Capítulo quince - Jordan y Rogers vs. los pulpos de HYDRA
La mañana siguiente, intento salir del edificio sin encontrarme con Rogers, porque prefiero ignorarlo hasta nuevo aviso. ¿Quién se cree el tarado? Siendo atractivo sin avisar a las personas...yo no firmé para esto.
Ya en SHIELD, estaciono y me encuentro con un apurado Reg que antes de seguir corriendo váyase a saber por qué, me grita sobre el hombro algo sobre que Fury quiere verme.
-Bueno, hola a ti también.-murmuro mientras me dirijo a la conocida sala de reuniones. Clint, Nat y Tony están ahí, el último dedicándome una sonrisita cuando entra y me siento.
-Miren quien se decidió a aparecer...-dice- ¿A dónde te dejaste a Rogers, Sam?
Me enderezo y farfullo, nerviosa. ¿Qué mierda? ¿Nerviosa? Sam, mierda, Rogers ni siquiera está en la habitación. Calma, Dios.
-No sé de qué mierda hablas, Ton.
-Claro que no...es que como los dos desaparecieron ayer y no los volvimos a ver...-declara, haciéndose el inocente.
-¿Se pusieron cariñosos? Sin detalles, por favor.-Interviene Clint. Ah, no. No él también.
-¿Q-qué? No. Por supuesto que no. ¿Con el insoportable de Rogers, en serio? Ew.- disimulo.
-Tranquila, Sammy, tan solo jugamos. Obviamente no te gusta Steve.- dice Clint, aunque su tono me hace sospechar. La Viuda me da una mirada extraña, como si fuera a decir algo, pero la corta la llegada de Fury, Bruce y St...ROGERS, que vienen los tres juntos charlando animados.
El rubio me dirige una sonrisa pequeña y se sienta en la silla que está a mi lado, pese a que hay muchas más vacías. Esto provoca que el estúpido de Tony, a quien voy a matar en cuanto termine la reunión, me miré y eleve las cejas. Sin mucha razón e indirectamente, me enojo con Rogers también. Me enojo con todos, estoy de mal humor.
-Bueno, en vista de la información que recibimos ayer de Loki, nuestro próximo paso es, obviamente, descubrir en qué base de HYDRA está el cetro. No podemos dejar que lo utilicen, porque no sabemos la magnitud que tomará todo entonces.-comienza Fury.
-¿Todavía no se sabe con quién quieren comunicarse?- pregunta Clint. Bruce niega con la cabeza.
-Investigamos lo que pudimos, pero todo es demasiado vago como para estar seguros. Es decir, miren a Thor. Hace un par de años ni siquiera concebíamos la idea de que existiera. ¿Quién sabe que otras cosas hay allí afuera?
-¿Y Thor?¿En dónde está?- cuestiono, recibiendo de respuesta que está junto a Loki porque no le quiere sacar los ojos de encima.
-En cuanto terminemos con Loki y estemos seguros de que no puede ayudar en nada más, Thor se lo llevará para que enfrente a la justicia asgardiana.-agrega Fury.- Aún así, ni siquiera estamos seguros de cuántas bases tiene HYDRA en Europa del Este.
-Es probable que muchas, si pensamos en que ese fue el lugar de nacimiento de la organización. -dice Cabellera Rubia Al Sol, mientras el Parchís asiente.
-Así que por ahora, vamos a movernos por esta zona. La próxima misión es en unas horas, en un búnker subterráneo que HYDRA tiene en las afueras del Bronx. Rogers, Jordan, ustedes dos van. También envío a un par de agentes, por las dudas, pero no debería ser difícil. Procuren ganar información antes de liquidar a todos. El objetivo principal sería mapas o coordenadas, lo que puedan. Y que no sea como la última vez.
Ruedo mis ojos y doy un reconfortante traguito a la petaca, que hace recorrer un calorcillo por mi cuerpo.
-Si no la cago, supongo que irá todo perfecto, Nicky.- Rogers me mira extrañado con esa estúpida cara suya y salto bruscamente- ¿Qué, no vas a decirme nada sobre el whisky hoy, Tweety?
-¿Qué te pasa?
