i hate you,i love you
“¿tanto te importan ellos y tan poco te importo yo?”, eso se preguntó la de piel oscura mientras se abrazaba, sintiendo como el famoso Sherlock Gnomes nuevamente le rompía el corazón con su indiferencia.
En el momento que la vieron entrar a su camerino y abrió violentamente la puerta tal como la había cerrado, todos aquellos juguetes y muñecos supieron que Irene Adler no estaban de humor para digerirle la palabra a nadie, todos se quedaron apegados a aquella puerta, solo para segundos después de un pequeño desastre, escuchar como esta empezaba a llorar apagada y decaída, algunas muñecas deseaban ir a consolarla, pero al mismo tiempo les daba miedo la respuesta que pudieran tener.
Aun así, todos sabían porque es que ella estaba así nuevamente le había ido mal con quien alguna vez fue su prometido, Sherlock sí que la había destrozado.
Tal vez para el detective parecía que ella simplemente quería dejarle en claro que ya lo había superado cada que sonreía desafiante o le daba la ley del hielo, pero cuando no obtenía la respuesta que deseaba, cuando no la veía, solo era Irene llorando en silencio.
En aquel museo de muñecas, todos conocían a la jefa por su personalidad tan poderosa, fuerte, capaz y hasta en ocasiones intensa, por lo que llegar a molestarla en ese estado era garantiza de que perderían alguna parte de sus cuerpos, pero en ese momento, la muñeca de piel oscura no podría tener ni la mínima intensión de partirle la cara a alguien.
Ahora ella usaba su clásico vestido azul pero su cabello rojizo estaba suelto y cubría toda su espalda, al mismo tiempo ella tenía sus ojos manchados de negro por su maquillaje, daba pasos lentos y tiro sus cosas a un lado, nadie la iba a molestar ahora que estaba sola, dejó ir un fuerte suspiro mientras que con fuerza aferraba su cuerpo contra la fría pared, tomando tanto aire pudiera y abrazándose a sí misma se paralizo por solo por un momento, sus ojos cafés se paralizaron en el techo, pero lentamente su vista se había vuelto borrosa por las lágrimas y empezó a caer al suelo, finalmente hizo lo que deseaba:
Llorar.
Era solo otro día, donde desgraciadamente se topó con su ex pareja, solo deseaba ver a la bella Julieta, habían pasado meses desde el casamiento, pero en aquel patio se topó con él, con quien atravesó de una carta, rompió su corazón en pedazos.
Nadie en el museo de muñecas había visto a Irene Adler tan feliz como lo fue el día que Sherlock y ella confirmaron su relación…así como nadie la vio tan devastada y triste el día que terminaron.
Y nuevamente fingió ser fuerte, darle la espalda y expresar apatía…tal vez así finalmente este tendría autocompasión e intentaría ser sincero con ella o por lo menos demostrar de una forma u otra que si la quería y que quería volver a ser su pareja. La Apatía real no existía, solo era Irene suplicando en Silencio que volviese a ella.
Pero cada que demostraba su poco (y falso) interés por el detective Gnomes, este solo la rechazaba de manera amable o hasta ignoraba su comportamiento y le daba la bienvenida de manera amable y tranquila.
—Sherlock, no te había visto antes.-Irene dijo desinteresada mientras se acercaba a una banca de porcelana cerca, donde curiosamente estaba Sherlock sentado junto a una chaqueta.
—oh, Irene, gusto verla señorita.-el detective de traje verde quito la chaqueta para darle espacio, pero esta se sentó del otro lado y aun con esa sonrisa dominante, volteo la mirada lejos de él, esperando una reacción, pero solo recibió un inocente.-oh, ok, como quieras.
El tiempo paso, el silencio era incomodo estaban ahí sentados mirando a la pareja de gnomos divirtiéndose en aquel jardín mientras cuidaban las flores y plantas, hasta que ella finalmente rompió el silencio.
