Capítulo 5 : WEAK POINT.
"Tal vez hay hambre en mi sangre gritando en voz alta por lo que quiero."
—ILLENIUM
Jin tomó una profunda bocanada de aire antes de dejar escapar una maldición haciendo reír a la señora de recepción. Poco más de una semana, eso era lo que había durado la puntualidad de Jeok y estaba casi seguro de que se trataba de una venganza por el evento de cena para las personas necesitadas de la noche anterior.
Con la paciencia al borde del precipicio y las venas de su cuello marcándose ante la sensación de enfado se obligó a sí mismo a mantener la calma. Sin embargo él no era paciente del todo, en realidad ese podría ser su mayor defecto, no podía tolerar los errores constantes y no era la primera vez que Jungkook llegaba tarde desde que había empezado a entrenarlo. Ese niño de veras parecía pensar que todos en su equipo estaban dispuestos a esperarlo. Quizás el resto de su staff lo consintiese pero Kim no acostumbraba a ceder fácilmente, incluso si se trataba del rostro bonito de ese chico. Los entrenamientos tenían una hora de inicio y fin, cualquier cosa fuera del horario implicaba un gasto de tiempo en su vida personal que no estaba dispuesto a dejar pasar.
—Dale la mano al chico bonito y te tomará el brazo, maldita sea Jeon. ¿También llegarás tarde a las competiciones? - Jin seguía gruñendo y caminando alrededor de la entrada del gimnasio mientras sostenía su teléfono contra su oreja.
Veinte minutos después se rindió y decidió preguntar a la mujer por la dirección del nadador. Jungkook iba a pagar con otro ejercicio menos de los sugeridos por él mismo, no habría privilegios si ese muchacho seguía haciendo lo que le apetecía todo el tiempo.
Tras media hora conduciendo bajo el sol otoñal Jin aparcó su Land Roger Evoque negro entre maldiciones. Ante sus ojos se encontraba uno de los edificios más exclusivos de Seúl, con vistas al río Han, grandes extensiones de zonas verdes privadas y una seguridad que le costaría cruzar si Jeon no daba los determinados permisos para que se le permitiese acceder.
—¿Qué se le ofrece señor? - el portero del edificio le sonrió de forma educada, una de esas sonrisas que no son sinceras y solo sirven para complacer a los clientes.
Jin sonrió de la misma forma, estaba enfadado pero eso no significaba que tuviese que pagarlo con quiénes no tenían culpa alguna.
—Soy el entrenador de Jungkook, no he podido contactar con él y estoy preocupado. ¿Podría dejarme pasar?
—Deje que lo consulte.
Jin asintió mientras hundía las manos en los bolsillos de su pantalón deportivo. Esa mañana había pensado en salir a correr con el chico, tal vez llevar a Peach y regalarle un estímulo positivo para hacer crecer las ganas del muchacho por entrenar a su lado. Ahora solo quería ponerlo a hacer ochocientas sentadillas con barra.
Después de unos minutos el portero del edificio le dio el okay permitiéndole entrar en el ascensor. Tras comprobar un par de veces el número del apartamento en el que el nadador residía Jin tocó el timbre dispuesto a mostrar su mejor expresión de enfado, algo que le resultó del todo inútil cuando una adolescente de aspecto dulce y cabello alocado lo recibió.
—Oh, lo siento, creo que me he confundido. Buscaba a Jeon…
—Lo sé, Jack me ha avisado. ¿Eres su nuevo entrenador? -Jin asintió sintiéndose levemente tímido ante el escrutinio de los ojos de aquella muchacha tan extraña - ¿Es necesario despertar a mi hermano? Para serte sincera apague su despertador porque parecía agotado, mi teoría es que entrena demasiado - la chica se cruzó de brazos clavando en Seokjin una mirada exhaustiva - ¿No puedes darle un día de break a mi hermano?
—¿Un día de qué…? - Jin trató de observar sobre los cabellos rizados de la chica pero no había rastro de Jungkook en la porción de casa que veía.
—Un día de descanso, creo que realmente lo necesita. Mi hermano es muy bueno así que podrá seguir haciéndolo bien incluso con un día o dos de calma. ¿No crees?
Seokjin sonrió notando la sinceridad en aquella niña , no debía tener más de quince años pero se encontraba con los brazos cruzados dispuesta a defender a su hermano.
