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♡Único♡

¿Es posible amar y odiar al mismo tiempo a una persona? Sí, y él definitivamente pensaba que en algun momento se volvería loco si seguía albergando aquellos sentimientos en su corazón.

Porque a pesar de amarlo tanto, odiaba el hecho de que aquella persona a la cual amaba tanto, le estubiera haciendo aquello, porque a pesar de amarlo, odiaba con todo su corazón tener que ser testigo en primera fila de cómo él sonreía a su lado, de cómo él la sostenía con tanto cariño, de cómo él se giraba para mostrarle aquel inmaculado traje que vestiría el gran día.

Porque si, a pesar de susurrarle aquellas hermosas palabras en la intimidad, porque a pesar de sostenerlo entre sus brazos como ahora hacía con ella, porque a pesar de besarlo como si no hubiera mañana, él iba a casarse.

—¿TaeTae? —su voz llegó a sus oídos, regresándolo a su tortuosa realidad. Taehyung levantó la mirada, mirando fijamente aquellos ojos que tanto amaba tintados con algo parecido a la preocupación—. ¿Estas bien?

—Oh, si, si, lo lamento, me desconecté —soltó una pequeña risilla y se puso de pie, llegando hasta donde los novios esperaban por él.

—Bueno, ahora que Tae está bien conectado —dijo a modo de broma la castaña—, podríamos ir todos a comer algo, para celebrar que los preparativos se están llevando a cabo de maravilla y que Tae es un excelente organizador.

—Me parece una maravillosa idea —afirmó Jungkook mientras abría la puerta para que salieran.

Una vez afuera, Jungkook detuvo un taxi, abrió la puerta para su prometida y espero a que Taehyung entrará, mirando con curiosidad al rubio cuando esté se negó a entrar.

—Vamos Tae —dijo la castaña desde el interior.

—Yo, lo lamento —murmuro el rubio dando un paso atrás—. No, puedo ir con ustedes, tengo planes con Jin hyung y en verdad no puedo cancelarle.

Jungkook borro todo rastro de sonrisa de su rostro al escuchar aquello, mirando con molestia contenida al rubio a su lado. Taehyung se encogió en su sitio al ver el enojo en el pelinegro.

—De nuevo —aquello había sonado más a una afirmación que a un cuestionamiento.

—Si, en verdad lo siento. Me tengo que ir, los veo luego.

Hizo un movimiento con su mano a modo de despedida y salio corriendo del lugar.

Jungkook lo observó alejarse con rapidez, apretándo el agarre en la puerta del coche al sentir la rabia burbujeando en su interior.

—¿Cariño? —la voz de la castaña lo devolvió a la realidad.

—Si —dijo asintiendo con la cabeza.

Sin muchos ánimos realmente, Jungkook entró al taxi, sintio como su novia entrelazaba su brazo con el suyo, mientras escuchaba su suave voz murmurar cosas, al parecer, relacionadas con la boda, pero su mente no captaba nada, su mente, se encontraba a muchos kilómetros de ahí, con cierto chico pelirubio que había huido una vez más de su lado.

❦•❦

—Oh, cariño, ven aquí —dijo con rapidez en cuanto abrió la puerta, mirando con tristeza como pequeñas lágrimas rodaban por las mejillas de su amigo—. Toma asiento.

Sin poder formular palabra ante el temor de que aquellos sollozos que había estado conteniendo salieran por fin, Taehyung simplemente asintió, mordiendo sus labios con fuerza y dejándose guiar con su mejor amigo hacia el sofá.

SeokJin suspiro, tomando entre sus brazos el tembloroso cuerpo de su amigo, escuchándolo contener sus sollozos y dejándose mimar por él, porque sólo el podía levantarlo, porque sólo él sabía lo que estaba sucediendo en la vida del rubio, sólo él sabía lo idiota que estaba siendo Jungkook al hacerlo pasar por todo aquello sin detenerse a pensar las consecuencias de su egoísmo.

Porque SeokJin estaba consciente de lo que aquel muchachito pelinegro sentía por su amigo, lo había experimentado en carne propia al haber sentido el puñetazo del pelinegro en su mandíbula, cuando intento llevarse a Tae de aquel sitio en el que ambos se encontraban. Porque SeokJin podía ver cuán enfermo de celos estaba Jungkook de él, y sobre todo, podía apreciar el gran amor que sentía por su amigo.

Un suspiro más abandono sus labios, mientras acariciaba los mechones rubios en la cabeza de su amigo, murmurando palabras de afecto.

—Gracias, Jinnie —dijo después de unos minutos el rubio, pudiendo al fin controlar su llanto y levantando su cabeza para mirar a los ojos a SeokJin—. Gracias por aguantar mis llantos cada que salgo con Jungkook y... y ella.

—Descuida, mi TaeTae, sabes que siempre estaré aquí para apoyarte. Aunque sigo sin entender, por qué sigues ahí... Es decir, tu trabajo está casi concluido, simplemente podrías pedirle a algún otro compañero que se encargue de lo faltante.

—No puedo, Jinnie, le prometí a Kookie que yo me encargaría de organizar todo, desde el banquete, la decoración, el sonido, incluso. Sabes que he trabajado en esto con mucha dedicación...

—Si, pero creo que pasar tanto tiempo con ella ha de ser agotador, más aún cuando a esto le sumamos la odiosa presencia de Jeon, el muy idiota, piensa que con su presencia te hará sentir mejor, pero yo he sido testigo de que cuando ese idiota hace acto de presencia es cuando más te ves afectado tú.

—Es, es sólo que, verlo con ella me duele, Jinnie. —El menor esnifo—. Realmente me siento mal por permitir que todo esto este pasando, yo... Yo sé que debería alejarme, pero...

—Es difícil, lo sé.

—Haa, Jinnie, hay ocasiones en las que quisiera jamás haberme fijado en él.

—Te comprendo perfectamente, mi querido Tae, en verdad lo hago.

❦•❦

Taehyung se encontraba arrastrando los pies con pesadez, pensando en lo relajante que sería volver a su casa, tirarse sobre su cama y cerrar los ojos con la esperanza de no soñar con él, con la esperanza de no soñar con nada, a decir verdad, porque su subconsciente era cruel, y siempre gustaba de recordarle que la fecha, cada día estaba más cerca y que él no podría hacer nada para evitarlo.

—Taehyung —escucho su voz y su cuerpo se paralizó al instante. Él no debía estar ahí, él definitivamente queria recostarse en su cama y dormir, y tal vez no despertar, pero no, Jungkook había frustrado sus planes, y ahora se encontraba ahí, mirándolo con una mezcla de enojo, preocupación y alivio, moviendo todo en Taehyung—. ¿Vines de casa de SeokJin?

Taehyung simplemente suspiro y casi quiso reír ante el evidente tono de molestia que Jungkook había dejado entrever en su tono de voz. Rodeó al menor y metió la llave en la cerradura, evitando el contacto visual con el pelinegro.

—Si, Jungkook —dijo, escuchando el "click" de la puerta—. Ahora que ya lo sabes, sólo vuelve a casa.

El rubio llevo su mano hasta el pomo de la puerta, cuando sintio como su cuerpo era girado con fuerza y azotado contra la puerta, para después, sentir el cálido aliento de Jungkook chocar con el suyo.

—Jungkook, no —dijo en un suspiro, sintiendo como la cálida boca del menor se amoldaba a la suya.

El pelinegro envolvió sus manos en la cintura del mayor, pegando sus cuerpos y sintiendo como el cuerpo del rubio se amoldaba a la perfección con el suyo, sintiendo la calidez irradiar del cuerpo contrario y lo bien que se sentía sostener al mayor de ese modo.

Taehyung por su parte, se perdió en los besos que el menor le daba, gimiendo por lo bajo cuando Jungkook mordisqueó su cuello, chupando y marcando aquella acanelada piel que poseía, tocando aquí y allá cada parte de su piel y saboreando hasta el último rincón de su piel expuesta.

Con manos hábiles, el menor abrió la puerta, ingresando con cuidado a esta sin apartarse del rubio, mientras desabotonaba la camisa del mayor y seguía mordisqueando su camino hasta el vientre de este.

—Jungkook —gimió el rubio, tomando los cabellos del menor entre sus manos, viendo la lujuria, el deseo y algo que no alcanzaba a descifrar en aquellos orbes color café oscuro que tanto amaba.

El menor, desabotonó el pantalón del rubio, mientras seguía besando la piel que poco a poco quedaba expuesta, haciendo gemir sin control al muchacho de piernas temblorosas que se aferraba a sus hombros.

