Seis: El fuego de la libertad
La asamblea escolar se había pasado para esa mañana antes de que las clases dieran inicio. Por ende, todos los estudiantes de los distintos años se encontraban en el auditorio, incluido aquel peli negro quien esperaba pacientemente a que Margo llegase y tomase el lugar que le había apartado a su lado. Pero todo su plan se vio arruinado cuando una peculiar peli rosa tomó el asiento que tanto se había esforzado en mantener vacío. Pero lo más extraño no fue que decidiese sentarse a su lado, sino, que no se le veía tan desaliñada como siempre, al contrario, portaba el uniforme correctamente, e incluso su cabello se mantenía bien peinado.
Las cadenas alrededor de su cuello, al barniz de sus uñas, las frases icónicas escritas con plumón permanente en su camisa, y al delineador en sus ojos. No había ya nada de eso.
—Cállate, ya sé que me veo incluso más aburrida que tú—le dijo antes de que pudiese articular una sola palabra—Pero si la directora me veía así, no dudaría ni un bendito segundo en llamarle a mi padre.
Decir que estaba desconcertado, era poco. ¿No se suponía que Park estaba enojada con él por lo sucedido con el tal Gabriel?
—Te vez...—divago recorriéndole con la mirada—Muy correcta. Te queda decente.
—¿Gracias?—respondió ladeando la cabeza, sin saber cómo tomar exactamente lo dicho por ese pelo negro—Por cierto, planeó salir por esa ventana, ¿Vienes?—cuestiono retirando una sudadera debajo de su trasero, sacando un dulce de regaliz de su bolsillo—¿De quien es esto?
—¿Saltar de una ventana? ¿Te volviste loca? ¿A dónde irás?—le cuestiono quitándole aquel suéter que utilizaba precisamente para apartar ese lugar.
—Si quieres saberlo tendrás que venir conmigo—le menciono divertida—De lo contrario, sólo quedarás como mi testigo y no como mi compañero de aventura.
—¿No tienes más amigos?
—Eso me ofendió—espetó tomando su pecho con total drama—Y respondiendo a tu pregunta, si, tengo uno, ayer lo conociste, pero es incluso más recto que tú. Él jamás se escaparía conmigo.
—Pero...
—Como sea, tienes para pensarlo de aquí a que la asamblea termine—le interrumpió cuando observó a los profesores tomar asiento arriba del escenario—De lo contrario, me iré con o sin ti. No me importa en realidad.
—¿No estabas enojada conmigo por no "ser" como tú creías?—cuestionó, la duda le carcomía por dentro.
—Escucha, actúe como una tonta, debí evaluar primero la situación ¿De acuerdo? Pero eso no significa que...—de pronto guardó silencio—Olvídalo ¿Quieres? Ya no importa qué pasó.
No lo entendía. Yoongi no comprendía realmente los cambios tan drásticos de su actitud, primero lo llamaba idiota, le ignoraba descaradamente toda la tarde, ahora lo invitaba a irse con ellla, luego le decía...: ¿Qué no le importaba?.
Quería preguntarle, quería saber cómo funcionaba su cabeza, pero cuando planeaba hablar, la directora también hizo presencia en el lugar haciendo que todos guardasen silencio.
De pronto, Park llevó sus dos manos alrededor de sus ojos formando una especie de binoculares.
—¿Qué haces?—le exclamó confundido a su lado.
—En teoría, tengo miopía. Pero, los lentes arruinan mis outfits—le contestó la peli rosa restándole importancia.
El peli negro rodó los ojos por tan ridículo comentario, y luego observó como a lo lejos su novia tomaba asiento al lado de Molly y otro chico, a quien conocían como Patrick, un amigo de Zack. Ese era otra cuestión que no terminaba de comprender.
Margo había estado sumamente cortante a partir de qué el partido concluyó, lo cual era extraño. Sin embargo, no quería pensar mucho en ello. Ya tenía suficiente de todo, así que, simplemente decidió prestar atención.
Poco después, la asamblea comenzó.