—Es tu hermano el que generalmente no quiere descansos. Todo ejercicio requiere de momentos de tranquilidad. Si me dejas entrar prometo hablarlo con tu hermano de nuevo. ¿Cómo de agotado está?
—Agotado nivel irse a dormir sin ducharse ni cambiarse - la hermana de Jeon hizo un gesto de asco antes de apartarse para permitirle la entrada a Jin - Su habitación es la primera siguiendo el salón.
Seokjin asintió sin poder evitar darle una sonrisa.
—Por cierto , puedes llamarme Jin. ¿Tu nombre…?
—Soy Yuqi - la chica sonrió casi feliz de haber recibido una presentación.
Kim caminó hacia la habitación que la pequeña Jeon le había indicado, para su desgracia su enfado se fue un poco cuando la imagen de Jungkook acurrucado entre las sábanas golpeó su mirada. El aspecto aniñado del chico se acrecentaba cuando dormía y sus mechones azules resbalaban alrededor de su almohada mientras escondía mitad de la cara en esta.
Como su hermana había mencionado, llevaba la ropa del día anterior.
—Jeon - Seokjin se agachó delante de la cama y sonrió de nuevo al verlo así, era un completo bebé maldita sea. Era un niño de veinte años lidiando con la fama y el perfeccionismo. No veía un glaciar de hielo como tantos comentaristas de deporte decían - Jeon Jungkook levántate, detesto que me hagan esperar y te dije que no haría de niñera.
El gesto de Jungkook se arrugó levemente y un sonido arrullado salió de sus labios mientras movía la mano como tratando de deshacerse del sonido molesto. Kim dejó escapar una pequeña carcajada antes de tomar la mano de este.
—Jeon despierta, el entrenamiento de hoy te gustará.
Poco a poco Jungkook parecía ir despertando y comenzaba a ser consciente de la presencia de su entrenador en su habitación. Finalmente sus ojos se abrieron y solo logró reaccionar con sorpresa.
—Iba a castigarte con sentadillas de barra hasta que tu hermana confesó que ha apagado tu despertador porque está preocupada. En una escala del uno al diez, ¿cuán cansado estás?
Jungkook bostezo estirándose y sentándose sobre la cama, todavía medio consciente de lo que ocurría.
—¿Cinco? No lo sé, acabo de despertarme así que es normal que me sienta algo cansado. Yuqi hace eso habitualmente, cree que no duermo lo suficiente pero soy perfeccionista también en eso. Sé que si me excedo mi entrenamiento será negativo para mi cuerpo.
Kim asintió feliz por escuchar aquella respuesta, a pesar de ser perfeccionista Jungkook no estaba obsesionado con las rutinas de entrenamiento y eso era realmente bueno.
—Bien, cambiate niño, hoy entrenare contigo. Un pequeño premio por el hecho de que ayer apareciste en el evento social.
Jin se levantó dispuesto a caminar hacia la puerta.
—¿Se supone que eso es un premio?
—Peach está esperando en mi coche, es una pequeña galga muy activa así que si te portas bien dejaré que vengas a correr con nosotros cada mañana.
Jin había notado el gran apego que Jungkook mostraba por los animales, de hecho le extrañó no ver ningún perro en la casa del nadador. Parecía que esos animales podían arrancar la personalidad afilada del chico para dejar paso a la calma.
—Voy a cambiarme.
—Realmente tienes un buen sitio aquí - ambos se encontraban calentando antes de salir a correr. Jin no había podido evitar observar los alrededores del lugar en el que vivía Jungkook. La naturaleza rodeaba por completo la parte trasera de los edificios y los caminos bien cuidados suponían una gran opción para hacer ejercicio de forma tranquila.
—Lo sé, por eso lo elegí - el cabello de Jungkook todavía se encontraba revuelto, sus ojos mostraban el reciente despertar y las marcas de las mantas de su cama cruzaban una de sus mejillas enrojeciendo su piel.
—Sigues siendo demasiado impaciente durante el calentamiento -Jin se acercó un poco a Jungkook para comprobar cómo el chico realizaba los ejercicios - Mirame, como el juego del espejo, sigue mis ejemplos con la misma velocidad que yo. No servirá de nada si lo haces mal por la prisa, tenemos tiempo, incluso si ya has acabado con la mayoría de mis planes para el medio día. Si eres un niño bueno te llevaré a comer algo después.
—No soy un niño…
—Te llevo ocho años Jungkook, yo soy un viejo para ti en la misma medida que tú eres un niño para mí.
