Treinta y cuatro
Habían llegado a casa de Freddy, donde su madre tenía preparada la comida ya.
Esperaba que su hijo llevara a su novia, así que había preparado lo que a ella le gustaba.
— ¡Hola señora Fazbear! — saludó la chica emocionada y feliz, siempre se había llevado muy bien con la madre de Freddy.
— Hola linda. — saludó la mujer —, ¿Cómo estás? ¿Tienes hambre?
— Sí, y mucha.
— Pues ven a comer. Freddy, ¿vienes?
Freddy dejo su mochila en el sillón, recibió una llamada; — Un momento, iré a contestar.
Sacó el celular del bolsillo.
Fred decía.
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