de niño, o de Eric Benet, cantante de R&B y neo soul.
Se trataba de Erick Sheridan, ¡Por amor de Dios!. Aquel chico con el que Jamie había se había descubierto, aquel que terminó rompiendo su corazón en varios fragmentos al alejarse sin siquiera despedirse, en...en su primer amor. ¿Cómo iba a competir contra eso? ¿Cómo compites contra el primer amor de alguien? No se podía.
Además. ¿De donde había salido?. Yoongi recordaba lo que ella había dicho, aquella peli rosa ni siquiera tenía idea de si seguía con vida, entonces...era extraño que hubiese salido de la nada ¿No?.
No. Lo peor no era eso. Lo peor de todo, es que se había marchado, había decidido que lo mejor era dejarlo solos para que pudieses en hablar. ¡Solos! ¡Jesucristo! ¿Por qué los había dejado solos?
—¡Min!—exclamó su madre desde la planta baja—¿Estas listo? No olvides que debes pasar por Margo a las siete en punto.
—Ya casi termino, en un momento bajo—respondió tratando de hacerse el bendito nudo de la corbata. Pero no podía. Incluso una estúpida corbata le estaba complicando la vida—¡Maldita sea!—espeto por lo bajo rindiéndose por completo.
Observó su reflejo en el espejo frente a él, y mientras lo hacía, no podía evitar cuestionarse las decisiones que había tomado recientemente. Era una pésima idea salir esa noche.
—Tock, tock—interrumpieron en la puerta haciendo que volteara al instante, topándose con su madre—Tardaste y todo quedó en silencio, así que vine a asegurarme de que todo estuviera en orden.
—Bueno, si estar en orden significa que, todo el tiempo estoy haciendo lo que no es correcto, entonces si, todo está en orden—respondió sarcásticamente —Y además no puedo atarme esta tonta corbata.
—Oh, cariño—menciono sonriendo, acercándose a él tomando los dos lados de la corbata entre sus manos—El corazón es una flor abriéndose con fuerza a través del suelo pedregoso, no podemos controlarlo, por eso un sentimiento es más fuerte que un pensamiento. Si el corazón siente, la mente no podrá interponerse demasiado. ¿Por qué crees que el amor vuelve loca a la gente?
—Mamá, no entiendo lo que...
—Deberías bajar ya, se hace tarde. Un caballero no debe dejar esperando a una señorita.
El baile de bienvenida titulado "Alcanza las estrellas". Una pequeña fiesta con temática celestial extravagante para brindarle a los estudiantes un escape temporal de la realidad. Había adornos con formas de estrellas en tonalidades azul y blanco, algunas nubes alrededor del lugar, luces por todos lados, mesa de postres con bebidas y una escultura de hielo al centro. «¿Para que la escultura?» se preguntaba el peli negro.
—¡Ey, Min!—le escuchó llamar a Cian, quien caminó entre la multitud hasta llegar a el—Qué bueno que te encuentro, el baile es un fiasco.
—Por eso tú y yo sólo amigos—río el peli negro—Siempre aciertas en todo.
—¿Y Margo?
—Ya sabes, socializando en alguna parte del lugar—divagó—¿Tú viniste solo?
—De hecho...
—Aquí estoy, disculpa, la profesora Ana no me dejaba en paz—interrumpió Molly haciendo presencia de la nada, dejando anonadado a Min.
—No pasa nada. Muy bien, te veo luego Yoongi, debo llevar a esta chica a bailar—se despidió moviéndose hacia la pista de baile con la ex novia de Zack.
Definitivamente su amigo tenía tanto por contarle.
—¡Tomemos nuestra foto!—exclamó apareciendo la pelirroja arrastrándolo literalmente hasta donde el fotógrafo.
Ambos se posicionaron frente a la cámara, con un fondo azul detrás suyo que decía: "Mira las estrellas" y con mira las estrellas se refería a que literalmente mirarás hacia arriba, porque el techo estaba repleto de ellas, sólo que hechas de foami diamantado.
—Muy bien, digan "whisky"—espetó el anciano detrás del lente con entusiasmo.
Margo mostró una sonrisa que dejaba ver toda su hilera de perfectos dientes, mientras que la de Min parecía más una mueca, incluso hasta había parpadeado sin querer.
—¿Margo?—se escuchó a sus espaldas, y por supuesto la chica giró al escuchar su nombre.
—Oh, hola—exclamó con ímpetu, causando cierta confusión en su novio—¡Me alegra que si hayas decidido venir!
—A mi también me alegra—respondió el contrario, y cuando Yoongi observó de quien se trataba, quizo que alguien le disparara ahí mismo en la cabeza para dejar de verlo.
