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4. Primer día entrenando

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arigameplays Primer día entrenando 🥊✨🌸
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     Era un nuevo día, pero no era un día cualquiera, Ari comenzaba su primer día entrenando luego de todo el enredo que era llenar la lista que Ava le pidió. Tuvo que decirle su dieta, su peso, altura, entre otras cosas, pero era fundamental para el entrenamiento, eso le dijo su entrenadora.

La castaña entró al gimnasio con una mente positiva y una sonrisa. Con sus ojos miró al rededor buscando a aquella chica pelinegra mientras se adentraba más. Habían varias personas entrenando muy enfocados y de fondo se escuchaban ruidos secos, podía deducir que eran golpes.

"No, no por que estás golpeando significa que no te pueden golpear." Escuchó aquella voz femenina pero extrañamente ronca.

Ari persiguió esa voz hasta llegar a una gran sala sin puerta, cualquiera podía entrar y salir sin problemas. En esta sala había varios rings, sacos de boxeo y otras cosas que le hizo saber que ese era el lugar para boxeo y kickboxing, era todo un mundo exclusivamente para estos deportes.

"Ven." Una vez más, esa voz resonó haciendo que la buscara, y claro que la encontró subiendo a uno de los rings junto a dos chicos que tenía careta y sus puños envueltos en vendas para boxear. "Golpéame." Le ordenó Ava al chico sin siquiera ponerse careta o algo de protección.

Ari junto al otro chico en el ring fueron testigos de como el chico le lanzó un golpe y ella lo recibió al mismo tiempo que le soltaba un derechazo que lo dejó aturdido, no tardó en agarrarse la cabeza tratando de quitarse la careta para tratar de volver en si. Ava no se vió nada afectada por ese golpe que recibió con el rostro, Ari estaba asombrada.

"No te confíes sólo por que conectaste un golpe, no bajes la guardia." Le dijo extendiendole el brazo para ayudarle a levantarse.

"Señorita, ¿necesita ayuda con algo?" escuchó la castaña a su lado haciendo que volteara.

"Oh, no, gracias." Dijo con una sonrisa amigable para volver a mirar a el ring, pero el tipo continuó molestando.

"¿Necesita un entrenador?"

"No, gracias." insistió Ari.

"Señorita, puedo entrenarla. Sé mucho de boxeo." El hombre le tomó del hombro pero llamar su atención pero ella volteó a él para quitar su mano.

"Ya le dije que no, ¡gracias!"

Ari juró ver una gran sombra acercarse, poco después vió colocarse frente a ella haciéndole imposible ver al hombre de al frente. Era Ava.

"¿Por qué no me ayudas a mí? Estoy practicando unas llaves, podrías ser un perfecto maniquí de práctica." dijo la pelinegra mirándolo hacia abajo con una sonrisa malévola que le hizo sentir escalofríos.

"No.." dijo el hombre en respuesta para mirar a otro lado, no tardó en retroceder para irse de regreso al gimnasio regular.

Ava soltó un suspiro para negar antes de voltear a Ari, misma que se había estado entreteniendo con la vista de su enorme espalda.

"Estás bie—"

"¡Eso fue genial!" exclamó la castaña con una gran sonrisa y sus manos cerradas en puños cerca de su propio pecho. "¿¡Sabías que eres una montaña que intimida a la perfección!?" decía con emoción.

"Eh... Por supuesto." dijo la mayor arqueando una ceja con diversión ante esa reacción, era como un cachorro.

"Te envié unos mensajes de camino hacia acá avisando que venía." dijo con una sonrisa sacando su celular de su mochila para mostrarle los mensajes.

"No los vi, estaba ocupada." se disculpaba para caminar, Ari no dudó en seguirla. "Te mostraré donde puedes dejar tus cosas, deberás usar ese mismo locker en el resto de tiempo que estés aquí entrenando."

Ari asintió a todo lo que decía siguiéndola de cerca. Estuvo atenta a cada cosa que se le decía, como si estuviera en la escuela.

El recorrido fue un poco largo, el gimnasio era enorme y se notaba que Ava tenía poder sobre este, su simple presencia robaba miradas y espantaba a alguno. Ari quería eso, quería ser intimidante a la hora de luchar, tanto que desconcentre a su oponente. Pensó que la mejor opción para esto era entrenar tan fuerte como los anteriores en el ring con la pelinegra, sería horrible, pero valdría la pena.

El entrenamiento comenzó y de la manera más rara posible. Ari siguió a la mujer a una de las areas y sin siquiera esperarlo Ava volteó a hablarle.

"Pégame." Le dijo de golpe.

"¿Cómo?" Preguntó la castaña abriendo los ojos de sorpresa.

"Pégame, princesa, quiero ver cuán fuerte golpeas." Repetía para mostrarle el bicep completo y expuesto, cosa que hizo que las mejillas de la castaña se tornaran carmesí.

Ari parpadeó repetidamente y asintió dudosa para ponerse en lo que ella pensaba que era la posición indicada. Dudó un poco pero le golpeó justo en el bicep, no esperaba que estuviera tan firme, hasta juró que se hizo daño y por esto mismo soltó un chillido.

Ava soltó un suspiro y se reincorporó para colocar sus manos en su propia cintura mirando a la castaña. "Tenemos mucho en qué trabajar." Dijo negando lentamente.


[...]

Correr, brincar la cuerda, squads, etc, etc. No era para nada lo que había visto en otras personas que entrenaba Ava y eso le daban celos. Ari quería ser entrenada como ellos y no como si fuera una delicada flor, aunque así la veía Ava.

"Buen trabajo." Le dijo la pelinegra mientras se colocaba su mochila al hombro. "Mañana lo repetiremos y será mejor que te prepares para mantenerte en hielo y agua fría."

Ari aún guardaba sus cosas, se tomó un segundo para alzar la mirada y verla darse la vuelta sin antes guiñarle. La situación frustraba a la castaña y mientras la veía irse no pudo no pensar en miles de cosas que le frustraban aún más.

De regreso a su casa no quiso pensar en nada, fue directo a ducharse y a tirarse en su cama. Quería chillar y patalear del coraje. ¿Ava estaba siendo suave con ella? ¿Por? Fueron tantas cosas en su mente que se sentó para colocarse sus sandalias e ir a su estudio con la intención de hacer una investigación extensa.

En su teclado escribió el nombre de aquella luchadora, Rhea Ripley, recordaba que su amigo Quackity se lo dijo unos días antes. Buscó y buscó hasta llenar su mente de información importante, cómo el hecho de que ganó premios muy importantes dentro de la lucha y que en una pelea se le dislocó el hombro, ella fue lo suficientemente fuerte física y mentalmente como para volver a colocarlo en su lugar en ese mismo momento. Era agresiva y más de uno le temían en cuanto se subía al ring. No sólo estuvo en luchas, fue campeona en box y kickboxing, donde también fue una máquina de golpes.

Vió videos, documentales y noticias fascinada con su trayectoria. Hace dos años no peleaba y no había más información al respecto, sólo se decía que renunció a las luchas y a raíz de esto no volvió a pelear en ningún sentido, se dedicaba a entrenar campeones y nada más. Fue curioso, si era tan buena y le encantaba tanto, ¿por qué renunció al sueño?

La noche cayó y Ari seguía en su estudio viendo todo sobre la chica. Estaba decidida, mañana en el siguiente entrenamiento iba a hacerle entrenarla como ella entrenó a sus campeones. No le importaba que tan ruda fuera, iba a hacerlo.

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