Perdido en el deseo y controlado por los celos, Jungkook tomo el miembro del mayor, comenzando a bombear con tortuosa lentitud, haciendo que Taehyung poco a poco perdiera el sentido de la realidad.

—¿Qué estuviste haciendo con SeokJin? —dijo entre jadeos, con un evidente tono de enojo.

—Na-ah nada —Taehyung apretó el agarre que tenía en los hombros del menor, sintiendo como este lo apretaba y aumentaba el ritmo, para después volver a aquella lentitud que comenzaba a fastidiarlo.

—Jung-Jungkookie —suplico el rubio, mirando con ojitos de cachorro al menor, quien simplemente maldijo por lo bajo, antes de tomarlo entre sus brazos y caminar con el hasta la habitación.

Al llegar al cuarto, Jungkook depósito con delicadeza el cuerpo del mayor sobre la cama, deteniendose un momento para apreciar las mejillas sonrojadas del rubio, sus cabellos húmedos sobre su frente y aquella piel acanelada que lo volvía tan loco.

Con rapidez, se sacó la playera, desabotonó sus vaqueros y subió al cuerpo del mayor, atacando con esa misma rapidez los labios rojizos y húmedos del rubio, mordisqueando su labio inferior y explorando la boca del mayor, saboreando la dulce saliva del muchacho, mientras con sus manos recorría su cuerpo sin vergüenza.

Taehyung se deshacía entre gemidos, murmurando súplicas y palabras ininteligibles ante las caricias y besos del contrario.

—Eres mío, Tae —murmuro contra sus labios el menor, recordando sin querer, a aquel muchacho apuesto que había intentado llevarse a Taehyung de su lado aquel día en el bar.

—Jungkookie —gimió el mayor ante la inesperada intromisión del pelinegro en su entrada.

Jungkook saco su dedo del interior del rubio, y volvió a ingresar lo, sabiendo lo doloroso que aquello estaba siendo para el mayor, al no tener sus dedos lubricados y complicando más la preparación.

Pero Jungkook estaba molesto, celoso y muy enojado, al verse alejado del mayor, al saber que Taehyung se encontraba pasando tanto tiempo al lado de aquel muchacho y saber que él no tenía ninguna oportunidad ahí, cuando realmente, Jungkook tenía todas las oportunidades posibles con el rubio, pero él simplemente no lo notaba.

Después de varios minutos, los gemidos del rubio pasaron a ser de puro placer, revolviéndose entre las manos del menor, gimiendo sin control ante la estimulación a la que estaba siendo sometido.

—Kookie —aquel gemido suplicante sólo logro que el miembro del menor palpitará anticipando lo que venía.

—Pídelo —dijo el menor, presionando aquel punto que volvía loco al mayor.

—Te... Te quiero, dentro... Ya.

Jungkook sonrió gustoso, saco los dedos del interior del mayor, viendo el rostro de decepción que este ponía.

Con cuidado, tomo las piernas del mayor, las colocó sobre sus hombros y se alineó en la entrada del rubio.

Poco a poco, Jungkook entró en la calidez de Taehyung, gimiendo ante la estrechez del mayor y los gemidos de satisfacción emitidos por el rubio.

—Oh, Kookie —las palabras que salían de los labios del mayor, fueron amortiguadas por los constantes besos que el menor robaba de sus labios, mordisqueando tanto los labios del mayor como el cuello y pecho de este.

Taehyung se abrazo al cuello del menor en cuanto esté tomo entre sus manos su dolorosa erección, esparciendo el presemen por la punta y comenzando a masturbarlo.

Sus gemidos llenaban la habitación, pequeños susurros eran murmurados, logrando que algunas mejillas se sonrojara y haciendo que algunos corazones se aceleraran.

—Jungkookie —gimió el mayor terminando sobre la mano del pelinegro, manchando ambos abdomenes con su corrida y escuchando al menor seguirlo después.

Jungkook se acomodó a un lado del menor, abrazando su cuerpo sin salir de él. Taehyung, simplemente se dejo abrazar, sintiendo los fuertes brazos del mayor rodearlo con algo de afecto, mientras enterraba su rostro en la curvatura del cuello del pelinegro.

—Jungkookie —dijo mientras escribía con su dedo sobre la piel del menor—. Creo que deberías irte.

—Yo también —respondió el pelinegro, sorprendiendo al rubio que simplemente apretó sus manos abrazando una última vez al pelinegro, antes de separarse de golpe del menor y salir de la cama con las lágrimas manchando sus mejillas.

Jungkook mordió su labio inferior, porque el no habia respondido a lo que Taehyung había dicho, sino que el había respondido a aquel «Te amo» que el mayor había escrito descuidadamente sobre su piel.

❦•❦

—Wooow, Tae —la castaña miro con asombro el cuello del menor, sonrojandose sin saber porque ante aquella vista—. Creo que SeokJin se paso un poco, ¿no?

El rubio, automáticamente se acomodó el cuello de su camisa al darse cuenta de lo que la castaña trataba de decir.

—¿Cómo sabes tú qué fue SeokJin quien hizo eso? —dijo el menor, llegando hasta donde ambos se encontraban conversando—. Pudo haber sido cualquier otra persona.

Su mirada se clavó en la de Taehyung, haciendo que el mayor se sonrojara y apartará la mirada completamente avergonzado.

—Bueno, lo digo porque Tae dijo que iría con SeokJin, ayer por la tarde y hoy, bueno...

—N-no es...

—No necesariamente tubo que haber sido ese idiota.

—¿Cómo estas tan seguro de ello?

—Bueno...

—¡Basta! —grito el mayor, con las mejillas tan rojas, que las rosas de aquel lugar, simplemente se veían pálidas a su lado—. N-no estamos aquí para hablar de mi vida privada, sólo, sólo, busquemos los arreglos florales y listo.

—Bien, Tae, no hablemos de ello, sólo para la siguiente ocasión, dile al troglodita de tu novio que deje de ser tan salvaje. No es necesario que te marque de ese modo para dejar en claro que ya no estás disponible.

Taehyung simplemente negó, caminando rápidamente para adentrarse más al local.

❦•❦

El tiempo, había pasado demasiado rápido para su mala suerte, y el tan temido día había llegado.

La gente se encontraba acomodando las mesas, las flores y todo lo que debía decorar el enorme jardín donde se llevaría a cabo la boda.

Taehyung caminaba entre los pasillos de la enorme casa, hacia aquella habitación donde sabía lo encontraría. Una vez frente a la puerta, el mayor dio dos leves toques e ingreso a la habitación, conteniendo el aliento al verlo ahi, vestido en ese bonito traje negro que había elegido aquel día.

—¿Cómo me veo? —preguntó el menor, trabando su mirada con el rubio, a través del espejo.

—De maravilla —susurró lo suficientemente alto como para que el menor escuchara su voz al otro lado del cuarto—. Sólo venía a avisarte que la ceremonia está por comenzar, ya todo está listo y acabo de verla hace un momento... Ella está muy feliz.

—Oh —Jungkook asintió—. ¿Te veré en la ceremonia?

—Probablemente —murmuro, apresando después su labio inferior entre sus dientes—. Toma —se acercó hasta donde el menor arreglaba su corbata y sonrió ante el evidente nudo mal echo del menor—. Oh, Dios, suelta eso —dio un pequeño manazo a Jungkook y comenzó a acomodar el nudo como debía ir—. Espero seas muy feliz, jungkookie, te veré... Luego, tal vez —tomo el sobre que anteriormente había dejado sobre la mesilla para arreglar la corbata del menor y lo extendió hacia Jungkook—. Ábrelo cuando termine la ceremonia, lejos de tu esposa, de preferencia —soltó una risita que carecía de cualquier felicidad y acarició con amor el rostro del menor, con lentitud, se acercó a los labios del pelinegro y beso, por última vez, los labios de su amado.

Jungkook se quedó si habla, observando al rubio abandonar la habitación. Un nudo se formó en su garganta ante la evidente partida del mayor, se giró hacia el espejo y murmuró un «Todo estará bien» para poder animarse, obviamente, sin conseguir su cometido.

❦•❦

Todos lo observaban, caminando por la alfombra blanca, con pequeños pétalos rojos pintando la alfombra aquí y allá, mientras él sólo podía mirar hacia el público, en busca de una sola persona, fallando incontables veces al intentar encontrarlo y comenzando a sentir una asfixiante desesperación hacer acto de presencia en su sistema.

Una vez frente a todos los invitados, Jungkook barrio el perímetro, intentando encontrar aquella cabellera rubia que tanto anhelaba encontrar, más dándose cuenta, que aquel chico que tanto deseaba encontrar, no estaba por ninguna parte.

