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Capítulo 52 : ACID MORNINGS

"Haz que arda en llamas la fría mañana. Chico, siento tu peligro. Despiértame. "

-Who U Are (Kang Daniel)

De todas las personas en el mundo que Jungkook podía imaginarse llevándose bien con su novio, su padre era la última. Y sin embargo estaba a Jin, con la mano sobre la suya bajo la mesa y la mandíbula apretada con nerviosismo mientras trataba de sonreír amablemente permitiendo que su orgullo de entrenador se esfumase.

Su padre seguía parloteando acerca de cómo él solía llevar a cabo los entrenamientos y lo que mejor funcionaba en su personal opinión. Jin no se había negado a escucharlo, incluso había compartido opiniones con este y ambos llevaron a cabo un debate tranquilo que logró consumir el nerviosismo de Kim por un par de minutos, sin embargo ahora que los cuatro comían en silencio la incomodidad era notable.

-Solías ser bueno en los tiempos si no me equivoco. Tenía a algunos chicos compitiendo a nivel nacional y cuando coincidían contigo en alguna piscina todos teníamos el presentimiento de que perderíamos. - cuando el señor Jeon hizo referencia a los años en los que el entrenador Kim había sido un atleta casi olímpico, Jungkook dejó la comida de lado para atender.

Incluso si había visto gran cantidad de vídeos en los que la gran velocidad y capacidad de Jin se hacía notable, todavía no le había preguntado nunca directamente acerca de las competiciones y su forma de nadar.

-Supongo que era mi punto extra. - la voz de Jin sonó incómoda inicialmente y Jungkook sostuvo su mano bajo la mesa, con el mantel ocultando su gesto cariñoso. - Pero también fue lo que me hizo perder la cabeza, cuando me lesione sentía que había perdido la ventaja de la velocidad. Entre demasiado pronto en la piscina para ponerme al día y bueno... acabe lesionandome de nuevo. Ahora intento insistirle a Jungkook en que las prisas nunca son una buena opción para los atletas.

Cuando el entrenador giro levemente la cabeza hacia él, le guiño uno de sus ojos y sonrió con cercanía, Jungkook sintió que su corazón se llenaba de orgullo y asintió rápidamente.

-Jin siempre le da mucha importancia a mis calentamientos y estiramientos. Realmente es un dolor en el culo a veces. - Jungkook apretó sus dedos alrededor de la mano que su entrenador mantenía posada sobre el muslo de su pierna derecha - Él es un entrenador bastante detallista. También me ha permitido opinar en muchas cosas con respecto a mis rutinas e incluso salimos cada mañana a correr juntos antes de pasar por el gimnasio.

La expresión del padre de Jungkook no parecía realmente relajada, Seokjin había comprobado que en ocasiones el hombre dejaba escapar algunas muecas de desagrado. Probablemente este estuviese aguantandolo todo debido al tiempo que había perdido con su hijo, no había ningún otro motivo en su opinión. No le extrañaría si después de unos meses las cosas empezasen a ser más crudas, por lo que entrelazó los dedos de su mano con la de Jungkook y tironeó levemente hasta posarlas sobre la mesa.

Los ojos del padre de Jungkook volaron hacia su agarre. Los dedos de sus manos entrelazados expuestos ante su vista, parecían molestarle y de repente Seokjin se sentía mucho más retador que nervioso. Quizás por eso abrió sus dedos y estiró su palma, sabiendo que como ocurría habitualmente Kook jugaría con las yemas de sus dedos sobre su piel en cuanto pudiera.

Una sonrisa casi de victoria voló hasta sus labios cuando su nadador hizo exactamente aquello, ignorando la presencia de su padre movió su dedo índice sobre la palma de la mano de Kim y finalmente deslizó su agarre nuevamente contra el suyo de forma despreocupada.

Seokjin rodeó con uno de sus brazos el respaldo de la silla de Jungkook. Con sus manos nuevamente unidas su niño se movió levemente y alzando la cara posó un beso cariñoso en su mandíbula. El entrenador Kim sonrió tan socarronamente que Jungkook tuvo que relamerse los labios nervioso, estremeciéndose ante aquella imagen repleta de masculinidad. Esa actitud del entrenador, era poco frecuente y lograba encenderlo por completo.

Le recordaba a ese momento en el que había afirmado que estaba dispuesto a luchar por él.

-Bueno. Tu entrenador no lo sabe todo Jungkook, es bueno que puedas tener tus propias opiniones. - habló el hombre, nuevamente con una comodidad fingida sobre sus ojos.

-Lo sé, por eso Jin es el entrenador perfecto para mí. No es orgulloso cuando comete un error, él puede recapacitar o mantener su mente abierta ante cualquier propuesta.

