Capítulo 8 : MAGNESIUM
" Dime algo que no haya escuchado antes. "
—Khalid
A medida que avanzaban por las carreteras Jin comenzaba a sentirse adormilado, sus ojos habían tomado el aspecto de una línea pequeña como siempre le ocurría cuando necesitaba una larga siesta. En el exterior el frío empañaba los cristales y las gotas de lluvia que marcaban el inicio de un fuerte chubasco. Su mirada se desplazó desde las luces difuminadas de los coches hasta el nadador que conducía tranquilamente a su lado.
—¿Hacía dónde giro ahora? Ya hemos pasado el gimnasio.
La voz de Jungkook era tranquila y su conducción tan exacta que Jin ni siquiera lo había notado tomar la curva marcada que se encontraba a escasa distancia del gimnasio.
—Derecha - un bostezo se escapó de su boca iniciando esa voz tan ronca y afónica que siempre obtenía si se encontraba cansado - Puedes ver la urbanización desde aquí, los bloques de edificios con galería de cristal en las esquinas.
Jungkook asintió, su vista se posó por unos instantes en su entrenador. Todavía era pronto pero este parecía a punto de perder su personal batalla con Morfeo.
—Entonces supongo que llegaremos pronto…
—Si… un par de minutos tan solo…
Ambos volvieron al silencio cuando no hallaron ninguna otra excusa para conversar, era la primera vez que no se encontraban bromeando el uno con el otro u hablando de trabajo. En los altavoces del vehículo sonaba Talk de Khalid debido a la curiosidad que el atleta había mostrado por escuchar el tipo de música que su entrenador habituaba a usar en sus trayectos en coche. Kim se había limitado a activar el bluetooth y seleccionar una de sus playlist con el objetivo de consentir al niño bonito que se había ofrecido a llevarlo hasta casa. No quería enfrentarse a uno de esos pucheros involuntarios que de alguna forma siempre aparecían sobre los labios de Jungkook cuando no tenía la razón o se negaba a ceder ante alguno de sus caprichos.
Las gotas de lluvia a juego con el sonido de la música era lo único que decoraba su trayecto. Tranquilidad, todo en lo que podía pensar el entrenador era la sensación de calma que respiraba. Incluso Peach había empezado a dormitar. Los días grises podrían ser tediosos para muchos pero para Jin constituían una buena excusa para meterse en la cama y dormir unas horas durante la tarde.
—La valla siempre está abierta en realidad , solo hay que tirar de la manilla - Jin señaló la cerca de metal que se encontraba en la entrada del terreno privado de la urbanización mientras se deshacía del cinturón.
—¿Entonces qué sentido tiene tenerla?
El entrenador Kim sonrió y revolvió el cabello del muchacho mientras se encogía de hombros. Bueno, él había realizado la misma pregunta al presidente de la comunidad de vecinos el día que decidió mudarse a esos edificios.
—Supongo que nadie viene por aquí, es una zona alejada del centro y la mayoría de vecinos la dejan abierta por su propia comodidad - su respuesta en ese instante era parecida a lo que el presidente de la comunidad había mencionado por aquel entonces.
—Entre seguridad y comodidad prefiero la primera.
Kim asintió de acuerdo con lo que el nadador había dicho. Realmente había dejado de intentar explicarle a sus vecinos la importancia de cerrar la valla de la propiedad de forma adecuada, cualquiera que se acercara y tirase de la manilla podría comprobar que permanecía abierta.
Aunque vivía a las afueras de Seoul y la zona era realmente tranquila, seguía tratándose de un lugar exclusivo a su particular forma. Si bien no se trataba de una urbanización de lujo, tampoco era una dentro de la media. Si alguien se sintiese tentado a robar aquel sitio podría ser una opción, como lo eran otros muchos lugares similares a ese.
—Estoy de acuerdo por una vez niño - Jin estiró su mano buscando sus gafas en la guantera y quitándose las lentillas que por primera vez el nadador notaba que este llevaba.
—Quizás deberías cambiar de lugar entonces. - Jungkook lo observó nuevamente entendiendo que definitivamente su entrenador necesitaba dormir.
