Tardaron mucho, demoraron mucho.

1 año entero o más.

Pero finalmente, ya todo estaba arreglado.

El Rey Demonio dejó libre a Zeldris, pero se quedaría en su puesto como príncipe y ya no podría subir a Rey sin importar qué.

Meliodas y Zeldris finalmente volvieron a estar juntos, aunque de todas formas lo iba a estar ya que el Rey Demonio le ordenó a Meliodas encargarse de Zeldris, tener que estar atento a él como cuidar a un niño.

Ambos siguieron con sus vidas, Zeldris peleaba más que proteger a las otras razas, a excepción de los vampiros claro.
Meliodas acababa con los arcángeles y humanos sin parar, dejando sólo a una arcángel viva.

El Maestro de Zeldris, Cusak, al haber escuchado las noticias de que su Zeldris era libre se puso más que alegre por eso.
Estaba tan feliz que abrazó a su amado niño y lo llevó a la terraza del castillo y le dió algo de té hecho por él.

Cusak: Estoy tan feliz de que estés más que bien señorito Zeldris, sabía que todo esto no era nada más que un mal entendido.
Zeldris: Me alegra que lo peor ya alla pasado. Ahora puedo descansar y poder seguir con mi vida.

El menor dió un sorbo de a su té, sintiendo en su boca el mal sabor.
Pero aún así se lo tomó.

Cusak: ¿Cómo está el té señorito Zeldris?
Zeldris: Está......
Horrible......
Cusak: 😰😰😰😰😰
Zeldris: Pero aún así....
Es lindo de tu parte en haberme ofrecido esto.
Hace mucho que no bebo algo como esto.
Traeme más porfavor.

Esto causó más alegría y algunas lágrimas a Cusak, siempre amó a Zeldris por ser alguien tan bueno y amable.

Cusak: Por supuesto señorito Zeldris, le traeré más té.

Y con eso, Cusak fue por más de su té para el menor.
Puede que los tés de Cusak no sean tan buenos, pero la intención es lo que cuenta.
Eso siempre lo pensó Zeldris.

Zeldris sonrió por esto, y más al ver el cielo, el cual estaba nublado, pero se sentía bastante agradable, el viento soplar, la posible probabilidad de lluvia, y estar al aire libre.

Zeldris dió un suspiro de alivio, feliz de estar ya en la parte de la historia después de todos los problemas y lo malo.

Cusak regresó con la taza de té de Zeldris, preparada con amor a su príncipe demonio.

Cusak: Aquí tienes señorito Zeldris.
Zeldris: Muchas gracias Cusak.

El menor tomó la taza y empezó a beber de su té, puede que tenga un sabor horrible, pero Zeldris ya está acostumbrado al sabor.

Cusak: Por cierto, señorito Zeldris, ¿en dónde se encuentra ahora su hermano?
Zeldris: Debe estarme buscando.
Me levanté temprano, quise aprovechar la mañana.
Cusak: Oh señorito Zeldris, debe ser muy estresante el hecho de que debe de estar con su hermano 24/7.
Zeldris: No lo es, simplemente a veces me gusta ir por mi camino.
A puesto a que Meliodas piensa igual.
Cusak: ¿No se meterá en problemas por haberse separado de su hermano?
Zeldris: No, nadie puede decirme nada y Meliodas es responsable de mí.
Pase lo que pase, Meliodas debe dar la cara por mí.
Cusak: Vaya encargo que le dió su Padre a su hermano señorito Zeldris.
*suspira* Ojalá fuera yo quien pudiera estar con usted y no con Chandler, él no siempre puede ser tan agradable con quien conversar.

Cusak dió un suspiro de cansancio al pensar en la actitud de su compañero y otra mitad mientras que Zeldris sólo sonrió por eso y se rió un poco.