Cincuenta y siete
Fred miró al castaño subir al auto; — ¿Listo?
— ¿A dónde vamos?
— A mi casa.
— ¡¿Qué?!
— ¿Qué tiene de malo?
Freddy soltó un suspiro y recargo su cabeza en su antebrazo, que a su vez estaba recargado en la ventana de la puerta; — Nada, solo vamos.
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