—¿sabes Sherlock?, sé que siempre parece que no me importa, pero de cierta manera, me alegra que hayamos terminado.-la pelirroja expreso con calma, sintiendo como Sherlock le prestaba atención.-no éramos realmente el uno para el otro, fue divertido mientras duro, pero ahora que estamos cada uno por su lado, me siento con tiempo para mi y para las personas que quiero y en tu caso, para tu trabajo e investigaciones con Watson.
-oh…-solo eso obtuvo, hasta que, con un tono relajado, agrego.-me alegra escuchar eso, Irene, siempre es mejor buscar lo que es mejor para los dos, creo que sí, estamos mejores solos.
Cuando ella volteo la mirada para verlo de manera incrédula, se dio cuenta de que ahora estaba distraído conversando con Watson.
Verdaderamente, para Sherlock ella era cuento pasado.
Irene Adler, ese era su nombre, una mujer con un encanto increíble, insaciablemente seductiva, fría, preciosa, oscuramente perversa y talentosa, nunca se dejaba pisar por nadie, absolutamente nadie, quien le faltase el respeto la pagaba caro, todos la admiraban y otros le temían, algunos incluso les gustaba la idea de ser pisados por ella, siempre obtenía lo que quería cuando quería, pero era ese mismo perfil el que daba la impresión de que ella era tan fría y que su ruptura amorosa fue tal impactante que ya nadie podía romperla y que ella ya no tenia sentimientos ni amor en ella. Cuando eso estaba muy alejado de la realidad.
Ella como cualquier muñeca tenia sentimientos y de lo contrario a los pensamientos ajenos, su corazón seguía hecho pedazos, aun se encontraba dolida, sola y necesitando del cariño de alguien, tristemente, el único con quien compartía afecto, ya no estaba a su lado y por lo que demostraba, ya ni le importaba que pasaba con ella.
Recién había regresado de recibir esos micro rechazos por parte de su ex pareja y no le importaba lo demás, solo se mantuvo ahí, queriendo dejar ir toda esa tristeza y dolor, de dejar ir sus emociones y desahogarse de todo, dejaba ir sus lágrimas y liberar todo.
Todo su amor, toda su amargura…todo lo que Sherlock provocaba en ella.
A pesar de le doliera ver como Sherlock no demostraba afecto por ella y la olvidaba cada vez más, sabía que alguna vez iba a superarlo, pero por el momento, se negaba a demostrar como muy en el fondo ella seguía extrañándole mucho y con sus mismos rechazos le estaba diciendo “por favor…vuelve conmigo, no me dejes, no quiero que te vayas…”.
Aun cuando a Sherlock le interesa más su trabajo que cualquier otra cosa, incluso cuando la tiró de lado, incluso cuando de un momento a otro su relación se destruyó de manera tan abrupta, incluso cuando fue un cobarde y en vez de decirlo en su rostro lo dijo de manera escrita, su amor hacia Irene siempre fue sincero y real, de una manera u otra siempre buscaba estar ahí para ella, a veces incluso cuando el trabajo lo tenía estresado, era ella y sus besos, ella y sus abrazos, era ella y su “mi amor” lo que le traía calma.
Sus abrazos, sus besos, sus caricias, sus manos unidas y dedos entrelazados eran reales, su amor por ella era real, Irene había sido tan feliz con él, aunque ahora lo negaba y decía mentiras sobre Sherlock siendo pésimo en su romance, en su tiempo, ella era feliz, se le era tierno tener pareja, se le era maravilloso amar y cuidar de alguien que amaba y cuidaba de ella, de tener sentimientos por una persona, de querer dar todo y tener una vida juntos.
¿Cómo es que ahora Sherlock no se daba cuenta de que con su frialdad solo la estaba lentamente matando?
No importaba al final, Irene tarde o temprano lo iba a superar, algún día dejaría de rogar en silencio que su antigua pareja volviera a su lado.
Pero por ahora, solo lo vería siendo feliz sin ella, mientras que esta lentamente Moría por dentro.
F I N
Bueno banda,ahi les fue el one-shot,espero les haya gustado!,nunca creinque haria fanfics de esta pelicula pero valio la pena xD.
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