—Hay buenos motivos por los que me gusta vivir aquí. La valla es solo un contra sin importancia.
Jungkook frenó el coche cerca de la entrada a la urbanización en la que su entrenador vivía y salió sin necesidad de decir nada para abrirla, mientras Jin se acomodaba nuevamente en el sillón de copiloto notando el dolor de su hombro descender levemente debido al efecto de los calmantes. El lugar en el que residía era realmente tranquilo, estaba situado a unos diez minutos en coche del centro de Seoul y realmente cerca del gimnasio en el que cada día entrenaba a Jeon, por lo que podía hacer su vida sin problemas alrededor del lugar sin obtener a cambio todo el estrés que una ciudad como esa suponía. Kim habría elegido un ostentoso apartamento años atrás, con mejor seguridad y piscina privada, sin embargo en la actualidad todos sus deseos residían en la comodidad. Le gustaban los lugares prácticos, dónde las noches eran silenciosas y no se escuchaban los cláxones de los vehículos demostrando su presencia.
—Si conduces recto siguiendo el camino te encontrarás con una cuesta que baja hacia el garaje, te indicaré cual es mi plaza y…
—Necesito tu coche para regresar a mi propia casa, así que podría dejarte aquí… de esa manera será más sencillo maniobrar para dar la vuelta.
Jin sonrió y negó antes de tomar de la guantera el mando a distancia de la puerta del garaje.
—Quiero que entres por unos minutos a mi casa, te daré una dieta adecuada ya que estás aquí. No tardaré demasiado, ¿qué dices?
—Que estás prácticamente quedándote a dormir mientras hablas, no es tan importante. Puedo esperar a mañana.
—No tengo fuerzas para discutir contigo, solo obedece niño. Por favor.
Jungkook suspiró antes de asentir, en cierto modo sentía curiosidad por el tipo de vivienda que había escogido su entrenador. A juzgar por su coche, y el estilo con el que generalmente se vestía, casi se imaginaba el lugar. Probablemente algo espacioso, totalmente ordenado y con muebles de aspecto sobrio.
—Deja de llamarme niño entonces.
—Eres un niño, puedo llamarte niño - Kim le guiñó un ojo demostrando que se encontraba bromeando.
—Agg, viejo insoportable…
—Obedece niño, o tendré que castigarte.
Jungkook se relamió los labios, Kim habituaba a usar esa frase durante sus entrenamientos. Jeon había pensado que se trataba de una broma verde que solo tenía el objetivo de molestarlo, hasta que esa mañana realmente su entrenador lo obligó a realizar media hora de crol inverso seguido de muchos otros ejercicios destinados a fortalecer su resistencia...y a agotarlo de sobremanera.
—Eres realmente insoportable. - sin embargo Jeon condujo hacia el garaje.
No podría haber estado más equivocado con sus predicciones. A pesar de que el lugar era espacioso y había gran orden, no solo se encontraba decorado con muebles sobrios y blancos. En su defecto Jungkook podía ver en cada lugar que observaba alguna colorida obra de arte. El entrenador Kim todavía tenía cajas de mudanza por colocar pero ni siquiera estás quitaban armonía al cálido lugar que había ante sus ojos. Su atención fue repentinamente atraída por la vitrina del mueble del salón en la que se podían observar algunas fotografías y premios, no eran de su entrenador, sino de los atletas que había entrenado.
Después de asegurarse de quienes eran las personas que sonreían al lado de su entrenador en la gran parte de las fotografías, Jeon decidió prestar un poco más de atención a la arquitectura del apartamento y todo lo que lo conformaba a simple vista. Ahora podía entender porque Kim había mencionado que ese lugar tenía sus cosas buenas. Se trataba de un dúplex con jardín en el que seguramente Peach tendría suficiente espacio para corretear, con un amplio salón unido a la cocina de estilo americano y pasamanos de cristal que llevaban hasta la segunda planta.
—No te quedes ahí parado mocoso, vamos a mi oficina.
Jungkook reaccionó ante la voz demandante de Kim quién lo observaba con una ceja levantada desde la mitad de las escaleras.
—Viejo impaciente -farfulló en voz baja.
El despacho de la casa del entrenador Kim no distaba en gran medida, en cuanto a la decoración, a lo que había realizado con su oficina en el gimnasio. Un ordenador, impresora, mesa amplia y muchas carpetas organizadas por colores.
—Podrías dármelo otro día - Jungkook volvió a insistir cuando observó al entrenador bostezar mientras rebuscaba entre sus cajones.
—Mañana iremos a hablar con la nutricionista de nuestro staff, pero mientras no realice algo adecuado a ti, te prestaré algo único. Esto no lo ha tenido nadie más a parte de ti Jeon así que espero que cumplas con lo indicado en la dieta. Cuando hiciste los primeros análisis noté que tenías bajos niveles de calcio y magnesio, no era nada excesivo pero visto lo visto prefiero poner solución lo antes posible.
—¿Qué tipo de dieta será?- aquellas palabras habían despertado el interés del nadador.
—Se trata de la dieta que yo solía seguir cuando era nadador, concretamente cuando me preparaba para las Olimpiadas, tenemos datos y disciplinas parecidas así que mientras la nutricionista no te vea vas a seguir estas pautas. Dime Jeon, ¿por qué es importante el magnesio para un nadador?
Jungkook miró el papel con la dieta que Jin le estaba cediendo antes de contestar. Sus ojos se ampliaron al notar la gran cantidad de opciones, variaciones y nombres de alimentos.
—Ayuda en la resistencia y la adaptación al esfuerzo.
Kim asintió.
—Más que eso, el magnesio influye directamente sobre el rendimiento que obtienes cuando nadas, así como en la contracción de los músculos y la reparación de los tejidos dañados durante el ejercicio. Es un mineral esencial para que te mantengas con energía Jungkook - Jin se apoyó sobre la mesa de su despacho y cruzó los brazos mirando al nadador - Un déficit de magnesio provoca el descenso de tu resistencia así como de tu adaptación al esfuerzo. Sin el magnesio necesario te sentirás cansado y necesitarás mayor cantidad de oxígeno. Además es un mineral que ayuda en la prevención de lesiones articulares y musculares. Si sigues esta dieta mantendrás un equilibrio de calcio y magnesio perfecto para los entrenamientos y competiciones. No vi ni un solo alimento con magnesio en tu casa, algo esencial para un nadador profesional. ¿Sabes lo que podría ocasionarte la falta de este?
Jungkook bufó sintiéndose acobardado ante las palabras de Jin, sabía que el entrenador Kim tenía razón pero le costaba admitirlo. Se había dejado ir en su dieta porque cuando llegaba a casa estaba demasiado cansado como para ir a hacer la compra y no le gustaba insistirle a su madre sobre ciertos alimentos que eran esenciales para él.
—Excitación nerviosa y muscular excesiva…
—Lo que derivaría en… - insistió Kim.
—Debilidad, temblores, calambres y náuseas. Lo sé, sé que lo tengo que añadir a mi dieta diaria pero por alguna razón me he dejado ir en ese aspecto.
Jin suspiró aceptando las palabras de Jungkook.
—Mañana irás a realizar un examen de sangre para determinar cuán mala ha estado siendo tu alimentación. De momento sigue esta dieta, hay alimentos como vegetales verdes o legumbres que son realmente sencillos de encontrar en la comida coreana así que puedes pedir a algún restaurante cuando no tengas ganas de cocinar. Será mejor si te ciñes a los platos recomendados en la tabla del papel que te he dado pero puede haber excepciones.
Jungkook bajó la mirada avergonzado, él siempre era perfeccionista así que ni siquiera podía entender cómo se había dejado llevar tanto con respecto a la alimentación. Por supuesto que no siempre comía los alimentos basura de sus estantes, pero al menos tres días por semana se sentía perezoso ante la idea de tener que salir a hacer la compra. Antes Sejin lo hacía por él, sin embargo ya se sentía mal de sobra cuando este tenía que ir a despertarlo o lidiar con la prensa. No podía volver a pedirle que se encargase de su compra.
—Tienes veinte años Jeon, eres un deportista en ascenso que se ha puesto el objetivo de competir en mundiales. Debes cuidarte.
—Lo haré entrenador… sigo consumiendo magnesio, carbohidratos y tomando mis suplementos. Simplemente me siento perezoso de ir a hacer la compra en ocasiones. Intentaré cambiar ese hábito - Jungkook hizo una pausa y alzó de nuevo su mirada hacia Kim - ¿Realmente esta era tu dieta?
Jungkook volvió a fijarse en el papel con curiosidad. Le gustaba la idea de comprobar por sí mismo cuán estricto había sido Jin en su cuidado físico durante sus años de nadador pues eso le daría un conocimiento exacto de cuan bueno podría ser seguir sus consejos. No era el momento adecuado para estar feliz, sin embargo una pequeña sonrisa se coló en sus labios.
Bien, debía admitir que Kim era un poco bueno. Hacía mucho que no tenía que bajar la cabeza ante las palabras de un entrenador.
—Lo era, pero tenemos que encontrar una especialmente para ti. Esa solo será un parche.
—Debí imaginar que acabaría teniendo que hacer tu compra - Jin suspiró mirando a Jungkook quien parecía levemente avergonzado acerca de haber tenido que pedir ayuda. Había dicho que no sería un maldito niñero pero eso era todo lo que hacía últimamente, cuidar de un niño bonito - ¿No decías que ya eres un adulto? Porque yo veo a un niño ahora mismo…
Jungkook hinchó sus mejillas dejando escapar un puchero automático precediendo la mirada enfadada por las palabras que había usado su entrenador.
—No es mi culpa que hayas añadido en la dieta alimentos e ingredientes que difícilmente me suenan.
Jin suspiró incrédulo mirando al nadador.
—¿Qué clase de entrenadores has tenido si nunca han aplicado alimentos así a tus dietas de magnesio y calcio?
—Bueno, eso solía preguntarme yo todo el tiempo. - Jungkook hizo un gracioso gesto de obviedad. Él realmente lo había dicho todo el maldito tiempo, sus entrenadores pasados habían sido completamente ineptos. Al inicio no tenían dinero para contratar a ningún experto, después simplemente parecía una mala racha y finalmente con Kim parecía que Sejin había acertado... aunque Jeon todavía no estaba dispuesto a aferrarse a esa esperanza, no sería la primera vez que un coach aparentemente decente terminaba siendo un verdadero asco.
Kim no pudo evitar cambiar su rostro de impaciencia por una pequeña carcajada. ¿Sería realmente posible que el chico tuviese razón cuando descartaba a todos sus entrenadores? Si fuese así este probablemente había llegado prácticamente solo por su conocimiento propio de la natación a su lugar actual en las piscinas.
—Podrías haberles preguntado a los dependientes del lugar - la voz de Kim era más tranquila ahora. Su paciencia seguía siendo mucho más fuerte que los caprichos de Jungkook, la única diferencia es que ahora se apiadaba de Sejin. El manager del chico parecía más un padre que otra cosa.
Jungkook se encogió de hombros observando la lista de la dieta que le había cedido su entrenador. Había demasiadas opciones y variedades de alimentos, muchos de ellos eran productos exportados de otros lugares del mundo y él habituaba a centrar su dieta en comidas conocidas cuando su padre lo entrenaba. Por supuesto conocía ciertos alimentos foráneos buenos para su vida como nadador, pero con estos la incógnita era más bien dónde comprarlos.
Le habría gustado poder llamar a Sejin pero se había prometido a sí mismo dejar que su manager organizase su boda de forma tranquila y sin inconvenientes. Aunque llamar a Kim había golpeado su orgullo , prefería aquello a recibir una nueva reprimenda por sus niveles de magnesio y calcio bajos durante el análisis de sangre que le harían pronto.
—Realmente no me gustan las personas desconocidas - se limitó a contestar aquello mientras observaba a Kim obtener los alimentos sin tan siquiera echarle un ojo a la amplia lista. Sí, estaba claro que aquella había sido la dieta de su entrenador en el pasado.
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Nuevo capítulo!!!
Espero que os haya gustado, la fic es algo monótona por ahora pero pronto sabréis nuevas cosas acerca de las vidas de Jungkook y Jin ♥
Un beso, Mel 😘
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