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XV

Para serse honestos a si mismos, no esperaban completamente que la preparatoria fuese así.

Se sentían como unos completos Don Nadie en esa escuela, repleta de chicos mayores que ellos, más altos también y mucho más populares.

Aun así, no se sentían completamente incómodos con ello. Quizá les agradaba.

Ese día se encontraban, al finalizar las clases, en el gimnasio, pues los dos mayores decidieron que querían anotarse a algún deporte. Pero JeNo no sentía ganas de entrar de nuevo a fútbol.

—¡Holaaa! —se acercó a ellos un chico de estatura mediana, haciendo una venia—. Me llamo Mark Lee, soy de segundo año.

Se encontraban en las pruebas semestrales que hacía la escuela para seleccionar a los integrantes del equipo de voleibol.

—Yo soy Kim JungWoo, de tercer año —se presentó el chico a su lado, más alto que todos y aparentemente mayor también. Su rostro era bastante tierno y bonito a la vez.

—H-Hola, mucho gusto —sonrió a ellos JeNo, inclinándose y sintiéndose torpe por tartamudear—, yo soy Lee JeNo, el es Na JaeMin y el es Huang RenJun, de China.

RenJun no pudo evitar reírse un poco, notaba a Lee bastante nervioso.

—¡Oh! ¿Tu eres hermano de TaeYong-hyung? —se asombró el chico, Mark.

—Si, el es mi hyung —asintió.

Iban a continuar con la platica, pero el pitido de quien aparentemente era el entrenador se oyó.

—Mucho gusto haberlos conocido, chicos —les sonrió JungWoo—. Podemos comer juntos mañana en el almuerzo. Usualmente somos de la mesa del centro.

—Con gusto, JungWoo-hyung —contestó JaeMin, que para serse sincero no tenía ganas de hacer la prueba.

Vieron a los dos mayores irse. JeNo se dirigió a el.

—¿Seguro que no quieres probar? —le preguntó su novio.

—No, está bien —les sonrió—. Creo que me anotaré a fútbol.

Se levantó y le sonrió, apretándo un poco la mejilla ajena.

—Suerte entonces, Nana —correspondió la sonrisa—. Te quiero.

—Yo más —dijo—. Suerte a ambos, deben quedar o les pateo el trasero.

Entonces el chico decidió irse, casi corriendo.

—¿Ya viste? —codeó RenJun a JeNo—. DongHyuck está aquí. No escuché su presentación.

—Pensé que solo venía a acompañar a alguien —hizo una mueca—. Espero y no quede.

Para su desgracia, el chico era mejor de lo que se esperaban y definitivamente quedó en el equipo, al igual que ellos, Mark y JungWoo.

Este último era destacable en ese deporte, pues tenía piernas largas y daba brincos enormes. Y aunque pareciese muy tierno, poseía fuerza, y sabía bien cuando ejecutarla.

—Es impresionante —comentó Huang, mientras trataban de buscar el lugar donde se hacían las pruebas de fútbol—. Realmente es bueno.

—Definitivamente lo es, tenemos que ser sus amigos —dijo—. Es supercool, y Mark también se ve buena onda.

Después de divagar unos segundos, por fin encontraron la cancha de fútbol, que estaba rodeada por gradas enormes, y en cuales se encontraban una enorme cantidad de estudiantes.

Se sentaron en el primer lugar que encontraron, RenJun quedando justo al lado de unas chicas y buscaron con la vista a Na.

Lo encontraron calentando totalmente concentrado, con el número treinta y tres descansando en el pecho.

—¿Crees que quede? —preguntó el mayor—. Son muchas personas y solo hay once espacios.

—Te apuesto a que si, era muy bueno cuando jugábamos juntos.

—Eso era para impresionarte —dijo, causándole carcajadas—. Estoy seguro que le gustabas desde el inicio, solo no lo admitía.

—No lo siento así —se quedó pensativo—. Quizá le atraía, pero el también me atraía un poco a mi. Teníamos algo de tensión sexual.

Esta vez fue el turno del chino de reír.

—Sabía que iban a terminar juntos.

—Yo no me lo hubiera imaginado, para ser honesto —jugó con su cabello—. Creí que con ser cuñados nos iba a bastar, no me imaginé nada de lo que pasa ahora.

—Los shippeo.

Y tal como JeNo lo predijo, JaeMin quedó en el equipo, tras algunas atajadas y goles gloriosos.

—¡Wow, que guapo es ese chico nuevo! —oyeron decir a una de las chicas cerca de RenJun—. ¿Sabes como se llama? Es... atractivo.

Abrió los ojos, no sabiendo cómo sentirse específicamente. Sabía que JaeMin era realmente atractivo, pero oír a chicas que apenas lo conocían decirlo era diferente.

En el internado, todos se conocían desde siempre, pues estaban juntos desde primaria. Y oía que Na era atractivo, pero era algo dicho como una costumbre.

RenJun lo miró también, sin saber exactamente cómo reaccionar.

—No lo sé... ya le pregunté a JinRi —le respondió la otra chica—. Dice que se llama Na JaeMin. Es muy bonito, ¿crees que tengamos una oportunidad con el?

Lo vieron celebrar abajo, notándose feliz. Tenía una sonrisa preciosa y enorme, causándole una a el también.

Entonces los divisó a ambos en las gradas, saludándolos con las manos y dando brinquitos.

—¡Es tan tierno! —exclamó una de las chicas.

—Va a ser mi novio —dijo la otra.

Ahora se sentía muy, muy incómodo. Una parte de el se sentía triste, y la otra enojada.

¿Acaso eran celos? No quería que lo fueran. Él no era alguien celoso.

La multitud comenzó a dispersarse, pues las pruebas habían finalizado. Notaron que las chicas a su lado no se movían y más bien susurraban algo entre ellas.

—¿Vamos con Nana? —le preguntó a su amigo.

—¿Sabes que? Adelántate, tengo un pendiente que hacer.

Se levantaron a la vez, pero el chino tomó otro rumbo. Bajó las escaleras, encontrándose con su querido novio.

El chico corrió y lo abrazó, estrechándolo en sus brazos y oliéndolo.

Na siempre olía a vainilla y jabón.

—¡Felicidades, bebé! —le dijo—. Aposté con Jun que quedabas, y ahora te va a comprar pan.

—¿Apostaste por mi y para mi? ¿Pan? —lo miró con los ojos brillantes—. Eso es lo más romántico que alguien ha hecho por mi.

—Eres un dramas, bebé —le dijo, riendo—. Vámonos.

Lo tomó de la mano, guiándolo a la salida. Pero no contaba con que el par de chicas anteriormente mencionadas se acercaran a ellos, haciendo a JaeMin confundirse.

—¡Hola! —exclamó una de ellas—. Me llamo JinHee y ella SongKi. Bienvenidos a la escuela, espero tengan una muy buena estadía.

La chica le hacía ojitos a JaeMin, sin duda. Mientras que la otra había notado la existencia de JeNo y lo miraba con curiosidad.

—Ah... muchas gracias... JinHee —contestó Na, apretándo su agarre en la mano de Lee—. Un gusto conocerlas —se dirigió a él—: ¿Nos vamos?

Recibió por respuesta un asentimiento y procedió a jalarlo sin más.

JeNo notó que su novio se quedaba en silencio, parándolo a la mitad de camino y mirándolo.

—¿Que pasa? —le preguntó este—. ¿Por qué paras?

—Perdón que hayas tenido que ver eso, fue desafortunado —hizo un mohín—. Que chicas coquetas.

JeNo se acercó a él y dejó un pequeño beso en su mueca.

—Ya las había oído hablar de ti —se encogió de hombros—. Eres guapo, no te culpo.

—Tu eres más guapo. ¿Viste como te veía la tal SongKi? —le tomó la mano de nuevo para caminar—. ¿Como se atreve? Si supiera que tienes novio.

—Si lo nuestro se queda de bajo perfil e incluso si no lo hiciese, tienes que acostumbrarte a que pase.

—Tu también tienes que —le dijo—. Para serte sincero, no siento la necesidad de gritar que somos novios. Pero si tú quieres que todos sepan está bien —asintió—. No digo que nos ocultemos.

—Te entiendo, bebé —sonrió—. Yo tampoco tengo ganas de que todos hablen de nosotros como si fuese algo diferente. Así está bien.

JaeMin notó que su teléfono tenía un mensaje de RenJun. Lo desbloqueó con la mano libre que tenía.

"Me sentía mal del estómago, Nana. Pero creo que ahora estoy en una especie de cita."

"¿Qué? JAJSJAJAJA. Tu vida es muy random, Injunnie."

"¿Crees que deba contarle a la chica que soy asexual?"

"Solo si es necesario."

"Gracias por el consejo. Nos vemos"

—¿Que pasó? —le preguntó JeNo.

—Junnie tenía diarrea y terminó en una cita.

—¿Qué? —soltó una sonora carcajada—. Su vida es rara.

—Lo es.

Esperaron al bus, rodeados de algunos estudiantes que también lo hacían y subieron a este cuando llegó.

Durante el trayecto, Na descansó su cabeza en el hombro ajeno y entrelazó sus manos.

—Quedémonos juntos un largo tiempo, ¿si? —le dijo, rompiendo el cómodo silencio.

—Para siempre Jaem, para siempre.

—Para siempre, suena como mucho tiempo —dijo, sacándole una ligera risa—. Oye, ¿crees que DongHyuck sigue pensando lo mismo?

—Espero que ya no lo haga —caviló—. La preparatoria es diferente al internado, creo que los chicos aquí son diferentes.

—Va a tener que cambiar su forma de pensar —dijo—. Tengo la sensación de que tiene novia. Lo vi hablando con una chica hace unas horas. Y lo conozco.

—Que rápido es, ¿no crees? —rió—. Todos estamos muy hormonales.

Cuando el bus llegó a su barrio, bajaron todavía de la mano y se miraron.

—Te acompaño —dijo Lee, de forma decidida.

—¿Seguro?

—Si quieres me quedo a una calle, pero quiero dejarte cerca de tu casa.

Cuando hubieron llegado a el punto más cercano a la casa del menor, voltearon a verse.

—No vemos mañana, amor —le dijo, sonriendo. Se inclinó y dejando un beso corto.

JeNo no se quedó simplemente con eso, si no que lo tomó de la nuca y volvió a unir sus labios, besándolo profundamente y con deseo a la vez.

—Nos vemos mañana, bebé.

...

DongHyuck cerró la puerta de su habitación y resbaló su espalda por ella.

Llevaba ya un tiempo sintiéndose jodidamente frustrado.

No quería admitirlo, pero extrañaba demasiado a su mejor amigo. Ya no podía estar lejos de el por mucho tiempo. Eran muy cércanos, y se sentía mal.

De hecho terrible. Porque sabía que lo había hecho sufrir con sus rudas palabras. Lo sabía.

Y se sentía tan confundido e incapaz de pedir ayuda e información, no sabía a quien consultar ni con quien hablar.

Así que se levantó del suelo, y se dirigió a su escritorio, tomando asiento frente a su computador.

Abrió YouTube y buscó "¿Está bien ser gay o bisexual?", sintiéndose como un niño de cinco años.

Desde siempre, su familia le ha dicho que es algo malévolo o sucio ser homosexual, y que está mal.

Pero ya no estaba tan seguro de si era así.

Abrió el video más interesante que encontró, este rezaba "¿eres homofobico? Este video te hará dejar de serlo". Se dejó llevar por la curiosidad y lo miró, notando que duraba diez minutos.

Después de minutos, cerró la pestaña de YouTube y se quedó observando la pared.

—Son... son solo personas siendo quienes son —habló solo—. No es algo que JeNo o JaeMin decidieron... solo... está en ellos. Y si lo hubieran decidido... no hay nada de malo.

Desbloqueó su teléfono inmediatamente y escribió un mensaje.

"¿Puedo hablar contigo? Necesito decirte algo."

"¿Qué?"

"¿Puedes verme hoy a las seis en el parque NamSeom? Quiero hablar contigo. Por favor."

"Está bien. Sé puntual."

Y ahí estaba, meciéndose en los columpios de los juegos de niños. Pensando bien en lo que iba a decir.

Oyó unos pasos en el pasto, alzando la vista y encontrándose con quien era en el pasado, su mejor amigo. Este se sentó en los columpios a su lado.

—¿Que querías hablar conmigo? —habló en tono frío Lee.

DongHyuck tomó un respiro profundo, sintiendo su labio temblar.

—Me equivoqué, me equivoqué en exceso —habló—. Te dije cosas horribles, hirientes y equivocadas. No hablé con el cerebro, y me dejé llevar por la ignorancia.

—Tienes razón. Me heriste mucho.

—Fui grosero, y rompí nuestra amistad con mis acciones —dijo, viéndolo a los ojos—. Fui un idiota. Y te pido perdón —vio a JeNo sorprenderse—. Perdón, perdón, perdón. Sé que es difícil, pero lo siento mucho, demasiado. Te traicioné de la peor forma, y espero y me perdones algún día. ¡Perdón por ser un idiota!

JeNo no se esperaba que el Lee menor se tirara al suelo y se arrodillara, humillándose totalmente ante el.

—Está bien —dijo el mayor—. Estás perdonado, no me gusta guardar rencor, es inútil y envenena a las personas —pronunció—. No digo que vuelvas a ser mi mejor amigo, pero tomará tiempo. Por ahora, podemos llevarnos bien. Sobre todo desde que les caemos bien a YukHei, JungWoo y a Mark.

—Gracias Jen, de verdad gracias —le sonrió—. Eres el mejor, y te extrañé.

—Ven acá —dijo el chico, levantándose y abriendo los brazos. El chico se levantó, limpiando sus rodillas y se acercó algo dudoso a él, pero terminó abrazándolo muy fuerte.

—Perdón.

JeNo rió.

—Ya te dije que está bien.

—Es que... te dije que me dabas asco... Me atreví a decirte eso... —el chico hizo un puchero y se lanzó a llorar—. ¡Perdón, en serio, perdón! —se quedó en silencio, para secarse las lagrimas—. ¿Crees que estaría bien pedirle perdón a JaeMin también? Es tu novio, después de todo.

—Quizá sea buena idea, puedes decirle en la escuela —se separaron—. Pero me temo que Nana no será igual de amable que yo.

—Perdón —repitió el chico, llevándose una mala mirada—. Creo que JaeMin te ama mucho, creo que se van a volver mi pareja favorita.

—Yo lo amo mucho también —sonrió, sintiéndose feliz de ver el progreso de su amigo—. ¿Como... cambiaste tu opinión?

—Te extrañaba mucho, así que para aclarar dudas, me levanté y busqué un video en YouTube. Además, un chico de mi clase dió su opinión hoy, y me confundí —dijo—. Ahora veo las cosas de una forma distinta.

Rieron juntos, como en los viejos tiempos.

De cierta forma, se sentían mucho más ligeros ahora.

—Pero en serio, Nana te va a tratar de matar.

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