Dieciocho: El accidente
Mantiene las cortinas de color negro cerradas, recostado sobre el respaldo de la cama, observa el techo con miles de estrellas causadas por el proyector que le impedía tener pesadillas en las noches cuando niño. Se mantiene inquieto, juega con su lápiz de color verde al rebotarlo sobre aquella hoja rayada, mientras muerde el interior de sus mejillas, se acomoda los lentes que usa normalmente para leer. Nadie, nunca lo había visto con lentes a excepción de Margo.
«Le pediré a Jamie regresar» No puede deshacerse de ese pensamiento.
Y ahora se sentía obligado a hacer algo, no podía quedarse de brazos cruzados como siempre y dejarle el camino libre a ese morenazo de fuego y casanova engreído. Pero...¿Cómo?
Haciendo memoria, la manera en que Margo y él se habían vuelto novios había sido muy simple.
—Creo que me gustas Min—dijo la pelirroja cuando aún usaba brackets y su cabello parecía un hongo.
—Yo también, también lo creo—respondió simplemente.
—Bien. Entonces hoy es nuestro primer día saliendo.
Y ya. Tan simple y sencillo como eso, luego vinieron los casi cinco años que se mantuvieron juntos.
Con Jamie no podía ser así, con ella nada era simple, pero tampoco demasiado complicado. Primero había pensado en escribirle una nota, repetiría "lo siento" miles de veces y luego aparecería a sus espaldas mientras el contrario leyera la última línea donde le tiraba la última bomba de sentimientos. Pero descartó esa idea tan pronto comenzó a escribir.
Tampoco podía ir y sólo decir: Te quiero. Siempre me gustaste.
Pero definitivamente no era buena idea ir y cantarle frente a todos Enjoy the silence de Depeche Mode como había planeado porque: 1; Seguramente Jamie odiaba ese cliché por culpa de las novelas, 2; Cantaba horrible y 3; No se sabía la letra completa.
¿Entonces?
Aquel chico se levantó abruptamente de la cama, apagó el proyector, abrió las cortinas y metió el cassette que se quedó en el estéreo la última vez que lo encendió, o sea, hacia ya mucho tiempo.
The struts comenzó sonando por toda la habitación mientras caminada de un lado a otro tratando de pensar. Fue entonces cuando la vio al momento en que una nueva notificación de su videojuegos favorito: Blasters of the Universe, le llegó. Y se iluminó. Si, la foto que había tomado cuando fueron a aquel antro esa noche se había vuelto su fondo de pantalla. Patético, pero cierto. Y entonces lo supo.
Jamie nunca quizo ser el centro de atención en realidad, jamás esperó que el pelinegro le gritará "literalmente" al mundo que estaba enamorado, aunque amaría hacerlo, simplemente quería que alguien fuese sincero con sus sentimientos por una maldita vez en la vida. Sin fingimientos.
De pronto, tomó aquella sudadera negra del equipo de básquetbol que combinaban con los viejos jogger en color gris que estaba utilizando esa mañana al no quererse cambiar la pijama cuando lo mandaron al súper, se puso los tenis sin desatar sus agujetas y bajo las escaleras apresuradamente causando mucho ruido.
—¡Hijo! ¿A dónde vas?—le llamo su madre saliendo de la cocina.
—¡No me esperen para cenar!—grito saliendo de la casa colocándose los audífonos.
Could Have Been Me siguió sonando a través de los auriculares mientras el chico corría por las calles con una velocidad impresionante.
Y mientras escuchaba, definitivamente pensó que un futuro no le gustaría mirar atrás y decir: "Pude haber sido yo" al ver a aquella chica con alguien más a su lado.
Los accidentes pasan. Dicen.
Aquellos alumnos aún se hallaban en sus últimas clases del día, por suerte esa clase la compartía con Gabriel, de lo contrario ya hubiese perdido la materia un montón de veces. No es que a Jamie no le interesaran sus estudios, simplemente no los veía como base de su vida estable, es decir, tenía el fuerte pensamiento de que quizá le abriría una o dos puertas, pero eso no lo garantizaba completamente. Así que, sólo se concentraba en mantener un promedio regular o en al menos entrar a la universidad como su padre deseaba. Graduarse y luego vivir una vida tranquila.
—¿Hiciste tu ensayo de literatura?—le cuestionó el castaño a su lado—Te toca después de esta hora ¿no?, es tú última clase.
