-En algún lugar recóndito del Multiverso-

Muchos de los personajes del UCM se amontonaban para decirle adiós a aquél joven que había tocado sus corazones con aquella escena de Infinity War. Peter sonreía intentando ocultar lo mucho que le había afectado la decisión de las empresas. Marvel Studios era todo lo que conocía, le había visto crecer como personaje y le había dado un reparto al que había tomado mucho cariño. Sinceramente no se imaginaba un universo en donde el único héroe de Nueva York fuera él y sólo él. Suspiró entrecortadamente mientras agradecía la gran oportunidad que se le había dado al conocer a grandes estrellas y por los buenos deseos que le mandaban, sabía que era un adiós definitivo así que sólo miró a Hawkeye y apretó su hombro en forma de agradecimiento por haber intentado que se quedara con ellos. No sé pudo. Así que Peter dió vuelta rumbo a su nuevo hogar cuando el grito de una nueva voz lo detuvo.

—¡Espera! ¡Espera porfavor! —Parker miró en dirección al hombre y casi suelta una sonrisa al ver al mismísimo Deadpool tratando de pasar entre todos los personajes de Marvel Studios, cuando al fin dejaron pasar al pobre, este sólo soltó una carcajada melancólica.

—No pueden hacernos esto, ellos no pueden hacerte esto a tí... —Peter intento sonreírle intentando calmarlo.

—Ya lo hicieron.

—Esto no está bien, Redes. Se suponía que debíamos estar juntos, gozar una gran aventura y ver cómo los críticos nos alabaran... Dios, hasta hace un par de años era imposible y no es justo que teniendo al fin la oportunidad de conocerte debas irte.

—Yo también lo siento mucho, Wade... —El hombre de traje rojo y negro se acercó a Peter negando.

—Aún hay esperanza ¿Cierto? Podemos organizar peticiones por internet, recolectar firmas de los fans, de los actores, podemos boicotear a Sony, sólo porfavor no me dejes sin motivo para quedarme aquí, porfavor... —La voz del mercenario se quebró y sus ojos comenzaron a inundarse de lágrimas en frente de Peter.

Oh cruel ironía del destino, cuanto quería quedarse allí, en su hogar junto a su familia, junto a Wade que intentaba no derrumbarse frente a un jovencito de diecisiete años. 

El joven araña se acercó y acarició sus mejillas antes de presionar sus labios junto a los de Wade, sintiendo la humedad de sus propias lágrimas cayendo. El contacto fue breve pero no por eso menos especial. Ambos mostraron una verdadera sonrisa al separarse y juntaron ambas frentes intentado sentir al otro, un abrazo culminó con la escena y poco antes de que Peter Benjamín Parker desapareciera en polvo le había dicho que no importaba si nunca llegaban a estar juntos, ellos jamás dejarían de ser almas gemelas.