—¿Viniste solo? O...
—No, no, ella se quedó platicando con Gabriel en el estacionamiento—respondió Erick sonriente, y Min simplemente quería desvanecerle esa sonrisa con un buen golpe—Oh, ya viene, ¡Cariño, por aquí!—gritó levantando su mano para ser notado.
Entonces, aquella peli rosa entró de repente en su campo de visión dejándole sin palabras. Es decir, ¡Se veía increíblemente bien!. Usaba su cabello hacia atrás brindándole un aspecto más maduro, un vestido negro y largo con la abertura en una de sus piernas, y por supuesto encima, un saco blanco porque no podían faltar aquellas icónicas frases escritas por ella misma con plumón permanente sobre el.
"Stay now, stay tonight in a lie"
(Quédate ahora, quédate esta noche en una mentira.)
Se leía en ella. Además, esa noche había decidido completar su look con una sombra de ojos en negro que resaltaba sus pupilas verdes, muy sutil.
—Te dije que dejaras de llamarme así—respondió la chica avergonzada.
—Disculpa, supongo que es una costumbre para mi—respondió el castaño—¿Quieres algo de beber? Puedo traerte algo, Margo, ¿Me acompañas?
—Mmm claro, si—dijo no tan convencida, caminando detrás de aquel moreno ardiente hasta la mesa del ponche.
—Así que...al final decidiste venir con Erick—hablo Min rompiendo el hielo entre ambos—¿Sorprendente no? Su repentina aparición.
—Oh, si, me tomo por sorpresa—contesto mirando hacia las estrellas—Después de que me dejaste con el, hablamos...y luego no dejo de insistir en que debíamos venir juntos, pero enserio, enserio insistió, es tan irritante—exclamó burlesca.
—Linda frase—dijo cambiando repentinamente de tema—Muy original y verdadera. ¿Es del mismo grupo?
—U2, si—contestó sonriendo—Siempre será mi número uno dentro del top de bandas favoritas, algún día deberíamos es...
—Bueno—interrumpió el ruido del micrófono—Por favor, todos acérquense al centro de la pista—hablo el director—Es hora de anunciar al rey y la reina de esta noche.
—Supongo que, llegó tu momento de brillar—habló nuevamente aquella de cabellera rosa—Suerte ahí arriba—fue lo último que le dijo antes de que una pelirroja llegara a su lado para alejarlo de ella.
—¡Es hora!—soltó Margo arrastrándolo a las primeras filas esperando que el profesor diera anuncio a su nombre.
Como si estuviera completa y totalmente segura de que ganaría esa noche. Irritado se giró topándose con aquel castaño oscuro susurrándole algo a Jamie al oído, y observó cómo el contrario reía. ¿Por qué rayos reía? ¿Se habían reconciliado tan pronto?
—Hacen una hermosa pareja ¿No lo crees?—cuestionó la chica a su lado de pronto.
—¿Eh?—soltó el peli negro confundido ante su comentario innecesario—Ah, si—dijo tratando de mostrarse desinteresado.
—Si, Erick y Jamie, se ven tan lindos—espetó—Me alegra haber contribuido a su reencuentro.
—Y el título de reina de este año es para...—se escuchó por lo bajo la voz del director abriendo un sobre.
—¿Qué acabas de decir?—cuestiono Yoongi completamente desconcertado ante lo dicho por la pelirroja—¿C-como que tú...
—¡Margo Morrison!—anunció en un grito causando que los demás estudiantes en aquel gimnasio aplaudieran eufóricos.
—¡Oh por Dios!—vociferó la chica pretendiendo estar emocionada y sorprendida, dejando con la palabra en la boca a su novio —¿De verdad gane?—exclamo mustia sujetando el final de su vestido, abriéndose paso entre la multitud para reclamar la corona.
—Si, si, felicidades—interrumpió nuevamente aquel profesor con un sobre nuevo—Ahora, el título de rey,..—levantó aquella pestaña del sobre y sacó una pequeña hoja—El mejor jugador de este año, ¡Min Yoongi!
Los reflectores apuntaron hacia aquel chico obligándolo a cubrirse los ojos con el antebrazo, los aplausos de los estudiantes los oía en eco y comenzaban a irritarle, las miradas puestas sobre él lo hacían sentirse diminuto e insignificante, demasiado presionado. Su respiración se aceleraba a los segundos, y cuando su mirada se topó con la de aquella peli rosa, todo terminó por hundirse.
No era nadie.
—Joven Min, estamos esperando que suba para reclamar su corona—espeto aquella voz sacándole de sus pensamientos.
El mundo se sentía tan grande y él se veía tan pequeño.