Jungkook entendió la lógica pero no la compartió, a pesar de sus palabras sabía que Kim estaba lejos de ser un viejo.
—¿Qué te hace pensar que quiero comer contigo? Aprovecharé para ir a la piscina y después volveré a casa para tener ese descanso del que hablabas hace media hora.
Jin alzó una ceja antes de señalarle a Jungkook que se concentrara en seguir los mismos tiempos que él.
—¿Qué dices de visitar una protectora de animales en tu siguiente acto social? Es imposible que no te agrade la idea, he visto como te comportas con mi Peach.
Jungkook ni siquiera lo pensó, de sus labios salió una afirmación instantánea. Le había pedido aquello a Sejin durante años pero su manager siempre estaba repleto de trabajo y la promesa de que algún día lo llevarían se retrasó hasta nunca cumplirse. Si Kim podía conseguir que sus actos sociales se ligasen a los animales entonces ganaría un punto.
—A este ritmo solo me hará falta seguir trayendo a Peach conmigo para que me aceptes como entrenador.
—Me gustan los animales, eso sería un punto porque me mantendrías feliz pero para seguir siendo mi entrenador debes mantenerme en forma y mejorando, no feliz.
—Puedo hacer las dos cosas a la vez Jungkook, solo estaba bromeando. Vamos, no puedes ser tan frío con sólo veinte años.
—Soy simplemente serio con mi trabajo - Jungkook suspiró una vez los lentos calentamientos del entrenador Kim llegaron a su fin - de la misma manera en que tú sueles serlo a pesar de ese humor tan extraño e infantil. Es el único motivo por el que no te he echado, no por Peach.
—Bueno, tu entrenador infantil echará una carrera contigo. Venga, anímate un poco Jeon.
A pesar de su lesión en el hombro Jin nunca había dejado de hacer ejercicio, había muchas cosas que todavía podía hacer y salir a correr con Peach había sido una costumbre desde que la adoptó varios meses atrás. Si hubiese sabido que la perrita tendría efectos calmantes para Jungkook la habría llevado el primer día al gimnasio.
Mientras corrían Jungkook mantenía la mirada fija en Peach, sonreía e incluso le hablaba de vez en cuando. Parecía sencillamente feliz.
—¿Por qué no tienes un perro Jeon? Pareces encantado con Peach.
Jungkook lo miró, la sonrisa aniñada todavía presente en su rostro.
—Mi madre les tiene pánico porque cuando era pequeña le mordió uno. Tengo dos tortugas, hamsters, agapornis y tres camaleones… pero nunca he tenido perros. Aunque me gustaría.
Jin sonrió aumentando el ritmo de su carrera. El niño tenía un zoo en casa pero se le seguían iluminando los ojos con los perros, en cierta forma era triste que no pudiese tener uno.
—Tienes veinte años y ganas el suficiente dinero como para mudarte, simplemente busca una casa y adopta a un perro. Tienen un bonito efecto en ti Jeon.
Seokjin sonrió cuando escuchó al chico bufar y aumentar su velocidad para alcanzarlo.
—Si quisiera hacerlo ya lo habría hecho.
—¿Hay algo que te detenga a hacerlo entonces?
Jungkook se mantuvo en silencio durante los suficientes minutos como para que Kim creyese que no obtendría respuesta .
—Mi madre es azafata de vuelos internacionales, a veces está fuera de casa por varios días así que sería cruel de mi parte dejar sola a mi hermana si me mudo.
Jin no dijo nada, sabía hasta dónde debía llegar como entrenador. Podía llevarse bien con su nadador, incluso podrían ser amigos en cierto modo pero como coach no debía traspasar algunas barreras. Y la de opinar sobre la vida privada de Jeon era quizás la más grande de las murallas que él se interpondría, como siempre hacía y seguiría haciendo.
—Eres un buen hermano - respondió sin embargo. A pesar de que en realidad sintiese ganas de expresar en voz alta lo muy admirable que le parecía que pusiese la felicidad de su hermana sobre la suya propia.
----------------------------
Espero que os haya gustado, llega un poquito adelantado el capítulo porque no sé si mañana podré subirlo. Aunque pueda paracer cansino Peach aparecerá bastante porque me gusta ese punto de unirlos a través de un animal, los animales son la cosa más bella y única del mundo, debemos protegerlos, cuidarlos y amarlos.
Un beso, Mel 😘
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro