Capítulo dieciocho - Por qué son tan complicados...
Octubre siempre pasa de una manera especial para los estadounidenses. El aroma a pastel de calabaza, el crujir de las hojas secas en las veredas, y las algo molestas pero de alguna manera hermosas lluvias de temporada. Ah, si...todo el mundo disfruta de octubre.
Yo también lo haría.
SINO FUERA POR EL HECHO DE QUE ME ACABAN DE QUEMAR EL PUTO DEPARTAMENTO POR SEGUNDA VEZ. NO TENGO TIEMPO PARA IR POR AHÍ SALTANDO DE CHARCO EN CHARCO, PORQUE ACTUALMENTE ESTOY INTENTANDO SALVAR LAS POCAS PERTENENCIAS QUE ME QUEDAN TODO GRACIAS A ALGÚN PEDAZO DE INÚTIL QUE PIENSA QUE CERILLAS Y GASOLINA SON UN BUEN REGALO PARA TRAERLE A JORDAN.
Escarbo furiosamente entre las cenizas ya frías que quedaron esparcidas por todo el lugar. Por suerte la estructura más grande no se dañó, sino se hubiera caído abajo todo el armatoste y habría muerto gente. Realmente no tenía ganas de salvar a nadie hoy, así que menos mal. Al parecer el QuemaApartamentos 2000 tiene un poco de modales.
Pequeñas partículas grises no más grandes que un punto en una hoja se levantan del suelo y se elevan perezosamente hacia el cielo nocturno, saliendo a través de un único agujero en la pared, bastante grande, que está situado en la pared de mi sala que da a la calle. Hasta aquí llegan algunos reflejos rojos de las luces de ambulancias y bomberos. Vinieron por las dudas, como dije, no hubo heridos. Además entre Reg, el Capitán y yo sacamos a todos enseguida, sin peligro.
Corro mi mano por la superficie de una de las valijas con candado que utilizo para guardar armas. Agradablemente para mí, estaban al fondo del armario, y hasta allá no llegó la explosión. Pude salvar la mayor parte de mis objetos personales, menos los que estaban en la sala. Nuestra teoría es que colocaron la bomba ahí, o en el pasillo pero muy pegada a mi pared, porque hay más daños en mi living y en el corredor entre mi departamento y el de Steve.
Ah, sí. Steve. Pobre. Le pegó de rebote. Lo único que se le arruinó a él fue la pared que da al pasillo y también un poco de la sala, pero bueno, no es lindo que te exploten un bomba a dos metros de tu sofá. Menos cuando ni siquiera es por tu culpa.
El Capitán está juntando algunas cosas básicas en una caja, igual que yo. Los de SHIELD se están haciendo pasar por Control de Imprevistos, o alguna división aburrida del gobierno, y atribuyeron todo a una fuga de gas. Están recolocando a los civiles y eso, aunque en realidad, ninguno fue afectado por la bomba. Lo que pasa es que no se pueden quedar en el edificio porque como nuestro piso es el del medio, puede haber problemas de estructura y no queremos que se derrumbe con gente adentro.
En cuanto al mejor miembro de los Vengadores y Rogers, nos van a transferir...a la torre de Tony. Resulta que mi hermanito del alma no tiene problema en recibir gente sin aviso porque posee como quichicientos cuartos sin uso aparente en ese lugar. Reg me ofreció quedarme con él, estilo pijama party, pero llamó Fury y dijo que era poner en peligro a más gente y bla, bla, bla. La cosa es que nos cagó, así que recolecté la ropa para dormir, y algunos cambios extra para mañana, y después me voy al edificio Stark. Un escuadroncito de internos de SHIELD que nunca hacen un carajo y tienen pinta de enclenques subdesarrollados se van a encargar de juntar todo el resto, tanto lo mío como lo de Mallitas y de mandárnoslo mañana. Ya les dije que si rompían algo los iba a convertir en una brochette asada de idiotas.