-A mi no me pasa nada. Concentrate en Tus asuntos, y deja de molestar a la gente, Rogers.
-¿Por qué siento que QUIERES discutir?- pregunta, irritado. Bueno, boo hoo, yo también estoy irritada, pendejo.
-No quiero discutir. Créeme, tengo mejores cosas que hacer.- las cabezas de todos comienzan a ir de un lado a otro como partido de tenis de nuevo y Fury arroja los brazos al aire, frustrado.
-Estás siendo odiosa, Jordan.
-Tú estás siendo odioso.- retruco, enojada.
-Claro que no.-Se indigna, y se gira a mirarme.
-Que si.
-Que no.
-QUE SI.-Grito, parándome.
-QUE NO.- Se pone de pie, ahora mirándome hacia abajo.
-QUE SI.- Sigo, con los ojos fijos en los suyos, llena de rabia.
-QUE NO.
-Ehm...¿chicos? ¿Y si...
-¡CÁLLATE BRUCE!- Nos giramos y le gritamos los dos, antes de volver a mirarnos con odio.
-LO SABIA, SABIA QUE SEGUIAS SIENDO TAN INSOPORTABLE COMO EL PRIMER DIA.
-BUENO, MIRA QUIEN HABLA. HAZME UN FAVOR Y CALLATE UN POCO.
-NO PIENSO IR EN UNA MISION CONTIGO, DEMENTE.- me grita, y sale de la habitación.
-BUENO, YO MENOS, PEDAZO DE SOLDADO DE PACOTILLA.- Exclamo, aunque ya se fue. Resoplando, y sin prestar atención al resto, me voy por la puerta y me dirijo hacia el lado contrario que tomo el estúpido del cubo de hielo rubio.
Resulta que mucho no importa que no queramos ir en una misión juntos, porque al parecer a Fury eso le pasa por donde no se ve el sol. Según él, o vamos enteros o "en cachitos, pero juntos igual". Lo único que quiere es su puto mapa, así que no hay excusas.
La Escultura de Hielo, Reg, otro agente y yo subimos a una van negra y comenzamos el silencioso pero incómodo viaje por el puente Henry Hudson desde Manhattan hasta el Bronx. Pese a los patéticos intentos del agente anónimo, Rogers no dice ni una palabra, y yo apenas le contesto a Reg con "Hm" o "Ajá", así que entiende la indirecta y se dedica a hablar directamente con el otro tipo.
Cuando llegamos al lugar, veo que es simplemente un edificio bastante desolado, una vieja fábrica por lo que se ve, rodeado por un alambrado sencillo, y sin guardias cuidando el perímetro. Claro que eso es antes de que Reg me explique que en realidad, la base de HYDRA está debajo del arruinado edificio de ladrillos.
-La mayor parte de los agentes se van de noche, así que va a convenir esperar un par de horas. Hasta lueguito. - abre la puerta y la brisa que viene de afuera le desordena un poco el castaño cabello.
-¿Qué?- pregunto, asombrada, mientras veo como él y el agente sin nombre bajan de la van dejándome sola. Bueno, con Rogers.
-Nosotros vamos al puesto de vigilancia. Tienes un comunicador, si algo sale mal, nos avisan y entramos. Esperen hasta las siete y van.- Rogers va a protestar, pero Reg lo corta, sin tiempo para sus idioteces- No son órdenes mías, Capitán, son de Fury. Así que sígalas.
Me dirige una última mirada de lástima y se va. Negada completamente a dirigirle la palabra al estúpido que tengo al lado, me vuelvo en el asiento trasero y decido dormir un par de horas.
-Arriba, Jordan, vamos.- Me despierta la voz que en este momento me parece la más molesta en el universo. Con un gruñido, me doy la vuelta y salgo de la camioneta. Noto por primera vez que el otro ya tiene puesto su uniforme, aunque en lugar de ser rojas las botas son marrones, y está bastante mejor que el que le vi la noche del museo, que era de un azul más brillante.
Miro hacia abajo a mis gastados pantalones cargo verde guerra, camiseta sin mangas y chaqueta negras, además de las botas. No es lo que llamarías uniforme de superhéroe.
Aunque yo también mejoré desde la última vez.
Lavé la camiseta.
¿Eso cuenta?
Me acomodo una pistola en la cintura, por las dudas. Un cuchillo en cada bota, y por supuesto, mis poderes. Ese es todo mi armamento. Hago un par de bolas de fuego para practicar y las lanzo silenciosamente contra la padres detrás de la cual está escondida la van, dejando marcas negruzcas. Todo en orden, todo perfecto.
El muelle da un poco de miedo a estas horas, completamente a oscuras, con las figuras de cajas de madera que nunca llegaron a destino repartidas por ahí, y la figura de Queens recortándose contra la costa opuesta.
-Bien. Escúchame. No quiero sorpresas ahí dentro. Nada como lo de la última vez- comienza, pero yo no estoy de humor para sermones.
-Lo de la última vez NO fue mi culpa. No sé si recuerdas bien por la edad, pero la historia incluía a un viejo que aparentemente NO estaba paralítico y además era de HYDRA. Eso es a lo que yo llamo un giro bastante imprevisible. Y no me vengas con ninguna de tus mierdas de hacerte caso ni nada por el estilo, porque no pienso seguirte a ningún lado, no eres mi jefe. Este trabajo es sobre robar un puto mapa, y creo que de los dos, la que más sabe de robar cosas soy yo. Así que te callas, caminas y te dejas de molestar.
Se queda callado y levanta las manos en defensa. Sin prestarle atención, entro con paso decidido al edificio, mientras él chequea por agentes de HYDRA, y me quedo ahí, sin saber qué hacer.
Mierda.
-Bueno- paseo mi mirada por un par de mesas abandonadas y el piso empolvado. No hay nada ni nadie más aquí. -Bien. Necesitamos...eh. Una entrada. Si...Eh, Rogers.
-¿Si?- inquiere, con una sonrisa autosuficiente en la cara, como si ya supiera que le iba a preguntar, dándome ganas de pegarle un puñetazo. Con un ladrillo.
-¿Por dónde mierda se supone que entremos?- Bastante me duró el liderazgo. Dos minutos y tuve que pedir ayuda. - Es decir, calculo que tienen una entrada super secreta, oculta por símbolos extraños que solo saben descifrar ellos, o una contraseña complicadísima o...- Me toma de los hombros y me gira, enfrentando el polvoriento suelo de cemento-...o quizás tan solo esté debajo del gran símbolo de HYDRA pintado en el piso, eso también es una posibilidad.-
Rogers tan solo hizo un ruidito de afirmación, y removiendo una pequeña cerradura, abrió lo que era, efectivamente, una trampilla debajo del gran símbolo del pulpo.
Porque no me jodan, eso un pulpo. Ahora, ¿no tendría más sentido poner una hidra en el símbolo y no un puto pulpo? ¿Me quieren decir quién mierda se asusta de un pulpo? ¿O de un tipo con un emblema de un pulpo en el pecho?
Al menos SHIELD tiene un águila. Yo tengo un fénix, no sé. Cosas más fieras que...un pulpo.
Rogers me chasquea delante de la cara. Al parecer me desconecté un rato pensando en criaturas marinas. Me hace una seña para que haga silencio y, con la cabeza, me hace entender que baje.
Lanzando un último vistazo a la fábrica, tomo aire y me deslizo por la escalera empotrada a la fosa debajo de la trampilla. Está bastante oscuro, y la escasa luz que venía de arriba queda algo tapada ahora que Rogers viene bajando por encima de mí, pero al menos el lugar es amplio, y no me va a agarrar una claustrofobia de aquellas.
Como yo soy una persona que, bueno....se mete a muchos lugares sin permiso, ya me he encontrado con un par de entradas así a lo largo de mi vida, e incluso también un par de veces que tuve que bajar al drenaje de Manhattan. No lo recomiendo. Lo malo de este tipo de aberturas es que uno cuenta con muy poca protección, porque lo pueden atacar desde abajo. Así que a medida que bajamos, me voy preparando para reaccionar rápido.
Siento que el rubio me tira un par de miraditas desde arriba, como queriendo que comprobar que voy bien, o quizás para hacer una de esas secuencias que pasan durante los momentos dramáticos, cuando dos personas se miran fijamente y asienten, como para afirmar que todo está okay. Pero no pienso verlo, que se meta la escenita en el patriótico culo.
Finalmente, y aleluya, se ve un círculo blanco a mis pies, que resulta ser nada más que el suelo de la bendita base. Ya sé que va a haber como media docena de agentes esperándonos, porque calculo que habría cámaras arriba. Me preparo para saltar de la escalera, y caigo con un ruido sordo, el Capitán a mi lado.
-Eh...¿Alguien pidió dos grandes de queso?- pregunto, a los, veamos...seis, no, siete guardias enmascarados que nos apuntan con armas que no había visto en mi vida. - No me digan que nos equivocamos de dirección.-me giro para ver a Rogers.- Le dije a ese estúpido que doblara a la izquie...- No puedo terminar debido a la ráfaga de tiros que nos lanzan, resonando contra el escudo de Rogers. Sonrío y preparo el calor.
Me pongo en cuclillas, quedando momentáneamente, debajo del escudo, y lanzo cinco ráfagas de fuego. Todo queda momentáneamente en silencio, mientras cinco cuerpos chamuscados caen al suelo, y los dos guardias restantes bajan las armas, confundidos. Ricitos de Oro se ocupa de ambos rápidamente, con movimientos que comprueban que vio Kung Fu Panda, porque obviamente se los robó de ahí. Cuando termina, se voltea a verme, mientras yo levanto a uno de los guardias liquidados y lo miro con una sonrisa.
-¡Le hice un agujero!- lo observo a través del círculo humeante que quedó en medio del torso del tipo y hago un intento de silbar impresionada. Lo que no funciona, porque no se silbar.- Mira esto, impecable. Circunferencia perfecta.
Las manos del Capitán caen a sus costados mientras me fulmina con la mirada.
-Jordan, deja ese cadáver en el piso.- No lo escucho y sigo jugando con el tipo, moviéndole los brazos y eso, mientras él intenta avisar a Reg que entramos por el intercomunicador.
-Carlile, ya estamos adentro. Hay siete bajas enemigas, y no ha llegado ningún refuerzo por el momen...¡Jordan, deja de jugar con el tipo muerto, mierda!- me río cuando se oye un ¿QUÉ? Algo ahogado de Reg, proveniente del otro lado de la línea. Dirijo las manos de Queso Suizo (si, le puse nombre) a sus mejillas, como si estuviera sorprendido, y exclamo:
-¡Qué grosero!
Rogers me mira como si estuviera loca, mientras intenta explicarle a Reg lo que está pasando, y yo paso la mano por el agujero.
-Adentro, afuera, adentro, afuera. Qué precisión, le evaporé los riñones.- El rubio termina la comunicación y me agarra del brazo, alejándome de Quesito y arrastrándome por medio pasillo.
Voy mirando a mi alrededor, el corredor es básicamente igual a los de SHIELD, salvo que aquí todo es blanco, blanco y más blanco. Las luces reflejan contra los azulejos, hiriendo los ojos si uno los mira por mucho tiempo, y además se respira un aire enrarecido, típico de los ambientes subterráneos. Cuando llegamos a una encrucijada, me levanto.
No hay ningún letrero, ni nada que nos indique hacia dónde ir, así que sin más, me dirijo a la derecha. Por supuesto, el Capitán tiene otras ideas.
-No, izquierda. - me dice, una mirada plasmada en sus ojos que dice que está harto de mí. Bueno, yo también me harté de él.
-Derecha.
-Jordan, dije izquierda, y vamos hacia la izquierda. Ahora apúrate antes de que lleguen más guardias.
-Vamos. Hacia. La. Derecha.- remarco, plantando un pie en el piso y cruzándome de brazos.
¿Parecemos niños de cinco años? Si. ¿Voy a ceder? Ni muerta.
-¿Puedes dejar de ser tan exasperante y hacerme caso por una vez en tu vida? -Se pasa una mano por el cabello rubio ceniza, exhalando furioso y agrega - Vamos por la izquierda, y SE
ACABÓ.
