Cuando su hermana menor llegó corriendo al cuarto gritando "¡Es hoy, es hoy!", fue cuando supo que el día de su hermano había llegado y por ende, un día atareado le tocaba.

Se levantó de su cama y realizó todo su aseo personal pendiente, para bajar y tomar su desayuno del día, consistiendo de huevos y tocino.

El resto del día estuvo bastante tranquilo, haciendo sus deberes pendientes en silencio y estudiando todo lo posible para su examen final de matemáticas, porque el día siguiente no iba a tener tiempo.

Una vez ya hubo terminado se metió a darse una corta pero reflexiva ducha en la que podía evaluar todo lo que estaba sucediendo en su vida últimamente y en lo que pensaba que podía pasar a futuro.

Cuando salió, vió que su madre ya se encontraba estresada dando vueltas por toda la sala sin rumbo fijo mientras su hermana menor la observaba sin saber que hacer.

Eso significaba que JaeMin debía ponerse su smocking de una vez por todas por qué si no, iban a llover zapatos hacia su cara.

Se puso su traje con tranquilidad mientras tarareaba una canción del grupo Metronomy y acomodaba su pajarita. Después se colocó gel en el cabello y lo peinó.

Se veía muy guapo, como siempre.

Fue entonces cuando oyó el grito de su madre, indicando que ya era hora. Corrió escaleras abajo y después de un par de críticas y regaños subieron al auto.

...

Una vez ya hubieran llegado al salón donde se celebraba la unión de la pareja, se sentaron en una mesa especial junto a la familia de la hija mayor de los Lee.

Ahí se encontraba JeNo, viéndose tan hermoso como siempre. Este le sonrió inmediatamente a  JaeMin y un pequeño rubor salió a relucir en sus mejillas.

Observó cómo los adultos tenían una de sus normales y aburridas platicas sobre cosas no muy interesantes. JeNo lo miró y le guiñó el ojo repetidamente, haciéndolo reír ligeramente.

De alguna manera, se sentía extraño sabiendo hasta donde habían llegado en su pequeño no tan pequeño juego, porque aún no tenía nombre, y tampoco sabía si le iban a poner uno.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando comenzó a caminar por la alfombra JiSook, esto significaba que ya empezaba la ceremonia. Se notaba nervioso de lejos; jugando con sus manos y moviendo mucho los ojos. JaeMin le trató de dar la sonrisa más reconfortante posible, a lo que su hermano respondió con una sonrisa ligera y un largo respiro.

Fue entonces cuando la música comenzó a soñar y la novia comenzó a caminar por el altar, luciendo simplemente preciosa con su tocado simple pero hermoso, su vestido largo y con partes de encaje brillante. No podía sentirse más orgulloso de ambos aunque al inicio se sintiera algo desconcertado.

HyoRi llegó hacia donde su futuro esposo se encontraba y se tomaron de la mano.

Comenzaron a decir sus votos de una manera muy emocional, que conmovió a todo el público y después, se entregaron los anillos con suavidad.

Por alguna razón, esta clase de eventos ponía a Na en un trance de sensibilidad.

Entonces se aceptaron como marido y mujer, para proceder a besarse con todo el cariño del mundo.

JaeMin tenía mucha fe en ellos y en su amor.

...

Una vez ya hubo terminado la ceremonia y todos se encontrasen ya sentados en sus respectivas mesas, JeNo hizo una pequeña seña con la cabeza de que salieran por una caminata en el pasto.

—¿Y... que opinaste de la ceremonia? —le sacó plática al menor una vez ya se encontraban hombro a hombro dando vueltas por el lugar, que era un gran patio que daba vistas al océano.

—Me gustó mucho... Fue algo que quizá nunca había visto así —contestó—. Ese sentimiento de que si se aman demasiado a comparación de otras parejas a las que he visto casarse.

JeNo asintió en señal de entendimiento y sonrió.

—Me gusta como piensas, es... diferente —dijo—. Quizá me gusta demasiado.

JaeMin viró los ojos y siguió caminando hacia ningún lugar en particular. Lee lo alcanzó y tomó su mano para entrelazarla en la suya.

—Estás mal...

Se quedó en silencio unos segundos y el chico lo observó con una pequeña sonrisa entre los labios, para jalarlo de la mano y guiarlo a un lugar un poco más difícil de notar desde las mesas y que no estaba a simple vista.

