Noventa y tres
La puerta se abrió despacio, Freddy había terminado de hacer la comida.
Su madre no le había dejado nada hecho, como solía hacerlo.
Ni ninguna nota.
— ¿Mamá? — preguntó Freddy saliendo de la cocina.
La mujer dejo sus cosas en la puerta de entrada, se quito los zapatos y fue directo a la sala.
Freddy había sido ignorado, quizá ella seguía molesta porque él no le había pedido permiso para salir.
Sí, debía ser eso, seguramente.
Freddy terminó de comer y subió a hacer tarea.
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