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Capítulo seis - El infierno a un pasillo de distancia

  Mi cabeza va a explotar.
 
  Auch, auch, auch.
 
 Corto la alarma que puse en el teléfono y me revuelvo entre las mantas. Memorias de la noche anterior vienen a mi cabeza, y no puedo evitar pensar en Jimmy. Y en que volví a perder el control. No pasaba desde hace años. Odio decirlo, pero fue una suerte que Rogers estuviera ahí, sino hubiera quemado la mitad de S.H.I.E.L.D. O la mitad de New York. ¿Quién sabe?
 
 Incluso me cargó hasta la habitación. Y está muy arriba.
 
 Me pregunto que habrá sentido parado en el ascensor durante diez minutos con una semi-incosciente yo murmurando Ah-ah-ah-ah stayin' alive.
 
 Incómodooooooo.
 
 Olía a vainilla. Me gusta la vainilla.
 
 ...
 
 ...
 
 ...
 
 Ahora tengo hambre.

 -Agh.-suelto. Me paro y voy a dar una ducha. Salgo y me pongo un par de leggings negras, mis botas de siempre, una camiseta ajustada negra y una sudadera rojo oscuro. Me recojo el cabello en una cola de caballo y preparo un café en la maquina de la enfermería. Luego le robo varias aspirinas del gabinete de primeros auxilios a Rosemary, quien, para ser justos, hace días que no se anda por aquí.

  Derramo todo lo que quedaba de alcohol de la petaca vieja en el café moka, que tampoco era tanto, y lleno la nueva, poniéndola en mi bota. Por las dudas, guardo la vieja en la maleta.
Así, salgo del dormitorio y me dirijo a la sala de reuniones, esperando tener, al menos una vez, una reunión tranquila.

  Paso por enfrente de Reg que me saluda con la mano y le devuelvo el saludo, mientras me tira una bolsa de papel madera. La abro y veo un pastelito de chocolate. Dios, si es como el del otro dia, son geniales. Adictivos. ¿De donde los sacara?

  Articulo un muchas gracias con los labios y doblo en un recodo rápidamente para llegar a la sala. Para mi sorpresa, y la de Natasha, Bruce y Frappuccino, que ya están ahí, bastante ocupados, llegue a tiempo. Hasta llegue antes que Fury.

 -Buen dia, Nat.- Ella me sonríe, levantando la vista de el cañon de un arma que evidentemente esta limpiando.- Holis Bruce.-El me saluda con una sonrisa y veo que junto con el presidente Snow están revisando archivos. (Ja, Snow: Nieve. ¿Lo entienden? ¿LO ENTIENDEN, CARAJO? Me estoy quedando sin ideas para apodos, no me juzguen).

 -¿Cómo dormiste, Sam?- me pregunta, mientras me tiro en mi asiento y compruebo que tanto yo como el Capitán hemos decidido ignorarnos. Bien, está resultando ser un día productivo.

 -Como la mierda.-respondo, tirándo el puñado de pastillas blancas, el café que sospechosamente huele a chocolate, canela y whisky, y la bolsa de papel.

 -No me digas que también tienes adicción a las drogas. - suelta el rubio.

 -Agh, no molestes, Rogers. Mi cabeza me está matando. Son solo...¿qué?¿diez aspirinas?

 -Tu cabeza te está matando por lo que hiciste anoche.- canturrea por lo bajo sin mirarme, y con una expresión que significa "Te lo dije" pintada en el puto rostro.

 -Te ruego que te calles. Por una vez en tu vida.-Y me trago las diez pastillas con el café, en pequeñas tandas.

 -No deberías mezclar drogas con alcohol.

 -No deberías mezclar tus asuntos con los míos.

 -Pues no eran tus asuntos ayer cuando tuve que ayudarte a subir cincuenta y ocho plantas porque intentaste volar y te estrolaste contra el piso.

 -No te pedí que me ayudaras.Me podía arrastrar hasta arriba sola, ya lo he hecho antes.- Y con eso dicho, abro el paquete y saco el muffin.

  En ese momento Fury entra por la puerta y por un momento me mira sorprendido. Luego cambia a sospecha cuando se fija en el pastelito.

 -¿Podrías hacerme el favor de dejar de robarle a mis agentes?- dice desganado.

 -¡Hey!-reclamo- Éste me lo regalaron.

 El Capitán y Brucie levantan la cabeza y Fury pregunta:

 -¿Quién?

 -Reg.- están en blanco.

 -¿El lindo del piso de abajo?- dice Nat, causando que ahora no solo me miren a mi, sino a las dos.

 -Ajá.- respondo con una sonrisa. Me vuelvo para enfrentar a los tres estático hombres de la habitación.-El agente Carlile.- explico lentamente, como si tuvieran cinco años.

 -¿Carlile?

 -¿De abajo?

 -¿Lindo?

 Si pueden conectar la pregunta con el hombre confundido, se ganan un premio. En serio, por favor.

 -Si, si y si.- Respondemos con Nat al mismo tiempo. Separo la mitad del muffin y le ofrezco a Nat, quien acepta agradecida con una sonrisa. Justo entonces es cuando Tony y Clint entran y yo tengo mi momento de gloria.

 -¡JA!-Grito.-No fui la ultima hoy, lalalala.

 Me miran en shock. Por lo que dejan ver los cafés de Starbucks en sus manos y las sonrisas en sus caras, pensaron que no importaba que tan tarde llegaran, porque yo iba a llegar mas tarde que ellos siempre. Perdedores.

 -Pe-pero...-Muy tarde. Al fin Fury se va a agarrar la bronca con alguien que no soy yo.

 -Stark, Barton, ¿dónde mierda estaban?- Comienzan a farfullar excusas, pero El Amante de Cuero n° 1 del país los corta. -No, ¿saben qué? No me importa. Tan solo siéntense y déjenme tener una reunión en paz.

 Los dos obedecen y no puedo evitar pensar en que Fury los tiene controlados a todos.

  ¿Qué?

  ¿Qué a mí también?

  ¿Cómo que hipócrita?

  ¿Quién está contando la historia, eh?

 -JORDAN.

 Exacto, Jordan.

 -JORDAN, VUELVE A LA TIERRA, POR DIOS.

 -¿Eh, qué?¿Qué pasó?- Despabilate, nena.

 -Te dije que no mezclaras pastillas con alcohol.-vuelve a canturrear el Capipaleta.

 -Tus cejas se queman, Rogers. -digo y hago aparecer fuego sobre ellas. En realidad no le estoy quemando las cejas, sino me matan. Como parte de mis poderes puedo crear como una "capa" alrededor de los objetos para que no se quemen. Parece que se están incendiando, cuando en realidad ni una pizca de fuego las toca. Cool para actos de ilusionismo, por si quieren contratarme.

  Y...todos entran en pánico.

  Rogers empieza a correr por la habitación intentando quitarse el fuego del rostro y gritando algo de "Dios, mi cara." Tony se desternilla de la risa en el piso junto conmigo, y Bruce está intentando no reírse también, pero no puede. Mientras tanto, Fury murmura algo sobre tener una puta reunión tranquila y que somos todos peores que nenes de jardín de infantes.

 Nat está riéndose también, pero logra parar al tipo de la barbacoa de cejas y tirarle su vaso de agua en la cara. Bueno, es MI fuego, asi que eso no lo va a parar tan fácil. Las cejas se vuelven a prender enseguida, sin que nadie se de cuenta de que si, se apagaron, y en realidad están intactas.

  Para mala suerte del Capitán, Clint, (y estoy segura de que con las mejores intenciones del mundo) decide tirarle frappucino en el rostro, para seguir con el ejemplo de Nat, con tanta mala suerte que agarra MI moka caliente, quemándole la cara a Rogers y haciendo que las llamas suban mas, porque tiene alcohol. Como resultado de esto, Estrellita Donde Estás se pone más histérico todavía y le empieza a gritar, así que Clint se asusta y viene a esconder detrás de la mesa con nosotros.

  Decido que ya fue suficiente y apago el fuego. Todos se dan cuenta y Rogers se empieza a palpar la cara rápidamente, así que lo tranquilizo, como puedo, entre las risas.

 -Tranquilo, hombre. No te quemé las cejas. Están igual de peluditas que siempre.

 Mientras intenta recuperar el aliento, me laza una mirada asesina y no dice nada. Yo le saco la lengua, y, a una orden de Fury, todos volvemos a nuestros lugares.

  Fury toma la respiración mas larga de su vida mientras con Tony intentamos no seguir riéndonos.

 -Una reunión. Una puta reunión.

 Baja la cabeza y suspira de nuevo.