El sobre dentro de su pantalón, comenzó a pesar, y sin detenerse a pensar en sus acciones, el menor bajo corriendo del altar, justo cuando la marcha nupcial anunciaba la llegada de la novia.

Todos en el lugar, miraron sorprendidos al muchacho de cabellos negros que corría como si su alma dependiera de ello hacia el interior de la casa. Una vez dentro, Jungkook saco con dificultad el sobre de su pantalón y con manos temblorosas lo abrió sin más.

Lo lamento

Fue lo primero que leyó en aquella hoja de papel, llena de letras y palabras que sabía, romperían en mil pedazos su ya dolorido corazón.

Lo lamento, intenté soportar un poco más está situación, pero me di cuenta que ya he soportado demasiado, así que he decidido alejarme por fin. Se que esta decisión debí haberla tomado desde el momento en que comencé a realizar los preparativos para tu boda, pero no pude simplemente alejarme en aquel momento, incluso ahora, siento como mi pecho duele ante la idea, pero se, que es lo mejor.

Te agradezco por todos los buenos recuerdos que me dejas, y a pesar de lo lastimado que me has dejado, puedo decir con seguridad que te amo, Jeon Jungkook. Te amo demasiado, y por ello, he decidido alejarme y dejarte hacer tu vida con la persona con la que has elegido pasar el resto de tus días.

Se feliz, Jungkookie, se muy feliz y mantenme siempre en tu mente como un bonito recuerdo, que yo, a pesar de los millones de kilómetros, seguiré llevándote en mi corazón.

Siempre tuyo.

Kim Taehyung

Las lágrimas corrían por sus mejillas, doblando cuidadosamente la carta y guardandola en su pantalón, Jungkook salió corriendo del lugar, con el único objetivo de encontrarlo, encontrarlo y decirle lo mucho que lo amaba y lo tonto que había sido por no habérselo dicho antes, por haber continuado con aquella farsa y haber provocado aquello.

—¿Qué sucede? —preguntó su preocupado amigo mientras lo miraba corriendo como desquiciado hacia la salida.

—Tengo que encontrarlo, yo, tengo que decirle.

—Tan idiota —dijo el mayor, negando con la cabeza mientras subía a su auto—. Sube, tendrás suerte si aún lo encuentras por algún lugar.

—¿A qué te refieres?

—Definitivamente, eres un idiota —encendió el auto y comenzó a conducir—. Taehyung planea irse de la ciudad, pequeño imbécil, y si aun lo encuentras en su casa o en la de su adorado amigo, tendrás suerte, si no, lamento decirte mi querida ratita, que lo habrás perdido.

—Te daría un puñetazo en tu burlona sonrisa por como me has llamado, de no ser porque en estos momentos estoy al borde del colapso.

—Felicidades, eso te pasa por idiota.

—¿Puedes dejar de decirme idiota?

—No, porque eres un idiota. —El mayor se encogió de hombros

Jungkook fulminó con la mirada a su mejor amigo, indicándole el camino hacia la casa del mayor.

❦•❦

Sin haber obtenido alguna respuesta en aquella casa, Jungkook optó por pedirle a su amigo que lo llevase hasta la casa de SeokJin, esperando, por primera vez, que el mayor estuviera en aquel lugar.

La desesperación comenzaba a indundarlo, mientras los segundos corrían y la puerta de aquella casa se mantenía cerrada. Escucho un "click" en cuanto la puerta fue destrabada y lo siguiente que supo era que se encontraba en el suelo, mientras las risas de su amigo llenaban el lugar.

—Buena derecha —dijo entre risas—. Me gusta.

SeokJin miro con aburrimiento al muchacho de cabellos amentolados que no paraba de reír.

—¿Qué haces aquí, idiota?

—¿Tú también? —preguntó incrédulo, limpiando la sangre de su labio y escuchando a su amigo murmurar un «Estamos destinados» hacia SeokJin—. Es decir, ¿dónde está?

—¿Dónde crees tú, que está?

Jungkook sintio el aire detenerse de golpe, y con rapidez volvió al auto, apresurado a su mejor amigo para que lo llevase hasta el aeropuerto, mientras este hacia la señal de "llámame" hacia el pelirosa.

