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I give you mi heart

"I give you mi heart, my life and soul, all this is only for you"

Narra Emilia:

Hoy tampoco comimos debidamente, necesitamos más dinero ya... Mis hermanos tampoco comieron adecuadamente... miré a mi madre y dije bastante preocupada.

-madre, ya te dije que puedo trabajar unos meses.-

Mi madre me miró y solo negó con la cabeza, no le gustaba la idea de que yo trabajara por los gastos de la familia, pero miré el calendario, se acercaba la fecha más importante familiar, la cual era navidad, mis hermanitos miraron a mi madre en un instante de súplica.

-mami... todos mis compañeros tendrán regalos bonitos esta navidad... Nosotros ¿no?- exclamó la más pequeña.

En ese instante pude sentir como mi corazón se rompió en dos, así que al día siguiente, sin decirle una palabra a mi madre, empecé a buscar trabajo, pensé buscar uno que no fuera tan pesado, aunque era difícil considerando que era mi primera vez haciéndolo, estaba buscando aquí y allá, pero no cumplía con los requisitos de la mayoría.

-lo siento, necesitas experiencia para este trabajo- dijo una encargada del último lugar al que fui, ya había perdido la cuenta de cuantas me habían dicho lo mismo.

Estaba perdiendo las esperanzas recorriendo las calles en busca de algún cartel o indicio, hasta que un señor de unos 40 años se acercó a mí en la calle.

-oye señorita... Tiene usted un muy buen cuerpo, ¿le gustaría aplicar para nuestro burdel?-

Quede helada, no pensaba hacer eso, no es mi plan ni mi ideal, pero... era el único lugar donde me aceptarían.

-umm...- no fui capaz de responderle nada con lo que me dijo, así que solo calle y recibí la tarjeta que me extendió.

Al llegar a casa solo mire la tarjeta y mire a mi madre quién estaba cotizando los gastos del mes, finalmente, puse una mirada decidida, llame al señor para hablar sobre sueldo y aplicar para el trabajo, no sabía cuanto iba a estar ahí, pero necesitaba el dinero, así que tendría que estarlo hasta conseguir algo mejor.

Logre llegar a un acuerdo con aquel señor y me dispuse a ir a la cama a dormir.

-mañana será un día largo... más bien... Una noche larga- hablaba conmigo misma, pero al parecer una loca solo cerré la boca e intenté dormir sin hacerme pensar mucho, pues al razonar iba a dudar y eso no me lo permitiría a estas alturas.

Al día siguiente me levanté me hice una coleta y me decidí a investigar que harían las mujeres en lugares como burdeles, a como trabajaban, claro está, busque por Internet, ya que pensé que ahí aparece de todo.

-¿Y si me toca un viejo asqueroso que tiene fetiches raros? ¿Qué sigue?- pensaría para mí misma algo preocupada, pero luego solo negaba con la cabeza para seguir haciendo mi rutina del día hasta la hora indicada, al llegar la hora solo fui con un vestuario común, pues me habían indicado que allá me darían que ponerme, y efectivamente así fue, pero, no fue lo que espere inicialmente.

-ay por favor esta cosa no debería llamarse "vestuario", no tiene ni tela- exclamaba para mí misma mientras me ponía el "vestuario" a regañadientes. Cuando por fin pude acomodarlo me dispuse a ir hacia donde estaban los clientes.

Narra Tae:

Kokkie y Mochi me habían estado insistiendo por ir a un burdel, no estaba realmente interesado en esas cosas, pero, después de que me insistieron una semana fui, estábamos en noche buena y no podía creer que estaba en un burdel.

¡Vamos Tae! ¡Diviértete! No pongas esa cara larga - exclamó Jimin a mi lado mientras me sacudía.

-como puedo estar bien si ni siquiera quería venir-. Decía suspirando.

Me quedé bien quieto y con cara de pocos amigos hasta que alguien llamó mi atención, era hermosa, tenía facciones hechas por los mismos dioses, su cabello era brillante y sedoso, no podía parar de quitarle la vista, iba vestida de una tela verde, casi transparente la cual le hacía lucir su ropa interior la cual iba también con temática navideña.

Simplemente, mis sentidos fallaron, ya no sabía ni dónde estaba, entonces, me acerqué a ella sonriente, olvidando que estaba en un burdel.

-te ves preciosa esta noche ¿me acompañarías? - exclamé peinando mi cabello con mi mano hacia atrás

-cien...- solo dijo eso y callo

-¿cien qué? ¿Cien veces que si? -debía admitirlo... Estaba nervioso y mi broma no ayudaba.

-cien dólares la hora... Eso es lo que quieres, ¿no?- decía mientras ponía los ojos en blanco.

En el momento en que dijo eso, recapacite, estaba en un burdel, y aunque si quería recibir sus servicios, el disgusto de ella era evidente y tenía curiosidad de saber el por qué, a diferencia de las demás chicas, ella no intentaba provocar, de hecho se tapaba como podía.

-no, no... digo... A tomar algo primero, ¿no?... Cuéntame... ¿Cómo te llamas y como acabaste en este lugar?.. - diría mientras palmeaba un asiento cercano, ella se sentaría a regañadientes lo que me haría reír un poco, se me hacía algo adorable.

-acaso piden todos esos datos?- dijo como si fuera inexperta en el trabajo que ejercía ahí, lo que me sorprendió un poco.

-pues... Soy Emilia... y... por cuestiones de economía personal...-agregaba ella mientras ni siquiera me veía a los ojos.

En esos momentos entendí que no estaba ahí por qué quería, sino por qué tenía que estarlo, solo mire hacia abajo intentando buscar una solución que nos complaciera a ambos.

-yo soy Taehyung llámame Tae... Mira ... Te pagaré el triple... si me cedes una noche en mi cabaña a unos kilómetros de aquí... - dije con esperanzas de que aceptara.

Narra Emilia:

Me quedé perpleja al oír lo que escuchaba, era lo máximo que podía ganar en mi existencia, aunque ir a una cabaña con un desconocido era peligroso, estaba dudando hasta que apareció la imagen de mi familia en mi cabeza.

-en serio me pagarás el triple?- diría mordiendo mis labios indecisa.

En serio -decía con un aire de confianza el desconocido.

Solo me dispuse a asentir y tomé la mano de el tal Tae para salir de ahí, me subió a su auto y al llegar se estacionó para empezar a meter su mano en mi entrepierna sobándola un poco.

-vamos a hacer las cosas despacio, ¿si? - decía mientras un aura lujuriosa parecía salir de él.

Me puse roja sin poder emitir una palabra, por lo que él siguió sobando mi entrepierna y desabrocho mi blusa de a poco dándome suaves besos, en el torso y cuello, podía sentir su cuerpo caliente junto mío mientras procedía a desabrochar mi sostén y movía uno de mis pechos.

-Ah...-hice un pequeño ruido y tapé mi boca, a lo que él respondió mirándome como un lobo que iba a atacar a su presa, él ya no era el caballero que era en el burdel, ni la sombra quedaba de él.

Cuando ya parecía estar en su límite, me cargo como si de una princesa se tratará y me llevo a la cama, se podía ver como la nieve caía en nuestros cuerpos calientes, pero por alguna razón no me importaba, nunca había conocido a una persona que fuera tan gentil y rudo a la vez.

-ahora te haré pasar una noche buena que jamás olvides...- decía mientras en la cama seguía tocando mis pechos y dando besos en ellos, en un rato más procedió a chuparlos, apretándolos de vez en cuando, jugaba con su lengua de mil formas con ellos.

Cuando se dio cuenta de que estaba excitándome continuo sacando mi pequeña tanga y miro mi vulva con atracción, para luego empezar a mojar esta también, yo seguía dando sonidos de extinción, pero seguía intentando negarlo con todas mis fuerzas.

-vamos~ amo oírte gemir- decía sonriente mientras me miraba por un segundo y daba un beso tierno en mi mejilla acariciándola.

-derritamos toda esta nieve, cariño~...- decía mientras se le notaba agitado y se sacaba el pantalón mostrando su miembro al descubierto.

Voy a entrar preciosa...-decía mientras yo por primera vez soltaba un gemido completo, él me miró sorprendido, pero rápidamente cambió su expresión de nuevo a lujuria y beso apasionadamente mi boca para empezar a meter su miembro en mi parte íntima, por primera vez sentí tanto dolor y placer al mismo tiempo.

Luego de estar un rato así yo ya estaba paralizada, pero quería más, quería hacerlo sentir tan bien como él me hizo sentir a mí así que empecé a mirar su miembro para después dejar escapar una pregunta de mis labios.

-lo puedo chupar?...- decía mientras mis gemidos eran claramente más evidentes

Él me quedo mirando, pero solo asintió mientras dirigía su miembro hacia mi boca y yo empezaba a chuparlo de mil maneras diferentes haciendo que en un rato se viniera.

Yo al menos quedé exhausta, pero él quería más, nunca pensé que mi primera vez sería con un desconocido, pero así fue...y no cambiaría nada... fue perfecto.. Aunque él seguía mirándome queriendo más, yo solo asentí, ya que me había pagado por la noche completa, pero el solo paro y se acostó tiernamente al lado mío.

-deberé cambiar las sábanas...¿quieres dormir en la siguiente habitación?...- pregunto dulcemente por lo que respondo asintiendo.

-Si, pero...- exclame avergonzada.

-oh... Pobrecita... ¿no te puedes mover hermosa? - él no espero respuestas y me cargo de nuevo hasta la otra cama, yo solo me tape con la sábana mientras simule dormirme, estaba cerrando los ojos cuando pude notar como se acostó él abrazándome por la espalda, debía alejarlo, pero algo de mí decía que lo atrajera más y más a mí. Como si algo me dijera que necesitaba de él.

Narra Tae:

Por fin la había encontrado, mi amada... Mi musa... La única mujer con la que podía sentirme complacido... La abracé tan dulce como pude, vi el reloj y me acerqué a su oreja.

-feliz navidad, cariño... te regalo mi corazón...- susurraba en su oreja sonriendo para dormirme junto a ella.













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