Aún sintiéndose de esa forma, se obligó a abrirse paso para subir al estrado, y cuando la corona fue puesta sobre su cabeza, "Lust for Life" se hizo presente.
—Muy bien, ahora despejemos la pista para que el rey y la reina abran el baile de esta noche—anunció por el micrófono nuevamente.
—Escogí esta canción porque sé cuánto te gusta—hablo la pelirroja llegando a su lado sonriéndole, instantáneamente Min tendió su mano para llevarla al centro de la pista.
La chica enredó sus brazos alrededor de su cuello y una de las manos del peli negro se deslizó hacia su cintura. Las miradas seguían sobre ellos, tenía que ser cuidadoso.
—¿Tú trajiste a Erick?—susurro el chico en su oído, mientras sus cuerpos se balanceaban al ritmo de la melodía.
—Min, ¿De verdad? Estamos teniendo un momento romántico y preguntas algo así. ¿Tienes idea de cuánto espere por esto?
—Contéstame Margo. Tú trajiste a Erick para separarme de Jamie ¿No?
—Y que si lo hice—espetó la chica—¿Esperabas que me mantuviese de brazos cruzados mientras un idiota intentaba robarme a mi novio? —exclamó buscando la mirada del contrario—Pues fíjate que no. Tú eres mío.
—¿Qué pasa contigo? ¿Dónde está la castaña dulce que conocí hace años?
—Ya deberías estar acostumbrado, aquella niña ya no está.
—Eres increíble—espetó deteniéndose abruptamente—Nunca dejas de pensar en ti misma y en lo que los demás digan de ti. La última vez que nos vimos en una habitación poco iluminada estábamos tan cerca como una novia y un novio. ¿Pero ahora? Ni siquiera logro reconocerte.
—¿Ahora la culpa es mía? ¿Quién fue el que se desapareció de la nada y regresó confesándole a su novia que le gustaba otra? Dime, ¿Quién demonios hace eso?
—Si, tienes razón, pero sentía la necesidad de ser sincero—contestó bajando la mirada—Es sólo que...cuando estoy contigo, quiero correr pero estoy a gatas. Y con ella, ella es una vela encendida en mi oscura habitación.
—Eso significa que...¿Estás terminando conmigo?—espeto la chica reflejando incredulidad en su rostro.
—Significa que simplemente quiero dejar de fingir que sigo queriéndote, ¿Eso contesta tu pregunta?—cuestionó y sin esperar respuesta o a que la música terminase, pasó de largo.
Avanzaba, pero sentía que si seguía caminando se desvanecería en un santiamén. Aquel pasillo zumbaba por la energía, a lo lejos escucha sonidos silbantes, repentinos, repetitivos, la música a lo lejos.
Comienzan a escaparse los motivos, demonios que viven dentro, puede sentir el frío, levanta la mirada topándose con aquella chica recargado en los casilleros. Asustado y confundido comienza a acelerar su paso, pues aún tratar de alejarse, es complicado y el miedo comienza a recorrerle todo; completo, cubre sus ojos sumiéndose en la oscuridad infinita, entonces, cuándo recupera ya la conciencia, analiza el lugar donde se encuentra, la curiosidad lo confunde, sale a flor de piel, lo llama.
Ese sentimiento siempre estuvo presente y apenas era capaz de sentirlo.
—¿Se divierte su majestad?—interrumpe aquella pregunta burlona en sus pensamientos.
Una sonrisa adorna su cara cuando le mira.
—Todo es una ridiculez—le responde limpiando el sudor que recorre su frente—¿Qué me dices tú? Parece que estás súper divertida—suelta para hacer referencia a aquel chico quien hizo aparición recientemente.
Acaso...¿Min estaba celoso?
—Uy si. Como no tienes una idea—respondió divertida, dándole una calada a su cigarrillo—Jamás me había divertido tanto en mi vida cómo está noche.
—Quiero largarme de aquí lo antes posible.—espetó aquel peli negro cansado de toda la farsa que había creado por tanto tiempo.
—Oye—le llamó la peli rosa— ¿Quieres divertirte de verdad?
—¿A qué quieres llegar con esa pregunta?
—Vayamos a una verdadera fiesta—sugiere tomándole de la mano y el simplemente se deja llevar.
—Espera—espeta haciéndole detener—¿Qué pasa con Erick?
—A la mierda Erick—dice comenzando a correr, llevándose al peli negro consigo.
Mientras que, segundos después, una pelirroja completamente furiosa por tal humillación causada por Min, recorre los pasillos en su búsqueda.
Topándose con aquella corona en el suelo, al lado de una colilla de cigarro...y sabe inmediatamente lo que significa.
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