❦•❦

La travesía de Jungkook había terminado en tragedia. Al llegar al aeropuerto, el menor se había topado con que el vuelo de Taehyung había salido hacia varios minutos.

Agotado, lloroso y sin ningún ánimo de responder a las mil y un llamadas que tenía de su prometida en su celular, Jungkook se dejó caer sobre el sofá de su mejor amigo.

—Me debes el número del chico pelirosa de antes —dijo Yoongi, adentrándose a la sala con dos botellas de soju y dos vasos sobre las botellas.

—Estoy un poco deprimido en este momento, si no te importa —dijo el menor, mirando con molestia a su mejor amigo ante la falta de simpatización con su situación.

—No te estoy, desdeprimizando amigo, simplemente te recuerdo que me debes el número del chico lindo —se encogió de hombros tomando asiento en el sofá que se encontraba frente al pelinegro.

—Esa palabra ni siquiera existe, Yoongi.

—No te pregunte si existía o no, ahora bebe.

Jungkook asintió, con una pequeña sonrisa ante las idioteces de su mejor amigo, mientras dentro de su pecho, una enorme grita lastimaba su corazón.

❦•❦

Habían pasado dos años desde que se habian separado. Dos años donde ni la distancia había logrado terminar con aquel sentimiento que había surgido entre aquellos dos amantes.

Decir que no sentía celos era mentira, porque mientras el se revolcaba en sí miseria, su mejor amigo se encontraba besuqueando al mejor amigo de su amado Taehyung. Y a pesar de que le molestaba que aquellos dos se demostrarán su amor sin preocuparse siquiera de su presencia, sabía también que aquella relación le ayudaba a obtener información de su adorado Taehyung. Porque si, Yoongi le decía sobre las llamadas de SeokJin con Taehyung de las cuales era testigo, porque Yoongi le decía sobre las pequeñas cosas que SeokJin compartía con él sobre su mejor amigo, a pesar de poner en riesgo su relación a causa de aquel pase de información.

—Me largo —dijo con fastidio, mirando a ambos mayores separarse de su acalorado beso.

Jungkook estaba por ponerse de pie cuando el teléfono sonó. El rostro de SeokJin palideció tres tonos y su mirada llena de temor le dejó saber a Jungkook quien estaba llamando.

—Yo, iré a la habitación a responder la llamada —dijo tomando el teléfono y corriendo hacia su cuarto sin mirar atrás.

—Vuelve mañana —dijo Yoongi mirando hacia el pasillo por el cual había corrido su pareja—. ¡Dios, Jungkook! Mas te vale arreglar tu mierda con Taehyung antes de que SeokJin se enteré y termine conmigo, porque si, diablos, si él termina conmigo por esto, yo te mato, Jeon.

—Gracias, hyung —dijo el menor, sonriendo emocionado mientras tomaba sus cosas y corría a la salida.

—Vete a la mierda —dijo Yoongi, agitando su mano para correr al menor, mientras sentía el miedo asentarse en su estómago—. Me va a matar, no, si me mata, será demasiado misericordioso, él va a terminar conmigo —dijo el pelinegro, sosteniendo su cabeza entre sus manos.

❦•❦

Jungkook se encontraba nervioso, ansioso y muy nervioso, sosteniendo el ramo de flores entre sus manos y el enorme cartel en el cual se leía un "Bienvenido a casa Taehyungie".

Los minutos corrían y el nerviosismo de Jungkook se volvia cada vez mayor, cuando escucho aquella risita que tanto había extrañado acercarse hasta él, quien se mantenía oculto tras el enorme cartel.

—Jinnie, no era necesario todo esto —dijo el mayor, bajando lentamente el cartel y reteniendo su respiración al ver quién se encontraba tras el cartel.

—Bienvenido, Tae.

—¿Qué... Qué estas haciendo tu aquí?

—Tenia que recibirte, no sabes cuánto espere este momento.

—Pero tu... tú...

Jungkook dejo caer el cartel hacia un lado, envolviendo entre sus brazos el tembloroso cuerpo del mayor.