Ambos se mantenían escondidos por debajo de la caseta, lugar donde el guardia tenía acceso a la entrada/salida de los estudiantes y a todas las cámaras de seguridad, con respecto a las áreas verdes, al estacionamiento, o las canchas de fútbol, tanto soccer, americano, como de rugby o de béisbol. Sin embargo, Park parecía conocer todos los puntos ciegos que esas pequeñas cámaras no alcanzaban, uno de ellos, lugar donde ahora se encontraban.
El oficial Bobbie era un viejito gordinflón y buena onda (como lo describía la chica) que normalmente se quedaba dormido al término de su desayuno, el cual consistía en café y unas cuantas donas glaseadas. Por ello, la peli rosa se había encargado de llevárselo esa mañana, colocando más cafeína y doblando la cantidad de rosquillas. En cuanto notaron que viajaba hasta el quinto sueño, se dispusieron a avanzar tratando de hacer el menor ruido posible.
—¿Y ese auto?—cuestionó Yoon al observar un rover clásico en color rojo ya lo bastante viejo, una vez llegaron al estacionamiento.
—Precisamente por eso no quería llamar la atención de la directora y que contactara a mi padre. Porque este bebé, es de él—explicó haciéndolo sonar para quitar los seguros.
—Supongo que no sabe qué lo tomaste.
—Reprobé tres veces el examen de conducir, y la última vez que lo tomé estaba lo suficientemente drogada, un policía me detuvo y no terminó nada bien. Así que prácticamente tengo prohibido conducir hasta...jamás de hecho.
—Esto es una mala idea—le dijo al término de su alocada historia—¿Qué tal si nos detienen? No quiero llamar a mi madre para que me recoja en una estación de policía.
—Eso es lo divertido de esto, que está mal, sino, no tendría chiste alguno—mencionó lo suficiente tranquila, entrando al vehículo. Algo que alarmó al contrario.
—Estás desquiciado—dijo entre dientes, aún indeciso.
—Lo sé, ¿Nos vamos?—insistió apretando el volante.
Sin pensar más en que hacer, se dispuso a entrar al auto aún sabiendo que era, en definitiva, una terrible idea.
Park se puso en marcha al instante antes de ser atrapados hasta entrar en carretera. Min no tenía ni idea de a dónde se dirigían, pero no cuestiono absolutamente nada, simplemente se dejó guiar por el momento, y por "Square rooms" que sonaba en la radio en ese momento.
—Thinking in square rooms—le escucho tararear a la peli rosa con dulce voz—A human without illusions...
—¿Qu-qué haces?—le cuestiono mirándole desconcertante. Lo último que quería era escuchar su voz con compañía de la melodía.
—¿No es obvio? Estoy cantando.
—Pues no lo hagas—le dijo el peli negro divertido.
—Sad strains on a sad face—espetó la chica elevando el tono de su voz para hacerle repelar— Is that what we've come to?
—Ay por Dios, no—le exclamo el chico regresando la mirada al frente—Yo no canto.
—Is the world bold this love old—continuo el peli rosa cerrando su puño y colocándolo frente a la boca del contrario para simular un micrófono—Moving nowhere and it's gonna cold.
El peli negro lo miro incrédulo, y Park simplemente le insistió a continuar con la mirada mientras sujetaba el volante con fuerza.
—The wind stops, the clouds go, we're all alone...¡Vamos beisbolista!
—¡Joder!—balbuceó por lo bajo—Oh oh oh, oh oh oh—continuó la letra con esa gruesa voz haciendo que Park sonriera al instante.
—Pam, pam, pam—exclamó como si el volante fuese su batería.
—I know, I can see those—continuó Min.
—¡Eso! Oh oh oh, oh oh oh—cantaron los dos disfrutando del aire que entraba por la ventana revolviendo sus cabellos—I know, I can see those. I can feel those. I can see those
—Oh oh oh oh oh Square rooms—canto Yoongi entrando en confianza causando que la peli rosa riera—Oh oh oh oh oh. Square rooms
—They don't listen, they don't care—se le unió de igual manera con una sonrisa—If a man is in despair —y el auto siguió avanzando por aquella carretera, mientras sus voces cubrían el silencio.