 -No importa. ¿Saben qué? A partir de ahora, cada vez que pase algo así, voy a ignorarlo hasta que termine y seguir como si nada. Sigamos trabajando, entonces. Stark, Banner, según la doctora Foster, ya encontraron una manera de comunicarse con Thor, y estará aquí en unos días para ayudar en lo que pueda.

 Brucie y Tony asienten.

 -Barton, Romanoff, Rogers. Prepárense. Quiero que visiten una de las bases de HYDRA que descubrimos hace poco y neutralicen a los enemigos. Saquen cualquier cosa de importancia. Los voy a mandar con refuerzos, de todas maneras.

 Frunzo el ceño.

 -¿Y yo que hago? No me arrastraste hasta acá para que no haga nada ¿no? Me voy a poner gordita.

 -Tú entrenas.

 -No necesito entrenar, puedo ir directamente a una misión.

 -No pienso enviarte en una misión sin preparación adecuada.

 -¿No crees que si no tuviera la preparación adecuada ya estaría muerta? Ya sé cómo entreno, tan solo mantenme activa y listo. Nada de dietas especiales o regímenes de ejercicios.

 -Ya sé que nada de dietas especiales. Te comiste dos pizzas enteras sola la otra noche.

 -¿¡Cómo mierda sabes eso!? ¿Pusieron un sensor en mi estómago?¿Pusiste un sensor en los estómagos de todos?¡Paren, no coman ni tomen nada, deténganse!- Clint frena una dona a medio camino de su boca, aterrado.

 Brucie se mira sospechosamente la barriga, seguramente haciendo cálculos en su mente sobre como introducir un sensor en el estómago de alguien.

 -Nadie tiene sensores...-empieza Fury.- Tenemos cámaras, Jordan. Como dije, entrenas y después te mando en una misión. No molestes.

 -Molestar es mi especialidad. Voy a molestar a todos en esta habitación hasta que me mandes en una misión. ¿Ves?-y empiezo a despeinar a Tony.

 -¡HEY! Despeina al Capipaleta, no a mi.

 -Pero Tony, si despeino a Rogers se le va a caer el pelo. Uno nunca sabe, a esa edad...-nos reímos con ganas y Fury nos lanza una mirada.

 -Está bien. Te entrenas, pasas por un examen y si apruebas, vas en la próxima misión. La sala de entrenamiento esta abajo, vete, vete. Hoy no hay nadie, la tienes para ti solita.

  Me despido de todos con la mano, despeinando una vez mas a Tony y les deseo buena suerte a Clint y Nat mientras me alejo.

  La verdad es que ya estoy vestida como para entrenar, así que bajo directamente. La sala está vacía, ni siquiera están prendidas las luces.

  Hay colchonetas en el piso, un gran ring en el medio, y algunos sacos de boxeo colgando por ahí, además de algunos muy golpeados apilados en un rincón. Me pregunto quien los habrá puesto ahí. Hacen falta dos personas minimo para levantar todo ese peso.

  Saco mi iPod del bolsillo de la chaqueta, me la quito y la apoyo a un costado. Pongo el aparato en un bolsillito que tiene la camiseta y empiezo a buscar música mientras entro en calor.
 Me acerco al saco de boxeo mas cercano y empiezo a aporrearlo.Como siempre, mis pensamientos empiezan a divagar y caen rápidamente en Jimmy. Era un buen hombre. Llego al bar casi por error, buscando trabajo para sobrevivir. Nos dimos cuenta y lo ayudamos. A veces hacemos eso.

  Es lo que hicieron conmigo.

  Después pienso en que pedazo de tarado que es el capitán Steve Rogers. Me saca de quicio. Me altera tan solo imaginarme su rostro. AGH.      

  Acuchille a la inocente bolsa de entrenamiento sin siquiera darme cuenta. Hay arena saliendo de todos lados. Decido descansar un poco cuando veo que pasaron como dos horas. Me dirijo hasta el ring y me acuesto en el medio, cansada. Ni siquiera me saco los auriculares, así que la música sigue sonando, pero no la estoy escuchando realmente.
 
  Esto es aburrido. Espero que no vaya a ser así todos los días y que Fury sepa que es lo que tiene que hacer conmigo, porque así no va. Me aburro y todos sabemos que pasan cosas malas cuando me aburro.
 
  Empiezo a caminar desganada por todo el ring dando vueltas, en un estado como semi dormida/semi zombie y vuelvo a caer de nuevo en el centro.

 -UGGHH.

 Decido ir a fijarme si Clint o Tasha volvieron de la misión. Me doy una ducha en la salita del hospital, me pongo mis jeans y una camiseta de alguna banda que ya esta demasiado desdibujada como para saber cual es.
 
  En cuanto salgo por la puerta, me encuentro con Reg. Esto me viene bien.

 -¡Reg! Gracias al cielo, estoy mas aburrida que Hermione en un partido de Quidditch.

 Se ríe y me calma con las manos.

 -Tranquila, Sam. Sigo de servicio. Vine a llevarte a tu nuevo departamento. Junta tus cosas.

 Pongo cara de enojada.

 -Pero no quiero un departamento nuevo. ¿Dónde esta?

 -Como por el centro, aquí en Manhattan.

 -Ugh. Bueno. Pero manejo yo. Nadie maneja a Patrick mas que yo.

   Asiente y yo acomodo y empaco todo bien rápido. No es como que hubiera sacado cosas de la valija. Vamos hasta la camioneta hablando tonterías y decidimos ir a por un café antes del departamento.

  Fue muy divertido, la verdad. Reg es una buena persona, y lindo. No voy a contarles de lo que hablamos. Sería demasiado largo. Metiches.

  Cuando finalmente llegamos al edificio, es algo tarde. La verdad no es un gran qué. Mi departamento esta en el segundo piso, la entrada es la B de una de las tres puertas del pasillo verde oliva. Hum, voy a tener que escribirle un 221 adelante a eso. Porque Sherloooooock.

  Buenis, me calme.

  Reggie me deja las valijas y las cajas dentro y luego de preguntarme si no quiero ayuda, se vuelve al trabajo, con la promesa de ir a cenar en la semana.

  Resuelvo acomodar un poco el lugar, que no es muy grande. Una cocina-comedor-living, un baño, y una habitación. No se si pedir comida china o mexicana. O quizás pizza.

  Meh, las tres.

  Ahora, ordenar mientras comes comida internacional y bebes alcohol solo podía ser completado por algo mas.

  Musica. Musica a todo lo que le da el volumen.


  Mientras alguna canción de los ochenta sonaba por los parlantes y yo estaba en pijama con un taco en una mano y una cerveza en la otra, saltando en el sillón y gritando. siento que golpean pesadamente la puerta. Ruedo mis ojos, manteniendo el taco en la boca y abriendo la puerta con la única mano libre que me queda, quedo ahí plantada con mi cola de caballo desecha y mi pijama de ositos enojados, mirando como el Capitán América me mira de arriba abajo entre confundido, sorprendido, resignado y enojado.

  Justo como lo estoy mirando yo ahora.

  Salvo que yo estoy atragantándome con un taco. Rubiecito me da un golpe en la espalda que creo que me hizo digerirlo de una, y luego pregunta:

 -¿Qué estas haciendo aqui?

 -¿Cómo que qué estoy haciendo aquí? ¿Qué estás haciendo tú aquí? Ya van dos veces seguidas que me arruinas los coros.-Lo único que faltaba, que el musculitos venga ahora a llevarme a algún lado o darme un sermón. Ni siquiera se si hice algo. Ruedo mis ojos otra vez cuando noto la puerta del departamento de enfrente abierta. Rápidamente me escondo detrás del marco de MI puerta y me asomo un poco.

 -¿Qué haces?-pregunta el capitontin, confundido como un oso en una convención de tapados de piel.

 -El vecino...-susurro. -El vecino...podría estar bueno.

 Y él solo se queda ahí, parado, riéndose como idiota.

 -¿Qué? Si está bueno no puedo dejar que me vea así, estoy horriblemente de entrecasa. Más que de costumbre.

 -Jordan...al vecino no le importa que estes despeinada, la verdad.- Se ríe más.

 -¿Cómo lo sabes? ¿Lo conoces? ¿Está bueno? ¿Es gay?¿Es gay no?- lo bombardeo con preguntas rápidamente y analizo su rostro- Oh,no...¿está bueno Y es gay cierto?-comienza golpearme la cabeza contra la pared- ¿Por qué...siempre...me...pasa...lo...mismo...ya van dos veces...agh...

 De repente se pone serio.

 -¡Hey, no! No soy gay.

 -¿Qué tiene que ver que tu no seas...?-abro los ojos de golpe.-No...voy a asesinar a Fury.

 Se da vuelta y entra al departamento de enfrente, y sin mirarme dice:

 -Bienvenida al vecindario.

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