—No llores, Tae —susurro al oído del mayor—. Mírame —pidió con una pequeña sonrisa, sintiendo sus propias mejillas llenarse de lágrimas—. No me casé, yo, simplemente no pude hacerlo. Cuando no te ví ahí, fue, Dios, fue terrible y simplemente salí corriendo del altar. Y bueno, cuando leí tu carta, super lo que estaba sucediendo, bueno, en realidad, Yoongi hyung fue quien me hizo darme cuenta de la realidad. Y bueno, SeokJin hyung terminó de acomodar las ideas en mi cabeza. —Taehyung soltó una pequeña risita—. Te extrañe tanto Tae, se que fui un completo idiota al dejarte marchar de eso modo, al lastimarte así, pero ahora he recapacitado y espero puedas darme una oportunidad.

—Idiota —dijo Taehyung entre pequeñas todas, abrazándose mas al cuerpo del menor y uniendo sus labios en un apasionado beso—. Yo también te extrañe, y por supuesto que te daré una oportunidad, tal vez sea un poco tonto de mi parte ceder tan fácilmente ante ti, pero, te amo tanto, Jungkook, que no me importa lo tonto que pueda parecer.

—Oh, Tae, ven aquí.

❦•❦

—No puedo creer que estés haciendo esto —dijo con evidente molestia el castaño, mirando a su mejor amigo a través del espejo.

—Yo lo amo, él me ama, ¿cuál es el problema?

—Debiste haberlo hecho sufrir un poco, al menos, se lo merecía.

—¿Cómo tu estas haciendo sufrir a Yoongi? —preguntó divertido al ver el rostro de su mejor amigo sonrojarse.

—No estamos hablando de mi situación con Yoongi, estamos hablando de ti y el idiota ese.

—Se llama Jungkook, Jinnie y no veo el motivo por el cual debamos esperar más tiempo, ha pasado un mes desde que volví a Corea y dos años de sufrimiento creo que bien valen esto.

—Sigo sin aceptarlo, realmente.

—Jinnie, se que me hizo mucho daño, sufrí, lloré y pase malos ratos a causa de él, pero ahora todo es distinto, ahora él está a mi lado y definitivamente no pienso perder esta oportunidad de pasar todos mis días a su lado. Lo amo, Jinnie, y tu deberías hacer lo mismo con Yoongi, pobrecito, llora en los rincones por tu desprecio.

—Ay mi TaeTae, ¿cuándo creciste tanto?

—En el momento en el que abrí los ojos a la realidad y supe lo que era sufrir por amor y sobre todo, vivir por amor. Ahora ve allá, habla con Yoongi y espera pacientemente a mi llegada.

—Ah mi TaeTae, actuando más maduro que yo, me siento un adolescente berrinchudo a tu lado

—Pues~

—Ash, calla, ya me voy.

Taehyung soltó una risita antes de observar a su mejor amigo abandonar la habitación.

❦•❦

La música sonaba, y él lo esperaba pacientemente frente al altar, su hermosa sonrisa brillando ante la vista de aquel muchachito rubio caminando por aquella alfombra rosa pastel con pétalos blancos y rosados siendo esparcidos por la pequeñita de vestido blanco.

Taehyung, sonreía mientras su mirada se detenía en aquellos dos muchachos que se mantenían abrazados el uno al otro como si nada hubiese pasado realmente y como si aquel mes de castigo que SeokJin había impuesto a Yoongi, no hubiese sido más que un día sin el otro.

Al llegar al altar, su mirada se detuvo en Jungkook, quien se veía tan hermoso con aquel traje blanco, a la par del suyo. Ambos tomaron sus manos y se murmuraron un "Te amo" antes de volver toda su atención al juez frente a ellos.

—Muy buenas tardes, tengan todos y cada uno de ustedes, estamos aquí reunidos, para celebrar la unión de estos dos jóvenes, quienes guiados por el amor, han decidido unir sus vidas en una sola. —La voz del juez, resonaba por el micrófono establecido. El hombre, abrió el documento sobre la mesa y miro a ambos jóvenes—. Ahora, digan sus votos, por favor.

—Kim Taehyung, mi amado Tae, hay tanto que quiero decirte y tan pocas palabras para poder expresarlo. Yo te agradezco por tantos bellos momentos, por soportar mis idioteces y te pido perdón por lo que te hice pasar hace tiempo. Se que en aquel momento, fui un idiota al no poder expresar lo que tanto quería expresarte, por no poder mantenerte a mi lado y por esperar hasta el momento en que decidiste alejarte para reaccionar. Te amo Kim Taehyung, amo tu forma de ser, tus ocurrencias, tus gestos, amo cada parte de ti que simplemente no encuentro la manera adecuada de ponerlo en palabras, simplemente puedo decir que te amo, y nada ni nadie podrá cambiar este sentimiento que cada día crece más dentro de mi.