—Ni siquiera dormí por estar terminando esa porquería, fue horrible, para empezar Charles parece interesado por Jane por su físico, la señora Bennet ve el matrimonio como una salvación para sus hijas, el final todos lo esperan desde el principio, Jane se casará con Bingley y Elizabeth con Darcy. En resumen tres de las cinco hermanas se casarán después de elegir pareja tomando en cuenta más su seguridad económica y las afinidades, que el amor, porque, ni se topaban. Todos superan los malentendidos. Un final feliz en el que todas las piezas se acomodarán debidamente porque, pues porque así es la literatura romántica—respondió recargando su brazo en la mesa y luego su barbilla en la mano—Ese profesor es un idiota—suspiró en frustración.
—Yo pienso que su clase es entretenida y orgullo y prejuicio lo considero más que un libro romántico, es como una crítica a las convenciones sociales de la época.
—Y yo considero que eres un aburrido—le echo en cara burlesca y luego tomo su cabello—Pienso teñirme el pelo, ¿Qué color me vendría bien? Pensaba en un morado o tal vez rubio. Quizá regrese al negro.
—Mmm, ¿Piensas cerrar ciclos acaso?
—Sólo pintare mi cabello Diego, no es para tanto.
—Claro, mmm, a mi me gusta más el co...—de pronto las bocinas de la escuela interfirieron con un chirrido agudo y molesto.
Todos los presentes se taparon los oídos al instante.
—Jamie..—se mencionó a través del micrófono causando pánico en la peli rosa.
— ¿Qué rayos cree que hace y porque acaba de nombrarme?—susurro a su amigo mirando hacia todos los lados, topándose con muchos ojos puestos sobre ella.
Incluido al profesor, quién anteriormente revisaba exámenes plácidamente esperando el timbre.
—Hola a todos —volvió a hablar con la respiración entrecortada—Hola Jamie, otra vez.
—Hola...¿Min?—susurro en respuesta al reconocer la voz. Pero sabía perfectamente que el chico no podía verle.
—Yo, acabó de encerrar a la directora en el armario del conserje para poder hacer esto— mencionó.
—¡¿Qué hizo qué?!—exclamó levantándose alterada—Se volvió loco.
—Si, sé que dirás, y si, me he vuelto loco, me haces cometer muchas locuras. Podrían expulsarme por esto, pero ¿Sabes que? Ya no importa en realidad. Es sólo que, necesitaba, no, necesito decirte todo esto que he estado pensando estos días que no vine. Y tal vez, sólo he conseguido el valor de decírtelo a través del micrófono, porque temo que si te veo. Muera de una taquicardia.
¿Qué? ¿Él moriría? ¡Park oriría de una taquicardia por tan repentina sorpresa!
—Jamie ...Tú me g...
De pronto, el audio se cortó dejando al peli rosa con el Jesús en la boca. ¡De verdad tenía que detenerse ahí!
—¿Q-qué fue lo que pasó?—cuestionó tomando su mochila para salir del salón en su búsqueda.
—¡Espera, Park!—gritó Gabriel tomando su mochila de igual manera para ir tras ella.
—¡Oigan! ¡Ustedes dos no deben salir aún!—les grito el profesor, pero ninguno hizo caso.
Ambos recorrieron todos los pasillos en su búsqueda, revisaban cada salón, pero extrañamente estos se encontraban vacíos, aún cuando faltaba una última clase. ¿Qué estaba pasando?
—Yo iré por aquí—mencionó señalando el lado derecho—Si encuentro algo te enviaré mensaje.
—De acuerdo, gracias.
La chica continuó en su búsqueda por el lado izquierdo, hasta que los gritos de los alumnos pidiendo "pelea" invadieron sus oídos y calló en cuenta de que estos provenían de la entrada al centro. Sin hacerse esperar, apresuró su paso y salió de la escuela topándose con Erick y Min siendo rodeados de muchos adolescentes.
Escuchaba un: «Déjalo tranquilo Min, ella ya te superó» por parte de Erick.
Y un: «¿A mi me ha superado? Ella ni siquiera tenía idea de qué todavía existías» de Yoongi.
¿Cómo habían terminado en esta situación? ¿Podían ser más fastidiosos? Y no termino ahí, todo empeoró cuando los empujones empezaron.
—¡Okay, ya basta!—gruño Park interponiéndose en medio de ambos—¿De verdad quieren hacer esto?
—¡Él empezó! Prácticamente me saco de la dirección antes de que pudiera confesarme.
—¿Confe...qué?—exclamo la peli rosa sorprendida.
—¡¿Yo empece?! ¿Tienes idea de cuánto la has lastimado Min?
—Eres el menos indicado para decir eso Sheridan. ¡Desapareciste!
—¡Dios, ustedes dos son unos niños!
—Hazte a un lado caramelito de azúcar, le mostraré a este idiota quién de los dos es aquel que de verdad te merece—mencionó Erick remangandose las mangas y cerrando sus puños—Le voy a presentar a mis mejores amigos, "puñe" y "tazo"
—Te he dicho que no me llames así—susurro la chica frustrada.
—Me parece algo inmaduro de tu parte, pero si no tengo otra alternativa—soltó Yoongi dándole su celular y auriculares a la peli rosa, para luego cerrar sus puños frente a él.
—¿De verdad vas a hacer eso?—le reclamo tomándole de la muñeca—Es estúpido, tonto y estúpido, y muy estúpido Min. Me gustaría tener un guante en este momento para darte una cachetada cortésmente. Porque hasta eso, te respeto.
—Repetiste estúpido tres veces.
—Lo sé, porque de verdad es estúpido.
El peli negro reflexionó al respecto. No solía ser así, de acuerdo, estaba completamente celoso, pero, ahora se había desviado de su objetivo principal.
—Tienes razón—susurro acompañado de un suspiro—No vine a hacer esto, vine para hablar contigo. ¿Podemos ir a un lugar más tranquilo por favor?
—Si, está bien. Sólo termina con esto—finalizó caminando a la orilla de la banqueta.
—¿Ya te vas Yoonie? Pero si apenas empezábamos.
—No voy a pel...—pero entonces un fuerte golpe fue propinado en su lado izquierdo del rostro haciéndole tambalear.
Un: «Ohhh» de los alumnos se hizo presente.
—Acaso me...¿Acabas de golpearme?—soltó Min tomando su labio incrédulo, y soltó una risa sarcástica.
—¿Porque? ¿Te dolió un pequeño golpecito?—mencionó el contrario con arrogancia.
—Un niño de primaria golpea incluso más fuerte—espetó balanceándose contra el.
Y los empujones, golpes, insultos, y jalones de pelo comenzaron ahí. Todo era un completo alboroto, por supuesto, Jamie no tardó en acercarse para intentar separarlos, pero esos dos parecían bestias salvajes luchando por una débil presa.
Los gritos de los adolescentes a su alrededor era como música de película, ya sabes, cuándo ponen todo a cámara lenta y puedes presenciar cada horrible expresión qué haces cuando golpeas a alguien o alguien te golpea.
—¡Gabriel ayúdame!—le grito la peli rosa cuando observó a su amigo entre la multitud.
—¡Iré por la directora!—exclamó saliendo del círculo asesino.
—¡No, a separarlos! La directora no va a servir para nada en esto—chillo.
—¡Jamie, fui por el prefecto, no tarda en llegar!—le grito Cían para avisarle que pronto acabaría con todo ese alboroto.
—De acuerdo—se limitó a responder con dificultades técnicas—Gracias.
—¡Chicos basta por favor!—exclamó Cian apareciendo oportunamente, y adentrándose entre ambos de una manera muy hábil tomó al moreno de ambos brazos para separarlo de su amigo, el irlandés era bastante alto y corpulento, claramente eso era pan comido para el—¡Yoongi, no van a arreglar nada peleando!
—Él fue quien me golpeó primero—se quejó el chico.
—¡Y seré el último en dar el golpe!
Pero entonces, en un mal movimiento, aquel moreno en su intento de zafarse del rubio, sacó su brazo izquierdo empujando sin querer a la peli rosa a la calle.
—¡Jamie cuidado!—exclamo Margo al observar un carro acercarse.
Era la primera vez que la pelirroja le dirigía la palabra, lo cual le era sorprendente, pero más sorprendente era que no era una buena manera de iniciar la conversación en un momento tan crítico como ese, pues cuando la peli rosa pudo reaccionar, aquel vehículo ya la había golpeado, dejándola así, tendida en el suelo.
No. Las cosas no siempre suceden por accidente, más bien, a veces uno se las gana.
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