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Capítulo 33 : CHEEK KISS

“El castillo de arena que soy yo, ha sido golpeado por una ola llamada tú y ha empezado a desmoronarse. ¿Qué puedo hacer? Ayúdame. Por tu culpa estoy perdiendo el control.”
—Day6

Seokjin sonrió levemente, observando el gesto tímido de su nadador mientras salían del restaurante. La cena había estado bien. Habían hablado de muchas cosas y de algún modo se aprovecharon de sus conocimientos sobre natación para romper todos los posibles instantes de silencio incómodo que en realidad nunca llegó a presentarse. De una manera u otra su tema de conversación siguió ampliándose durante la noche, y ambos terminaron teniendo un debate acaloradamente interesante acerca de cuál se podía considerar el mejor nadador surcoreano de la historia.

Compartían gran cantidad de opiniones y gustos con respecto a la natación, se trataba de un deporte que los dos amaban. Jin seguía sintiéndose en una burbuja de tranquilidad cuando llegaba a las piscinas y el característico olor a cloro lo envolvía por completo, seguía sentándose en el sofá de su casa para ver competiciones o leyendo artículos sobre métodos de entrenamiento innovadores. De la misma manera que lo hacía Jeon, la única diferencia era que uno de ellos todavía podía disfrutar de la adrenalina de competir o la confortable sensación de hundirse en el agua.

-¿En qué estás pensando niño? - casi de forma rutinaria Kim pasó uno de sus brazos alrededor de los hombros de Jeon y lo apretó contra él en un gesto animado tras pagar la cuenta del restaurante.

-Todavía no quiero que nos vayamos al hotel para dormir, ha sido una cena… curiosa, pero no se ha sentido realmente como una cita porque todo lo que hemos hecho ha sido hablar de cosas triviales. Hemos tenido las mismas conversaciones que siempre tenemos.

El entrenador sonrió levemente antes de cambiar su postura para mirar a Jeon a los ojos. No sabía el concepto del amor que tenía Jungkook a su temprana edad, pero recordaba que a sus veinte años y sin demasiada experiencia él había pensado en el amor como el sentimiento más intenso y pasional del mundo. Por supuesto todas esas películas y libros sobre romances perfectos no ayudaron, soñar con encontrar al hombre perfecto tampoco lo hizo.

Aunque sus experiencias no fueron las mejores, al menos ocho años después el entrenador Kim tenía claro que el amor también era trivial en ocasiones. A algunas parejas realmente les gustaba la sensación de tener a un mejor amigo a su lado con el que poder hablar hasta de las cosas más simples sin que el aburrimiento llegase a aparecer, fue su propia imagen de lo que necesitaba en su pareja por un tiempo también. Alguien con quien el simple hecho de salir a hacer la compra pudiese resultar entretenido, una persona con la que caminar por la calle sin que el resto del mundo pudiese romper su burbuja de tranquilidad… Solamente alguien con el que sentirse bien sin importar que fuese lo que estuvieran haciendo porque el simple hecho de mantenerse juntos podría ser suficiente para mantener una sonrisa en sus labios.

-Oye, las citas a veces son triviales. Hemos tenido una buena charla, en un restaurante increíble y con una comida deliciosa. Sería agotador si todo fuese siempre intenso - Jin observó de nuevo a Jungkook, repentinamente preocupado acerca de si tal vez su plan de una cita había resultado demasiado aburrido. Durante las dos horas que se mantuvieron charlando mientras cenaban, él se sintió definitivamente cómodo. Pero quizás su nadador había formado una idea distinta acerca de lo que esa cita sería - Todavía tenemos tiempo para hacer algunas cosas, ¿a dónde te gustaría ir niño?

Los ojos de Jungkook parecieron brillar un poco con esa oferta y a Kim sencillamente le resultó imposible no sonreír en consecuencia. Ese muchacho se veía realmente bonito cuando las sonrisas sinceras llenaban su expresión, generalmente dura en la piscina, de felicidad.

-Realmente no tengo nada en mente, podríamos visitar algún mirador. Aunque es algo cliché porque la mayoría de parejas visitan esos lugares… No sé mucho acerca de citas Jin. Solo he estado con una persona en toda mi vida y ni siquiera era un hombre, quiero decir… - Jungkook parecía nervioso de repente luchando contra sus propias palabras - Sé que a estas alturas ya no tiene nada que ver que sea un hombre o una mujer, es solo que socialmente… No lo sé Kim.

El entrenador asintió todavía con los ojos clavados en la mirada de su nadador, una de sus manos se movió sin prisa hacia la mejilla de este y tras acariciar su suave piel se acercó a sus labios hasta posar un suave beso sobre la comisura de estos.

-Podemos hacer eso, aunque el Skytree ya es uno de los mejores miradores.

Jungkook pareció dudar unos instantes antes de realizar la siguiente petición, sabía que su entrenador probablemente se negaría pero de todas maneras aquello era lo que realmente deseaba por encima de cualquier otra cosa. Quería ser alguien de su edad haciendo lo que la gente de su edad hacía, incluso si el entrenador era mayor que él sus gustos no podían ser tan diferentes. Eran solo ocho años, no treinta.

-¿Podemos ir a algún club? - a pesar de que Jungkook tenía conocidos con los que de vez en cuando se dejaba caer en clubs de Seoul, en contra de lo que la mayoría pensaba, no disfrutaba por completo de esas noches. Era extraño estar acompañado de gente que parecía estar más interesada en su cartera que en él mismo - Sé que no puedo beber alcohol porque los nacionales están cerca y necesito mantener mi cuerpo al cien por cien, solo… quiero ir.

El entrenador Kim definitivamente parecía estar dudando, su mirada escrutaba las reacciones de Jeon percatandose sin gran problema del puchero natural que nuevamente sus labios formaban en un intento por convencerlo.

-Deja de hacer eso, a veces creo que sabes lo que funciona conmigo mejor de lo que admites. - tras un suspiro Kim asintió dejándose llevar, incluso si tenía un claro sentido de la responsabilidad… él también era joven y le gustaba salir a divertirse de vez en cuando - Está bien Jungkook, nada de alcohol. Al menos nada demasiado duro.

Jungkook asintió, el alcohol no era un problema ya que nunca le había causado una sensación embriagantemente divertida. Se había emborrachado un par de veces antes y había maldecido por las consecuencias al siguiente día cuando el simple reflejo de la luz en la piscina le provocaba mareos. No, el alcohol no sería un problema para nada y menos cuando Kim se encontraría a su lado ejerciendo ese importante papel de algo más que un simple entrenador.

Felizmente Kim sostuvo su teléfono decidido a obtener un uber que los pudiese llevar rápidamente hasta algún lugar decente,mientras tecleaba observó a Jungkook. El chico se había acercado para curiosear aún sonriente, era difícil definirlo. Este no era un iceberg en ningún aspecto, en realidad era más dulce y tranquilo de lo que sus ojos dejaban ver cuando se zambullía en el agua.

Y aquello era un gran problema para Kim, porque a él siempre le habían atraído chicos que parecían ángeles pero terminaban convirtiéndose en el propio diablo.

-Conozco un sitio de música en directo al que Yoongi y yo vamos en ocasiones cuando coincidimos en Japón, ¿qué opinas?

Jungkook se encogió de hombros.

-Puedes decidir, iré a donde vayas entrenador.

La estética del local era diferente a lo que Jungkook esperaba de su entrenador, en el local la luz roja de neón iluminaba el escenario mientras la próxima banda preparaba sus instrumentos para comenzar a tocar. Había seguido a Seokjin hasta una mesa en el piso superior por lo que las vistas eran realmente buenas.

-¿Qué opinas?

El entrenador sostenía una cerveza en sus manos mientras se apoyaba contra el respaldo de la silla, sus brazos abrazando levemente el respaldo debido a que su torso se encontraba girado para tener una mejor vista del escenario. Jungkook apoyó sus codos sobre la mesa poniendo su atención sobre Kim por completo.

-Que definitivamente sería bueno que hubieses vestido de negro hoy - dijo con sinceridad - Yo… - Jungkook se atragantó con sus propios pensamientos - Creo que te sentaría realmente bien.

Seokjin levantó una ceja antes de observarlo con un gesto que Jungkook solo podía caracterizar como atractivo.

-La próxima vez me lo plantearé, realmente me he vestido para ir a un restaurante. No planeaba que vinieramos a un club de música.
El nadador sonrió levemente poniendo de nuevo su atención en el escenario, la banda había comenzado a tocar aportándole al lugar un aspecto que realmente le gustaba. Las luces rojas de neón siendo sustituidas por focos que iluminaban la actuación del grupo.

-Me gusta este lugar, ha sido una buena elección.

Kim asintió, el perfil de Jungkook iluminado por las luces de colores y el modo en que su flequillo brillaba mientras sus labios mostraban una bonita sonrisa, estaba comenzando a volverlo loco. Ese muchacho ante sus ojos causaba sensaciones en su interior que desde hace años creía muertas por completo.

-¿Quieres bajar?

Sorpresivamente el nadador negó.

-He notado que te duele el hombro - sus ojos se encontraron - Sería cruel dejarte solo o hacerte bajar conmigo, alguien podría golpear tu hombro entre el gentío.

-Que dulce Jungkookie, mi niño se está preocupando - una sonrisa se escapó de sus labios notando como el chico maldecía - Ve, no voy a quitarte los ojos de encima. Solo ve y diviértete, cuando estés satisfecho sube y volveremos juntos al hotel.

Aunque el nadador dudó por unos instantes, el gesto tranquilo de su entrenador le aportó la seguridad suficiente como para seguir sus propios deseos. Dejando a un lado su chaqueta se levantó decidido a bajar a la pista del local para unirse a la muchedumbre de gente que saltaba animada con cada frase que el vocalista de la banda cantaba.

Su rápida carrera fue interrumpida por el brazo de Kim quién se mantenía mirándolo fijamente mientras señalaba su mejilla con uno de sus dedos.

-¿Quieres un beso o … - Jungkook dió un paso atrás acercándose de nuevo a su entrenador.

Jin no dijo nada, en lugar de eso volvió a señalar su mejilla hinchandola con su lengua mientras una sonrisa se asomaba a través de sus ojos.

Jungkook sintió un escalofrío recorrer su espalda, era un gesto sencillo e incluso gracioso ya que sabía que su entrenador solo estaba jugando como siempre lo hacía. Aún así se agachó obedientemente y posó un beso sobre la mejilla de este antes de escabullirse hacia el primer piso del local donde las personas se encontraban saltando.

Antes de entrar en el medio de la descontrolada muchedumbre miró hacia arriba, sus ojos no tardaron en toparse con los de su entrenador quién se había puesto de pie y apoyaba los brazos en la barandilla. Este alzó la cerveza en su mano y guiñó un ojo tranquilamente.

El corazón de Jungkook se aceleró una vez más de forma desbocada y desconocida.



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Holi!!!
Este capítulo es unas doscientas palabras más corto de lo normal porque estoy un poco adormilada, madrugar no es bueno para las personas nocturnas como yo. La cosa es que realmente me apetecía escribirlo para no haceros esperar demasiado.

Espero que os haya gustado y no haya errores garrafales porque no lo he repasado.

Un beso, Mel

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