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Capitulo tres: De bailes y excitantes persecuciones.
Sus mejillas se enrojecieron con furia.
Entonces levantó levemente el rostro, sus ojos chocolatados, con aquel brillo destellante de picardía, elegancia y caballerosidad lograron ser apreciadados, y una sonrisa de lado se reveló en sus acolchados belfos.
Yoongi se sintió por los suelos.
-¿Entonces, aceptas?- con la mano extendida, cubierta por un delicado guante blanco de seda.
El felino sintió sus bigotes de gato agitarse junto con sus orejas tricolor, sin saber qué responder, apenas podía oírlo gracias a los tapones.
Las parejas, conocidas o no, comenzaban a juntarse y bailar al delicado ritmo de la música.
-N-no sé bailar...- se excusó rápidamente buscando safar ante lo cohibido que se sentía.
Es decir, realmente no deseaba rechazar a ese guapo hombre, pero tampoco quería aceptar tan fácilmente.
Solo él se entendía.
-Eso no es de importancia, la mayoría lo ignora- oh, y sus dientes deslumbrando en aquella sonrisa, acercándose a él hasta rozar con los dedos su palma descubierta.
-Y-yo...- su mirada recorrió los alrededores, se topo con Hoseok bailando junto a una bella dama de cabellos negros, cortos hasta su nuca, él se veía alegre- sí...
Fuiste increíblemente difícil, Yoongi se felicitó con sarcasmo.
-Eso es perfecto- el hombre sonrió antes de apegar sus pechos y con delicadeza, tomar las manos del castaño claro.
Los pasos se dieron lentos, Yoongi se centro en mirar su pecho cubierto por aquel costoso y extravagante traje azul marino, con de lentejuelas negras y piedras brillantes, porque sabia que apenas al levantar el rostro, estaría a pocos centímetros de besarse con aquel atractivo desconocido.
No le molestaría, debía admitir.
La música los manejaba como muñecos de un infante, el corazón de Yoongi galopó con fuerza como el garañon más atrevido y aventurero de todos, hasta acabar dejándose llevar por la mágica melodía.
Entonces el jóven dejo de sostener una de sus manos, está vez, llevándola a su cintura- Sabes, desde que entré por esa gran puerta, me has parecido absurdamente guapo- había dicho casi contra su oído.
El mitad gato sintió un terrible bochorno calentar sus mejillas- Perdón, no te oigo bien...
El río dejando su aliento sobre la delicada piel de Yoongi, que lo hizo sentir un escalofrío acariciar su nuca, bajando por toda su columna- Ha de ser por esos tapones, ¿Por qué no te los quitas un rato? Podríamos hablar cómodamente- y aquel cálido aliento rozó sus oídos.
Yoongi, casi hipnotizado, dejo de abrazar la suave carne de su nuca, y casi sin pensarlo, retiró aquellos molestos tapones de sus orejas, dejándolas en sus inexistentes bolsillos- ¿Decías?- preguntó queriendo oír nuevamente aquel alago.
-Había dicho, que alguien tan bonito como tú estando solo se me hizo una ofensa completa- el rubio lo apegó, solo un poco más, Yoongi sonrió ante su cambio de palabras- Aunque no me he de quejar, cuando tengo la oportunidad de bailar junto a alguien tan precioso.
"¿Esto es a lo que llaman romance de una noche?" Se preguntó con picardía hacia aquella inevitable atracción.
Sus pómulos se sentían agradablemente adoloridos por su sonrisa, pero solo duró unos segundos, cuando el ritmo cambió bruscamente a uno más animado.
Entonces, el rubio se puso las pilas, retirándose con rapidez los guantes blancos, en el justo momento que lo hizo dar una brusca vuelta sobre su eje, la guitarra resonó con ritmo y sus pechos impactaron antes de volver a juntar sus manos.
Sus ojos no se desconectaron en ningún momento.
Las catañuelas también se hicieron oír, al tiempo que el apuesto hombre alejaba a Yoongi, dejando sus manos unidas, con los brazos y piernas extendidas con orgullo cuál pavo real.
Entonces lo atrajo sosteniendo su espalda baja con el antebrazo, y sacándole un fuerte chillido, lo inclinó por completo, sus manos se aferraron como un gato asustadizo a sus hombros.
Con la misma energía, apegó el pecho a su espalda, está vez, sosteniendo sus estrechas caderas como un sinvergüenza, y solo entonces, Yoongi se tranquilizó.
O al menos unos segundos, antes de sentir algo contra su trasero.
Y la tensión volvió, un escalofrío violento recorrió su cuerpo desde la punta de sus dedos hasta el último de sus cabellos, cuando un susurro tibio y melifluo llegó a él- ¿Podrías permitirme ser conocedor del nombre de mi divino acompañante en esta noche?.
Yoongi tragó saliva con dureza sintiendo esa cosa extraña arrimarse a él- Soy... Soy Yoongi... Min Yoongi...
-Umh... Yoongi, que hermoso nombre- el cálido aliento chocó contra su sensible nuca, el pobre minino cerró los párpados, apretando los labios- Yo soy P- y las palabras quedaron al aire.
Porque Yoongi, con la hazaña en el pecho, había bajado la mano hacia donde percibía aquel bulto. Y lo apretó.
La tensión y un brusco detenimiento se hizo presente por varios segundos. Segundos en los que el castaño claro fruncia el ceño sintiendo la madera barnizada contra sus dedos, y unos agujeros a los costados de su tubo. Una flauta.
Sus ojos se expandieron en sus cuencas, antes de que un fuerte grito escape de sus labios- ¡EL FLAUTISTA!.
Todo se detuvo.
Y antes de lograr despojarlo del objeto, o siquiera, revelar la espada oculta entre sus vestimentas, un fuerte empujón lo mando al suelo.
Un gruñido se atascó entre sus dientes, levantándose de un salto, liberando la espada de esgrima sin importarle el haber rasgado un poco de aquel costoso traje.
Una sonrisa se formó en los labios del flautista, al tiempo que un aire travieso poseía por completo sus ojos, y la melodía inicie.
Yoongi sintió sus extremidades flaquear.
Y se maldijo a si mismo.
¿Él lo sabía?¿Sabía de su identidad oculta y por ello lo sedujo de aquella estúpida y atrayente manera, para finalmente deshacerse de lo único que lo protegía?.
Sus dedos presionaron contra la base de su espada, no, no podía moverse ni un centímetro, y el tapón, su única esperanza, había caído por los suelos desde hacía siglos.
Entonces él utilizo su as bajo la manga- Al mínimo movimiento, haré que este lindo mosquetero se corte la garganta- había amenazado separando solo unos segundos sus labios, antes de retomar aquella melodía nuevamente. Y entonces, los brazos de Yoongi se movieron por si solos, apuntandose a si mismo en su bonito cuello lechoso.
-Maldito...- escupió sintiendo la rabia hinchar sus venas hasta el límite- bastardo...
-Lo siento, precioso- Él dejaba de tocar, pero aquel anestesiante efecto seguía dominando en Yoongi- Ha sido una increíble noche junto a tí, una lastima total que acabemos de esta forma...- chasqueo los labios y negó, retrocediendo, cada vez más y más- Fue un completo placer bailar en tu compañía, Yoongi.
Hasta que en un salto, su espalda impactó contra los grandes y coloridos vidrios del palacio, destrozandolos por completo, lanzandose sin más. Acabando así, con su gran huida.
El pálido cayó al suelo sin más, cuál muñeco de trapo que era soltada por su dueño, y Hoseok corrió presuroso junto a su amigo- ¡Yoongi!¡¿Te encuentras bien?!
Pero el hizo oídos sordos, su rostro se volvió rojo de la furia, he ignorando aquella preocupación y con sus pocas fuerzas, corrió hacia aquel gran ventanal, asomándose con descuido, sin miedo a cortarse con aquellos filosos fragmentos que todavía se adherían a los bordes.
Y bramó;
-¡Te atrapare, malnacido!¡Me las pagarás!.
(。・ω・)ノ゙ hello
👄👁️👄
Nos pusimos intensos.
Me gustó el baile AAAAAA, espero haber logrado transmitir la atracción<<Física>> que hubo en ese momento.
Bye Bye Nya (*ฅ́˘ฅ̀*)
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