—Señor Kim —el juez miro al mayor, quien intentaba retener las lágrimas ante las palabras de su casi esposo.

—Yo, Dios, yo, también te amo Jungkook, y se que a pesar de todas las dificultades que emos pasado, podremos sobrellevar lo que se nos interponga, la vida no siempre es color de rosa, existen y existirán problemas que nos hagan llegar al límite, pero se que si tu te encuentras a mi lado para poder sobrellevar esos problemas, todo estará mejor. Gracias por estar a mi lado, Jungkook, gracias por brindarme tanto amor y por ser la persona que eres a mi lado. Te amo, Jeon.

El juez sonrió ante las palabras de ambos jóvenes, extendiendo la pluma hacia el muchacho de cabellos negros.

—Jeon Jungkook, no creo que sea necesario esto, pero... ¿Aceptas a Kim Taehyung como tú esposo?

—Definitivamente no había necesidad de decirlo —sonrió el menor, tomando la pluma y firmando el documento que lo convertiría en esposo del chico que sonreía a su lado.

—Kim Taehyung, sólo firma —dijo con una sonrisa el juez, mirando al rubio sonreír mientras tomaba la pluma y escribía su firma sobre aquella línea—. Excelente, ahora, por el poder que la ley me ha otorgado, los declaró, felizmente casados.

Taehyung sonrió emocionado mientras que Jungkook lo sostenía entre sus brazos, uniendo después, sus labios en un beso que hizo suspirar a todos los presentes.

Los invitados aplaudieron, emocionados, y siguieron a la feliz pareja hasta el enorme toldo que cubría las mesas de la recepción.

La gente tomo asiento y entonces cuando todos estuvieron en su lugar y la luz del sol comenzaba a escasear las luces que se encontraban decorando el lugar se iluminaron y la música comenzó a sonar. Taehyung sonrió y tomo la mano de Jungkook, dirigiendolo hacia el centro de la pista.

Jungkook sonrió feliz, y envolvió sus manos en la cintura de su ahora esposo, comenzando a balancearse al ritmo de aquella canción, su primer canción como casados.

La melodiosa voz del muchacho y la letra de aquella canción, sólo hizo que aquellos dos que bailaban abrazados al centro de la pista, sintieran su corazón latir emocionado ante su reciente unión.

—Quiero muchos niños —soltó de la nada el pelinegro, haciendo reír a Taehyung—, es encerio, Tae, quiero muchos bebés.

—Jungkookie, acabamos de casarnos, no deberíamos estar hablando de bebés aún.

—Tal vez no, pero da igual, quiero muchos bebés.

—De acuerdo, jungkookie, tendremos muchos bebés —dijo entre risas el rubio, cepillando los cabellos de su esposo.

—Comenzaremos a intentarlo desde esta noche —asintió, conforme con su afirmación.

—Jungkookie, no puedo tener bebés —dijo el mayor, sintiendo sus mejillas calientes ante las palabras de su marido.

—¿Quién dice que no?

—La ciencia tal vez...

—Sabes que existe un 1% de probabilidad, así que lo intentaremos, las veces que sea necesario.

—¡Jungkookie! —Taehyung río ante las tonterías dichas con su esposo—. Te amo, tontito.

—Yo también te amo, Tae.








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Muchas felicidades mi querida CrisAngelz... Se que ya te felicité está mañana a través de Whatsapp, pero no quería dejarlo así nomás, y bueno, aquí está el pequeño regalito que te comenté tenia para ti.

Se que no soy la mejor escritora, ni mucho menos, pero hice este pequeño OS con mucho cariño para ti... Sinceramente el regalo era otro, pero debido a la falta de tiempo no pude tenerlo listo y bueno, hice esta pequeña historia.

Espero de todo corazón que este día haya sido increíble para ti, y que sigas cumpliendo muchos añitos más.

Te amito mucho mi querida CrisAngelz ❤️

Igualmente espero las personitas que haya leído esta historia, la hayan disfrutado. Un pequeño dato sobre la historia es que la canción que Tae y Kookie bailaron en su boda es Serendipity. Mucho amor para ustedes y les cuento un secreto...

¡¡¡PinkAngelz vino a reinar!!! 😅❤️

✿Kim☆Palomita✿

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