Reg se acerca a mí desde la habitación con un bolso y lo carga junto con la caja que tengo yo, para ir bajando. Se sacó la bandana y se le están empezando a despegar los piercings falsos, además de que se le corrió el delineador un poco por el sudor.
-Hey.- me llama- Voy a cargar esto en Patrick. ¿Vienes? - Paseo la mirada por los bordes chamuscados de la barra de desayunos de la cocina y asiento lentamente. Se pone todos los paquetes en un lado y me pasa el brazo libre por los hombros. - Tranquila. Al menos ahora vas a dormir en una súper torre. Nunca vas a tener que ir al chino de nuevo.
Resoplo por la nariz. Algo de razón tiene. Igual duele que te quemen tu casa dos veces seguidas.
-Pero es que encima no tengo ni puta idea de quien mierda fue.
-En mi opinión...-empieza mientras bajamos las escaleras- ...HYDRA tiene algo que ver. Siempre tienen algo que ver esos tipos.
-Pero pensé que no sabían nada de mi.- lo contradigo, frunciendo el ceño.
-No, no creo que sepan mucho. Pero atacaste un par de sus bases últimamente, ¿no? Quizás alguna cámara de seguridad te captó.
-¿Pero por qué a mí? A Bruce no le queman un carajo y es más importante que yo, más conocido y todo.
-No sé, Jordy. Es todo muy raro. Te digo qué...-sentencia mientras nos acercamos a la camioneta y pone los bultos en el asiento del acompañante.-...ahora vete a dormir. Relájate un poco. Luego hablas con Fury, a ver si se puede clarificar un poco todo esto.
Me trepo detrás del volante y lo miro:
-¿Tú no vienes?- cierra la puerta y habla por la ventanilla.
-Nope. Me pusieron a cargo del escuadrón de nerds que va a juntar tus cosas. Ya sabes, los nuevos internos. Aparentemente soy su supervisor- se ríe.
Prendo el motor, que empieza a ronronear suavemente.
-Ay, sí, por favor. Creo que había uno medio rarito. Cuida que no revisen mi ropa interior.- me da un escalofrío en la espalda. Él se aleja unos pasos para que pueda arrancar y me mira burlón.
-¿Y si yo decido revisar tu ropa interior?- Lo miro de arriba abajo antes de gritar sobre mi hombro y salir de ahí:
-¡No creo que te quede!
A pesar de que son como las once y media de la noche, Tony está esperando en la puerta de la torre como si fuera mediodía. Me hace una seña para que meta la camioneta por la puerta de un garage, y sigue mi curso caminando. Cuando llego al subsuelo, me quedo con la boca abierta. Dos filas de autos en perfecto estado se alinean a los costados, y su valor debe subir como hasta...no sé. No hay números tan altos. La cosa es que son todos muy caros y muy bonitos. Mi Patrick hace un contraste bastante notable, ya que, seamos honestos, está hecho mierda. Avanzo tímidamente hasta un lugar vacío y aparco la herrumbrada camioneta.
Las bisagras chirrían cuando abro la puerta y sin querer le doy con todo al espejo de un Ferrari. Desesperada porque está viniendo Tony, estiro el brazo y lo tiro a la otra punta del lugar, donde cae con un pequeño ruido metálico. Dejo salir un respiro y me estiro para tomar mi bolso y la caja.
Siento un abrazo de atrás y casi suelto todo.
-Hola, Ton.- digo resignada.
-¡Sam! Me enteré que un admirador se fue de la raya y te quemó todo. ¿Estás bien?- pregunta, sacándome las cosas y llevándolas él. ¿Por qué todos hacen eso? ¿Qué no se piensan que pueda llevar dos paquetitos del orto? Dios. Igual no me voy a quejar, menos trabajo para mí.
Suspiro y miro al piso mientras caminamos, con el reflejo de la luz azul del reactor pegándome de reojo. Estiro llevando los brazos hacia arriba y luego los bajo derrotada.