-DIJE QUE VAMOS POR LA DERECHA Y VAMOS A IR POR LA...-Mientras le grito, llegan los refuerzos del grupo anterior por mi espalda y comienzan a disparar, causando que salga corriendo y arrastre al Capitán de un brazo.-MEJOR VAMOS POR LA IZQUIERDA.
-TE DIJE. -Me grita, mientras nos cubre con el escudo y seguimos corriendo. Liquido a un par de guardias más que nos salen por los costados, quemándoles el rostro y cuando perdemos a los que vienen atrás en un recodo, nos metemos dentro de una oficina. El Capi le da un escudazo al tipo sentado detrás del escritorio y lo deja contando estrellas. Lo empuja fuera de su silla y me hace una seña con la cabeza para que investigue la computadora mientras él hace guardia en la puerta.
-Bien. Así que...¿qué es exactamente lo que buscamos?- pregunto, con el ceño fruncido, mientras comienzo a abrir carpetas. Por suerte el tipo ya había ingresado su contraseña, pero aún así muchos archivos están encriptados, lo que es una patada en los huevos.
-Si puedes, la ubicación exacta del cetro. Sino, bases de HYDRA que estén en Europa del Este. Va a ser insoportable, pero tendremos que hacer el trabajo manual y visitar cada una de ellas.- responde, espiando por la ventanita de la puerta. No es que se pueda ver mucho, porque es de vidrio esmerilado. El resto de la oficina, cuyas paredes gris blancuzco son iguales a las del exterior, da una vibra que no cuadra. Es como que intentaron compensar lo frío de las paredes, el aluminio de las puertas y ventanas, y las luces; con muebles de caoba, sillones de terciopelo verde de estilo victoriano y libros antiguos en las estanterías.
Okay, resulta que los tipos tienen encriptado hasta el menú del almuerzo. No se toman la seguridad a juego, así que pulso el botón del intercomunicador y le pido a Reg que me comunique con Tony, recibiendo una mirada molesta de Rogers.
-¿Alguna razón para que me distraigas de mi super importante ejercicio?- Me llega su voz. Se que una mirada extrañada se posa sobre mis ojos, y lo mismo pasa con el rubio cuando pregunto en voz alta:
-¿Estás...haciendo ejercicio?
-...Estaba jugando a la Wii.- Con razón. Moviendo la cabeza para volver a concentrarme en el problema que tengo enfrente, lo consulto:
-Escucha Tony, tengo que encontrar la ubicación de unas coordenadas, o al menos un mapa, en la computadora de este tipo. Las contraseñas no son un problema, pero tiene como quichicientas carpetas y no tengo tiempo de revisar todas.
-Okay. Quiero que conectes la punta del intercomunicador al puerto USB de la computadora. JARVIS hará lo que pueda.
-Metiste tecnología Stark en cada pedacito de SHIELD que tocaste, ¿no, Tony?-sonrío.
-Me gusta estar al tanto de los chismes. Bueno, ¿y?- observo la pantalla, en donde una carpeta en particular se acaba de abrir, bajo el nombre FX387, y al parecer está llena de archivos de texto, cada uno de los cuales necesita una contraseña. Le echo una mirada al tipo tirado en el suelo. Se está quedando calvo, y tiene pinta de burocrático, no de genio de la tecnología. No es muy probable que recuerde tantas contraseñas
-Apurate Jordan. Carlile dice que están llegando refuerzos por jet al puerto, y no pueden derribar a todos. Si sigue así van a tener que mandar agentes de SHIELD para sacarnos, o no salimos.- reclama Rogers, quien ya tiene preparada un arma por las dudas. Se escuchan ruidos en el pasillo, deben estar revisando las habitaciones
-Ya voy, ya voy.- canturreo, mientras abro los cajones del escritorio, intentando encontrar alguna pista para descifrar las contraseñas. Me apresuro, hasta que inspecciono una carpeta azul y se me escapa un "Eureka". Es un registro lleno de combinaciones de letras y números que asumo se corresponden con cada una de las carpetas de la computadora.
-JARVIS, ¿puedes hacer una copia de los archivos? No hay suficiente tiempo como para desencriptarlos aquí.- Pregunto mientras me meto la carpeta en el amplio bolsillo interior de la chaqueta.
-Ya me adelante, señorita Jordan. Las copias están disponibles en su computadora personal.
-Gracias JARVIS, gracias Tony. Les debo una. Cambio y fuera.- Siempre quise decir eso.
-Jordan. ¿Cambio y fuera? ¿En serio?-Chasqueo la lengua, molesta. Preparo una pequeña pelota de llamas en la mano derecha y me acerco a él.
-Ya está. Nos podemos ir.- Asiente y le da un codazo a la manija de la puerta. Se escuchan sonidos de habitaciones siendo abiertas que se van acercando cada vez más, pero como vienen desde donde llegamos nosotros, en lugar de hacer el camino inverso para volver a la trampilla, vamos hacia el otro lado.
Intento no resbalarme mientras corremos, y presiono de nuevo el intercomunicador.
-Reggie, ya tengo las contraseñas. En cuanto nos libremos de estos tipos salimos, pero necesito una nueva salida, están bloqueando la anterior.
-JARVIS encontró un plano de la base en los archivos más simples que le enviaste. Hay una salida de escape subterránea que lleva a una antigua planta de electricidad del Bronx. Ya envío una van para que los pase a buscar por ahí.
-Dame direcciones, mierda- digo, mientras nos encontramos con tres agentes más. Rogers está peleando mano a mano con el más grande. Entre los otros dos, uno me toma de los brazos, sin dejarme escapar, y el otro me pega un puñetazo en el estómago que me hace gritar una palabra no muy linda no disponible en el diccionario. Concentro calor en mis codos, quemando a Soldado de Hydra N°2, quien me suelta lanzando un improperio. Le doy un rodillazo en los pajaritos para que suelte un par de lágrimas, y mientras está en el piso lamentándose, derrito el plástico de la máscara de N°3.
Grita de dolor, porque supongo que no debe ser muy lindo tener plástico caliente cerca de los ojos, y entonces Rogers le pega un escudazo en la nuca noquéandolo. Le saco la máscara a N°2 y con el dedo índice, enciendo una llamita y le grabo una carita feliz en la frente, antes de que Rogers me arrastre lejos de los diez nuevos guardias que llegaron.
-¿Reg? ¿Algo para compartir?- pregunto, casi gritando, cuando nos acorralan también por atrás. Mi espalda se pega ala del Capitán, que irradia casi tanto calor como mis manos. Las llamas fluyen a una velocidad extrema, estelas naranjas y bombas brillantes que explotan al chocar contra los cuerpos enemigos. Formo una fina jaula de fuego a su alrededor, para luego cerrarla sobre ellos y eso desmaya del dolor a un par. Junto poder en la mano derecha y le encajo un puñetazo a uno en el pecho, quemándole el traje. Detrás de mí, se escucha el repicar del escudo de Rogers contra las paredes, y los quejidos de los guardias. Sus ojos se conectan con los míos por un segundo y grita:
-¡Abajo!-Me pego al piso sin dudar en sus palabras ni por un segundo, mi cabeza reaccionando instintivamente a su voz, y siento como el escudo pasa volando por encima de mí y le da a un soldado de HYDRA.
-Sam, si doblas a la derecha y pasas dos encrucijadas, vas a encontrar unas puertas dobles en medio del pasillo. Es una cafetería. Entras ahí, y justo enfrente de las puertas por las que entraste, hay un par idéntico. Sal por ahí, y cuenta quince habitaciones, recto por el mismo corredor. En la número dieciséis hay una trampilla igual que la de la fábrica.
-Gracias Carly. Te debo una.- le suelto, haciéndole señas a Frosty para que camine.
-De nada, Jordy. -Dejo salir una risita por el sobrenombre al tiempo que pasamos por el primer pasillo.
-Este lugar es un puto laberinto. Escucha, Rogers. Tengo una salida. - Asiente, con el ceño fruncido, y escucha las indicaciones. Parece fácil.
-Carajo- carraspeo, con los dientes apretados. Los tipos estos parecen Oompa-Loompas, Stormtroopers, los raritos contra los que peleaban los Power Rangers; no se terminan más. Son un montón de pulpos, o al menos así es como se me ocurre que se llaman entre ellos los soldados de HYDRA. Se escucha una explosión a mi derecha, y pedazos de escombro saltan por los aires. No sé quién fue el idiota que pensó que la mejor manera de deshacerse de dos superhumanos era reventando media base, pero si siguen así se va a venir abajo.
Comparto una mirada nerviosa con el Capitán, y nos replegamos, finalmente llegando a la cafetería. Un último soldado rezagado disparando a diestra y siniestra con una Glock 37 del demonio nos obliga a ocultarnos detrás de una mesa de aluminio dada vuelta. Otra explosión se siente a la distancia y comienzo a cuestionarme si realmente no planean hundir todo el maldito lugar.
Por un momento se hace silencio, así que espío un poco así que el tipo recarga, y dispara dos veces contra la mesa, para luego cubrirse detrás de un pilar y esperar. Oigo un par de clicks sordos, y el Capitán me mira en pánico. Se quedó sin balas. Niego con la cabeza, yo también, pero no le puedo apuntar al tipo desde aquí para chamuscarle las rastas. Se escucha una risa áspera y el tipo dispara un par de veces más.
-¿Qué pasó? ¿Los héroes se quedaron sin munición? -grita. Rogers hace un ademán para ir a enfrentarlo, pero no tiene muchas chances, porque el escudo se quedo del otro lado a varios pasos de nuestra posición, así que le pongo una mano en el pecho y lo freno. Bajo la presión del momento, cierro los ojos, y hago un esfuerzo para recordar.
-Dos...más tres, son cinco...- cuento.
-Jordan. Tenemos que salir de aquí, ¿qué haces?-susurra ansioso, y abro los ojos. Cuando lo miro, tomo conciencia de cuanto nos costó la batalla. Está sudoroso, al igual que yo, y hay polvo en su cabello desordenado. El uniforme aguantó bastante, al menos más que mis pantalones, que están rasgados, mostrando una pequeña raspadura que me hice contra el suelo y estaba demasiado ocupada para notar. Por suerte la carpeta se mantuvo segura. La coleta en mi pelo apenas se mantiene, super floja. Veo que uno de los guardias le hizo un corte en el labio, y que un moretón se le está empezando a formar en el pómulo. Dios mío, este hombre es un saco de boxeo humano y ni se queja.
Intento recuperar la respiración un poco, ambos jadeando, y saco una mano por arriba de nuestro improvisado escondite, desatando, como lo esperaba, que el soldado envíe una ráfaga de disparos como acto reflejo.
Me vuelvo hacia Rogers y le explico, murmurando:
-Esa arma tiene una recámara pequeña. Apenas le entran diez balas. Y ya va por la octava. No puedo arriesgarme a pararme y apuntarle ahora, pero en cuanto se quede sin munición...
-Lo quemas hasta el culo. Entendido. Buen plan, Jordan. - Asiente, y yo escondo un sonrisa ligera cuando dice eso. Dirige su mirada hacia el resto de la habitación, y finge que va a tomar el escudo. Rastitas dispara dos veces más y es la oportunidad perfecta.
Me paro y le dirijo dos estelas potentes con ambas manos, dejándolo rostizado en menos de dos segundos, más odio que fuego fluyendo de mí. Me quedo quieta cuando algo no cuadra.
-¿Jordan?- Rogers se para, extrañado, y una sombra cae sobre su rostro cuando lo miro seria. Trago saliva.
-Conté mal.-digo simplemente, mientras la mancha carmesí se extiende por mi estómago.
Las piernas me fallan un poco, y el Capitán me toma de atrás. Comienzo a tomar grandes bocanadas de aire, y una zona del abdomen me comienza a arder, para luego adormecerse un poco. Intento dar un paso, pero un estallido de dolor me recorre del balazo por toda la pierna en el segundo en que apoyo el pie, haciendo que suelte un quejido de dolor.
-No, no, Sam. Tranquila, no pasa nada. Vamos.- me llega la voz nerviosa del Capitán. Antes de que sepa que está pasando, me toma con cuidado y me coloca con cuidado sobre su hombro izquierdo. Largo otro quejido cuando mi herida toca su cuerpo.
-Lo siento, lo siento, tranquila. - recoge su escudo y habla por el intercomunicador, saliendo por las puertas dobles y contando a medida que corre. - Carlile, necesito una ambulancia lista a la salida. Es Sam, le dispararon. -Escucho el sonido algo sordo de la voz de Reg, lo que indica que está gritando, y Rogers lo corta.- Está bien, pero pierde sangre. No te preocupes. Ahora haz tu maldito trabajo, y consígueme una puta ambulancia.- establece, derribando de un escudazo a un guardia distraído.
Un sonido de negación se escapa de lo profundo de mi garganta, y él se lo confunde con dolor.
-Ya llegamos Sam, te prometo que va a estar bien.
-N...nno es eso. El arma, dame su arma.- le pido, gruñendo. - Si vas a cargarme aquí atrás, voy a ser útil.
-Sam...-pone voz de médico preocupado, y lo corto.
-Dame la puta pistola, o voy a empezar a echar fuego, y me voy a quedar sin energía. ¿Quieres que me desmaye y me muera?
Suspira, derrotado, y como puede, me pasa el arma del tipo y un cartucho extra.
-Oh, si, perra.- Digo con satisfacción, mientras apunto. - No te preocupes Rogers, yo te cuido la espalda.
Suelta un ruidito como diciendo "Lo dudo", pero al parecer su mente está ocupada en otra cosa, mientras corre y cuenta puertas. Tengo que frenarme de soltar quejidos cada vez que da un paso, porque duele como la mierda. Se que hace todo lo que puede, lo único que falta es que encima lo moleste.
Le disparo en la cabeza a uno que sale de una habitación, y luego en el abdomen a su compañero.
-NO SE SIENTE TAN LINDO CUANDO TE LO HACEN A TI, EH. -Grito, y el Capitán se ríe debajo de mí.
Finalmente llegamos a la puerta dieciséis, y me intenta bajar con delicadeza para abrir la trampilla con el emblema de HYDRA. Presa de furia, le disparo un par de veces a un sillón que parece caro y me robo un libro, por hijos de puta.
Me echa de nuevo al hombro para bajar, y quedo con la cabeza para abajo. Está caliente, casi afiebrado diría yo, obviamente por todo lo que acaba de hacer.
-Tcht, ojos en la carretera, eh. No va a ser que me mires el trase...eh, AGH, MIERDA.-Otra puntada de dolor como cuchillada me recorre cuando llega al final de la escalera y salta al piso de piedra. Ahora me cambia de posición, y en lugar de tenerme echada sobre el hombro, me carga como un bebé. Cierro los ojos, apretándolos. Duele.
-Aguanta, Sammy, por favor.-A cada paso que da, me vuelve un ardor, y creo que me voy a desamayar. En un intento por hacerle las cosas más fáciles, hago que un par de chispas floten por delante nuestro, para iluminar.
-Hey, no hagas esfuerzos vamos.-dice recorriendo con la mirada la pared, preocupado, mientras busca la salida.
-Nno..no pasa nada. Son solo chispas. Es...lo primero que aprendí a hacer.-Toso un poco, y tomo una gran bocanada de aire, temblando. Me aferra más fuerte y de repente me siento una mierda. Este tipo me está salvando la vida, y yo lo traté para la mierda sin ninguna explicación.- Hey...Steve...
Mira hacia abajo, sorprendido.
-Lo siento...por...-toso de nuevo- hoy. Por ser una perra.- Sonríe ligeramente y cierro los ojos.
-No te preocupes por eso. Ya me acostumbré. Eres una perra ochenta por ciento del tiempo. -Me río débilmente y aprieto los ojos.
-Jódete, Steve.
Tan solo se ríe, y escucho como un par de sirenas suenan cada vez mas cerca. Comienzan a oírse voces y una bisagra de metal suelta un chirrido arriba de mi cabeza.
Mantengo los ojos cerrados mientras me sube a una camilla y siento la voz de Reg, que está dando órdenes a los médicos para que se apuren. Si no me equivoco, me suben a un helicóptero junto a otra persona, al menos por lo que puedo sentir y el rugido ensordecedor del motor.
Y a juzgar por el inconfundible aroma a vainilla, sé exactamente quién el que no me suelta mano en todo el viaje.
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