Ni siquiera supo cuando es que cerro los ojos dejándose caer en los brazos de Morfeo, ni en qué momento el auto se detuvo, pues al abrirlos, un cielo en distintas tonalidades daban a su rostro, maravillándolo al instante mientras en la radio sonaba When You're Gone de The Cranberries.
—Bienvenido a mi lugar favorito en todo el mundo. Aquí vengo cuando no entro a clases—exclamó Park abriendo sus dos brazos.
—¿Qué tiene de especial?
—Me ayuda a pensar, supongo—respondió saliendo del vehículo, para caminar hasta la orilla del mirador a unos cuantos metros más adelante, aquel que daba vista al lago cristalino.
Yoongi lo observó a lo lejos un par de segundos. Y luego, respirando hondo, armándose de valor, se acercó.
—¿Podemos dejar el auto estacionado ahí? —preguntó cerrando la puerta a sus espaldas
—Claro, no nos quedaremos por mucho tiempo.
—Oye...Hablando enserio—se atrevió a comenzar mientras ambos seguían caminando, alejándose de aquel vehículo—Lamento lo qué pasó ayer con tu amigo, estuve pensando y pudo ser más grave y yo...jamás les pedí disculpas.
—Gabriel es como un hermano para mi, y me platicó que sucedió en realidad así que no debes disculparte por nada, de hecho yo debería disculparme con tu amigo, es sólo que, me asuste ¿Sabes? Por eso el motivo de mi comportamiento—le continuó sin dejar de mirar la bella vista—Lo siento también.
—No, yo lo siento.
—Bien, de acuerdo—dijo restándole importancia.
—No, no lo está, yo...de verdad lo lame...
—Bueno ya, no te disculpes otra vez o voy a golpearte la cara—le interrumpió con desesperación y de ambos una ligera risa se presenció.
Sonrisa que en el rostro de la peli rosa se desvaneció.
—¿Sucede algo? ¿Tiene que ver con Zack y su aventura de los jueves?—cuestionó aún después de dudarlo un poco, al final, no estaba lo suficientemente seguro si poseía algún derecho para saber sobre la vida privada de esa muchacha, pero unas inmensas ganas de saberlo le carcomían.
Los hombros de la joven se tensaron al instante.
—Tiene que ver con todo.
—Todo es una palabra que abarca muchas cosas ¿No lo crees?
—Creo que su novia sabe que la engaña conmigo—comentó inaudible—Lo último que quería era que otra persona resultase lastimada.
—Y...¿Qué esperabas?—le espetó riendo irónico—¿Qué al enterarse, simplemente todo volvería a ser como antes?
—Esperaba que el...me eligiese—susurró, un nudo formándose en su garganta se sintió—Pero, ¿A quien engaño? No importa lo mucho que diga cuanto le gustó, cuanto lo vuelvo loco, o lo mucho que me ama, no si es más importante mantener su reputación e imagen intacta, y yo...no planeo volver a encerrarme en un closet sólo por su indecisión. No cuando me costo mucho salir de él.
—Lo lamentó—se limitó a susurrar, colocándose a su lado—¿Cuando comenzó?
—¿Qué cuando comenzó?—repitió tratando de hacer memoria—No estoy segura. Simplemente, coincidimos un día. Y cuando me di cuenta, ya estaba envuelta.
—Yo, no sé exactamente qué debería decir.
—Prejuicio—habló.
—¿Eh?
—El prejuicio es una gran carga que te pone en peligro, el amor te salva. Por eso, el amor y el prejuicio no deberían estar en el mismo enunciado, pero normalmente lo está. ¿Por qué?
—Yo...no, no lo sé—respondió con la confusión a flor de piel.
—Porque estar enamorado es ponerte en peligro a propósito, para estar plenamente salvado.
—¿Estás enamorándote?
—Y eso es un maldito problema.
«Porque hace tiempo, ya no es Zack » quiso completar, pero no tuvo el valor suficiente para hacerlo.
—¿Cuándo supiste que....?
—¿Qué? ¿Qué no me sentía cómoda siendo hombre?
—Pues, si.
—Yoon, no puedo decirte si nací siendo así o si fue un gusto que adapte conforme el tiempo pasaba o yo crecía. Sólo, lo supe.
—Debe ser una mierda. Que los demás no lo entiendan y sólo hablen por hablar.
—Se llamaba Erick, Erick Sheridan—continuó interrumpiéndole, llamando nuevamente su atención—Y digo se llamaba porque no tengo idea de dónde está, con quien está o si de plano ya sé murió. Mostró interés desde el principio, me observaba como si quisiera secuestrarme, poseerme, asesinarme y luego tirar mi cuerpo en el río para desaparecer la evidencia.
Una mueca se formó en el rostro de Min al escuchar lo último, haciendo que Park riera por tal expresión.
—El, era increíblemente guapo, con una hermosa personalidad. Pero, todo un idiota rompe corazones.—prosiguió—Mi primer amor.
—Supongo que no terminó nada bien.
—Todos siempre terminan destrozandome el corazón. Aunque no les de ese privilegio. Pero, ¿Qué puedo decir? No puedo darme el lujo de elegir.
Un silencio los envolvió, de golpe. El único sonido sutil que podía presenciarse era el del viento revolviendo sus cabellos, o el de las hojas desprendiéndose de las ramas, el de la canción sonando de fondo. El de la serenidad que en ese momento se presentía y los calmaba.
—¿Crees que algún día pueda tocar el fuego de la libertad en su totalidad, Min?—cuestionó cortando aquel silencio como las tijeras al papel.
—Yoongi—mencionó sonriéndole tranquilo—Mi nombre es Yoongi. Y...todos poseemos el derecho de ser libres y tú...
—Me quiero quemar—le interrumpió sonriendo melancólico.
—¿Por qué me trajiste exactamente aquí, Park?
—Porque te estoy brindando la posibilidad de lastimarme.
—¿Por qué me permitirías algo así?
—Porque estoy completamente segura de que tú no lo harás.
Ambos se vieron sumidos en la mirada del contrario. En esos ojos que podían expresar cualquier sentimiento sin la necesidad de usar palabras. Un par de ojos cuan café por la mañana, otro como el majestuoso otoño. Sumidos en un trance interminable que les encantaba.
—¿Deberíamos hacer algo divertido?—interrumpió Yoongi liberando el aire que inconscientemente había retenido—Cuando tú quieras, y lo necesites...yo estaré dispuesto a ser tu bufón. Sólo cuando realmente lo necesites—aclaró.
Estaba dispuesto a hacer lo necesario con tal de hacer olvidar todo aquellos garabatos y rayones en su cabeza que le impedían dibujar un arcoíris, que no dejaban sentirse libre a aquel chico de cabello rosado.
—Jimin, mi nombre real es Park Ji-Min, pero todos me conocen como Jamie—le dijo la chica sonriendo, sonrisa que ocultó sus ojos cuan otoño por completo, y Min no pudo pensar en otra cosa, más que en lo perfectamente adecuado que era ese nombre para ella —Y claro que tomaré esa oferta.
Eso sólo significaba una cosa, aquella relación ya iba más allá de las informalidades. Iba incluso más allá que una sólida amistad.
Sólo que aquellos dos aún no estaban ni cerca de saberlo.
—Jamie, ¿Y el auto?—cuestiono, una vez regresaron al lugar donde estaban estacionados.
—No tengo idea—respondió la peli rosa con el entrecejo fruncido y las manos dentro de los bolsillos—Tenias razón, creo que no podíamos estacionarnos aquí.
Si llegaste hasta aquí, espero que la historia esté siendo de tu agrado, es una historia corta y estoy tratando de no acelerar tanto los hechos pese a la extensión de ella.
¿Qué les parece hasta el momento? 👀
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro