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I wanna kiss you

Era consciente de ello, sabía que no podía hacer lo mismo que mis amigas, beber alcohol hasta que el sistema no lo soportara y dejar que la suerte me llevara por toda esa noche, pero, dios, se veía tan divertido y tentador que mi seguridad de no beber de más estaba dudando en pedir más o no. Y como una señal del cielo apareció otra persona ofreciendo más, agarré con fuerza el vaso vacío que estaba en mis manos por quince minutos y lo levanté para darle una señal, dando paso a otras copas más en mi sistema.

Ya no importa, pensé con toda la valentía en la mano levantándola de nuevo. Ya había llorado, pateado y gritado durante varias semanas por un idiota que me abandonó por otra diciéndome cosas horribles y, ahora, era el tiempo de sonreír y dejarse llevar por el momento, ¿no? Mandarlo al diablo a él y demostrarle que también podía tener sexo sin compromisos.

Miku, la chica de pelo turquesa que estaba a mi lado dándome la espalda, parecía ser la persona más feliz en esa noche, hablaba con varias personas como si siempre las hubiera conocido y reía de manera estridente por culpa del alcohol, apoyó su brazo en mi hombro y siguió charlando como si no hubiera preocupaciones en el futuro. No le di importancia a eso, Miku era la anfitriona de esa fiesta y era la persona que me incitó en estar allí.

- No.- Recordé decir a Miku al escoger el conjunto de ropa que llevaría, bueno, Miku buscaba el conjunto mientras yo me hundía en mi depresión sobre las sabanas con el pijama que había llevado por varios días.- Llevarás ese vestido rojo con escote y unos tacones negros, te verás divina.

Y ahí estaba ella, con su pelo turquesa recogido en dos coletas y un vestido azul que llegaba a los muslos; y yo con un vestido rojo sin sujetador, con el escote en V y la espalda descubierta, no dejando nada a la imaginación. Era lo más extravagante que me había colocado no para una sola persona esta vez, sino para todas. Meses antes, ni loca hubiera pensado salir de esta manera por los celos y dramas de mi ex-novio, hubiera llegado como un monja con toda la piel cubierta y alejándome del alcohol para cuidar de él. Una santa completamente, pero él ya no estaba.

- ¿No me presentarás, Miku? - Escuché a alguien gritar a Miku por la música alta que había en la habitación.

Lo primero que vi al voltear, fue ese pelo azul llamativo y los piercings brillantes que llevaba en la oreja, luego noté que su camisa llevaba dos botones desocupados que tentaba a bajar la mirada hacia el pecho trabajado del chico. Con todas mis fuerzas evité hacerlo por una razón. Ese era el chico por el cual mi amiga babeaba, Miku volteó hacia mi de manera torpe y rodeó su brazo alrededor de mi hombro.

- Ella es ___.- Gritó con la voz gangosa luego de reír.- Está soltera y es un amor de persona, ¿conoces a alguien que sea guapo y, ya sabes.- Le guiñó el ojo.- Un poco juguetón? - La golpeé con el codo.

- ¿Un amor de persona? - Repitió al desviar su mirada en mi dirección, me guiñó el ojo divertido.- Que interesante descripción.

De inmediato, sentí mis mejillas arder, no sabía si por el alcohol o las palabras del chico de pelo azul, solo me limité a sonreír y beber del vaso como si no hubiera un mañana para envolverme de valentía y esa soberbia. Miku me dijo algo que no logré escuchar y agarró al chico del brazo llevándolo a otro lugar lejos de mi, la sonrisa de Miku decía que había olvidado la timidez que llevaba hace meses para declararse a ese chico.

Rodé los ojos y sonreí por ella, Miku estaba loca, es más, beberé otra copa por ella. De acuerdo, si estaba dándome excusas para continuar, pero si no podía con unos vasos de alcohol, ¿cómo completaría mi objetivo de esta noche? Tenía que encontrar a un chico lindo y besarlo por una vez, y si había más, mejor. Así me demostraría que podía continuar sin ese idiota, que aún soy linda sin él.

Caminé, a mi parecer, de manera decente, entre todo ese tumulto de gente que bailaba de manera torpe y no tenía miedo de lanzar un vaso por sus dramáticos movimientos con las manos mientras hablaba. Estaba ebria, pero no tanto como ellos, podía controlarme. Cuando vi a la persona que llevaba una botella en las manos, empujé a las personas para abrirme paso, cuando alguien me empujó con fuerza por la espalda, quise gritarle que era un bruto pero, de inmediato mis ojos fueron capturados por esos ojos azules de la otra persona que estaba al otro lado de la habitación, como un imán, ese destello azul de esa señorita rubia fueron mi nueva tentación.

Sacudí la cabeza, no era una chica que se liaba con chicas, pero tampoco era algo que ignoraba totalmente, pero... Sentí su mirada persistente en mí e inconscientemente mordí mis labios. Tal vez ella podría ser... Miré el vaso que llevaba en la mano y me pregunté qué es lo que buscaba antes.

Caminé hacia ella.

Llevaba un vestido negro, que contrario a mi vestido rojo, dejaba todo a la imaginación, no había escote ni hombros descubiertos, ni siquiera las piernas daban un respiro, su falda era hasta las rodillas como un colegiala de buenos modales y sus mangas hasta los codos, además su postura era derecha y autoritaria, es como un presidente del salón, pensé por unos segundos, pero ese defecto de no mostrar de más, hacía que sus ojos azules llamaran la atención y tentaran hasta al chico más puro.

Era culpa del alcohol y la necesidad, ¿no? Por eso estaba haciendo esa locura.

- ...Lo piensas, Rin? - Escuché decir al compañero de esa rubia. Un chico de pelo largo morado atado en una coleta que llegaba hasta la cintura, con un vaso medio lleno en la mano y señalando a quién sabe qué. La chica rubia asintió de manera tímida y sonrió al ver que me acercaba a ella como una mosca hacia la luz.

¿Cuál era la diferencia de besar a una chica de un chico?

Esa duda entró a su cabeza demasiado tarde, ya estaba parada frente a ellos con una sonrisa gentil. El joven de coleta volteó a verme y también sonrió como si diera una bienvenida allí, dando a paso que se uniera a ellos.

- ¿Eres amiga de Miku, verdad? - Me preguntó sin borrar su sonrisa. Eso me aseguraba que eran personas de confiar, Miku era demasiado quisquillosa con las personas, pero ella...

- Tú eres...- Alargué la frase arreglándome mi pelo negro como si fuera algo habitual en mi hablar de estas cosas.

- Gakupo Kamui.- Notó que mi atención se dirigía a la persona a su lado. Ella llevaba un labial carmesí sobre sus labios.- Ella es Rin Kagamine.- La chica rubia se plantó frente a mí con una sonrisa de soberbia.

- ¿Tu novia? - Pregunté. El día de mañana me ahorcaría por mi poco tacto hacia ellos y mi sinvergüenza.

Kamui negó mientras reía, pero eso no decía nada y peor aún la chica que parecía que su lengua había desaparecido por esa noche, no abría la boca ni para respirar. Cuando su amigo abrió la boca para contestarme, fue interrumpido por Miku, apareciendo de la nada tambaleándose, me jaló del brazo sin siquiera dar paso a una queja, esa rubia y su amigo fueron cubiertos por el tumulto de gente. Lo último que vi fue la espalda de la chica.

-¡Miku! - Dijo en voz alta molesta por perder esa oportunidad.

- ¿Quieres hacerlo con una chica? - Me preguntó sorprendida deteniendo sus piernas. Sus mejillas estaban rojas hasta más no poder producto del alcohol.- Vamos, te presentaré a Piko, es amigo de Kaito. Me lo agradecerás.

Ella era linda, le contesté mentalmente, pero dejé que me llevara. Tal vez era más linda que esa chica.

(...)

Gay, repetí mentalmente. Piko era gay.

- ¡Pero es una buena chica! - Habló Miku sacudiéndome como si fuera un objeto para vender en la calle a último minuto.- No te arrepentirás.

- Lo siento, cariño.- Piko se encogió de hombros.

Estaba molesta por ese rechazo indirecto, por la interrupción de la conversación con Kamui y esa chica, y aún más porque no tenía un acompañante, al parecer mi ex novio me dejó con una maldición para no poder avanzar en mi vida. Solo quería un estúpido beso y me olvidaría de ese idiota, avanzaría sin él. Dios, quería llorar por esa estúpida frustración, porque sabía que era tonto ese deseo y esa lógica, pero era la única cosa que hizo que saliera de la rutina.

Era una idiota.

Me solté del agarre de Miku con brusquedad y a pesar de que me llamaba con su voz apagada por el alcohol para que volviera, no le hice caso. Ese momento, lo único que quería era estar sola y llorar en libertad.

Salí de la habitación de Miku o de su hermano, no lo sabía pero no me importaba. En el pasillo, como un golpe de la vida, vi a varias personas que se tocaban, besaban y murmuraban sin pudor alguno, ignorando una pareja a otra. Una relación de una noche. Bajé las escaleras para buscar otra ronda de alcohol o quizá buscar su abrigo e irse de ese lugar, lo que viera primero, lo haría. Me limpié los ojos con los brazos, notando que mi maquillaje se había arruinado.

Al llegar a la planta baja, de inmediato, sentí el calor del ambiente en mi piel, me sentí sofocada por eso, parecía que el aire estaba a punto de desaparecer y en lugar de ir por mis primeras opciones, fui por la tercera. Salí al patio trasero por un soplo de aire fresco, cerré la puerta en silencio y me apoyé en la pared. Lo primero que vi, fue a esa rubia de nuevo y esta vez estaba sola sentada sobre el pasto contemplando las flores que estaban frente a ella, ignorándome totalmente, ensimismada en su mundo.

- Rin, ¿no es cierto? - Pregunté acercándome a ella lentamente.

Me miró sobre su hombro y expulsó humo de su boca, en ese momento noté el cigarrillo a medio acabar que llevaba en la mano. Me sonrió y no se quejó cuando me senté al lado de ella.

- Me aburrió la fiesta.- Me dijo con una voz dulce pero elegante y volvió a colocar el cigarrillo en su boca.- Todo el mundo quiere coger y la cerveza está horriblemente caliente. ¿Cuál era tu nombre? - Preguntó al mirarme por unos segundos.

- ___.- Contesté.- ¿Dónde está tu novio? No deberían dejar sola a un chica como tú.- Miré hacia atrás buscándolo.

- ¿Estás coqueteándome? - Miró su cuerpo hacia mi, dando paso a que siguiera ese tema.- No voy a hacerme la loca, sentí tu mirada y me comías con la mirada, ¿acaso te parezco linda?

- No te comía con la mirada.

- Estoy soltera.- Dijo totalmente segura, volvió a expulsar el humo desviando la mirada.- Nunca te vi en las fiestas de Miku, pero eres su amiga, ¿eras una santa? - Se recostó en el suelo poniendo su brazo como almohada.

- Estaba en una relación.- Respondí.

- Oh, los chicos inseguros de sí mismos. Sí, son unos idiotas, un asco de personas. ¿Terminaste con ese idiota?

- ¿También sufriste con ellos? - Evadí la pregunta. Él me terminó.

Negó con la cabeza acabando con su cigarrillo.

- No son mi tipo, no me gusta ser la persona dominada, me gusta más dominar a la persona.- Dijo señalando sus ojos. En ese momento, noté el color de sombras que tenía en ellos, color naranja con degradado amarillo. Era linda.

(...)

Reímos cuando la pareja hizo exactamente cada palabra de lo que murmuramos. Seguramente ellos no podían vernos por estar ocultas en la sombra de las flores grandes, pero escucharnos si podían y por ello, nos miraron deteniéndose en el acto. El chico volteó y la chica frunció el ceño, refunfuñaron y volvieron a la fiesta quebrando su momento.

- Te dije que bajaría su mano a su trasero.- Habló Rin con diversión y bebió de la lata de cerveza fría que fuimos a comprar hace media hora. Hice lo mismo que ella.- Debí apostar dinero, es esto.- Arrastró las palabras, ya estaba ebria.

Su seguridad y confianza en no tener miedo de decir las cosas hacía que el ambiente fuera más cómodo y deseaba tener esa seguridad de ella sin la ayuda del alcohol. Deseaba besarla. Me ruboricé de inmediato al pensarlo.

- ¿Qué sucede? - Me preguntó con voz grave, carraspeó y volvió a preguntar. Suspiró.- Creo que es suficiente alcohol para mí. Hora de irme a casa.

Se levantó con cuidado arreglando su vestido, ese momento recordé mi vestido y sentí el frio en mi piel. Dio una vuelta en el mismo punto buscando la bolsa donde estaba las demás latas de cerveza, agarré la bolsa y me paré a su lado empujándola en el proceso.

- Estás más ebria que yo.- Dijo entre risas.- Yo que confiaba en ti para volver a salvo.

- Miku tiene una habitación de invitados, me dio la llave y podemos descansar ahí.- Ofrecí, sentía que el suelo estaba moviéndose y me apoyé en ella para no caer.- ¿Vienes? No quiero que te pase algo malo al volver a casa.

- ¿Estar con una chica a solas? ¿Dónde firmo? - Bromeó con una sonrisa.

(...)

Prendí la luz luego de toquetear la pared por varios minutos, Rin se sentó en la esquina de la cama a penas ver la luz y despeinó su pelo con sus propias manos, reí cuando vi que un mechón de su pelo se levantó como la colita de perro. Cerré la puerta para dejar de escuchar la música fuerte de la planta baja, hacía que el suelo retumbara bajo mis pies; cuando subíamos aquí, algunos ya estaban en el suelo y otros hablaban con un compañero que ya estaba en otro lugar. Eran idiotas. Dejé la bolsa en el suelo y me saqué los tacones caminando hacia ella.

Se rió sin motivo alguno y abrió sus brazos.

- ¿Cuál es mi nombre? - Me preguntó ronca.

- Rin. - Dije con una sonrisa.

Me senté sobre sus piernas y ella me miró a los ojos.

- Yo si te estaba comiendo con la mirada.- Admitió entrelazando nuestros dedos.- Eres linda y ese vestido es... Grandioso.- Noté esa pizca de lujuria en sus ojos.- No bajes la mirada.- Murmuró y antes de que lograra preguntar. Me besó.

Rodeé sus hombros y la acerqué más a mí, sentí el sabor de la cerveza y el cigarrillo. Nos separamos cuando escuchamos a una persona dar pasos pesados cerca de la puerta, nos quedamos quietas y cuando se alejó, decidí apagar la luz y asegurar la puerta. Volví a la posición de antes y acaricié su mejilla.

- Ri...

- No.- Me interrumpió en la oscuridad.- No me llamo Rin, cariño.- Y volvió a besarme con más devoción acariciando mi espalda.

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KSDCSLDKCM No me arrepiento, pero admito que fue extraño escribir esto xD Espero terminarlo rapidin para no dejar cosas pendientes, pero ya actualizaré las demás, ya verán 👀 Cuando tengo bloqueo en Spice, mis otras ideas lo patean y dicen: "¡Boom, nena! ¡Llegué!"

Uh, titulo inspirado en la canción de Katy Perry- I kissed a girl; idea expandida por OTN GIgantic- Len kagamine

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