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Fue solo un juego

Kris Wu estaba bastante hundido. 



Nunca en su vida se había sentido tan...desesperado. 



Y bueno, quizá se le había pasado un poco la mano, pero no podía evitar hacerlo cuando intentaba con todas sus fuerzas ingresar a los medios americanos con las mejores de las imágenes. 



Y fue aquel partido de baloncesto entre canadienses que lo había orillado a estar en su actual situación. 



En ese juego, donde se codeaba con estrellas internacionales y expertos del deporte para celebrar un poco del buen ambiente deportivo que tenía la NBA este año. 



Y no es que fuera malo, es decir, él siempre buscaba la manera de estar ahí presente y ser cortés regalando sonrisas a todas las chicas famosas que desde lejos lo seguían con la mirada. 



Las mujeres casi nunca fueron el problema. 



Esta vez, el problema tenía que ver con cierto cantante canadiense de figura pública escandalosa que en cuanto lo vio en los entrenamientos estuvo pegado a él cual chicle. 



Y bueno, quizá Justin Bieber era agradable. Solo un poquito, pero lo era. 



Y fue por eso que el día del partido mientras tenía que estar en la banca con su polera de color morado y el número once en su espalda, no se retiró cuando el cantante comenzó a animarlo para platicar. 



Eran cosas triviales, de poco interés que surgían en medio del partido donde Kris pensaba en una buena jugada que les ayudará a salir adelante. 



 Pero en su poca concentración no se daba cuenta de cuántas cámaras lo enfocaban en un acercamiento sorpresivo del cantante por su persona, invadiendo su espacio personal. 



Y quizá por muy tonto que pareciera, Kris nunca percibió nada fuera de lugar hasta que terminó el partido no se fijó en la forma intensa en que la mirada de Justin lo estuvo siguiendo, ni como usualmente las personas hacían bullicio por el hecho de ver a ambos hombres hacer un buen juego e interactuar entre ellos. 



No fue sino hasta la cena de celebración que se percató había hecho algo mal porque el canadiense lo seguía mirando e incluso le pasó una copa para seguir armonizando la platica sobre el juego y algunas cosas más. 



  — Sería bueno estar juntos.



— ¿Una colaboración?



— También podríamos hacerla. 



Ni el frío invierno en las afueras del recinto lo congelaron tanto como esas palabras y la intensa mirada que el hombre le daba. 



¿No era Justin Bieber heterosexual? 



Disculpándose torpemente dejó al cantante en medio de la cena y decidió no arriesgar, más de lo que ya había hecho, su integridad. 



Tal vez no pasara a mayores. 



Pero como los descuidos siendo famoso tienen un precio. 



Y era por eso, que cuando llegó a la casa de su madre, donde se estaba quedando, se sintió extraño, como si algo en el mundo no estuviera bien con lo que había pasado. 





Negó con la cabeza y recostándose ya en su cama cerró los ojos sin percatarse de la serie de notificaciones que había estado llegando de su amigo Kevin, hasta que la vibración de su móvil lo sacaba de esa atmósfera de tranquilidad que lo estaba llevando al sueño. 



Sin darse cuenta de quién era el contacto que marcaba respondió, si era Justin, le mandaría un saludo y dejaría pendiente por mucho, mucho tiempo su colaboración. 



Tal vez  los cincuenta sería una buena fecha. 



  — ¡Vaya!Milagro que contestas, ¿ya dejaste de compartir el aliento con Bieber?



Maldito fue el momento en el que decidió despertar ese día. 



Y dándose cuenta del remitente, revisó sin descuidar los segundos los mensajes de su amigo con varias fotografías demasiado cercanas entre el canadiense y él. 



No podía ser, joder, incluso parecía que Bieber estaba viéndole sus escasas nalgas. 



  — Hunnie...mi amor...



— No, no Yifan, no vengas con "mi amor"cuando hace unas horas o quizá minutos estabas lanzando tus palabras casi sobre los labios de ese...de ese... 



  — Fue solo un juego, estábamos jugando. 



  — Lo pudiste ver en los entrenamientos. 



— No, fue solo una vez y además ni siquiera supe que iría hasta apenas ayer. 



Los soplidos molestos de Sehun se escuchaban a través de la línea. 



Aun cuando no se viera, Oh Sehun era alguien celoso, alguien que podía guardar más odio y rencor que Junmyeon y Kyungsoo juntos. 



— Bebé...



— Te estaba viendo las nalgas. 





Como odiaba a los medios, como detestaba que los medios internacionales no lo vetaran por completo de Corea, cuando menos así podía salvar algo de su vida. 



— Mi cielo, príncipe mío...tú bien sabes que yo ni nalgas tengo. 



— No me importa, tus tablas son mías y el espacio personal, ¿siquiera conoce ese término?



Kris se sentía perdido, no era que no supiera como controlar los arranques que su novio solía tener, sino porque en su vida le había reclamado por algo como el hecho de que se lo sabrosearon sin darse cuenta. 



O sea, ¡era a Sehun a quien siempre le estaban viendo los bonitos globos que tenía como nalgas!



  — No te enojes, no me quedé ni a la cena, yo pensaba en dormir y después llamarte para verte aunque sea un ratito. 



— ¿No fuiste a la cena?



— Un rato, lo de cortesía, ya quería volver y que pasaran las horas para verte un poquito... Te extraño, te extraño demasiado. 



 — No quieras comprarme con eso. 



  — No estoy intentando eso, lo que quiero decir es que Justin Bieber podrá ser muy famoso y todas esas cosas que dicen, pero para mí, el único famoso en el mundo y que es dueño de mi corazón es un chico coreano que es una obra de arte andante.



  —  Idiota...



— Pero así me amas, y además...mi amor... ¿podríamos...una vídeo llamada?



Kris se arriesgaba, pero de alguna forma tenía que desviar el tema y poder estar bien con su bolita de azúcar. Y si bien se estaba quedando dormido, había puesto desde su despertar una alarma que le permitiera estar despierto en el momento que Seúl estuviese levantándose para ver a su único amor. 



— ¿Para qué?



— Hunnie, tú sabes...extraño verte, y a tus nalguitas.



— No menciones esa palabra porque sigo molesto.



  — Pero...pero yo amo tus nalguitas, son como dos montañas de amor macizo que puedo morder...y ah, se hace agua la boca. 



—  Wu Yi Fan, no me provoques. 

— Con más razón, ¿no quieres verme con mi uniforme de baloncesto?



— Kris...



— Por favor mi amor, en unos días me escaparé para verte, pero mientras quiero enseñarte lo bien que juego con las cosas curvas, redondas y firmes...



— Mmm...



Ese simple sonido le sonó a victoria, una muy poderosa, mucho mejor que la del partido. 



  — Más te vale tener nuevas técnicas.



— Oh mi amor, estuve mucho tiempo pensando en cómo jugar un torneo completo contigo. 



Y tal vez Kris estuviera siendo demasiado idiota con las palabras, pero en cuanto escucho un ruido del seguro de la puerta no pudo evitar brincar de la emoción y esperar a su hermoso novio para enfrentar otra clase de partido donde tenía permitido hacer de todo y entrar con fuerza. 



— Entonces, ¿quién es el chico coreano con quieres anotar una cesta?















•••

 Yo no tengo ni la p--- idea de lo que acabo de escribir, pero alguien me lo pidió y pues...¡TATAN!



Lo siento si a alguno no le gusta, es una petición media rara y batallé mucho para hacerla, así que si les gusta denle amor y sino, pues también, que solo de amor vive mi nombre(?)

 ••

Aquí la foto de inspiración. 

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