—Quiero hablar contigo de algo que ha estado en mi mente últimamente —habló, mirándolo a los ojos—. No sé qué es lo que somos y me gustaría saberlo.

JaeMin sintió su corazón latir fuertemente.

—Yo... No lo sé... Es algo muy confuso —respondió—. Me gustas, mucho de hecho, pero no sé qué es lo que somos.

—Mmm, bueno... Si no sabes lo que somos, entonces quiero que lo seamos —dijo, mirándolo de forma penetrante—. Na JaeMin, ¿te gustaría ser mi novio?

Na se quedó en silencio con el corazón latiendo totalmente desbocado. Sabía la respuesta, pero sus labios no podían decirla.

JeNo lo miraba esperanzado y preocupado al mismo tiempo al ver que no había respuesta por parte del menor.

Después de un rato, tragó saliva.

—Si, quiero ser tu novio —sonrió—. Quiero que seamos una pareja.

El mayor sonrió y lo abrazó muy fuertemente.

—Me alegra mucho oír eso.

—Me vas a sacar las tripas, Lee JeNo —protestó en medio del abrazo, causando una carcajada por parte del mayor. Cuando se hubieron separado, lo tomó suavemente de las mejillas y dejó un beso suave en sus labios, siendo correspondido al instante.

Na colocó su brazos alrededor de la cintura de JeNo y lo apretó más a él, haciendo que soltara un ligero quejido.

Quizá se sentía muy feliz.

...

Una vez estuvieron de regreso, la hermana menor de JaeMin los miró con una sonrisa muy sospechosa, causando que ambos chicos se miraran con confusión.

Todos ya se encontraban comiendo, así que ellos decidieron hacerlo también, principalmente porque llevaban desde la mañana sin probar bocado y sus estómagos ya empezaban a gruñir.

Cuando terminaron de comer, el novio y la novia pasaron a bailar el vals tradicional mientras todos los invitados se encontraban fijos en ellos. JeNo entrelazó su mano con la de
JaeMin y le sonrió de una forma muy dulce.

Lo que ellos no percibieron, fue que la madre de JeNo los había estado observando sutilmente con una sonrisa, y ahora podía confirmar que estos dos chicos tenían más que una amistad.

A su lado, la madre de JaeMin también llevaba observándoles con sus poderes de madre durante un buen rato, pero ésta no se sentía para nada complacida con lo que fuera que tenía su hijo con el de los Lee, no por JeNo, si no porque no podía permitir que su hijo estuviera saliendo con un hombre.

Cuando hubo terminado la ceremonia y todo el evento, Lee y Na caminaron juntos hacia el estacionamiento mientras esperaban a que sus padres terminaran todos los asuntos pendientes de la boda.

JaeMin tomó de la mano al mayor y dejó un beso en su mejilla.

—Nos vemos el lunes, ¿si? —sonrió mientras el contrario pellizcaba sus mejillas—. Yaaa, Lee JeNo.

Lee solo comenzó a reír, siendo seguido por Na, que le daba golpecitos en el pecho.

—Nos vemos el lunes, Na —le sonrió y dejó un beso en su frente.

Entonces vieron a sus padres acercarse en la lejanía y soltaron sus manos entrelazadas.

JaeMin se alejó de él para ayudarle a su madre con su dormida hermanita y subirla al auto.

...

—Lee JeNo —le llamó su madre, severa.

—¿Si, ma? ¿Pasa algo?

—Ya me di cuenta de lo qué pasa entre tú y el hijo de los Na —el corazón de JeNo comenzó a latir con fuerza—. Sean discretos, ¿si? La madre de JaeMin no parece aprobar lo que sea que ustedes tienen —agregó—. Pero cualquier cosa, pueden ir a besuquearse a la casa.

—Somos pareja, ma —respondió—. Y gracias por tu apoyo, te quiero mucho.

La mayor solo sacudió su cabello en respuesta.

...

—Quiero que me digas lo que te traes con el hijo de los Lee —dijo su madre en tono severo—. Ahora.

—Nada, solo somos amigos —trató de sonar lo más casual posible.

—Eso espero, sabes que no me agradan esa clase de comportamientos.

—Si ma, no hay problema.

Miró a través de la ventana la ciudad.

No iba a arruinar lo que había construido con JeNo, aunque tuviera que desobedecer a su madre.