Capítulo 38 : FALL DOWN
"Es mi verdad. Estaré lleno de cicatrices pero es mi destino, es mi destino. Aun así sigo queriendo luchar por ello."
-BTS (AWAKE)
A Jungkook los aeropuertos le resultaban completamente claustrofóbicos de forma general, con toda ese gente apurada moviéndose de un lado a otro. Pero incluso si habitualmente todo ese ambiente le quitaba la respiración, lo que sucedía en ese instante era cien veces peor.
-Por favor hagan espacio.
Jungkook pudo escuchar como uno de los guardias de seguridad trataba de mantener a la prensa lejos de su único y principal objetivo. Él y solo él.
-Tranquilo - la voz de su entrenador sin embargo era un pequeño oasis de la salvación en medio del enorme desierto - No pueden estar seguros de nada todavía y pronto firmaremos el contrato con Swimmers, nada de lo que digan podrá afectarte niño.
Jeon se obligó a asentir, no le gustaba la idea de tener que enfrentarse a una realidad en la que todo el mundo pensase que era menos válido para el deporte por un detalle tan absurdo como el de sentirse atraído hacia los hombres. Aún así, y consciente por completo de que los flashes parecían perseguirlo, posó su frente contra la espalda de su entrenador. Escondiéndose en el cálido cobijo que él suponía mientras lo escuchaba hablar con los encargados de la seguridad del aeropuerto.
Mantuvo los ojos cerrados, con el eco ensordecedor de su mala conciencia tratando de excavar hondo en su pecho.
-No se preocupe señor Kim, nos encargaremos de que Jeon llegue bien hasta su vehículo.
Jungkook apretó el abrigo del entrenador entre sus manos percibiendo que este comenzaba a caminar, pero pronto se obligó a levantar la cabeza como Kim lo hacía. Imitando esa mirada orgullosa repleta de brillo en los ojos de este, incluso cuando todo su interior estaba temblando por completo ante la sensación de pánico que crecía más y más a cada instante.
La cercanía de los periodistas así como los cegadores flashes de las cámaras lo hicieron tropezar un par de veces, pero todas y cada una de esas encontró en las manos de su entrenador un rescate rápido y preciso.
-¿Estás bien? - Kim cerró rápidamente la puerta de su coche, llegar hasta el parking había sido complicado pero no tanto como avanzar por el aeropuerto. Ninguno de los dos había prevenido una respuesta así teniendo en cuenta que Jungkook todavía estaba empezando a destacar. Sin embargo se habían juntado dos noticias bastante jugosas para aquellos a los que le gustaba exprimir a las figuras públicas hasta acabar con sus últimas gotas de energía : el juicio de su padre y su posible homosexualidad abrían distintos debates en las redes.
Jungkook se limitó a asentir sin comprender bien si lo estaba, su cabeza parecía a punto de explotar y de alguna forma los pensamientos que seguían revoloteando a su alrededor empezaban a resultarle demasiado altos. Agotadores.
-Es como si alguien me estuviera gritando al oído que lo he estropeado todo, de forma constante. Mi conciencia está en pleno rendimiento.
-No has hecho nada malo, y arreglaremos esto Jungkook. - Kim suspiró y tras cerciorarse de que se encontraban solos en el aparcamiento, acarició levemente el cabello de su nadador en un intento de aportarle ánimo - Si puedes soportar una competición de natación también puedes soportar esto, no hay nada sobre lo que arrepentirse o autocastigarse. Eres un atleta con un enorme potencial y la persona que decides tener a tu lado en la vida no cambia eso, como no cambiará quién eres, puede aportar un gran sentido a tu vida pero al final tú eres tú independientemente de si besas a un hombre o a una mujer. ¿Entiendes eso?
Jungkook asintió dejándose hacer antes de acomodarse en el asiento de copiloto, su botella de agua completamente estrujada entre sus manos.
-¿Vas a ir a por Peach a casa de tus padres? - preguntó, su voz era un hilo en el intento de evitar las lágrimas que amenazaban por resbalar de sus ojos.
Kim sonrió de forma inevitable.
-Lo haré, ¿quieres acompañarme?
Las mejillas de Jungkook tomaron un tono rosado en cuanto la idea de ver a los padres de su entrenador cruzó su cabeza. Él no era una persona exactamente sociable por lo que la idea de decir o hacer algo incorrecto en la presencia de estos le resultaba mucho más aterradora de lo que él mismo podía comprender. Eran los padres de Jin, odiaría sentirse rechazado por estos.
-Quizás en otra ocasión, necesito ir a casa para solucionar algunas cosas y tratar de dormir un poco. También visitaré a la psicóloga que conseguiste para mí, no es del todo mala. - Jungkook hizo una pausa para mirar a su entrenador - ¿Me llevas a mi apartamento?
Jin asintió con una pequeña sonrisa.
-¿Debería avisarte cuando regrese con Peach? Estoy seguro de que salir a correr unas horas ayudará a despejar tu mente. Ya te has castigado lo suficiente durante todo el vuelo.
-Sí, suena bien para mí. He estado extrañando a Peach últimamente.
El corazón de Jungkook dió un pequeño vuelco cuando su entrenador le sonrió con familiaridad, había algo en la idea de volver a salir a correr a su lado que lo ponía del todo feliz.
-Entonces definitivamente te avisaré.
Jungkook no había esperado tener que enfrentarse a su madre tan pronto, según sus cálculos esta debería estar en algún pack de vuelos para turistas de clase alta entre Corea, Escocia y Transilvania por al menos un par de días más.
Sin embargo tan pronto como se adentro en su casa allí se encontraba ella, vestida de forma sobria con su vestido de lana gris y su alta coleta lisa cayendo sobre su espalda. Los ojos de su madre no eran cariñosos en esa ocasión, sus labios no mostraban ni un solo ápice de tranquilidad y en general, Jungkook encontraba en su pose la misma pose con la que se topó aquel día en el que tuvieron que llamarla de su instituto porque él seguía escabulléndose de las clases que le resultaban aburridas. Aquello derivó en una expulsión, la pérdida de su único amigo de verdad en Busan y la decisión final de su madre de mudarse a Seoul.
En aquel momento a él le gustó la idea, los gimnasios y piscinas allí eran mucho más grandes pero cuando miraba al pasado y lo comparaba con su presente, lo que tenía en Seoul era muchísimo más solitario también.
-Mamá...
-¿Qué es esto? - su madre alzó el teléfono mostrándole sin ningún tipo de titubeo la portada del próximo número de Swimmers - Te dije que ese hombre es un mal ejemplo para ti, no es adecuado que trabajes con alguien así. Por favor dime que no te ha encandilado con algunas palabras cariñosas.
-¿Por qué hablas de él como si se tratase de un villano? - fueron las únicas palabras que salieron de su boca, todavía cabizbajo y sin atreverse a observar a la mujer que le dió la vida.
Quería mostrarle respeto, hacerle saber que la amaba y que jamás le haría daño con una decisión inadecuada, pero en ese instante las palabras de su entrenador no dejaban de susurrarle al oído que no había cometido ningún delito al decidir ser él mismo.
-Es mucho peor que eso. - su madre golpeó la mesa de madera de la cocina con sus nudillos - Esa persona no puede ser buena. Dime que esta portada es solo un error y luego deshazte de él, solo te traerá problemas hijo.
Jungkook observó a su madre sintiendo el fuerte dolor en el pecho que la mirada decepcionada de esta le dedicaba.
-Él realmente me gusta, me siento bien a su lado - susurró tratando de explicarse a sí mismo - Es... él realmente es alguien especial mamá, ¿por qué importa tanto que sea un hombre o una mujer?
Su madre dejó escapar una carcajada repleta de ironía.
-Venga ya Jungkook, tú solo quieres un padre. Maldita sea, probablemente eso es lo que te confunde. Estás viendo el reflejo de tu padre en él y por eso crees que te gusta. Acaba lo que sea que tienes con ese desperdicio y sigue trabajando en tu carrera con otro entrenador.
Jungkook frunció el ceño sintiéndose repentinamente enfadado con las palabras de su madre. ¿Cómo podía decir algo así? Ella sabía lo mucho que le dolía haber tenido que crecer con su padre en una celda, lo mucho que había sufrido y llorado cuando los apartaron.
-Jin no tiene nada que ver con papá, ellos ni siquiera se parecen en el blanco de los ojos. Puedes poner todas las excusas que quieras pero sabes que lo que te molesta se resume en el detalle de que él es un hombre que no sigue tus absurdas creencias tradicionales. Me he pasado la vida tratando de complacerte creciendo como la persona que tú querías que fuese. Por una vez quiero ser yo mismo sin tener que pensar en tí o en Yuqi antes.
-¿No se parece a tu padre? Es mayor que tú, es un entrenador de natación como lo era tu padre y... ¿por qué te gusta? ¿Porque te sientes bien a su alrededor? Eso es absurdo Jungkook, olvidate de ese hombre. Hablaré con Seejin para que busquen a otra persona para entrenarte, ese Kim no es una buena influencia para ti. Yo misma me encargaré de que nadie acceda a que ese ente oscuro entrene a sus hijos. Tú eras un chico normal hasta hace poco.
La furia de Jungkook comenzó a bullir en su interior, no le gustaba el tono que estaba usando su madre ni la forma en la que parecía estar empeñada en explicar sus decisiones como una confusión por la falta de una figura paterna.
-No tengo ningún complejo de Edipo, mamá. Por mucho que quieras decirte a tí misma eso, soy mayor de edad y soy quién paga esta casa desde hace años. Tomaré mis propias decisiones, y en cuanto a hablar con Seejin... jamás te has preocupado por lo que envuelve a la natación así que ni siquiera pienses en tratar de quitarme a Seokjin. Es el único entrenador con el que he podido entenderme desde hace años.
Su madre sonrió, sus ojos mostrando un enfado que hacia temblar las piernas de Jungkook.
-Entonces quizás debería irme a otro sitio con tu hermana...
-No voy a caer en eso, Yuqi acabará viniendo a mí tarde o temprano, sabes que ella me necesita más de lo que te necesita a ti. Los dos te amamos pero jamás has estado a nuestro lado.
Jungkook sabía que aquellas palabras no eran las correctas y que probablemente se acabaría arrepintiendo de eso. Su madre había sacrificado muchas cosas por obtener un trabajo que cubriera la falta del sueldo de su padre y les permitiera a Yuqi pero sobretodo a él a mantener el estilo de vida que tenían. Por supuesto que él puso dinero en cuanto comenzó a ganarlo, sin embargo lo hizo exclusivamente porque estaba agradecido y amaba a la mujer que le dió la vida.
-¿Vas a usar eso Jungkook? ¿Quién pagó todos tus entrenamientos y viajes cuando el maldito idiota de tu padre acabó en la cárcel? Yo y mi trabajo, si no fuese por mí ahora mismo ni siquiera conocerías a ese entrenador tuyo. Más te vale recapacitar y pedirme perdón, si no quieres acabar en una terapia para desviados. Te juro que voy a encerrarte para que te curen si no entras en razón.
Aquella frase golpeó con fuerza el interior de Jungkook, sabía que su madre era realmente cerrada pero jamás pensó que ella se negaría a aceptarlo. Estaba seguro de que al principio sería difícil, sin embargo la respuesta de esta había sido excesiva y completamente dolorosa para él.
-Nunca - Jungkook podía sentir su garganta arder ante las ganas de dejar escapar su llanto - Jamás, ni siquiera cuando era un niño, te he pedido algo. Si no puedes aceptarme como soy entonces yo no te aceptaré a ti. Desde hoy no tengo madre.
A pesar de que Jungkook podía escuchar los gritos de su madre desde la distancia, no miró hacia atrás ni por un solo instante. Sus pasos recorrieron el portal del edificio, el garaje y una vez se dejó caer sobre el asiento de su coche, solo pudo pensar en un lugar al que ir.
La casa de su entrenador.
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Holiiiiiii!!!!
Wattpad está en modo hater así que he tardado bastante en lograr subir el cap, no me ha dejado poner los separadores por lo que intentaré colocarlos más adelante. Últimamente no he contestado muchos comentarios porque mi móvil se estropeó y con el que tengo la app se me cierra con bastante frecuencia pero intentaré hacerlo lo antes posibles desde el pc.
Muchísimas gracias por el apoyo que siempre le dais a la fic. Os amo.
Un beso, Mel
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