Jin asintió, su pecho hinchándose en cierto modo al notar como Jungkook mantenía una clara mirada de desafío mientras lo defendía ante su propio padre.

El entrenador llevó la mano que tenía libre hasta el cabello de la nuca de Jungkook, acarició con mimo la zona y enterró sus dedos en el cuero cabelludo de este antes de inclinarse por sí mismo para posar un delicado beso sobre los labios de su atleta.

Jungkook suspiró a gusto, fundiéndose automáticamente contra el toque de su entrenador hasta que el carraspeó de su padre hizo que su pequeña burbuja estallase.

-Nada de muestras de cariño delante de Yuqi. Te lo deje claro Jungkook, he cedido en que traigas aquí a tu... pareja. Pero las muestras de cariño están por encima del trato cuando tu hermana se encuentra presente.

Yuqi trató de hablar pero él se adelantó. Sólo se habían dado un pequeño beso, había visto las muecas de su padre durante toda la comida y se obligado a ignorar tales detalles a pesar de su malestar pero aquello empezaba a resultarle sumamente agobiante.

-Papá, iré a mí habitación con Jin. No me encuentro bien todavía y tus indirectas empiezan a lograr que mi cabeza duela.

Jin lo observó preocupado, mas no protestó cuando el chico sostuvo su mano haciéndolo avanzar con él por el pasillo hasta adentrarse en la habitación.

-Siento haber hecho que discutas con tu padre. ¿Vuelves a tener fiebre? - su mano se movió con delicadeza hacia la frente de su nadador y sonrió cuando este cerró los ojos disfrutando del cariño.

-Estoy bien. No creo que tenga fiebre pero me siento cansado así que quiero dormir un poco, ¿quieres quedarte conmigo mientras tomo una siesta?

Seokjin asintió dejando ir su mano de la frente de Jungkook para seguirlo hacia la cama, donde sus brazos lo sostuvieron por la cintura en un apretado y cómodo abrazo.

-Descansa niño.

Para Jungkook despertar completamente envuelto en otro cuerpo comenzaba a resultar una de las mejores cosas de tener pareja. Él no era alguien que soliese pasar frío habitualmente, y aún así así los cálidos brazos de su entrenador aportaban a su cuerpo una sensación de tranquilidad absoluta.

Le agradaba poder rozar su mejilla contra el pecho de Jin y notar sus piernas alrededor de las suyas a la par que las manos de este acariciaban delicadamente su espalda. Sus dedos estaban fríos por lo que su cuerpo se estremeció levemente mientras abría los ojos.

-¿Cómo te encuentras hoy?

¿Hoy? Jungkook observó extrañado el reloj digital sobre su mesilla comprobando que ya era por la mañana. Probablemente había recuperado todas las horas de sueño atrasadas de las últimas semanas. Sin su madre en mente y con las suaves caricias de su novio, su descanso había sido completamente reparador.

-Todavía me duele un poco la cabeza pero mucho mejor que ayer. - contestó con una sonrisa - ¿Has pasado la noche aquí?

Jungkook pudo comprobar que Jin solo portaba unos boxer por lo que su mano voló automáticamente hacia el torso de este. Trató de parecer natural mientras jugueteaba con sus manos sobre el marcado abdomen de este, para un nadador como él aquel cuerpo era todo a lo que aspiraba en un futuro cercano. Y para un chico que por fin empezaba a reconocer su sexualidad y estaba completamente encandilado con su entrenador, aquel cuerpo era una de las mejores imágenes que podría encontrarse al despertar.

-Cuando me desperté era tarde así que decidí quedarme. - Jin apartó los mechones azules de los ojos de su nadador - Deja que me vista y te daré tu medicina.

El entrenador Kim estiró levemente sus brazos, sentándose sobre la cama mientras Jungkook apoyaba la cabeza en su mano y posaba el codo sobre la almohada de manera despreocupada, mirándolo sin vergüenza y disfrutando del hecho de poder tenerlo allí, a su lado. Jin se inclinó notando la mirada atenta del atleta, encantado por la vista del rostro descansado y adormilado de su novio, posó un beso sobre la frente de este comprobando rápidamente su temperatura.

-Cuando me recupere tendré que poner toda mi atención en el entrenamiento. - habló Jungkook, sus ojos viajaron hasta las bonitas manos de su novio y por un instante recordó lo que Jin le había contado sobre cómo el toque de estas se asociaba al amor. Desde entonces aquellas manos siempre lo hacían suspirar sin remedio. - Quiero un entrenamiento que no me dejé ni respirar.

Jin dejó escapar una pequeña sonrisa y colocó una de sus rodillas sobre la cama mientras abría la caja de pastillas para el dolor de cabeza. Todavía en boxers, con el cabello revuelto, las marcas de las sábanas sobre su mejilla izquierda, esa leve erección mañanera y lo que parecía una barba de dos días, aquello le suponía a Jungkook la mejor de las vistas. Así que imitando a Jin se colocó de rodillas sobre la cama y estiró sus brazos sobre los hombros de este para a continuación entrelazar sus manos sobre su nuca y atraerlo.

-No me he lavado la boca todavía así que te daré un asqueroso beso mañanero. - sonrió avergonzado.

Jin dejó a un lado la caja de pastillas. Sus fuertes manos se posaron sobre las costillas de Jungkook y descendieron acariciando la piel del chico hasta clavarse en su cintura. Sólo en ese momento Jeon percibió que en algún momento de la noche se había deshecho de su sweater.

-Bien. Déjame ver qué tan bien te desenvuelves antes de que...

Pero la voz de Yuqi canturreando Who U Are de Kang Daniel provocó que ambos suspirasen molestos.

Todo lo que Jungkook creyó que obtendría esa mañana se basaba en un beso en la frente y unos cuantos medicamentos. Pero entonces recordó que su habitación tenía baño propio.

Así que una vez más Kim Seokjin se vió a sí mismo siendo arrastrado por el chico.

-Nos lavamos los dientes y después nos damos una ducha. - casi ordenó con una sonrisa pícara.

Jin alzó sus manos dejándose llevar. No le supondría ningún tipo de sacrificio tomar una ducha con su atleta preferido. Tras lavarse los dientes obedientemente al lado del muchacho, tiró en alguna parte su boxer y lo siguió hacia el la ducha.

Jungkook sonrió esperando que aquellos brazos lo envolvieran como siempre hacían. No se decepcionó cuando el entrenador lo alzó como si ni siquiera pesara un poco, sentirse estrellado contra la pared del baño incluso lo invitó a gimotear, pero lo que realmente activó todos sus sentidos fueron las palabras que su novio había empezado a susurrar en su oído.

-No seré delicado solo porque tu padre duerma en la habitación de al lado. ¿Estás seguro de que quieres seguir provocándome niño?

Jungkook no contestó, en su lugar usó las manos porque Jin mejor que nadie podría entender lo que sus caricias expresaban. Mientras el agua tibia llenaba sus cuerpos de calidez, sus manos se movieron desde la nuca de su entrenador hasta la mitad de su espalda. Sintiendo bajo las yemas de sus dedos cada trabajado músculo.

-Jinnie - susurró notando la boca de su novio haciendo estragos en la piel de sus clavículas.

Jin sonrió interrumpiendo por solo un segundo su beso antes de morder y succionar dejando una pequeña marca sobre el cuello de Jungkook. Aquello era algo que no podría hacer con facilidad cuando llegasen los nacionales, no quería que la prensa pusiera su atención sobre un par de chupetones en lugar de sobre la natación de su atleta.

-No tenemos lubricante. - susurró.

-Saliva y agua, o jabón. - sugirió Jungkook sintiéndose levemente desesperado mientras permitía que los besos del entrenador continuasen.

Jin sonrió incrédulo por la ocurrencia Jungkook.

-¿Agua? - preguntó divertido.

-O lo que sea.

Realmente era patético lo fácil que podía entrar en calor con sólo unos cuantos besos. Le gustaba el juego previo, la sensación de ser besado y acariciado en las zonas más sensibles de su cuerpo. Zonas que casi nadie había logrado que despertasen antes.

-Tendrás que conformarte con algo más sencillo. No quiero arriesgarme a lastimarte, además, todavía estás débil debido al resfriado.

Jungkook quería protestar más cuando Jin lo posó sobre el suelo y se arrodilló ante él, todas sus palabras parecieron desaparecer. En su lugar sus manos se movieron hacia el cabello de su entrenador y gimoteó encantado con la atención que la boca de este le daba a su miembro hasta obligarle a obtener una completa erección. Tan dolorosa y fuerte que sentía que podría marearse.

-Mi niño necesita que lo cuiden. - habló Kim antes de tragarlo por completo.

Lo único que pudo hacer Jungkook fue posar su espalda contra las frías baldosas del baño mientras echaba la cabeza hacia atrás y comenzaba a mover sus caderas en un suave vaivén que pronto se descontroló por completo.






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Holaaaa!!!!!
Capítulo sorpresa por el simple hecho de que me apetecía escribir baes. Espero que os haya gustado.

Por cierto, ¿qué os ha parecido Dynamite? A mi me ha encantado .

Un besazo,
os amo.
Mel
💜

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