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Capítulo 9 : MOUNTAIN

"Es como bailar cuando la canción ya se ha terminado , moviéndonos sin acercarnos más. Voy persiguiendo fuego cuando corro tras de ti."
—LAUV








—Duele - Jungkook se retorció apartándose del toque de Jin y suspiró molesto consigo mismo. Definitivamente no era una buena señal, no cuando las primeras competiciones para las clasificatorias de Corea estaban tan cerca.

El entrenador Kim frunció el ceño y se acercó de nuevo a Jungkook, sus manos se posaron sobre el hombro del nadador. A pesar de las maldiciones de este pudo imaginar que era lo que ocurría.

—Te dije que tus golpes estaban fallando hoy mientras andabas, tendrías que haberte detenido al instante en lugar de esperar al estiramiento para dejarme saberlo - Jin suspiró y giró a Jeon para mirarlo a los ojos - Tienes el hombro inflamado, apesta a una lesión del manguito rotador. Es frecuente en los nadadores de competición como tú Jeon, ¿es tan difícil avisarme si algo te molesta durante el entrenamiento?

Jungkook suspiró, no le había dolido de sobremanera durante el entrenamiento y ese había sido el único motivo por el que había seguido delante pero al salir de la piscina y empezar a estirar… Había sido una sensación de dolor lo suficientemente aguda como para hacerlo frenar.

En solo unos segundos las manos de su entrenador comprobaron lo que ocurría y se sintió sumamente cohibido. Kim había ido directo al lugar del dolor.

—Vamos a la enfermería - el entrenador dió una suave palmada sobre su mejilla derecha causándo que sus nervios aumentasen todavía más, estaba al borde de colapsar. Enfadado consigo mismo y sin ganas para jugar el juego que Kim se empeñaba en mantener.

—Deja de hacer eso, es molesto.

Kim solo sonrió mientras se acercaba a él con una toalla para ayudarle a secarse el cabello. Sus manos frías rozaron la espalda caliente por el reciente ejercicio de Jeon y un escalofrío inevitable lo hizo estremecerse. El toque del entrenador siempre causaba sensaciones extrañas alrededor de su cuerpo.

—¿Necesitas ayuda con la camiseta? - Kim comprobó de nuevo su hombro - Huele a que tendremos que hacer cardio en seco durante unos días, tus tendones están demasiado inflamados. Cuando estés cansado dímelo, si entrenas con los músculos agotados esto segura pasando.

Jungkook asintió, lo sabía, no era la primera vez que algo así le ocurría. A veces sus brazadas se volvían demasiado duras cuando las competiciones estaban cerca y su ansia por lograr mejores marcas empezaba a picar.

—Estaba bien Kim, force un poco. Eso es todo, quizás force sin tan siquiera saberlo. Sólo quería aumentar la potencia, puede que haya sido algo repentino. Sé lo que es esto y estaré bien pronto.

Jin se limitó a suspirar mientras miraba al chico, le recordaba tanto a sí mismo que casi lo asustaba. Jungkook sabía cuando parar, también conocía su talento y el problema se encontraba en que debido a eso siempre iba hacia la línea de sus propios límites tratando de superarla. Su personalidad era la un nadador competitivo, no podía culparlo por aquello, su trabajo también residía en ayudarle a cruzar esos límites sin que saliese lastimado en el proceso.

Tras salir de la piscina ambos caminaron juntos hacia la zona de enfermería, el silencio resultaba todavía levemente incómodo cuando ninguno hayaba nada en absoluto que decir. Era extraña la forma en que en ciertas ocasiones podían pincharse el uno al otro durante horas para más tarde quedarse sumidos en la falta de palabras.

—Esto te ayudará con la inflamación niño bonito - el entrenador Kim envolvió algunos hielos en una toalla mientras esperaban a que la enfermera los pudiese atender. En aquel gimnasio entrenaban más personas que él, incluso si seguía siendo el principal nadador patrocinado por la empresa de gimnasios internacionales Jump-it - Deja que te ayude de nuevo con la camiseta antes de nada.

Jungkook suspiró dejándose hacer, se había acostumbrado poco a poco a la cercanía que el entrenador Kim mostraba con sus atletas. Probablemente ese era el motivo por el cual mantenía tantas fotos en la vitrina de su apartamento. Kim era amable, profesional y sobretodo tenía la mente abierta hacia los métodos de entrenamiento.

Así que cuando el entrenador masajeó su cuello con cuidado con una de sus manos mientras sostenía el hielo sobre su hombro con la otra, Jeon lejos de apartarse como habría hecho durante su primera semana con Kim… Simplemente volvió a dejarse hacer. Agradecía la agradable sensación del masaje sobre sus cervicales mientras su hombro todavía dolía a pesar del frío.

—¿Siempre eres tan cuidadoso con tus nadadores? - Jeon pudo escuchar la leve risa de Kim, el aire caliente abandonando la boca de este y cochando contra su cuello lo hizo sentir escalofríos. Después de haber estado tanto tiempo entrenando, el salir de la zona de piscina y ahora recibir un tratamiento contra la inflamación con el hielo, había hecho que su piel se erizase.

—No, solo soy así con los niños bonitos que necesitan toda la atención sobre ellos - bromeó Kim.

Jungkook rodó los ojos sin decir nada a cambio, no estaba de ánimos para exigirle que frenase las bromas.

—Me vas a matar de risa Kim.

Jin sonrió levemente antes de detallar la piel erizada del muchacho, tal vez estaba siendo más cuidadoso con Jungkook que con otros por el simple detalle de que se veía reflejado en este.

—¿Tienes frío Jeon?

—Me congelo.

Kim dejó escapar una maldición y le indicó al nadador que se mantuviese sujetando el hielo mientras iba en búsqueda de alguna manta térmica.

—Tienes que decir las cosas, si te ocurre algo simplemente suéltalo. Soy tu entrenador así que cualquier cosa que tenga que ver con tu cuerpo me importa e interesa. Todo Jeon, el más mínimo calambre, un estornudo sin importancia, un mareo por levantarte rápido en la mañana… da igual lo absurdo que sea, puede influir en tu entrenamiento y debo saberlo para cuidarte.

—Eres mi entrenador, no mi niñero. Tú lo dices siempre - la contestación de Jungkook fue fría, Jin podía ver lo mal que se encontraba consigo mismo debido a su lesión menor. En una semana podría volver a la piscina, el problema residía en que dudaba que Jeon pudiese vivir feliz sin acercarse a una.

—Con lo que respecta a tu cuerpo soy lo que haga falta, sobretodo si puede llegar a afectar tu salud de algún modo. ¿Entendido?

Jeon no respondió, sin embargo para alivio de Kim asintió mientras se acomodaba la manta térmica sobre los hombros.

La enfermera confirmó lo que ambos se imaginaban, una lesión del manguito rotador probablemente ocasionada en consecuencia de las continuas brazadas violentas que Jungkook realizaba en sus intentos por aumentar la velocidad durante los entrenamientos.

—Nada que no se pueda solucionar pronto niño, quita esa cara. A partir de ahora evitaremos cualquier cosa que fuerce tu hombro. Nada de piscina por algunos días, hasta que realmente tu hombro esté mejor.

Jin sonrió cuando noto la expresión de Jungkook, parecía aliviado a la par que enfadado.

—Esto es un asco.

Kim no pudo evitar acariciar la espalda de Jeon tratando de aportarle alguna especie de ánimo, sabía que no debía cometer el error de acercarse demasiado. Eso solo derivaría en añoranza cuando tuviese que dejarlo escapar, habitualmente muchos de sus nadadores apostaban por entrenadores olímpicos, con experiencia en el terreno, cuando llegaban al punto más alto de sus carreras. Jin en cambio se había quedado a la mitad de aquel sueño, todo a lo que aspiraba era la selección nacional. Poder entrenar a un equipo formado por los mejores nadadores de Corea sonaba bien para él, era desde luego mucho menos personal que dedicar sus días enteros a un solo nadador que más tarde avanzaria hacia otro lugar.

—Podría ser peor. Es algo normal en los nadadores potentes, solo tienes que aprender a controlar tu fuerza Jeon. Una lesión frecuente, sucede, muchos la sufren en consecuencia de los entrenamientos. Prepararé algo para mantenerte en forma chico bonito.

El Parque Nacional de la Montaña Bukhansan se encontraba ante sus ojos, el color verde de la naturaleza y la niebla que envolvía la cima debido al frío de la mañana aportaban al lugar un aspecto fantasmagórico a la par que los rayos de sol temprano colandose a través de las nubes prometían el futuro temprano de una mañana soleada. Cuando el entrenador Kim frenó el coche y lo animó a salir Jungkook sintió una especie de escalofrío recorriendo todo su cuerpo. Hacía años que no visitaba aquel lugar, a pesar de que por dentro sentía cierta emoción hacia el sitio, mantuvo su expresión lo más calmada que le fue posible.

—¿Haremos senderismo mientras no puedo entrar en la piscina o…

—¿No es agradable el aire fresco de la naturaleza durante la mañana? - Kim le sonrió mientras le colocaba un arnés a Peach. La perrita parecía emocionada con todos los olores y sensaciones nuevas de aquel sitio - Correremos aquí hoy, subiremos la mayor parte del camino así y cuando lleguemos a la zona más complicada bajaremos el ritmo para evitar cualquier posible caída.

—Supongo que suena bien pero podríamos hacer lo mismo en la zona de siempre. ¿Hay algún motivo para el cambio?

Kim sonrió antes de revolver el cabello del niño levemente.

—Estás lesionado así que he pensado que sería interesante cambiar el sitio, te aburrirás fácilmente si tenemos que estar continuamente dentro del gimnasio. Te estoy mimando Jeon así que más vale que pongas una sonrisa sobre esa cara bonita tuya.

Jungkook uso una sonrisa forzada como método de ironía antes de tomar la correa de Peach y mover sus pies hacia la ruta, conocía aquel lugar perfectamente. De pequeño a menudo lo visitaba con su padre y su hermana, la montaña había sido una afición en común que incluso su madre compartía cuando tenía tiempo libre. Sin embargo habían pasado muchos años desde su última vez allí, lo podía notar en las nuevas rutas alternativas o el aumento del turismo.

—Hagámoslo más interesante Jeon, una carrera. Quien llegue de último a la mitad del percorrido paga la comida de este viernes.

—Hecho.

El viento frío de la mañana tropezando contra sus mejillas mientras ambos reían y se lanzaban retos el uno al otro tranquilizaba por completo todo su ser. Jungkook había olvidado lo que era sentirse completamente libre, incluso los rugidos de Peach mientras esta aumentaba la velocidad de su carrera para unirse a ellos, le aportaban cierta calma.

Mientras avanzaban a través del camino sus recuerdos afloraban sin dificultad. Echaba de menos ser el niño siempre colgado de su padre que empezó a soñar con nadar para poder ser como este y no para ganar.

—¿Ocurre algo niño? ¿Es el hombro?

Jungkook reaccionó unos segundos más tarde, las vistas de la cima eran vividas en su recuerdo. Similares a lo que recordaba, pero no iguales debido al paso de los años.

—No es nada - sus ojos se habían cristalizado sin remedio y en silencio deseó que el entrenador lo adjudicase a la fría brisa que los había acompañado durante toda la subida - Realmente me gusta este sitio, hay muchas cosas aquí que me hacen feliz.

Jin se acercó un poco más a Jungkook, podía ver los labios de este temblando como si se encontrase al borde del llanto y eso había captado su atención por completo.

—Habla conmigo Jeon, te dije que la parte psicológica de mis atletas también me resulta de total importancia.

Jungkook se sentó sobre la gran roca que marcaba la cima de la montaña y sostuvo a Peach entre sus brazos buscando cobijo en la perrita.

—Mi padre solía traerme aquí cuando era pequeño y mi familia estaba unida. Incluso mi madre sacaba tiempo para unirse a nosotros. Hay tantas cosas que han cambiado desde entonces… Incluso el paisaje parece levemente modificado, o tal vez es solo que yo he crecido y ahora lo veo de forma diferente. Sea como sea todo esto me ha traído recuerdos.

El entrenador Kim sonrió tomando asiento a un lado de Jungkook.

—Es bueno recordar, no podemos ser o convertirnos en alguien sin recordar de dónde procedemos. No tienes que avergonzarte, no hay nada malo en el llanto, incluso los atletas son humanos. Puedes llorar cuanto quieras, no seré yo quien te juzgue por eso Jeon.

Jungkook suspiró atragantandose con su propio llanto.

—Lo echo de menos.

—¿A tu padre? - Kim no pudo evitar pasar su mano por el cabello de Jungkook tratando de tranquilizarlo, el chico parecía estar lidiando con una batalla interior de la que él no conocía ningún detalle.

—Sí, y mi pasado. Mi familia. Lo que éramos antes.

Jin lo observó una vez más, podía entender cómo los traumas del pasado y el dolor terminaban completando muchas partes de las personas. Jungkook parecía frío a Primer vista, pero no lo era, sólo llevaba a sus cuestas la presión de un atleta y la carga de un niño que no había recibido todo el amor que le hubiese gustado.

Seokjin no podía pensar en una vida sin su familia, por suerte ellos se mantenían unidos incluso cuando la distancia lo dificultaba algunas veces. Su familia le había dado la fuerza para seguir adelante durante el peor momento de su vida, sin ellos no sería la persona que actualmente era. Quizás por eso no pudo evitar abrazar al muchacho roto ante sus ojos, si se imaginaba a sí mismo sin familia todo lo que encontraba era tristeza. Y no le gustaba la idea de que tales sentimientos se mantuviese golpeando al niño bonito.

—Algún día formarás tu propia familia Jeon - habló con la voz calmada - Entonces podrás darle a quienes amas aquello que deseaste para ti mismo. El pasado nos crea en muchos aspectos, pero no podemos estancarnos en este. Incluso si es difícil, debes avanzar.

Jungkook escondió su cara contra el cuello del entrenador disfrutando de la calidez que este le aportaba. No recordaba la última vez que lo habían abrazado, pero sabía que echaba aquello de menos.







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Holiiii!!!
Espero que os haya gustado, las cosas van avanzando poco a poco pero sin pausa ;)


Un beso, Mel 😘

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