Catorce: Libertad
¿Qué está bien? ¿Qué está mal?
Lo bueno y lo malo.
Dicen qué hay una delgada línea que separa ambos términos.
Para Min, esa línea no era tan fina. Siempre había pensado que las diferencias eran obvias. El mal es cuando se sufre un prejuicio, el bien es cuando se obtiene un beneficio, y luego hay muchas veces que no pasa nada, ni bueno, ni malo.
Sin embargo, esa línea comenzaba a dibujarse frente a sus ojos. Y lo peor de todo, es que no le parecía mala idea cruzarla.
—¿Q-qué hacemos aquí?—cuestionó el chico observando el lugar frente a sus ojos.
Minutos atrás, la peli rosa se había estacionado en una calle cualquiera envuelta en oscuridad, sin decir ni una sola palabra o sin emitir un minúsculo sonido, salió del auto con él detrás suyo siguiéndole, terminando frente a una tienda de conveniencia que decía 7-Eleven en letras grandes y brillantes.
—Vinimos a una fiesta, por supuesto—respondió sonriente, desviando su mirada de la entrada, para dirigirla a unas pequeñas puertas de metal en el suelo.
Aquella dio tres golpes, como si siguiese una melodía de alguna canción. Entonces, del otro lado se escuchó como si alguien quitase una especie de candado o cadena.
—No te despegues de mi, Yoongi—fue lo ultimo que dijo antes de abrir aquellas dos compuertas que conducían a un sótano.
«¿Un sótano en plena calle donde transitaban cientos de personas?» se cuestionaba el chico. Min sentía que iba directo a su muerte, no podía ver absolutamente nada, el pasillo apenas si era alumbrado por una especie de luz morada y se sentía demasiado frío, entonces, definitivamente no planeaba separarse de su acompañante o seguro seria la última vez que se sabría de Min Yoongi, rey del baile de bienvenida en una vil preparatoria.
Sin embargo, aquella angustiosa situación fue disipándose cuando a lo lejos podía ver lo que parecía ser luz negra mientras que algo de música lograba apreciarse si tenías un buen oído.
—Por aquí—habló caminando hacia la derecha, y deteniéndose abruptamente frente a una pequeña mesa.
—¿Qué es eso?—cuestiono el peli negro.
—Pintura neón—contestó tomando un poco con sus dedos—Sino, ¿Cómo crees que veremos una vez adentro? Ahora ven aquí—dijo dibujando alguna clase de garabatos en el rostro del peli negro.
Aquel simplemente se limitó a cerrar los ojos dejando que su rostro fuese alguna especie de lienzo para la chica de cabello rosa. Seguro sabía bien lo que hacía.
—Debo decir que te ves increíble en este momento—susurro la chica admirando su obra de arte con orgullo—Ahora, te va.
—¿Cómo?
—Pinta lo que quieras—dijo Jamie incitándolo a que la maquillase. Cerró los ojos y simplemente se acercó.
El peli negro aún indeciso, llevo dos de sus dedos a la pintura amarilla que se hallaba a su derecha. Tomo un poco y comenzó a dibujar un espiral alrededor del ojo derecho de su acompañante, luego tomó la rosa que creyó, combinaría perfecto, e hizo un delineado en la cuenca del izquierdo con delicadeza, paciencia, cuidado y lentitud. Prosiguió con el naranja para hacer pequeños puntos sobre sus grandes pómulos, aquellos se asemejaban a las pequeñas pecas que caracterizaban a la peli rosa, con el azul hizo una línea recta para delinear su nariz y terminó posando su mirada sobre sus labios, esos que había probado con anterioridad. Así que se detuvo al igual que su respiración.
—¿Listo?—cuestionó la contraria después de un corto lapso de tiempo en silencio haciéndole sobresaltar.
—S-si.
Ella abrió los ojos acompañada de una enorme sonrisa, después tomó la mano de Min por sorpresa.
—Vamos, ¡A divertirnos!—exclamó caminando a la entrada del lugar.
Topándose con una multitud de gente ahí adentro bailando en lo que parecía ser un antro nocturno, todos brillaban gracias a sus maquillajes con pintura neón, al igual que ellos. Había parejas de todo tipo, bebidas deslumbrantes, joyerías exótica mente iluminadas, una fantasía total y diferente para el peli negro.
"Move de Shamir Muzic" sonaba por todo el lugar sincronizando con sus pasos. Jamie se abrió paso entre la multitud hacia la pista de baile mientras movía su cuerpo al ritmo de la canción y luego giró hasta posicionarse al frente suyo. Min se quedó estático al medio de la pista observando como aquella peli rosa bailaba libremente, como si la canción se apoderara de ella y como sus labios se movían al saberse la letra.
—Jamie...yo, yo no sé bailar.
Al observar que el peli negro ni siquiera parpadeaba, poco a poco fue acercándose a él hasta que pudieron sentir sus miradas entrelazarse, sus respiraciones cortarse.
—Sólo déjate llevar por el ritmo de la canción—susurro en su oído provocando escalofríos en el—Permítete ser libre una noche.
Aquel se separó sonriendo ladino mientras seguía bailando. El peli negro cerró los ojos un segundo, y tomó una fuerte bocanada de aire para armarse de valor.
—"Deja de perder el tiempo y haz que ese sexy cuerpo se mueva"—canto Jamie haciéndole sonreír—Nadie va a juzgarte en este lugar—exclamó tomando ambas manos del contrario para hacerlo moverse.
La peli rosa terminó exitosa, pues cuando observó, Min comenzaba a moverse de a poco, gradualmente. Y antes de que alguno se diese cuenta, se encontraban bailando libremente uno al lado del otro sin siquiera cortar el contacto en su mirada.
Nada era prejuicioso, caótico o incorrecto. Bueno o malo.
Porque justo en ese momento todo se disipaba a su alrededor, el tiempo no se detenía, más sin embargo, aquel tick tack no detonaba nada, ni una sola alarma, se permitía dejar de pensar un segundo, y luego otro, y luego el siguiente, ya nada importaba, su vida se centraba en el otro, en aquella chica que bailaba frente a él como si las personas a su alrededor no estuviesen presentes, por fin había dejado de depender de una relación que sólo le causaba daño, dejaba de negar lo evidente y aceptaba lo inaceptable, por más indigno que eso resultase, lo aceptaba.
¡Y maldita sea! ¡Se sentía jodidamente bien! ¡Se sentía maldita mente libre!
No había ataduras, reglas, alguna delgada línea invisible o algo que estuviera prohibido. Era simplemente real, el mismo. Se estaba permitiendo por primera vez ser el mismo sin miedo a ser juzgado, sin miedo a no cumplir alguna expectativa.
Odiaba las fiestas concurridas, la música era tan alta que podría destruirle el tímpano. Aquel siente que nadie puede verlo.
Pero entonces...la peli rosa sobresale entre la multitud, y por un momento; se siente mejor estando ahí.
Entonces se detiene. Ahí, en medio de esa pista; la canción se volvió sólo un fondo, centro su mirada causando que la peli rosa lo mirase confundido. Dio un paso, otro, y otro.
Poco a poco se acercaba al fuego de la libertad, aquel del que Jamie había hablado.
—¡Min!—habló levantando la voz para ser escuchada—¡¿Qué sucede?! ¡¿Por qué te detuviste?!
—Jamie...estoy dispuesto—contestó acercándose su rostro.
—¿Qué cosa?—cuestionó realmente sacada de onda.
—¡Joder! Si supieras todo lo que estoy pensando en este momento de ti, seguramente me acusarías de psicopatía.
—¿Qué cosas estás diciendo?—murmuro la chica.
—¡Estoy dispuesto a quemarme!—exclamo con una sonrisa.
Y cuando la peli rosa reaccionó al escuchar el coro de la canción, los labios de Min ya estaban tomando posesión de los suyos por segunda ocasión.
Una sensación única los invadió, no había aprensión o malos sentimientos, sólo amor...simplemente amor.
Viajan a un universo químico y complejo, se encuentran con sus miedos, inseguridades, decepciones; fuegos artificiales yacen de su estómago, quemándoles cada órgano del cuerpo, electricidad les recorre, pasando por sus brazos, piernas, a la mitad de aquel beso, una sonrisa juguetona se dibuja en los labios de la peli rosa, y Min no puede evitar corresponderle, hasta que ambos se separan con lentitud, para finalmente terminar observándose mutuamente.
Entonces, With or Without You de U2 invadió todo el lugar para cambiar un poco de ambiente. Jamie amaba esa canción.
—Yo...lo que quiero decir es que, yo, lo...
—Shh—le calló la chica—No hace falta que pongas algún pretexto para justificar tu actuar. Sólo respóndeme algo. Tú y yo...¿Es posible?
—Jamie...no soy nadie—hablo—Pero tú me haces sentir que soy alguien, porque sé que soy alguien para ti. Me haces sentir que soy importante, porque sé que te importo. Cuando estamos juntos...
—¿Si?—dijo indicándole a seguir.
—Cuando estoy contigo, ¡Dios! El mundo me importa poco. Pero me preguntas acerca de si hay posibilidad de un "tú y yo".
Quería creer que si.
Qué podría besarle en público a partir de ahora, qué podría tomar su mano sin necesidad de explicarle algo a alguien. Qué por fin podría tener aquel que siempre había esperado.
—Es...—de pronto, una vibración en el bolsillo de su pantalón se hizo presente interrumpiéndolo por completo. Inmediatamente lo sacó observando "Mamá" en la pantalla—Creo que, debemos irnos, de lo contrario...
—Tus padres te ahorcarán o algo así, lo sé—respondió ella divertida—Digo, después de todo, has escapado de tus responsabilidades mi querido rey.
—Ay, cállate—finalizó riendo avergonzado—Oh, espera—le dijo frenando abruptamente.
—¿Qué sucede ahora?—solto.
—Sonríe—espetó apuntando con la cámara frontal hacia ambos, para finalmente tomar una fotografía—Dijiste que amas posar.
Y él...quería guardar aquel momento mágico y atesorarlo para siempre, toda su vida.
Ambos bajaron del auto después de estacionarlo frente a la casa de la familia Min, una construcción de dos pisos pintada de gris en un vecindario realmente tranquilo. Caminaron hasta quedar al frente de aquella puerta en color negro, no importaba si fuese sólo cuestión de segundos para estar juntos, querían aprovecharlo.
—Entonces...supongo que te veré en clases—mencionó Jamie metiendo las manos dentro de las bolsas de su saco.
—Supongo que si—respondió—De hecho, estaba pensando, en que tal vez, después podríamos no sé, ir a ver una película o...
De pronto, la puerta de la entrada fue abierta dejando ver a una mujer de la mediana edad con ojos negros y cabello castaño hasta los hombros.
—¡Por Dios! Creí que no llegarías nunca, Margo está adentro esperándote, ¿Por qué te fuiste y la dejaste sola?—hablo sonriéndole fingida mente a su hijo, fue hasta ese momento en que su mirada viajó hasta la otra adolescente—Y trajiste una invitada, pasen, hace frío aquí afuera.
Ambos chicos entraron a la casa llamando la atención también del hombre sentado sobre el sofá de la estancia, y de la pelirroja saliendo de la cocina con dos tazas de té recién hecho.
—Qué bueno que llegas amor, me tenías preocupada...—menciono la chica con un tono mimoso.
—¿Q-qué haces aquí?—preguntó Min disgustado, lo que menos quería hacer en ese momento era una escena frente a sus padres—Creí haber dejado todo claro entre nosotros.
—¿Qué sucede aquí? Margo regresa sola, le respondes desconsideradamente, llegas con una chica, nunca habías traído a otra chica—espetó su padre sin poder ocultar la confusión.
—Mamá, papá, ella es Park Jamie—le presentó sintiendo el nerviosismo acumularse—U-una amiga.
—¡Pero si es el hijo de los Park!—exclamó su padre con notable emoción. Confundiéndolo al instante.
— ¿Por qué no la habías traído a casa? Quédate a cenar con nosotros, hornee galletas mientras no estaban—dijo nuevamente la mujer siendo simpática. Sin poder ocultar su emoción.
—En realidad debo irme, mi padre está esperándome justo ahora—respondió la peli rosa acompañada de una sincera sonrisa al momento de mostrar su reloj.
—Es una lástima, será para la próxima entonces —espetó Margo encogiéndose de hombros.
—Fue un gusto conocerlos—continuó, ignorando completamente la presencia de aquella chica, dejando a un lado la molestia que comenzaba a crecer dentro suyo.
—El gusto es nuestro, puedes venir cuando gustes. Te prepararé deliciosa comida.
—¡Saluda a tu padre de mi parte!—contestó esta vez el padre de Min.
—Claro. Se los agradezco—hablo abriendo nuevamente la puerta, sintiendo la mirada triunfante de aquella pelirroja—Adiós...amigo.
Finalizó saliendo de la casa.
—Maldita sea—susurro Min entre dientes, fulminando con la mirada a la chica de vestido azul, y sin perder ni un sólo segundo salió corriendo detrás de ella—¡Jamie!
—No me sigas.—advirtió la otra caminando de regreso a su auto—De verdad, de verdad no puedo creerlo—murmuro entre dientes.
—Espera, hablemos.
—¿Te avergüenzo?—cuestiono sacando las llaves para quitar el seguro—O...¿Tienes miedo de que todo tu teatrito de la pareja perfecta, hijo perfecto y vida perfecta se arruine por culpa mía?
—¡Por Dios, no! ¡Jamie, no me avergüenzas! Sólo escúchame—exclamó tomándole del antebrazo para obligarla a girar. Para obligarle a mirarle.
—¿Qué?—espeto—¿Qué excusa vas a usar ahora?
—¿Podrías tratar de entenderme?—dijo—Solo he salido con una chica, no sabía que ella llegaría así, pero créeme que le dejé en claro que entre nosotros ya no hay nada.
—Pues parece que ella aún no lo sabe, eh—contestó la peli rosa incrédula.
—Jamás me había sentido así, ¡No me avergüenzas! Sólo quiero que la cosas no cambien. Qué todo siga siendo igual.
—¿Y qué rayos significa eso? ¿Esperas que me quede cómo el plato de segunda mesa otra vez? ¿Acaso no significó nada lo de esta noche?
—No es lo que quise decir, significo mucho realmente. Es sólo que toda mi vida, yo...
—Toda tu vida has estado fingiendo ser alguien que no eres y ya tuve suficiente contigo—le interrumpio levantando la voz—Yo no necesito entenderte, tú si necesitas hacerlo porque estás tan confundido, y me confundes a mi también ¿Crees que no soy suficiente? ¡¿Acaso no crees que merezco un amor entero?! Tú lo dijiste, que merecía algo mejor. ¡Quiero gritarle al mundo que me gustas! Qué te quiero...
Clamó logrando que la sorpresa se reflejara en el rostro de Min.
—Porque lo hago—susurró sintiéndose derrotada—Lo siento, pero lo hago.
Un silencio les cayó de golpe, silencio que Jamie se encargo de cortar.
—Y por ello debo terminar con esto, antes de que esté amor crezca y termine destruyendo todo lo que he construido. No es tanta ciencia ¿Sabes? Sólo debes elegir a quien te haga feliz.
—Park...
—Me decido por ti, ¿Te decides por mi? —soltó esperando, deseando una respuesta positiva, algún toque de esperanza para que aquella chispa dentro suyo no se apagara.
Pero él peli negro simplemente se mantuvo en silencio. Bajó la mirada.
—Claro—soltó decepcionada, abriendo la puerta del auto—Adiós Min. Y por favor, por favor. No vuelvas a acercarte a mi. No pienso ser el secreto de nadie más.
[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]
Y...¿Qué tal les pareció el capítulo? ¿Les gusta la banda: U2?
¿Cómo creen que terminé?. 🤩🤍
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro