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Capítulo 66 : ABOUT PRESENTS

"Como una estrella fugaz en el cielo. Juro por dios que abres mis ojos, me haces creer en el amor. Oh, me haces creer en la magia. [...] Y me estás dando poder."
- Magic (Wrabel)

La última semana de Diciembre llegó y con esta el frío, las heladas se habían vuelto algo continuo en Seúl y los copos de nieve se precipitaban con frecuencia sobre la ciudad impidiendo que sus salidas matutinas para correr pudieran mantenerse tan frecuentes como antes. No solo se trataba del hombro de Seokjin, sino del propio ambiente congelado que rodeaba a cualquiera que se atreviera a salir a la calle.

Los días eran mucho más cortos ahora que el invierno se adentraba en su época más intensa, con las nubes grises y las gotas de lluvia recibiendo sus mañanas acompañadas de alguna bebida caliente para iniciar el día con fuerza. Los entrenamientos estaban tomando un eje central en la rutina de la vida de Jungkook y Seokjin que solo era apartado una vez regresaban a casa, las competiciones habían estado siendo un reto silencioso pues el progreso del nadador era obvio. No se había permitido relajarse tras la victoria de la semana pasada, Kim tampoco lo habría permitido. Jin seguía teniendo clara su figura como entrenador y a veces esta pesaba incluso más que la de pareja cuando se encontraban entre las paredes del gimnasio.

-Estira y ve a ducharte, estaré preparando algunas cosas en mi despacho.

Jungkook le dedicó una sonrisa antes de asentir, Jin estaba esforzándose tanto como él para progresar lo máximo posible entre competición y competición.

-Relájate un poco, entrenador. - bromeó Jungkook - O tendré que darte un masaje completo de nuevo.

Jin sonrió al instante.

-No descarto esa idea en el futuro, de momento Jeon limitate a estirar el tiempo suficiente. ¿Qué es lo que siempre te digo?

-Sin prisa, lo sé. Puedes irte tranquilo, cuando acabe iré a tu despacho Kim.

Seokjin no pudo evitar sonreír cuando el atleta se acercó para posar un sonoro beso sobre su mejilla. Su mano acarició la espalda baja de Jungkook y tras acercarlo a su cuerpo besó sus labios.

-Ve. - sonrió Jungkook, sus manos posadas con cariño sobre el pecho del entrenador. - Puedo estirar por mí mismo, confía un poco.

-Confío en ti. - afirmó Seokjin llevando sus manos hacia el flequillo de Jungkook para apartarlo de sus bonitos ojos - Es solo que últimamente no le he estado prestando la suficiente atención a mi novio.

-Estamos todo el día juntos, puedo entender que en la piscina te comportes como mi entrenador. Eso está bien, me ayuda a confirmar de nuevo que eres la opción correcta para entrenarme.

Jin le dedicó una sonrisa de nuevo, ¿cuándo el niño confundido que conoció meses atrás había madurado tanto?

Con su padre fuera de la cárcel y su madre siendo un dolor de cabeza constante, de alguna manera Jungkook se las ingeniaba para seguir brillando en todos los terrenos de su vida. Aquello le parecía admirable a Seokjin, el modo en el que el muchacho ante sus ojos jamás parecía rendirse incluso si de vez en cuando se rompía en la intimidad de su hogar. Entre abrazos cariñosos y susurros en forma de promesas de un futuro mejor, más libre.

-Bien, te tomaré la palabra. Estira, duchate y ven a mi despacho para confirmar algunos detalles sobre la próxima competición. Confío en ti Jeon.

Jin le dedicó una última sonrisa antes de dejarlo ir de sus brazos. Aquel chico le demostraba una vez tras otra cuán fuerte podía llegar a ser su voluntad.

Jungkook se encontraba saliendo de las duchas del gimnasio cuando sintió su teléfono sonar por segunda vez en lo que iba de mañana.

-¿Jimin? - respondió notando el nombre - ¿Ha ocurrido algo?

El chico detrás de la línea tardó en reaccionar un par de segundos.

-Taehyung quiere que vaya a su cumpleaños... y no sé qué comprarle... ¡No puedo aparecer en su fiesta de cumpleaños con algo cutre! Tú eres su amigo, ayúdame. - exigió sonando agobiado.

Jungkook sonrió levemente. Cierto, Taehyung haría una pequeña cena en Daegu pero les había indicado que no necesitaban llevar ningún tipo de regalo. Era la segunda vez en su vida que Jeon Jungkook acudiría a un cumpleaños de alguien que le importaba y que no era un miembro de su familia, la primera fue cuando organizó la fiesta para Jin semanas atrás.

Un atleta como él no tenía tiempo para hacer amigos de verdad, de esos que se conocen de pequeños y continúan llevándose bien por el resto de sus días. Tampoco lo tenía para fiestas reales. Por supuesto que lo habían llamado algunas veces para dejarse caer por algún club con el objetivo de celebrar el cumpleaños de uno de esos conocidos suyos que solo contactaban con él cuando no había más opciones o necesitaban algo a cambio. Aquellas experiencias no parecían una verdadera celebración con amigos para el Jungkook que deseaba con todas sus fuerzas comprar un bonito regalo para Taehyung y apreciar su reacción.

Estaba ilusionado, porque en esa ocasión sentía que realmente estaría celebrando algo con un amigo cercano. Jin incluso había prometido que pasarían el año nuevo en Daegu, así que también sería su primera vez celebrándolo lejos de Yuqi. Generalmente todo lo que hacía en esas ocasiones era llegar a casa tras el entrenamiento y ducharse para ver películas americanas con su hermana mientras llenaban sus bocas de chocolate. Su vicio secreto eran las comedias románticas, y resultaba que había infinidad de comedias románticas con temática navideña.

La Navidad en Corea era más un asunto para las parejas que para la familia, así que aquella promesa de celebrar el año nuevo en Daegu implicaba bastante más que ir al cumpleaños de Taehyung, debido a las fechas en las que se encontraban. Jin y él no habían intercambiado regalos pero sí habían colocado algunas luces en las ventanas de su habitación e intentado colocar un enorme árbol de plástico, que terminó convirtiéndose en el perfecto juguete para gatos.

Jungkook todavía podía visualizar en su cabeza el desastre de bolas de navidad, rebotando por toda la casa mientras los mininos las perseguían derrapando en el suelo.

Estaba acostumbrado a los años nuevos con su hermana, sobre el sofá y con sus mejillas hinchadas de dulces después de telefonear por al menos una hora a su madre. No sería así en esa ocasión, Yuqi estaría con su padre y él celebraría el cumpleaños de Taehyung y la llegada de un nuevo año rodeado de experiencias nuevas que incluían dos noches de hotel en Daegu con su pareja.

Sus manos ya temblaban por la anticipación. Estaba tan ilusionado que incluso si su padre se hubiese negado habría desobedecido, después de todo ya era mayor de edad. Por suerte aquello no había sido necesario, el señor Jeon parecía entender paulatinamente que su hijo ya no era un niño y que este tenía una pareja con la que compartir ciertos momentos. Incluso si dicha pareja era un hombre.

-Ha dicho que no tenemos que llevar nada pero Seokjin y yo hemos pensado en pagar a medias dos equipaciones nuevas de baloncesto para él. ¿Quieres sumarte a nuestro regalo? - preguntó con una carcajada escalando hasta su garganta al escuchar al chico soltar un pequeño gritillo tras la línea.

Cuando le dió su número de teléfono a Park, Jungkook dudó acerca de si este llamaría. La realidad era que aquel muchacho podía llegar a ser realmente demandante cuando perdía la timidez inicial, a menudo llamaba para buscar consejo acerca de Taehyung o Yoongi. Unos consejos que él nunca lograba llegar a formular, porque sus conversaciones eran similares a un monólogo en el que uno hablaba y el otro asentía. A veces incluso Jin tenía que lidiar con las constantes dudas del nadador de Busan.

-Quiero encontrar algo por mi mismo para él pero no sé lo que le gusta, a parte del baloncesto por supuesto. - Jimin hizo una pausa - Solo nos hemos acostado dos veces, así que ni siquiera sé porque me está invitando. Yo estaba realmente tranquilo pensando en que dentro de una semana la competición de Jeolla llegaría y mis tiempos están mejorando... Pero Yoongi me ha mensajeado para decirme que quiere que vaya y... No sé qué voy a hacer...

Jimin se había acostado una segunda vez con Taehyung y Yoongi, convirtiendo definitivamente su corazón en un órgano masoquista. Jungkook jamás pensó que ocurriría, después de todo había visto lo lastimado que el chico salió tras la primera vez. Pero al parecer el que esos dos acudiesen a ver su competición de natación de la semana pasada en Jeju, también implicó ver a Park Jimin y todo su cuerpo de atleta en acción. Antes de que Jin y él pudiesen saludar, esos tres ya estaban moviéndose en el coche de Yoongi hacia la casa de Park tras despistar a la prensa.

-Tae solo habla de música, baloncesto, videojuegos y Yoongi... - contestó Jungkook haciendo memoria - Pero últimamente ha estado mostrando un poco de interés por la moda, aunque siempre dice que no puede permitirse las cosas que realmente atraen su atención. ¿Quieres que le pida algunas imágenes de lo que ha estado viendo?

-Eso me haría la tarea un poco más fácil, sería genial si me haces ese favor Kook.

Cercanía. Jeon Jungkook y Park Jimin no habían hablado realmente después de que sus padres les metiesen en la cabeza que eran rivales y debían comportarse como tal. Sin embargo la cercanía que en algún instante tuvieron cuando eran tan solo unos niños regresó después de aquella charla en la madrugada, tras la fiesta de cumpleaños de Jin.

Dos semanas, era un periodo de tiempo bastante corto pero no parecía costarle encontrar puntos en común que pudiesen ayudarle con la construcción de esa especie de amistad. Ambos sabían lo que era ser atletas, los dos amaban la natación y se movían prácticamente por los mismos lugares.

-A cambio tienes que ayudarme en la sesión de fotos para Swimmers, quieren que posemos juntos para la portada y concedamos una entrevista. No puedo decir que no porque el contrato que he firmado con ellos exige exclusivas. Solo quiero que cuando nos pregunten sobre Seokjin, porque estoy seguro de que lo harán, respondas con cuidado. - Jungkook alzó su mano para obtener la atención de su pareja mientras salía del vestuario, su cabello húmedo cayendo por delante de sus ojos mientras correteaba hacia el despacho de Jin. Con una enorme sonrisa se coló en el interior aprovechando que este se encontraba sosteniendo la puerta. - Sabes lo complicado que es responder. A veces encuentran la forma de revolver hasta las palabras más inocentes.

-Descuida, se me da bien la prensa. - contestó Park.

Jungkook podía jurar que eso era cierto, porque en realidad todos los periodistas del país parecían caer ante los encantos del precioso Park Jimin. Mientras que él era un iceberg, el rubio era considerado un hada. Era esa cara que siempre aparecía completamente sonriente en las portadas sin importar el lugar en el que los paparazzi lo cazaran. Incluso si ahora Kook sabía que ese chico era tan de carne y hueso como él o cualquier otro nadador, seguía sorprendiendole la facilidad con la que este lograba apartar el dolor ante las cámaras.

Aquella sonrisa era solo una máscara reluciente.

-Bien, te enviaré las capturas de la conversación con Tae esta tarde. ¿A qué hora saldrás de Busan mañana? - Jungkook sonrió notando como Seokjin se acercaba para acariciar el cabello de su nuca, sus ojos manteniendo una expresión curiosa.

-Es una cena así que me tomaré un tiempo para entrenar y dormir un poco antes de coger el coche, mis rutinas están subiendo constantemente de potencia por lo que no lograré llegar en mis plenos sentidos a Daegu sin descansar al menos una hora. A las seis, creo que es una buena hora para mi.

Tras cruzar algunas frases más, los dos se despidieron. A veces todavía les resultaba incómodo mantener una conversación completa durante demasiado tiempo, era más sencillo cuando se mensajeaban.

-¿Hablabas con Jimin? - Jin se inclinó sobre el hombro de su nadador y rodeó con los brazos la cintura de este.

Jungkook asintió, su espalda posándose automáticamente contra el pecho de su entrenador. Podía olisquear su desodorante impregnando la estancia, el olor a Jin. Al hombre que quería y con quien pretendía pasar un largo tiempo.

-Creo que realmente le gustan Taehyung y Yoongi, en cierto modo me da pena que para ellos sea solo sexo mientras que para Jimin es...

-Dales tiempo. Las parejas de tres existen y son posibles. - Jin sonrió al notar la expresión confundida de su niño y lo giró entre sus brazos - Se llama poliamor y es algo que haría estallar la cabeza de tu madre.

Jungkook sonrió.

-Estoy seguro de que eso es algo que Yuq conoce, ella siempre lee todas esas novelas en línea sobre los idols que sigue, incluso falsificó su edad para poder acceder al contenido adulto de webtoons. Alguno es...

-¿Lo lees con ella? Acuérdate de apuntar ideas sucias. - bromeó el entrenador.

-Todavía me debes un collar, realmente creí que lo comprarías. Sumalo a esa lista imaginaria de cosas sucias.

Hablar con Seokjin era como tomar aire fresco después de estar horas encerrado. El entrenador Kim aceptaba prácticamente cualquier tema, nunca parecía sentirse excesivamente aburrido acerca de sus dudas y para una persona tan curiosa a la par que tímida, como Jungkook lo era, esa característica rebosaba atractivo.

-Voy a comprarlo, después no quiero oír tus quejas cuando te pida que te lo pongas. ¿Algo más que quieras probar? - Jin sonrió al notar las mejillas de su chico enrojecerse.

-Te lo diré por mensaje más tarde, de momento consigue ese collar.

-Añadiré lubricantes de sabores a nuestra lista imaginaria entonces. - Seokjin levantó las cejas notando los dedos de Jungkook pellizcarle la piel de las costillas. - Ok, sin sabor. Solo estaba bromeando.

Jungkook se tomó unos segundos antes de volver a hablar.

-Puedo aceptar probarlos si te apetece, pero si no me gusta lo quitaremos de esa lista.

Seokjin acarició las mejillas de Jungkook con sus dos manos y beso el puchero que este había formado con los labios.

-Jamás haría nada que no te guste, ya lo sabes precioso.

-Lo sé. - su sonrisa fue inevitable, porque él realmente sabía que su novio no lo lastimaría.

Seokjin acomodó a Peach y Mei en el asiento trasero del coche tras revisar sus arneses, estaban a punto de salir hacia Daegu pero primero pararían en la casa de sus padres para dejar allí a las perritas. Quería celebrar con Jungkook el año nuevo, por lo que había reservado una bonita habitación de hotel con vistas a toda la ciudad.

Su niño estaba centrado en el teléfono, murmurando algo acerca de que Jimin iría a la fiesta de cumpleaños de Taehyung y se encontraba frustrado por el regalo.

-Seguro que encuentra la manera de darle un buen regalo. - Seokjin terminó de acomodar a las perritas y se movió hacia su asiento - No le des demasiadas vueltas, ya le has ayudado con todo lo que podías.

Jungkook asintió mientras bajaba el teléfono para mirarlo, su cabeza estaba apoyada sobre el asiento de copiloto y sus bonitos ojos se habían posado sobre los suyos.

-Lo sé, pero él no lo ve del mismo modo. - respondió con una pequeña sonrisa - Cambiando de tema, todavía no me has dicho en dónde pasaremos la noche después de la fiesta de Tae.

Jin sonrió sin poder evitarlo, quería darle una sorpresa a su novio pero este se mostraba tan impaciente como un niño de cinco años. Su mano se alzó para apartar con cariño los mechones rebeldes del cabello de Jungkook, que este había tratado de atar en una pequeña coleta improvisada.

-Seguirá siendo un secreto hasta que lleguemos a Daegu. Has esperado una semana desde que Taehyung nos invitó, así que podrás esperar unas horas más sin desesperar.

Jungkook dejó que un puchero natural se depositase sobre sus labios, sin embargo asintió. No quería ser el responsable de que la sorpresa de su novio fallara en el último momento. Si Seokjin pretendía hacer algo especial por año nuevo, entonces simplemente le seguiría el juego.

No es como si se estuviera muriendo de curiosidad.

Para nada.

Quizás solo un poco.

-Bueno yo también tengo algo preparado para los dos, así que tendrás que esperar hasta que lleguemos a Daegu, de hecho no te lo enseñaré hasta que la fiesta de Tae se termine y el año nuevo haya empezado. - dijo el atleta, con una pequeña sonrisa traviesa asomándose a sus rosados labios. - Puedes esperar sin desesperar. ¿No es cierto entrenador Kim?

Seokjin se relamió los labios, tratando de obtener alguna pista del modo en el que el nadador se había expresado. Bien, él también sentía bastante curiosidad al respecto pero era un adulto. Podría esperar hasta la medianoche.

Después se encargaría de averiguarlo rápidamente, porque había algo en el tono de Jungkook que le hacía creer que aquella sorpresa de la que le hablaba no era para nada inocente.

-Podré esperar. - sonrió - Después obtendré mi propio premio a cambio, ¿no es cierto niño lindo?

Jungkook se limitó a sonreír mientras llevaba una de sus manos hacia la playlist de su teléfono y conectaba el bluetooth. La única respuesta que Jin obtuvo a cambio fueron las canciones que generalmente los acompañaban durante el sexo.

Alzó una ceja, divertido por la forma de responder de su novio, antes de arrancar el coche se inclinó para depositar un beso cariñoso sobre los labios de este.

-No puedo esperar para compartir nuestras sorpresas Jungkookie. - susurró. - Será nuestro primer año nuevo juntos.

Y quizás aquello derritió un poco más al nadador mientras se perdía en la mirada de su entrenador, o en cómo sus preciosas manos le acariciaban las mejillas antes de centrarse en la carretera.

Bien, ese hombre realmente sabía cómo hacer que su corazón se desbocase.









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Holii!!

Nuevo capítulo un poquillo antes de tiempo. Espero que os haya gustado y que no os resulte pesado dos fiestas de cumpleaños en un periodo tan corto de tiempo.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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