-Seh. Igual no fue para tanto, pero había un súper agujero en la pared, y dormir así en Brooklyn, te la regalo. Gracias por dejarme quedarme, Tony, en serio.
Se encoge de hombros y sonríe. Tiene una manchita de grasa en la mejilla. Debía estar trabajando, porque en lugar de un impecable traje tiene puesta una simple camiseta sin mangas algo gastada.
-Cuando quieras, Sam. Va a ser divertido. Además vas a poder conocer a Pepper. -Ante mi mirada de confusión, agrega- Estamos en...algo. Es...algo, sí.
-Aww, el gran Tony Stark tiene novia. No sabía, bien por ti hermano.
Nos subimos al ascensor y se gira:
-Seh, Seh. Lo único malo va a ser que vamos a tener que soportar al Capipaleta tooodo el día.
-Heh. Sí. Insoportable.-digo sonando poco convencida. Alza una ceja y me clava la mirada, mientras yo empiezo a fijarme en lo interesantes que son las molduras del techo.
-Sam...
-Tony...
-Sam, ¿acaso te gusta el...
Y GRACIAS AL CIELO, uno de los robots de Tony elige ese momento para acercarse rodando lentamente. Trae algo en su pinza y Tony lo observa lentamente.
-¿Qué pasa ahora?-Examina el objeto y pone una cara de "¿En serio?" mientras se da vuelta y me mira. -¿Es este el espejo de uno de los Ferraris?
-Ehm. No. Yo que sé. No se de autos yo, ni idea. Pff ¿Palanca de cambios? ¿Freno? Términos desconocidos para mi. Nope. Nada, no sé nada.
Levanta de nuevo la ceja y resopla. Aprieta el botón con el número 3 y sale del ascensor.
-Voy a arreglar esto y a esperar al Capipaleta. Tú vete a acostar, tu habitación está marcada. Y te puse en el mismo piso que la cocina, no hace falta que agradezcas. MAÑANA vamos a hablar. Ya sabes de qué.
Dejo salir un gruñido y un "¡Gracias, Ton!". A diferencia de los de SHIELD, Tony tiene Iron Maiden como música de ascensor. El viaje es corto, y cuando llego, me agacho para tomar los bultos que Iron Man dejo en el piso a mi lado.
Camino por un ancho aunque no tan largo pasillo, con algunas puertas a los costados, que luego se abre a un gran espacio dividido en una cocina moderna a la izquierda y una gran sala de estar, algo hundida en el suelo, a la derecha. Un poco más adelante, hay una gran terraza con lo que parece es un piso de madera. Pero estoy muy cansada ahora como para investigar. Tendrá que esperar. Me regreso hacia atrás en el pasillo y veo que una de las puertas está marcada con un cartelito de un pajarito en llamas. Me río, porque fue un gesto dulce por parte de Tony. Luego noto que la puerta de enfrente tiene una paleta helada y me río más fuerte, porque ese fue un gesto hijueputa por parte de Tony.
Empujo con mi cadera y entro a la habitación. Es linda, con una ventana amplia que deja ver la ciudad. Tengo mi propio baño, lo que es bueno, además de una gran closet con espejo y mesitas de luz antiguas. Dejo la caja y le bolso a los pies de la cama y me cambio a una remera vieja que uso a veces para dormir. Me siento para la mierda y hasta me duele un poco la cabeza, además de que, ahora que estoy a solas y en silencio, me doy cuenta de que tengo un zumbido permanente en mis oídos producto de la explosión. Ruedo los ojos y me quedo rápidamente dormida en la cómoda cama.
****************************
Cuando abro los ojos, me arden bastante. Tengo todo el cuerpo entumecido. Me giro pesadamente para ver la hora, y con un quejido, compruebo que son las tres de la mañana. El estómago me ruge, así que decido ir a la cocina por calorías y para estirar las piernas.
La nevera de Tony promete, y es como abrir un cofre del tesoro. La luz me pega en los ojos y es un poco fuerte, así que tomo un plato cercano y voy hacia el microondas.
Como siempre que uno se despierta sin pleno uso de sus facultades mentales, tan solo me quedo ahí viendo la bandeja girar y girar. Tan embobada estoy que no escucho los suaves pasos que se acercan por detrás.
-¿Qué estás haciendo?- casi se me sale el corazón del susto por el susurro del Capitán. Está usando una camiseta de dormir, algo que no sé si son shorts o boxers (y no, NO ME VOY A QUEDAR MIRANDO PARA COMPROBAR) y medias. Tiene los ojos cansados y una expresión de no entender nada. Típico de las tres de la madrugada.
-Casi me matas de miedo. Dios.- murmuro. Se escucha un pitido y abro el microondas al mismo tiempo que el abre la heladera y saca una botella de agua. Nos quedamos mirando.
-Sam. Son las tres.-empieza, despacio. Me siento sobre la barra con los pies colgando y el plato a un costado.- ¿Qué haces comiendo pizza a las tres de la mañana?
Me encojo de hombros.
-¿Qué haces tomando agua a las tres de la mañana?- retruco. Rueda los ojos y se sienta en una banqueta justo enfrente mío. Dejo de sacudir las piernas para adelante y atrás porque le pegaría en el pecho. Se relaja y mira hacia arriba tirando la cabeza hacia atrás. Suspiro.
Posa su mirada en mis ojos y de repente se me acelera el corazón. Bueno, intenten ustedes estar calmados con esos dos orbes celestes mirándolos. Apoya el vaso, ahora vacío, y sus brazos quedan en la mesada, reposados a los costados de mis muslos.
-Sam. Dime,¿por qué...por qué armaron todo ese lío con Carlile hoy?- trago un poco antes de responder. Mi mente navega por un par de excusas, pero nada.
-No...no sé. Como que una cosa se fue a la otra y...-tomo otro bocado. Él balancea el vaso sobre la mesa, concentrado.-Creo que no nos salió muy bien.
Suelta una risita.
-No, la verdad que no. Además no creo que haga falta inventarse a una persona para conseguirte un novio.- Se para y parece que está listo para irse. Su brazo roza mi pierna y por poco siento un electrochoque. Frunzo el ceño. Ah, no. Lo tomo del antebrazo y lo obligo a darse vuelta.
-No, no. No de nuevo. Siempre haces eso, y no lo soporto. No entiendo.
-¿A qué te refieres?
-Siempre haces lo mismo. Lanzas una...una..- me enredo con las palabras y él me mira con una ceja levantada, divertido.-UNA FRASE ENIGMÁTICA, ESO. Y me dejas aquí preguntándome qué mierda significa, y la verdad ya me tiene harta, porque ahora seguramente no me voy a poder dormir dándole vueltas, y no se cómo era en los cuarenta pero yo no pienso quedar pacientemente sin hacer nada. Me revienta. Así que explícate, o...no sé. Algo. Dios.
Sonríe de costado y me acaricia el cabello. Claro, total, yo estoy paralizada nomás, no se si de la rabia o de la impotencia. Lo fulmino con la mirada.
Y entonces me besa la mejilla y simplemente se aleja.
-¡Eso es exactamente lo que no tenías que hacer!¿Qué mierda se supone que significó?- le grito, bajándome abruptamente de la barra. Ni siquiera se da vuelta a mirarme y se mete en su habitación.
-Vete a dormir. Por cierto...eres linda cuando te enojas. A veces.- escucho un portazo y lanzo los brazos al aire. ¿Me están cargando?
Me paso la mano por el cabello y me voy a acostar.
Quien sea que dijo que las mujeres somos más complicadas que los hombres, estaba muy equivocado. Porque yo a este hijo de puta no le entiendo un carajo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro