Cuarenta
— ¡Eso es tan tonto! — rió el castaño dejando ver sus molares blancos, dejó el popote del batido sobre el mismo y siguió riendo.
— ¡En serio! Entonces después de caer encima de la maestra me llevaron a dirección y me suspendieron ¡tres días! ¿Puedes creerlo? Ni siquiera fue mi culpa. — habló Fred.
— En serio no puedo, JAJAJA — seguía riendo el moreno.
— No es gracioso.
Freddy dejo de reír poco a poco; — Lo es. Eres gracioso, y todo lo que te pasa lo es.
Fred tomo la nariz del castaño y la apretó un poco; — Basta pequeño, deja de burlarte.
— Ouch. — se quejó éste —, no, no soy pequeño.
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