Capítulo 26 : SELF-CONSCIOUS BOY
"Las luces del corazón que cayeron sobre la almohada, una enfermedad que no puede ser curada con cosas puras como la sonrisa de un niño, que envuelve la felicidad y la esconde entre distorsiones."
—Kiro Akiyama
Las calles de Tokio eran con frecuencia una mezcla de todo aquello que ansiaba, la primera vez que Jungkook caminó por Harajuku tan solo tenía catorce años pero incluso en aquel entonces las personas llamaron su atención al instante con sus formas de vestir rebeldes y poco convencionales. En aquella época su mente era un revoltijo de hormonas adolescentes así que cuando observo la diversidad de colores en el cabello de la gente, la idea de imitarlo llegó de forma completamente inevitable. El color azul de sus mechones que le había regalado la atención de muchos medios por aportar más frialdad a su faceta perfeccionista, tenía su comienzo ahí. Con una edad tan temprana como aquella Jungkook tenía varias cosas claras: quería que su padre estuviera orgulloso y eso solo lo conseguiría siendo un buen nadador y ansiaba llegar a lo más alto con el deporte que amaba sin importar cuanto le costase.
Desde que tenía memoria siempre se había esforzado más de lo suficiente, había llevado sus entrenadores hasta su punto máximo y por eso la libertad que aquella vez vio en Tokio lo hizo preguntarse cómo sería poder vivir sin la preocupación de ser el mejor constantemente. Jeon todavía recordaba la reacción de su madre cuando descubrió bajo sus gorra los mechones azules que él mismo se había teñido tras conseguir los materiales en una tienda cercana a su casa, ella realmente se había enfadado en aquel entonces pero de alguna manera terminó por aceptarlo. Su madre siempre acababa aceptando las cosas después de negarse a estas. Quizás fuese por la intervención de Sejin quien siempre lo salvaba en los momentos de mayor necesidad o tal vez sencillamente se acostumbraba desde la distancia que su trabajo le obligaba a mantener. Fuese como fuese ahora esta parecía apreciar el bonito color que le daba significado a su apodo en la piscina. El chico de hielo.
-Parece que realmente te gusta esto - Kim mantenía las manos enterradas en sus bolsillos mientras observaba con curiosidad al chico ante sus ojos.
Jungkook se encogió de hombros con una sonrisa permanente sobre sus labios. No podía ver lugares así a menudo, aunque Corea presumiese de un alto avance en la tecnología y gran cantidad de ámbitos… todavía había detalles que se le escapaban. No podría ver tanta diversidad de personas unidas ni aunque recorriera cada esquina de su país. Por supuesto sabía que todos los lugares tenían sus cosas malas, sin embargo seguía sintiéndose mucho mejor en esas calles siendo un completo desconocido que en Seoul dónde cada vez más personas conocían su identidad, limitando sus decisiones.
Era difícil de alguna manera, Jungkook sabía que todos sus objetivos de vida lo llevarían a la fama porque a veces el éxito conllevaba esa consecuencia y todavía más cuando sus principales sueños estaban en una cima realmente alta. Aún así se negaba a estar feliz con el hecho de que sus decisiones pudieran ser atacadas por el simple hecho de que su rostro fuese conocido.
-Me gusta que la gente pueda usar cualquier cosa sin miedo a las miradas curiosas, en Corea es fácil que te juzguen con los ojos. El mínimo error parece imperdonable - Jungkook señaló al frente con la mirada - Sin embargo, en esta calle la gente parece completamente libre, la única libertad que yo conozco es la piscina… por lo que es extraño que me pueda sentir así de bien fuera del agua. Aquí no importo yo, ni si mi mirada es fría o mi cabello inadecuado. La gente es tan diversa que probablemente soy la persona más aburrida que un par de ojos puedan encontrarse.
Kim observó al muchacho por unos segundos sin saber bien qué decir, Jungkook parecía más calmado y feliz de lo que lo había visto nunca fuera de una piscina.
-¿A mi nadador no le gusta destacar entre los demás? Eso suena extraño teniendo en cuenta que eres probablemente el nadador de tu edad más extravagante que...
-Me gusta destacar en la piscina, no en las calles. Mi pelo puede parecer extravagante en Corea pero aquí es completamente normal.
Jin sonrió pasando un brazo sobre los hombros del nadador.
Jungkook sonrió levemente pegándose un poco más al toque, le agradaba aquello, sentirse abrazado por el largo brazo de su entrenador mientras caminaban por Tokio sin preocuparse acerca de la posibilidad de que un periodista de deportes decidiese crear noticias exageradas. La mano del entrenador resbaló despreocupadamente sobre su hombro y el nadador sonrió de nuevo, ese extraño sentimiento de felicidad seguía apoderándose de su cuerpo cada vez que lo tenía cerca.
-No hablaba de tu cabello Jeon, me da igual eso, de hecho me gusta. Tengo que admitir que hace destacar tus ojos, cuando te conocí lo primero que vi fue una mirada dura decorada del azul de varios mechones revoltosos - Seokjin no pudo evitar echar la mirada atrás, no había pasado tanto tiempo pero en su cuerpo parecía una eternidad - Eres extravagante en cuanto a tu forma de trabajar, corrigiendo a tus anteriores entrenadores y disfrutando del hecho de que sabías más que ellos. Ni siquiera tardabas un mes en despedirlos hasta donde sé, así que a veces me pregunto qué te ha llevado a mantenerme cerca.
Kim sentía que el chico lo estaba manteniendo por simple costumbre y eso afectaba a su faceta profesional, Jungkook estaba confundido y perdido así que lo peor que podría pasar se resumía en la probabilidad de que este necesitase más un apoyo en él, que un entrenador.
-Lo estás haciendo bien, lo he dicho antes. El mejor nadador necesita el mejor entrenador.
Kim se forzó a sonreír dudando levemente ante las palabras de Jeon, él sabía que no era el mejor. Todos sus nadadores lo dejaban de forma inevitable cuando el reto de competiciones de mayor importancia llegaban como ofertas. Los patrocinadores, los presidentes de algún club de natación o simplemente el equipo nacional que necesitaba a alguien mejor preparado, eran muchas las personas que le habían confirmado que él solo era el mejor entrenador hasta la zona que conocía. No podía hacerlo bien cuando se adentraba en los caminos de la natación que por su lesión nunca pudo llegar a conocer lo suficientemente bien.
-Sabes que no soy el mejor Jeon.
-Lo sé pero eres lo mejor que he encontrado en un tiempo así que quiero conservarte por ahora, ¿no es acaso lo más sensato?
Jin sonrió levemente, él ya no podía hablar de sensatez. No cuando todo en lo que podía pensar las veinticuatro horas del día se resumía en ese chico que ahora se apoyaba contra su toque.
-No lo sé, últimamente me cuesta bastante distinguir la sensatez.
Jungkook sonrió alcanzando con sus dedos la mano que el entrenador había dejado caer sobre su brazo.
-¿Tenemos tiempo para parar en algunas tiendas antes de ir a la reunión?
A Kim le hubiese gustado negarse, decir que era inadecuado o que no estaban en Japón para visitar tiendas, eso sí que habría sido lo más sensato pero de nuevo hacía un tiempo que no conocía el significado de aquella palabra. Así que simplemente se limitó a asentir observando los ojos brillantes del chico esperar una respuesta.
-Supongo que tenemos unos minutos.
Jin se dejó caer sobre la cama del hotel con un bostezo escalando hasta su boca y el hombro clamando por un poco de piedad, después de la reunión en el gimnasio del club de natación de Harajuku tanto él como Jungkook decidieron que la mejor promoción para una carrera benéfica serían otros nadadores medianamente conocidos, así que tras el entrenamiento habitual tuvo la mala idea de hacer gala de su agenda de entrenador. Como consecuencia se habían dedicado a hacer llamadas durante las últimas dos horas.
El nadador sonrió al notar a Jin tumbado boca abajo en la cama, sabía que esa mañana se había levantado con dolor tras el vuelo del día anterior, sin embargo este no se quejó ni una sola vez. En lugar de demostrar dolor se preparó para entrenarlo en un gimnasio cercano, preparó todo lo necesario para hablar con los promotores de la carrera benéfica e incluso puso a disposición su agenda repleta de nombres de nadadores que podrían atraer la atención de la gente dispuesta a pagar entradas. Por supuesto el atleta lo había notado, le había insistido que podría seguir el programa de entrenamiento solo pero su entrenador se limitó a tomar asiento sin dejar de revisar cada ejercicio.
Jungkook gateó sobre la cama y se sentó sobre la espalda baja de Jin sin hacer presión, no quería lastimarlo.
—¿Ha mejorado el dolor con la medicación? - sabía que no debería estar haciendo aquello de la misma manera que sabía que en las últimas semanas ambos habían sido imanes. Después de aquel beso en la piscina, los toques, roces y caricias llegaban de forma natural crispando todo su cuerpo de necesidad, ya ni siquiera podía resistir la tentación de imaginar a su entrenador de todas esas formas que no debería. No se había sentido tan cohibido con alguien antes, ni siquiera con Solar - Deja que cambie la venda por ti.
Kim parecía lo suficientemente adolorido y cansado como para limitarse a asentir sin luchar demasiado contra su propia mente. Jeon se deshizo del sweater que llevaba con cuidado, teniendo especial atención con la zona en la que estaba situada la venda para lesiones. Cuando las manos cálidas del niño acariciaron la piel de su baja espalda subiendo hasta su columna y hombros, no pudo hacer nada más a parte de suspirar a gusto.
—Es bueno que me enseñaras cómo relajar los músculos, pero deberías aplicarlo en ti también - Jungkook mordió su labio sintiendo la sensación de calor recorrer sus piernas a medida que acariciaba la piel de Kim. Los hombros amplios, la musculosa y trabajada espalda del entrenador… aquello le afectaba de formas totalmente desconocidas, tanto que ya le resultaba absurdo negar la evidencia - ¿Dónde guardas las vendas?
Jin carraspeo, el más que nadie sabía que las reacciones que su cuerpo mostraba ante Jungkook estaban mal… Pero todavía no lograba encontrar la forma de controlar sus instintos. Si ese día no sintiese dolor en su hombro difícilmente habría logrado permanecer quieto, en su mente no podía dejar de pensar en ese niño estirado sobre la cama con las mejillas sonrojadas y su entrada completamente lista para recibirlo. El pensamiento no lo ayudó, todo su cuerpo estaba estremeciéndose en ese instante.
Estaba mal, sumamente mal. Él sabía que Jungkook no era homosexual o al menos no de forma clara, nunca antes había recibido un placer como ese y quizás se encontraba confundido tras el beso de hace unos días… estaba mal, y aunque lo sabía Kim seguía excitándose con la idea de ser el primer hombre de su nadador. Quería verlo suspirar y gimotear por él, necesitaba enterrar su boca contra las clavículas de este para marcar su bonita piel y tragarselo a besos.
Aquello era enfermizo y no estaba bien. Definitivamente no lo estaba.
—En el segundo cajón de la mesilla. Jungkook, deja los masajes, sabes mi condición. Aunque no lo creas, me afecta el toque.
Jungkook lo observó con lo que parecían ojos tímidos, como si este realmente fuese un niño inocente completamente ajeno a lo que sus manos podrían causar cuando la atracción entre ambos había sido tan clara durante días. Kim clavó su frente contra la almohada tratando de evitar todo contacto visual.
—Pero me gusta tocarlo entrenador.
Jin estuvo a punto de girarse para mirar la expresión de Jungkook de nuevo, quería ver la mirada en sus ojos mientras una frase tan atractiva como aquella salía de su boca.
—Solo estás confundido. Es normal niño…
—No lo estoy… Bueno, lo estoy un poco pero… - Jungkook le ayudó a Kim a darse la vuelta y antes de que esté pudiese decir algo siguió hablando - Me gustas. Mucho. Y me gusta estar contigo, tu cuerpo, tu cara… Yo… Yo también pienso en ti de ciertas formas.
—Jeon - Jin trató de advertirlo sin embargo un escalofrío cubrió su cuerpo cuando el niño comenzó a acariciar sus abdominales con la mirada perdida en su torso. Las mejillas de su nadador habían obtenido un tono rojizo y su respiración era pesada - ¿Estás caliente pequeño?
Seokjin quería darse una bofetada a sí mismo por aquella pregunta, lo hubiese hecho de no ser porque no lograba salir del trance en el que se había sumido tras notar la erección de Jeon y como los ojos de este observaban su cuerpo. El nadador no solo estaba obviamente necesitado, sino que también parecía bastante confundido por como algo así podría haber surgido.
—Quizás - la faceta tímida de Jeon había llenado sus mejillas de un sonrojo que empeoraba el poco control de Jin.
—¿Sabes que hoy no estoy en condiciones para ayudarte con eso verdad? Ni siquiera deberíamos estar teniendo esta conversación.
Jungkook hizo un puchero pero asintió.
—No sé porque reacciono así a ti, pero sé que me gustas de algún modo. No siento confusión al respecto si se trata de eso, ¿hay algo malo en no saber lo que soy pero sí saber que quiero estar contigo? - Jeon observó el gesto incómodo de Kim - Hay más deportistas que inician relaciones con sus entrenadores.
—Pero Corea ve mal las relaciones entre personas del mismo sexo Jungkookie, es distinto con nosotros porque eres un deportista en pleno ascenso que podría perderlo todo debido a la homofobia. Además, ni siquiera estás seguro de si quieres esto.
—Nadie tiene que saberlo…
Kim se pasó la mano por la cara frustrado consigo mismo y con sus ganas de besar de nuevo a Jungkook tras ver el miedo que escondía su mirada triste.
-¿Realmente pretendes que a mi edad tenga un romance secreto sin definición?
Jungkook negó apartándose.
-Lo siento, ha sido mi error. Debería irme.
Kim no sabía que podría llegar a dolerle tanto ver el brillo de los ojos de Jungkook convertirse en lágrimas, este abandonó la habitación sin mirar atrás pero esa noche su rostro herido no dejó al entrenador solo ni por un mínimo instante.
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Hiiii!!!!
Bueno por aquí os dejo el cap de hoy junto con la canción de un artista que he descubierto hace poquito pero me encanta. Espero que os haya gustado.
Cómo veis esta vez ha sido Jungkook quién se ha frenado a sí mismo 😉
Es un bebe hermoso uwu
Un beso, Mel 😘
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