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It's me aga... Who are you?

Abrí los ojos rápidamente con el corazón latiendo por miedo al escuchar su grito de susto, me sobresalté y me levanté rápidamente de la cama, agarré el zapato más cercano y la miré a ella por unos segundos para asegurarme de que estuviera bien. Miré a todos los lados por el problema que la aquejaba apuntando el zapato en esa dirección y no noté a ninguna persona ahí o algo extraño.

- ¿Qué pasó? ¿Qué sucede? - Pregunté después de revisar por segunda vez y ella de inmediato se cubrió con las sabanas hasta el cuello con una expresión de pánico, sus mejillas estaban sonrojadas por la vergüenza.

- ¿Por qué estás semidesnuda? - Me preguntó ronca en voz baja bajando los ojos, también hice lo mismo pero lentamente. Sentí mis mejillas arder al traer mi brasier y mi ropa anterior, me senté en el suelo y me cubrí con las manos, avergonzada por esa situación.- ¿Ha-hasta dónde llegamos anoche?

- Un beso.- Respondí más cómo una pregunta, busqué con la mirada mi vestido o algo con que cubrirme pero no había nada en el suelo. Solo un tacón negro que seguramente era de ella.

- No recuerdas nada, ¿verdad? - La expresión de su voz salió como si fuera su primera vez haciéndolo. De inmediato negué con la cabeza al subir la mirada y ella soltó un suspiro de alivio relajando su cuerpo.- Me alegra. Ahora, necesito volver a casa con discreción. - Volvió a mirarme después de alzar su vestido con cuidado de no descuidar la sabana que cubría su cuerpo. Se veía delicada como un flor.- ¿Podrías...?

- Oh, claro.- Bajé la mirada avergonzada y jalé la otra sabana que estaba sobre la cama. Me paré y me envolví en una sabana tratando de quitarme esa vergüenza, salí volando de esa habitación y corrí hacia la de Miku para saber qué hacer en esa situación.

Sin siquiera tocar la puerta, entré en la habitación de Miku, traté de controlar mis nervios y mi respiración, tragué de manera ruidosa y volteé para ver a Miku. Lo primero que vi fue a una chica de pelo castaño sentada sobre un chico de pelo chicle. Mi voz se ahogó en mi garganta y salí como gallina de ese lugar, grité en silencio y corrí hacia la sala.

Sentí el olor a alcohol en mi nariz apenas dar un paso en ese lugar e hice una mueca de asco, era asqueroso. Me cubrí la nariz con la sabana mientras caminaba hacia la cocina y evitaba botellas, vasos y, esperaba que esa cosa amarilla fuera puré en el suelo. Cerré los ojos al notar el desastre de la cocina y el olor a pollo frio. Me acerqué a la mesa y golpeé con la mano a la persona que estaba dormida en la mesa blanca redonda.

- Miku. ¡Miku! - Grité en voz baja golpeando su cabeza suavemente.

Alzó la cabeza, murmuró algo que no pude comprender y volvió a la posición de antes. Lo intenté de nuevo una y otra vez, a la cuarta vez comenzó a frotarse el ojo y frunció la nariz, hizo la mueca de asco y fue a abrir la ventana con pequeños pasos por culpa de sus tacones. Respiró hondo y volteó a verme con su pelo totalmente revuelto, ya no había coletas.

- ¡Ugh! ¡Que asco! ¿Qué hicieron anoche? - Se ventiló con la mano.

- ¡Besé a una chica! - Grité ignorando sus palabras. Ella paró de agitar su mano y abrió sus ojos de la sorpresa.- Estoy semidesnuda y ella estaba, creo que, desnuda. ¿Qué se supone que debo decir ahora? ¿Qué hago? ¿Qué le digo?

- ¿Tuvieron sexo? - Me encogí de hombros sin saber que decir. No recordaba nada, solamente el primer beso. Se acercó y puso sus manos en mis hombros.- ¿Tu... Tuvieron sexo? - Repitió.- ¿En mi casa? Dime que no lo hicieron en la habitación de mis padres.- Negué con la cabeza rápidamente y suspiro de alivio.- Bueno, una cosa menos para morir.

- ¡Miku!

- No lo sé.- Comenzó a recoger la basura de la mesa y los platos sucios.- ¿No lo hablaste con ella? ¿No llegaron a un acuerdo? Tal vez ella lo hizo por una noche o no lo sé. ¡Jamás pensé que lo harías con una chica en la primera fiesta! - Se cruzó de brazos.- Pensé que...- Comenzó a balbucear dibujando círculos en la mesa.

Fruncí el ceño por ninguna solución que no sea hablar con ella.

- Iré a hablar con ella.- Dije al notar que era la única solución.

Subí a la habitación con la cabeza baja practicando mis palabras y mis gestos, no quería espantarla ni nada por el estilo por culpa de los nervios, pero no quería una relación seria por ahora, le explicaría mis razones tontas y esperaré que todo salga bien, aunque no lo creía. Abrí la puerta con cuidado y asomé la cabeza buscándola con la mirada.

Ya no estaba ella.

(...)

Suspiré al ver mi orden sobre la mesa. Café y un par de tostadas con mantequilla, alcé con mala gana el azúcar con la cucharilla y preparé mi bebida. A pesar de que la fiesta sucedió hace dos días y medio, Miku parecía que se congeló en esa mañana donde acabó la fiesta, se sentía cansada y parecía que esa alegría suya lo gastó completamente en los invitados. Con mucho esfuerzo la saqué de su casa a pesar de estar castigada por cuatro meses, pero no podía quejarme de su estado, yo también estaba de esa manera.

Ahora, en lugar de suspirar por mi ex novio, suspiraba por Rin, esa chica rubia que solo había visto una noche y ni siquiera recordaba lo que hicimos en esa habitación concretamente. Solo recordarla, hacía que el sabor a cigarrillo volvería a mi boca y una tranquilidad inexplicable envolviera mi cuerpo.

- No debí ir a tu fiesta.- Comencé al comer una tostada.- Ahora solo pienso en esa chica.

- Si es amiga de Kamui, entonces habla con él y cúlpalo, él la trajo.- Me contestó sin apartar su cara de sus brazos cruzados.- ¿Sabes? También lo voy a matar por presentarme a Kaito.

- ¿No les fue bien? - Bebí de mi taza.- Parecías feliz esa noche.

- Estuve a punto de hacerlo hasta que el desgraciado de Piko interrumpió el momento.- Golpeó la mesa.- Estuve a nada de ser feliz. Lo odio tanto... - Giré la mirada hacia la ventana por nuestros fracasos.- Kaito si quería.

Rodé los ojos por darle tanta importancia a las relaciones sexuales, pero supongo que era una manera de iniciar una conversación de manera... Solté mi tostada y abrí la boca de sorpresa.

Abrí mis ojos al verla a ella al lado de otras chicas, hablaba y reía sin ningún problema como si el mundo le sonriera en la cara. Noté el cigarrillo que llevaba en la mano mientras hablaba de algo con una chica de pelo rosa y otra de pelo castaño, amabas eran más altas que ellas, fruncí los labios al notar las abundantes curvas que se diferenciaban de ella.

Entraron a la cafetería riendo y se sentaron al fondo mientras llamaban a la mesera, Rin llevaba una falda a cuadros color rojo oscuro que llegaba hasta las rodillas, al igual que una sudadera negra demasiado ancha para ella y una gorra, apagó el cigarrillo de inmediato cuando la mesera le dijo algo y le prestó atención al menú que siempre dejaban sobre la mesa.

¿Me reconocerá? Sacudí la cabeza, de acuerdo, obviamente si iba a reconocerme, es que me daba tan mal sabor de boca que ella no estuviera tan cómoda esa mañana.

Vi que se levantó del lugar y caminó hacia la dirección de los baños, me levanté poco después, le dije una excusa tonta a Miku y seguí a la rubia. Al entrar lo primero que vi fue a ella mirándose en el espejo buscando algo en su cara, no me prestó atención y siguió con lo suyo. ¿Cómo debía empezar aquello? Carraspeé para llamar su atención y me acerqué a ella.

- El ultimo está vacío.- Me contestó sin dejar de verse a sí misma. Asentí y fingí ir al lugar que ella me dijo, el ultimo cubículo, me paré antes de siquiera dar un paso dentro.

- ¿Me recuerdas? - Le pregunté pellizcando mis dedos. Finalmente me miró.

- ¡Oh! Eres tú, la chica de la fiesta.- Asentí y giró para verme apoyándose en el lavabo.- Lamento haberme ido ese día sin decir nada pero mis padres me iban a matar, bueno, eso pensé.- Rió un poco incomoda por la situación.

- Si, mis padres me regañaron por varios horas.- Rasqué mi nuca.- ¿A ti también te gritaron? - Se encogió de hombros y estiró sus brazos.

- Bueno, fue una bonita noche.- Carraspeó.- ¿Solo viniste para hablar de ello? - Me preguntó con una sonrisa amable y asentí.- ¿Por qué no hablamos el día de mañana? - Propuso.- Podemos hablar en este mismo lugar y hacer algo después, claro, si no te molesta.- Rió bromeando.

Asentí con una sonrisa, sus manos me guiaron a la salida de manera subliminal y salí de ese lugar, me detuve cuando una mesera corría a la barra a unos metros de la mesa en el que estaba con Miku. ¿A qué hora dijo? Me pregunté, quise volver pero Miku notó que estaba detrás de ella y me jaló del brazo para sentarme de nuevo.

- No dijimos la hora.- Murmuré mirando el lugar por donde ella saldría.

- ¿Hora? ¿De qué estás hablando? - Me preguntó mirando al mismo lugar que yo.

- Me encontré con la chica de la que te hablé, la de la fiesta.- Expliqué aun más al ver su cara de confusión.- La chica que se fue en la mañana de la fiesta.- No cambió de expresión.- La chica que se fue antes de la llegada de tus padres.

Su expresión al fin se iluminó.

- ¡La chica! - Dijo mientras movía la cabeza de arriba a abajo y asentí con una sonrisa.- Solo la buscas en las redes sociales y ya está, envías solicitud y de paso la conquistas.- Me guiñó el ojo bromeando, pateé su pierna.- Bueno, entablan amistad. No hay problema alguno.

(...)

¿Adivinen quién no tenía ningún perfil en las redes sociales?

Obviamente yo no, y si, obviamente ella, Como cualquier persona busqué su nombre y el apellido que Gakupo nos dio luego de varias amenazas de Miku, aunque luego me disculpé con él por el método "normal" de Miku, que era dejar de comprar berenjenas para sus cumpleaños como regalo y solamente ir por una carta de felicitación. No pensé ver a Gakupo implorar por su comida diciendo que ella era la única que se preocupaba de su refrigerador en esa fecha.

Acomodé mi gorro por el frio y metí mis manos dentro de los bolsillos de mi abrigo, cuando suspiré, noté el vaho que se creaba por el horrible frio de la noche en estas fechas. Volviendo al tema de Rin, Gakupo me animó para ir a un lugar donde, según él, Rin frecuentaba constantemente por las noches cuando eran vacaciones, así que encontrarme con ella era lo más probable.

Les dije que eso era de acosadores y mejor esperaba en la cafetería todo el día como un ser humano valiente, pero Miku me dijo que si no tomaba la vida con las manos, no podría avanzar. Además Gakupo aseguró que él trabajaba en uno de esos lugares y me acompañaría a casa si la conversación con Rin se alargaba.

- Aún no estoy de acuerdo en hacer esto.- Les dije recordando sus rostros de aprobación del plan. Bajé las escaleras con cuidado mientras otras personas salían y entraban con personas mientras reían y hablaban con sus amigos.- Hubiera preferido pensar en mi ex y en Rin el día de hoy.- Me dije escuchando la alta música dentro del lugar.

Respiré hondo y abrí la puerta de la discoteca, lo primero que me inundó fueron los gritos y las risas de otras personas junto con aplausos cuando se cambió la música movida. Me apoyé en la pared cuando personas se acercaban a la puerta, la oscuridad de la entrada no hacía que la entrada fuera cálida y menos aún con esas luces parpadeantes de diversos colores que se movían de un lugar a otro, cuando toqué la pared sentí el temblor al ritmo de la música.

- ¡Vamos, Len! - Gritó alguien que estaba dentro de una multitud de personas frente a la pista de baile. Otras personas se unieron a él mientras levantaban las manos y coreaban la canción con gran alegría, ni aunque lo intentara observaría a esa dichosa persona que tanto animaban.

Mejor iba a buscar a Gakupo para darme algo de seguridad.

- ¿La viste? - Pregunté a Gakupo al otro lado de la barra limpiando vasos con sumo cuidado. Él solamente rió y negó con la cabeza.- ¿Estás seguro de que viene por aquí? ¿No será extraño que la encuentre aquí?

- Tranquila. Tienes todo el derecho de venir por estos lugares y, no te voy a mentir, si es extraño que solo por un numero vengas hasta acá, pareces una acosadora.- Dijo en voz alta, casi gritando, tratando de aguantar la risa mirando al vaso que tenía en manos.- Aunque, esperar todo el día sonaba peor.

- ¡Son unos tramposos! - Gritamos al unisonó las personas y yo, pero las razones eran diferentes. Miré hacia la pista de baile, que estaba a varios metros detrás de mí, comenzaron a discutir pero alguien los calmó volviendo a colocar otra canción restándole importancia. Fruncí los labios y comencé a buscar a Rin entre esa multitud.

Rubia de mi altura con ojos azules, me repetí una y otra vez, examinando a cada persona, nadie cumplía con lo pedía, había albinos, pelirrojos, castaños e incluso pelinegras como yo, pero no había rubias, sino chicos rubios. Miré de nuevo a Gakupo y noté que atendía a una persona a la otra punta de la barra. Suspiré cansada, tal vez llegaba más tarde o algo así, de todos modos solo esperaría treinta minutos y me iría.

(...)

Me levanté de mi asiento frente a la barra y pagué las bebidas que había pedido mientras me distraía, le dije a Gakupo que me iría y él pidió unos minutos a su compañero de la barra para asegurarse que no me pasara nada malo hasta la salida del lugar y coger un taxi, señaló a la puerta de al lado para esperarlo unos segundos, asentí y fui a esperarlo en ese lugar.

Quise apoyarme en la pared mientras lo esperaba, pero el miedo me invadió por completo cuando vi a mi ex novio con una chica a su lado, con su mano alrededor de su cintura, caminaba en mi dirección hablando con ella con una sonrisa en el rostro. Tragué con fuerza tratando de controlar la incomodidad dentro de mí, antes de siquiera pensar en las opciones que tenía, caminé hacia las mesas que estaban al fondo del lugar esperando que no estuviera detrás de mí, pero tampoco quería voltear.

Mientras entraba aún más, noté que las mesas tenían un grupo de personas que bebían o hablaban a gritos golpeando la mesa mientras otros reían, cuando noté una mesa con la silla vacía corrí hacía allí y me senté rápidamente bajando la mirada. Esperé unos segundos y escuché su característica risa altanera, recé que pasara de largo y luego me iría corriendo de este lugar, pero su vox no desaparecía de mi cercanía, sentía que se había parado frente a mí como una mala jugada de la vida.

- ¿Estás bien? - Preguntó un chico, el frio envolvió mi cuerpo de golpe cuando subí lentamente la mirada y noté a un chico frente a mí con la cara apoyada en la mano que tenía sobre la mesa, era rubio y tenía el pelo amarrado en una coleta pero el flequillo largo que llevaba estaba despeinado completamente.

Quise disculparme por esa intromisión pero el diablo me reconoció y me dirigió la palabra como si el chico hubiera activado una alarma y unos letreros grandes estuvieran arriba de mí.

- ¡¿___?!- Me gritó entre risas y sentí su aliento de alcohol. Quería que me tragara la tierra cuando se paró frente a mi.- ¡¿Qué haces en estos lugares?! - Rió.- ¡Tú no sueles venir a estos lugares!

Asentí incomoda mientras seguía hablando de sus anécdotas de que cuando le "prohibía" salir a fiestas con sus amigos, ni siquiera quería mirar al chico que seguramente estaría aún más incomodo por esto. De acuerdo, esto era más doloroso de lo que pensé y solo porque fui por un número de celular. Tragué ruidosamente mientras mantenía mi sonrisa.

- ¿Quién eres tú? - El diablo se calló y volteó su cuerpo a él sorprendido y al fin dándose cuenta de su existencia. Esto era peor. Auxilio.

-¡¿Quién eres tú?! - Le preguntó como si estuviera molesto.- ¿Es tu novio?- Jaló mi pelo para señalarlo.

No dije nada, si me dejaba a solas con él, esto iba a ser peor, pero si él se quedaba la incomodidad no se iría. Seguramente él se iría con sus amigos y buscaría otra mesa por ocupar la suya sin permiso. Se levantó el chico, mordí mis labios al mirarlo, solo quería un milagro y ya no pediría más.

- Debes ser su ex pareja, ¿verdad? - Preguntó divertido y estiró la mano hacia el diablo, borré de inmediato mi sonrisa por la sorpresa. ¿Qué estaba haciendo?- Soy su pareja, mucho gusto, me llamo Len y me complace conocerlo al fin, aunque en realidad no debería estarlo, ¿no? - Bromeó y el diablo nunca estiró la mano para corresponder su saludo.- ¿Esa señorita es su novia?

- ¿Algún problema?

- Ugh.- Bajó la mano y se encogió por unos segundos como si hubiera probado algo asqueroso.- Creo que es un mal momento para hablar, ¿nos vamos, cariño? - Me miró con una sonrisa y se paró frente al diablo sin miedo.- Creo que podemos encontrar otro lugar para hablar.

- Cl-claro.- Me levanté e ignoré lo que decía mi ex pareja, la música alta me ayudó a no entender sus palabras y sus gritos. Agarró mi mano y luego puso su mano alrededor de mi cuello, ni siquiera se despidió del otro y salimos del lugar.- Gracias.- Murmuré insegura si la música lo había dejado de escucharme entre la, multitud que iba y venía.

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ASLKDV No sé cuando publique esto pero, hola(? Ahre xD Espero que estén muy bien! Uff, esto me hace feliz porque ya me estaba estresando por Spice y sentí la obligación de actualizar, pero dije ño! xD Me prometí que cuando escribiera por obligación lo dejaría por un tiempo porque ya no sería divertido y si lo hago con Spice, seguro que entraría en Hiatus y bloqueo re fuerte u n u asi que para entretenerme es esto u w u ahre xD

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