Setenta y siete
— Mamá, regresé. — habló Freddy entrando a la sala, su madre estaba ahí, con el uniforme del trabajo y sin los zapatos.
— Hola cariño. — respondió casi en un suspiro —, Estoy tan cansada.
El castaño se sorprendió, había llegado la época dónde la tienda se llenaba por completo; — Entonces hablemos mañana.
— ¡No, no! Hablemos ahora, ven sientate.
Ojalá y no hubieran hablado.
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